La gran disputa hoy en el país es por quién puede resolver los problemas de los ecuatorianos que van desde los económicos, como la falta de empleo, hasta los sociales, como acceso a un sistema de salud de calidad, la discriminación, la falta de igualdad y cuidado del medioambiente. Nosotros somos los únicos que podemos solucionar estos problemas desde el diálogo y el encuentro.
Yo soy el candidato de los ecuatorianos que quieren un país que deje atrás la lógica del yo y pase a la lógica del nosotros. Un país donde quepan todas las visiones y podamos construir con base en ellas con respeto. Yo soy el candidato del Ecuador del encuentro.
Contaremos con el apoyo de los ciudadanos, las alianzas son con los ciudadanos y sus causas. Vamos a resolver los problemas de riego y garantizar el respeto y el apoyo a las diferentes cosmovisiones de los pueblos indígenas.
Considero que el proceso ha sido transparente; sin embargo, en aras de esa transparencia mantuvimos un encuentro en el Colegio Nacional Electoral, donde llegamos a un acuerdo con Yaku. Adicionalmente, he dicho públicamente que respaldo todos los pedidos que, dentro de la ley, realice Yaku Pérez.
La distancia de Andrés Arauz, ganador de la primera vuelta, y candidato de Rafael Correa, con respecto a usted fue de poco más de 1'200.000 votos. ¿Cómo podrá recortar esa diferencia de aquí a la segunda vuelta, el 11 de abril?
Creo que es un error concebirlo de esa manera. La segunda vuelta es una nueva elección donde, a diferencia de la vuelta pasada en la que había 16 candidatos, ahora solo hay dos. Ecuador deberá escoger entre el país de la crisis, el totalitarismo y la confrontación o el país del empleo, la democracia y el encuentro que lo representamos nosotros.
68 % de los ecuatorianos están en contra de que vuelva el correísmo a Ecuador, y que eso lo pone a usted como el candidato de la mayoría. ¿De dónde sacan esas cifras? ¿Son una estadística fiable?
Los ecuatorianos en las elecciones del 7 de febrero mandaron un mensaje claro. El país que anhelan es uno que ponga en la discusión visiones de un Ecuador diverso, preocupado por causas comunes y que no han sido escuchadas por la política tradicional. Nosotros no solo hemos escuchado y entendido ese mensaje, sino que representamos lo que los ecuatorianos quieren, por eso contaremos con el respaldo de la mayoría.
Alguien que aspira a gobernar debe saber escuchar y eso es lo que he hecho: escuchar a los ecuatorianos. Estamos reuniéndonos con todos los sectores para recoger visiones y construir sobre lo que nos une como sociedad.
Ganar la presidencia es una cosa, pero contar con el apoyo necesario para gobernar, en la Asamblea Nacional, es otra. ¿Cómo piensa lograrlo?
Con el apoyo del pueblo ecuatoriano. Si usted presenta leyes que generen empleo y defiendan los derechos humanos y la conservación del medioambiente en beneficio de todos los ecuatorianos, a los asambleístas no les quedará otro camino que aprobarlas.
Lo primero que haremos será comenzar un intenso plan de vacunación que nos permita vacunar nueve millones de ecuatorianos en los primeros cien días de gobierno.
Es una situación compleja que regularizaremos de acuerdo con la normativa vigente en Ecuador y los tratados internacionales.
Seremos implacables en la lucha contra el narcotráfico, tenemos que defender nuestra soberanía territorial y la integridad de nuestros niños frente a la amenaza.
La constitución del Ecuador garantiza la salud gratuita y de calidad; sin embargo, debido a malos gobiernos no hemos podido contar con una salud pública y de calidad. Nosotros administraremos los recursos de manera eficiente para garantizar que el acceso sea gratuito, oportuno y de calidad.
Su rival dice que dará mil dólares para cada familia...
Es una propuesta que, más que demagógica, se aprovecha de las necesidades de nuestros hermanos y pone en peligro los depósitos del sistema financiero al pretender utilizar el encaje bancario, que es dinero de los ecuatorianos, para poder cumplir con este objetivo.
Creo que crecimiento económico y justicia social son dos caras de una misma moneda. Por eso, si al país le va mejor, esos beneficios deben llegar a todos los sectores, especialmente a aquellos que menos tienen. La propuesta se dará a lo largo de cuatro años de gobierno y se lo logrará mediante el crecimiento de la economía por un lado y la reducción de aranceles, eliminación de impuestos y reducción de costos de servicios por otro lado.
Que la justicia se encargue del pasado, que nosotros nos encargaremos del futuro de los ecuatorianos. Un futuro que deje atrás la política basada en el caudillo y su visión única y excluyente del Ecuador.
Los principales cambios serían, primero, romper con 14 años de políticas correístas-morenistas que nos han llevado a una de nuestras peores crisis económicas; segundo, declarar una lucha sin cuartel a la corrupción; pero sobre todo, tercero, establecer una cultura de diálogo e inclusión que nos permita que nuestra diversidad que nos hace únicos también nos una.
En la medida que se logren potenciar sus ventajas comerciales y se generen sinergias que faciliten la movilidad y la integración tiene futuro.
Las elecciones anteriores dejan lecciones que han sido aprendidas. A mí, más que hablar del pasado, me gusta hablar del futuro. Un futuro en el que podamos no solo solucionar los grandes problemas económicos que nos aquejan, sino también donde podamos sentarnos, sobre todo con quienes tenemos diferencias, para encontrarnos en el centro y desde ahí construir un país donde quepamos todos. Ese es el Ecuador del encuentro.
Somos la única opción que puede resolver los problemas de los ecuatorianos.
Especial para EL TIEMPO