'La decisión más difícil en mis 57 años fue ir a un centro de rehabilitación': ministro Armando Benedetti

El ministro del Interior, Armando Benedetti, dice que lleva 7 meses de abstinencia total y que su vida ha cambiado.

Foto: El Tiempo
Domingo 27 de Abril del 2025
Armando Benedetti, actual ministro del Interior, aceptó realizar la siguiente entrevista con este cronista para EL TIEMPO, su primera confesión sobre sus años de drogadicción. La carta del exministro Álvaro Leyva Durán al presidente Gustavo Petro, en la que pide "desvincular a quienes han abusado de usted, (...) porque le han hecho y continúan haciéndole terrible daño (...) como el presidente de Ecopetrol, Benedetti y la señora Sarabia. Dícese de ellos que lo tienen secuestrado", fue una especie de Enola Gay, el avión que lanzó la primera bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando habla de Benedetti, se refiere, por supuesto, a Armando Benedetti, actual ministro del Interior.

¿Qué opina usted, señor ministro, de la carta de Álvaro Leyva al Presidente de la República?

Que nunca debió pasar. Nunca se debió haber hecho esa carta. Pero no tengo nada que decir. Yo sí trabajé en la campaña del presidente Petro y tuve mucho que ver en ese triunfo. Estuve ocho meses trabajando 20 horas al día. Toda persona entendería que yo merecía un puesto en el gobierno del presidente Petro.

Los sectores de oposición piden que el Presidente se someta a un examen médico sobre consumo de estupefacientes...

Primero, no hay que hacerlo porque no es verdad. Y segundo, no es una opinión de la oposición. Es una senadora que con vehemencia hace oposición más que con ideas y propuestas, y que el Senado ni siquiera ha tenido en cuenta para debatir.

¿Entonces los cargos de supuesta drogadicción del Presidente son falsos?

Son completamente falsos. Y lo digo en forma rotunda, lo niego completamente. Lo que pasa es que el Presidente, en su libertad y en su forma de vivir, es un revolucionario, él es un libertario. Él no hace lo que los otros presidentes hacían, que era llevar la liturgia del poder. A él le molesta el poder. Entonces hay unas personas que no entienden su proceder.

Ahora, señor ministro, a propósito de drogadicciones, ¿qué lo llevó a usted al consumo de drogas, cómo decidió reconocerlo públicamente? ¿Y cómo lo superó?

Bueno, yo estuve en octubre del año pasado en un centro de rehabilitación en México, en Mazatlán, 35 días, y en ese centro de rehabilitación superé unas inestabilidades emocionales que son las que lo llevan a uno a consumir. Y ese punto ayuda a liberarse de muchas de las situaciones que conducen al consumo. Con base en eso, con la rehabilitación, usted se vuelve más espiritual. Usted entiende que tiene que pedir ayuda y que solo no puede salir de ahí. Por eso el centro de rehabilitación. Y yo había cometido además muchos errores. Porque ese tipo de consumo abre otras puertas como la infidelidad, dañar el núcleo familiar, afectar las relaciones con los hijos, etc. Y eso fue el principal motivo. El segundo motivo fue una enfermedad grave en el colon, lo cual me hizo pensar que tenía que cambiar mi estilo de vida y para eso, lo primero que tenía que hacer era dejar de consumir.

Es decir, usted decidió esa corrección voluntariamente. ¿No se sometió a ningún tratamiento especial?

En la del colon me tuvieron que extraer nueve centímetros del colon porque tenía una célula cancerígena ahí. Me extrajeron esa parte, pero vivía cada día como si fuera el último, y no tengo una gran estabilidad económica así todo el mundo crea lo contrario. Entonces eso me hizo pensar que tenía que cambiar mi estilo de vida, que era bastante desordenado. Y cuando yo empiezo a pensar en eso, lo primero que tenía que corregir era el consumo y por eso decido tomar la decisión más difícil en los 57 años que tengo: ir a un centro de rehabilitación. Es bastante duro.

¿Por qué lo sintió como lo más difícil?

Lo más difícil, lo más duro, es aceptarlo. También lograr que los familiares de esta persona entiendan que eso se cura es con amor, que entiendan que es un enfermo y cuando usted entiende que esa persona es un enfermo, usted deja de valorarlo moralmente como actualmente se hace. Ojalá el Estado y la sociedad entendieran que cuando alguien alza la mano, un alcohólico o drogadicto, y pide ayuda, el Estado primero se la dé a la familia, le dé amor y entiendan que es un enfermo. Yo no quiero ser un adicto, pero lo soy y no es una decisión mía, es una enfermedad que tengo. Por lo tanto, yo soy un enfermo y me debería mirar la sociedad como eso. Entonces esa visión se la doy para las personas que tienen este problema, que sean capaces de aceptarlo y de decirlo. A mí me cuesta decirlo, me da tristeza y vergüenza decirlo, pero me toca hacerlo.

Yo no quiero ser un adicto, pero lo soy y no es una decisión mía, es una enfermedad que tengo. Por lo tanto, yo soy un enfermo y me debería mirar la sociedad como eso.ARMANDO BENEDETTIMinistro del Interior

¿Qué ha hecho para superar esa sensación de vergüenza y tristeza?

Yo estuve ya un periodo de mi tiempo, 14 años, sin consumir y volví a recaer por exceso de confianza. Y ahora, en esta etapa, llevo siete meses de abstinencia total, en la cual estoy muy feliz con mi familia, con mi esposa, con mis hijos. Ha sido lo más importante.

¿Y cómo superó usted su recaída?

En el centro de rehabilitación en México, estuve 35 días.

¿Y está totalmente sano y ha superado esa situación?

Superada nunca va a estar, siempre tiene que estar uno vigilante, uno no se puede distraer ni tener mucha confianza ni creer que uno no tiene ningún problema. Pero actualmente llevo siete meses y la vida mía ha cambiado diametralmente, soy otro Armando Benedetti. Por primera vez en la vida puedo decir que soy otra persona, soy una persona más tranquila, con mejor genio, con menos paranoias, feliz en mi matrimonio, feliz con mi vida de hogar, feliz con mi trabajo, concentrado en mis labores, y mucha más risa que antes. Muchos más momentos felices.

¿Y esos propósitos suyos de enmienda se van a seguir cumpliendo?

Cuando estaba consumiendo, mi problema era que yo siempre había sido un adicto funcional.

¿Eso qué significa?

Que a pesar del consumo, yo jugaba tenis 4 veces a la semana y hacía pesas. Nunca jamás falté a un debate en el Congreso, nunca falté a un tema importante. Yo llego a esta abstinencia es por un tema familiar, yo me había alejado de mi familia, de mis hijos, y por lo tanto volví otra vez y es lo que me conlleva otra vez a dejar de consumir. Y el tema del alcohol: nunca llegué alicorado a ningún evento de trabajo. Tenía un efecto funcional que nadie podía decirme por qué tenía que dejar de beber. Ese era uno de mis problemas.

¿Usted se considera ya, señor ministro, completamente a salvo de tentaciones?

Sí, tentaciones las tengo todos los días, el problema real es que las superes. Pero últimamente no he tenido tentaciones fuertes que me hayan puesto en jaque.

¿Y qué piensa usted ahora hacer como ministro?

Bueno, a ver, tenemos varios retos. Tenemos primero el más grande ahora es el de la consulta, tenemos el de la reforma de la salud, que salió en la plenaria de la Cámara para que vaya a la Comisión Séptima de Senado, y tenemos el Sistema General de Participaciones que por primera vez habría más autonomía en los territorios y más recursos para las alcaldías y las gobernaciones. Eso sería, de verdad, verdad, descentralizar el país.

¿Cuál será su principal reto ahora?

Como ministro del Interior es hacer que la consulta vaya a la calle para que la clase trabajadora sea capaz de recobrar sus derechos colectivos como empleados, para que les paguen un sueldo justo y decente, no digno, sino decente.

Pero usted me habla de una consulta que todavía está lejos. Si se aprueba...

Usted me preguntó por los principales retos. Y no está lejos. Eso se debe aprobar en el mes de mayo en el Congreso de la República y en los siguientes tres meses, o sea, antes de agosto, se debe pronunciar el pueblo. Y esa sería la forma de recuperar los derechos colectivos, porque nadie podría oponerse a negarles los derechos a los trabajadores, a que les paguen el sueldo que se merecen con base en convenios internacionales, un sueldo con base en fallos de la Corte Constitucional. Es que lo que estamos pidiendo es lo que pasa en todas partes del mundo, menos aquí, que estamos como esclavos. Entonces, ese es un tema importante. Está el de la reforma de la salud y está el del Sistema General de Participaciones. Esos son los tres retos que tiene el Ministerio del Interior.

Pero de todas maneras la consulta tiene que ser aprobada por el Senado...

Tiene que ser aprobada por el Senado, pero yo estoy seguro que se va a aprobar porque ¿cómo es posible que unos senadores que son elegidos por el pueblo le digan al pueblo que no puede pronunciarse? Y segundo, ¿cómo van a decir que no contesten unas preguntas que tienen que ver con que les paguen el sueldo decente que se merecen los trabajadores?

Es decir, ¿ustedes tienen ya asegurada una mayoría en el Senado para que aprueben la consulta?

No hay una mayoría asegurada, pero hay un optimismo grande por las dos razones que le acabo de decir. Lo que se está pidiendo ahí es un concepto de que el Senado de la República diga si está o no está de acuerdo.

¿Y ustedes ya presentaron eso?

Lo vamos a presentar el 1.º de mayo, después de marchar con la clase obrera. El día 1.º de mayo se presentará en el Senado de la República Pública y el Presidente llevará la espada de Bolívar a ese acto.

¿Es indispensable que se apruebe en el Senado de la República?

Es un concepto que se pide al Senado.

¿Y si el Senado lo niega?

No habrá consulta.

Según la Registraduría, se requiere una votación altísima...

Yo no le tengo miedo a eso. La democracia ama ese tipo de mecanismos. Ama las marchas siempre que sean como carnaval. Ama la manifestación del pueblo. Eso es lo que en Estados dictatoriales no se pueden hacer.

Pero de todas maneras, ministro, los datos oficiales de la Registraduría indican que va a ser difícil alcanzar esa mayoría.

Más o menos son 13'600.000 y yo estoy optimista con que esos votos se puedan lograr. Esa es la política. Si no lo conseguimos, fracasamos. Y si es así, pues tendremos que pagar los costos políticos de eso. Ah... pero antes de que me despida bueno, que, por favor, que por favor, que nos acompañen el 1.º de mayo a las marchas. El 1.º de mayo tienen que salir como nunca antes, como nunca antes. Una marcha. El 1.º de mayo. El día del trabajador. Ese día va a ser monumental, apoteósico.

¿Pero marchas para apoyar qué?

Porque ese día vamos a presentar las preguntas ante el Senado de la República. Llenaremos la plaza de Bolívar. Sí, señor. Con la espada de Bolívar.

YAMID AMAT