"Los consejos de ministros deben seguir transmitiéndose por televisión en directo y extenderse esa innovación a alcaldías y gobernaciones". La propuesta la formula el nuevo ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, en diálogo con este cronista para EL TIEMPO.
Sanguino nació en Ocaña, es catatumbero pero su vida ha trascurrido entre Valledupar y Bucaramanga, donde hizo activismo político. Se vinculó luego a un movimiento estudiantil por la constituyente y se radicó en Bogotá en el comienzo de los 90. Fue presidente y es vocero del partido Alianza Verde, que lo catapultó a ser ministro de Trabajo.
Es hijo de campesinos convertidos luego en pequeños comerciantes. Su familia es extensa, humilde y de bajos ingresos, es el menor de 8 hermanos; se educó y formo "a pulso", se hizo cargo de sus padres y luego de sus hermanos mayores. Sanguino tiene una gran trayectoria académica, lo que le permitió entender los problemas sociales del país: es doctor en gobierno y administración pública de la Universidad Complutense de Madrid. Es magíster en administración y planificación de desarrollo regional de la Universidad de los Andes y sociólogo de la Universidad Cooperativa de Bucaramanga.
¿Por qué cree usted que el presidente Petro lo escogió?
El Presidente me conoce muy bien, sabe de mis condiciones políticas, de mi formación académica y considera que puedo jugar un buen papel para hacer realidad dos temas que son importantes en la agenda del cambio: la reforma pensional, su reglamentación e implementación, y la reforma laboral que tramita el Congreso. Considera además que puedo continuar la tarea iniciada por Gloria Inés Ramírez.
¿Para usted qué significa llegar a ser ministro? Hablo en materia de desafíos...
La conversación que hoy domina el debate público en Colombia tiene que ver con las reformas sociales, laboral y pensional. El Ministerio que yo quiero liderar no es para apagar incendios, es para fortalecer los espacios de concertación. Que la concertación se haga costumbre.
¿Concertación entre quién y quién?
Entre los trabajadores, los empresarios, el Estado y la sociedad.
¿Concertación para llegar a qué tipo de acuerdos?
Acuerdos que signifiquen la protección de los derechos de los trabajadores, la superación de las inequidades, la reducción de la desigualdad y la pobreza, el fortalecimiento de nuestro aparato productivo y el fomento del empleo digno.
En ese punto de protección de los derechos de los trabajadores, en la mayoría de los países, digamos del mundo occidental, ya la semana laboral es de 40 horas. ¿A usted le parece buena esa duración?
Claro que sí. Pero son asuntos que tienen que concertarse con el empresariado y que deben acercarse progresivamente al promedio mundial, que según la OIT es de 43,9 horas semanales. Una de las cosas que hay que revisar en Colombia es ponernos a tono con las discusiones que viene dando el mundo en relación con la reducción progresiva de la jornada laboral, que además ocurre en un contexto de una revolución tecnológica. El Presidente de la República acaba de decirlo en su visita al Medio Oriente, que se requiere una regulación y un acuerdo global, para que el impacto de la inteligencia artificial en el mundo del trabajo no sea una fuente de enriquecimiento de pocos y una nueva esclavitud para la humanidad.
¿Qué tan peligrosa es para el hombre la inteligencia artificial?
Es un gran desafío. No solo en el mundo laboral. Es un cambio que viene de manera inevitable, pero encarna unos riesgos, porque quizás es el primer invento de la humanidad sobre el que esta no tiene todo el control.
Hay sectores que opinan que la inteligencia artificial es un invento de la humanidad contra la humanidad, al robotizar al hombre, ¿qué opina?
Yo creo que ese tipo de afirmaciones apocalípticas también hay que relativizarlas. Son tremendismos. Pero sí hay que advertir sobre los riesgos que avances tecnológicos de esa magnitud, en un contexto de enormes desigualdades y enriquecimiento de una minoría, significan para la especie humana.
¿Cuál es su objetivo como ministro? ¿Su meta?
Mi meta es entregarle al país unas relaciones laborales modernas, justas y democráticas y mi estrategia será la concertación. Será el camino para resolver los conflictos laborales y las contradicciones que son consustanciales al mundo del trabajo. Ello se concreta en una reforma laboral progresista y democrática y un nuevo sistema pensional que el Gobierno y el Congreso le entregaron al país.
Mi meta es entregarle al país unas relaciones laborales modernas, justas y democráticas y mi estrategia será la concertación.ANTONIO SANGUINOMinistro del Trabajo
¿Cuál es, en general, la posición que usted tiene sobre la reforma laboral?
Es indiscutible que Colombia requiere una actualización en sus normas laborales. Hay una reforma que está a mitad de camino. Ya fue aprobada en Cámara, en dos debates en comisión y en plenaria. Ahora llega a comisión y plenaria de Senado. Y sobre esa reforma y su articulado, vamos a avanzar en una concertación que ponga al país a tono con las normas y los estándares internacionales democráticos.
Hoy tenemos un inmenso desafío por la informalidad laboral. Casi un 60 %.
Esa es una tarea fundamental para el Ministerio del Trabajo. Esa tarea hay que enfrentarla gradualmente, concertadamente, con el empresariado, consolidando políticas públicas que superen la informalidad fortaleciendo nuestro aparato productivo. Mientras tanto, se requiere una acción integral del Estado en salud, educación y vivienda que saque más colombianos de la pobreza y la miseria.
¿Qué es lo que provoca la informalidad?
Varias razones. Entre otras que tenemos un aparato productivo con frenos, no suficientemente desarrollado para absorber la mano de obra del país. Y claro, la gente pues si no tiene un empleo formal para resolver sus necesidades inmediatas, sus necesidades básicas, acude al rebusque y a la economía informal. Ese es un problema estructural de nuestro aparato productivo.
¿Y cómo resolverlo?
Con mayor productividad, con mayor crecimiento económico. Con mayores incentivos para que la economía colombiana crezca. Que permita ir absorbiendo la mano de obra que hoy está en la economía informal y la nueva mano de obra que va incorporándose al mercado laboral.
La negociación del salario mínimo será una de sus tareas como ministro. ¿Cree posible un acuerdo?
Siempre promoveremos la concertación del salario mínimo.
¿Y usted cree que se puede llegar a un acuerdo?
Claro que sí.
Pero el año pasado no se logró...
Pues este año vamos a insistir en que sí lo logremos.
¿Para usted qué es la justicia laboral?
Para decirlo en términos sencillos, es garantizar los derechos de los trabajadores reconocidos universalmente e incorporados en la Constitución Nacional, como resultado de décadas de lucha de los trabajadores en Colombia y el mundo. El derecho a un trabajo digno, el derecho a la asociación y huelga, al descanso, a la remuneración justa de los dominicales, festivos y nocturnos, el derecho a una pensión digna cuando termine su vida laboral
¿A qué llama usted "pensión digna"?
Es una pensión que le permita al trabajador en edad de pensión vivir con las condiciones mínimas de dignidad y acceder a sus derechos fundamentales. Y la pensión solidaria para los más vulnerables.
¿Y cómo se va a desarrollar?
Están en camino varios decretos. Unos ya se expidieron, otros están en proceso de expedirse en el menor tiempo posible.
De parte del Presidente hacia usted como ministro, ¿ha recibido alguna instrucción precisa?
Él cree que yo puedo cumplir una labor importante en estos dos temas, que son dos grandes reformas que este gobierno le va a entregar al país, la reforma pensional y la reforma laboral. En adelante, en los consejos de ministros o de manera puntual recibiré indicaciones e instrucciones que el Presidente considere pertinentes en relación con este ministerio.
A propósito, ¿usted es partidario de seguir transmitiendo por televisión los consejos de ministros?
Yo le pregunto una cosa, Yamid. ¿Hace cuánto el país ve en vivo y en transmisión directa los debates del Senado y de la Cámara de Representantes?
Hace mucho tiempo.
Ah, bueno, entonces no nos extrañemos. Seguramente habrá que ordenarlos para que sean más precisos en sus decisiones. Hay que definir qué asuntos de seguridad nacional no pueden ser conocidos públicamente. Pero a mí me parece que con el último consejo de ministros hay un antes y un después en el país en relación con el ejercicio del Gobierno. La gente va a poder observar en vivo y en directo la manera como se toman las decisiones públicas en un consejo de ministros que tienen que ver con su vida, ¿no? Y me parece que eso cumple un extraordinario papel de pedagogía política y ciudadana, que le viene bien a la democracia del país. Ojalá hubiéramos conocido decisiones bastante dolorosas para el país que se tomaron a puerta cerrada en los consejos de ministros.
Por ejemplo...
La política de incentivos que condujo al fenómeno de los 'falsos positivos', por ejemplo. Más aún, los ciudadanos y ciudadanas deberían conocer decisiones que se toman en los consejos de gobierno de las alcaldías y gobernaciones.
Mejor dicho, no solo mantener la transmisión de los consejos de ministros, sino extenderla a todas las demás instituciones colegiadas...
Ojalá pudiéramos extenderlo. Sí. Así debería ser.
¿Y por qué no se hace?
Bueno, porque aquí tenemos una tradición del secretismo. Las decisiones públicas se consideran asuntos que no deben estar expuestos al ciudadano. Así que yo creo que esta innovación del Presidente va a tener un impacto positivo en la formación del ciudadano, que sabe lo que se está decidiendo en relación con su vida. Y que el ciudadano pueda formarse una opinión en vivo y en directo, sin intermediarios, sin ediciones.
Históricamente lo que ha pasado cuando hay un cambio de ministro es que muchas de las cosas que venía adelantando el o la antecesora o antecesor se interrumpían y venía un nuevo programa. ¿Eso va a pasar con usted?
No, yo no me llamo Adán. Me llamo Antonio. Complejo de Adán, yo no tengo.
¿Qué significa llegar a ser ministro de Estado?
Un honor y una inmensa responsabilidad con el país y con un Gobierno en el que yo creo. Esta designación la asumo con un alto nivel de compromiso, quizás el mayor que haya tenido en mi vida, después de haber sido luchador social, constructor de paz, concejal de Bogotá, senador y jefe de Gabinete como miembro del Partido Alianza Verde en la alcaldía de Claudia López.
A propósito de Claudia López, ¿qué pasó con ella? ¿En que está?
Jajaja, usted sabe, Yamid, que ya no puedo participar en política electoral.
YAMID AMAT