Al cumplir su primer año como presidente de la república, Iván Duque parece comenzar a trazar un camino propio, y para ello reafirma que el Centro Democrático, su partido, no es la única colectividad en el Gobierno.
Al realizar un balance de lo que hizo en esta primera etapa de su administración, Duque no vacila en asegurar que este periodo sirvió para cumplir lo que prometió en la campaña presidencial y, con evidente satisfacción, enumera que como gobernante ha cumplido todo lo que ofreció como candidato.
Por lo demás, el país considera, en general, que el Presidente está enfrentado a una profunda polarización política, y no faltan quienes afirmen que, a veces, Duque tiene que contrariar hasta a su propio partido para no ceder a las exigencias del ala más radical de su colectividad, la cual pretende imponer medidas que muchos consideran abiertamente populistas, sin prever ni atender las graves consecuencias futuras que estas provocarían, de acuerdo con las opiniones de los ministros del actual gabinete.
Quien haya escuchado hablar a Duque durante este año, el primero de su gobierno, y quien haya observado su sistema de trabajo, seguramente pudo concluir que no estaba ante un gobierno cesarista ni promesero. En general, los analistas coinciden en que Duque dejó la impresión contraria: la de ser un gobernante sereno, sosegado y tranquilo, nunca pendenciero ni provocador, ni mucho menos camorrista. Por eso, los observadores repiten que Duque está trazando su propio camino: analista, conciliador, no politiquero.
Pero el presidente Duque no habla del tema. Se lo advierte mucho más interesado (que no asombrado) por la magnitud de los problemas que enfrenta. Cuando los analiza no parece meditar sobre la medida del conflicto, sino en la forma de solucionarlo, con lo que él define como su gran propósito: Acertar.
"Propusimos un pacto nacional alrededor de la equidad, del cierre de las brechas sociales entre los colombianos, y ya está en marcha"
¿Qué balance hace usted de su primer año de gobierno?
Nuestro balance es positivo. Propusimos un pacto nacional alrededor de la equidad, del cierre de las brechas sociales entre los colombianos, y ya está en marcha. Le prometimos al país que la economía tenía que reactivarse y crecer, y lo estamos cumpliendo de acuerdo a las más recientes estadísticas.
Le prometimos al país que fortaleceríamos la legalidad y combatiríamos el narcotráfico, y frenamos en seco los cultivos ilícitos y hemos erradicado 80.000 hectáreas en este primer año.
Le prometimos al país que sanearíamos las finanzas del sector salud, y aprobamos el acuerdo de punto final. Le prometimos al país que crearíamos programas de mejoramiento de vivienda, y 61.000 hogares ya son hoy beneficiarios de casa digna, vida digna. Le prometimos al país conectar a los colombianos porque conectividad es equidad, y ya es hoy realidad la Ley de Modernización de las TIC. Prometimos que el Estado llegaría con los servicios básicos a los hogares rurales, y 16.000 familias tienen hoy luz, algunas con paneles solares.
Pero parecería que en materia vial y de infraestructura no son buenas las cifras...
Eso no es exacto. Destrabamos 21 proyectos viales estratégicos de los 29 que recibimos. Estamos cumpliendo, ahí también, con lo que prometimos.
¿Cuál considera que ha sido su mayor éxito como gobernante?
Tengo muchas satisfacciones, pero nuestro deber es no estar nunca conformes. Siempre tenemos que lograr más por el bien del país.
En materia de crecimiento económico, ¿cree usted que vamos bien?
Logramos pasar de un crecimiento débil del 1,4 por ciento en el 2017 y en los primeros trimestres del gobierno llegamos al 2,8 por ciento con una expectativa superior al 3 por ciento para este año, lo cual nos sitúa por encima del promedio de crecimiento regional y global.
Y sobre siembras de coca y, en general, orden público, la verdad es que todas las noticias parecen buenas...
Registramos por primera vez en siete años una reducción del área sembrada de coca. Los homicidios disminuyeron en un 4 por ciento en lo que va corrido del año, y desmantelamos estructuras criminales como las de alias Guacho, David, Cadete, Orejas y decenas más; golpeamos el microtráfico y mejoramos los indicadores contra el contrabando, entre otros.
¿Y, en materia social, cuáles son los logros que más lo satisfacen?
En un año, más de 400.000 colombianos han recibido el agua potable y más de 450.000 personas tienen alcantarillado. Hemos entregado más subsidios de vivienda que en los cuatro años anteriores, y hoy más de 60.000 colombianos se han beneficiado del mejoramiento de vivienda. A esto hay que agregarle que 47.000 jóvenes están llegando gratuitamente a la universidad, que más de 16.000 familias cuentan con luz eléctrica y que más de 17.000 pequeños productores del campo están en esquemas de agricultura por contrato, recibiendo contratos a precio justo y fijo, sin intermediarios.
Pero hubo también fracasos. ¿Cuál considera que fue el mayor?
Más que fracaso, creo que debemos aprender algunas lecciones en lo referente a poder avanzar en una justicia más cercana al ciudadano. No logramos sacar adelante nuestra reforma, pero creo hoy que no se puede tratar de una reforma, sino de un conjunto de medidas que nos permitan mejorar el servicio de justicia. Aprendiendo de estas situaciones es que la ministra Margarita Cabello ha presentado un paquete de medidas que mejoran muchos aspectos de la administración de justicia y de la administración judicial.
"No logramos sacar adelante nuestra reforma, pero creo que no se puede tratar de una reforma, sino de un conjunto de medidas que nos permitan mejorar el servicio de justicia"
Sin embargo, y a pesar de su opinión, se oyen, se ven y se leen en los medios críticas a su gestión...
Siempre escucho las críticas con sentido de humildad y con vocación de dar lo mejor por el país. Las críticas constructivas siempre enriquecen.
Colombia es un país extraño frente al Presidente de la república. En general, todo lo malo se le atribuye. ¿Usted imaginó que el país fuera tan presidencialista?
No me detengo en reflexiones sobre el presidencialismo. Nuestro gobierno ha sido respetuoso de la institucionalidad, de los poderes públicos, y eso implica pesos y contrapesos. Llegué a la Presidencia para servir a los colombianos sin varitas milagrosas ni soluciones facilistas o populistas. Mi único deseo es gobernar para todos y con todos los colombianos y ejercer el poder pensando en el interés general. El poder presidencial siempre debe tener como norte beneficiar a la sociedad. Quienes lo ejercen por vanidad siempre terminan tomando decisiones equivocadas.
¿Su política de tener un solo partido de gobierno, el Centro Democrático, la mantendrá?
No hay un solo partido de gobierno. El Centro Democrático integra junto con otros partidos la coalición de gobierno que apoya e impulsa nuestros proyectos y nuestra agenda en el Congreso. En esa coalición están hoy no solo el Centro Democrático sino el Partido Conservador, Mira, Colombia Justa Libres y el partido de 'la U'. Tenemos un diálogo fluido y productivo con todos y cada uno de los miembros de la coalición de gobierno y también con sectores independientes que aportan valiosas ideas.
Pero hay inconformidad al interior de los partidos. ¿Usted cree que este sistema de gobierno sí le ha dado resultado?
En este primer año de gobierno construimos una relación con el Congreso basada en el respeto mutuo, en la autonomía de los poderes y en el diálogo para enriquecer y mejorar los proyectos de ley. La agenda legislativa que aprobamos en esta legislatura es la mejor muestra de que los resultados son positivos.
"En este primer año construimos una relación con el Congreso basada en el respeto mutuo"
La sensación es otra, en el sentido de que la agenda legislativa fracasó...
El Congreso aprobó el Plan Nacional de Desarrollo, el presupuesto bienal de regalías, la Ley de Financiamiento para la Equidad, la Ley de Modernización de las TIC, la ley del veterano, la ley de abigeato, la creación de los ministerios de Deporte y de Ciencia y Tecnología, la reforma de la ley de orden público, el acto legislativo que declara la no conexidad del narcotráfico con el delito político, entre otros proyectos.
De todas maneras, el Centro Democrático no tiene mayorías en el Congreso. ¿Cómo podrá usted resolver ese problema para lograr mayorías?
Como lo dije el 20 de julio en la instalación de las sesiones ordinarias del Congreso, invitamos al Legislativo a acompañar al Gobierno en importantes iniciativas legislativas, dentro de las cuales se encuentran el marco de protección de la vejez, los proyectos anticorrupción, la cadena perpetua para violadores y asesinos de niños, la lucha contra la extracción ilícita de minerales, entre otras. Seguiremos en nuestra relación transparente y respetuosa con las bancadas del Congreso.
¿Y cómo hará para convencer a los partidos que se han declarado independientes?
Trabajaremos con los partidos en independencia para lograr el avance de agendas concertadas. Ya no se habla de aplanadoras ni de 'mermelada', sino de discusión de los contenidos y búsqueda de consensos con todos los partidos dispuestos a debatir. Eso es un gran avance que los colombianos reconocen.
Sin embargo, hay críticas sobre la falta de proyectos de ley o de reformas realmente transformadoras en la plataforma legislativa de gobierno...
Miremos la evidencia: ha sido transformadora una ley de reactivación económica que le dio competitividad al sector privado colombiano y motiva la inversión. Ha sido transformador fortalecer la capacidad sancionatoria de la Supersalud. Es transformador el plan de desarrollo que introduce el piso mínimo social y consolida el esquema de punto final en salud, entre otros. También son transformadoras la ley de vehículos eléctricos, la creación de las zonas estratégicas de intervención integral, Zonas Futuro.
¿Y para la presente legislatura?
Vamos en la dirección de generar una ley de migraciones y de fronteras, avanzar en las iniciativas anticorrupción, promover el crecimiento limpio ambientalmente, debatir el futuro del mercado de capitales, desarrollar medidas para una justicia cercana al ciudadano y con mecanismos alternativos de resolución de conflictos, definir el futuro de las regalías, el fortalecimiento de la extradición, y muchos más proyectos conforman esta agenda.
De todas formas, las encuestas no lo favorecen. Hubo una, por ejemplo, hecha con empresarios, que califican en general mal a sus ministros...
Creo en los equipos de trabajo estables que garantizan continuidad en las políticas públicas y orientados a producir resultados. Seguiremos trabajando, del presidente para abajo, en construir crecimiento con equidad y gobernando sobre el cumplimiento de indicadores medibles y que produzcan bienestar. Consolidamos en este primer año un equipo de gobierno comprometido con los pilares de legalidad, emprendimiento y equidad en cada una de sus carteras. Es nuestro deber ser cada vez más exitosos en mostrar los resultados del Gobierno.
La gente habla de 'uribismo' para referirse al movimiento que acaudilla el expresidente Uribe. ¿Usted no piensa que también debería existir 'duquismo'?
Dije en mi discurso de posesión que Colombia no está para ismos. Tenemos que dejar de ver la política en personalismos y avanzar en las agendas de país. Por eso, este es un gobierno coherente y consistente con el programa con el que gané la candidatura de mi partido, con el que gané la consulta abierta, con el que gané la primera y la segunda vuelta. Todos los días quiero avanzar en esa agenda que busca con legalidad y emprendimiento consolidar equidad y justicia social.
Digamos que ese es su propósito. Pero ¿cómo lograrlo?
Produciendo resultados que beneficien a los más vulnerables y nos permitan expandir la clase media. En un año hemos dado pasos grandes en la cobertura de atención a la primera infancia, el mejoramiento de la nutrición, la profundización de la jornada única, la gratuidad de la educación superior, al igual que más bienes y servicios de calidad a los más vulnerables. Estos son ejemplos claros de equidad.
Pero, regresando al tema de sus ministros, la prestigiosa revista británica 'The Economist' dijo en su última edición que un gabinete más diverso políticamente podría mejorar su gobernabilidad y su situación frente al Congreso. ¿Usted qué cree?
Creemos en el respeto a los poderes públicos y en la autonomía del Congreso. 'The Economist' es libre de creer en el camino más fácil. Nosotros sabemos que nuestra ruta es más difícil, requiere más ejercicio de la democracia, más diálogo, más búsqueda de consensos.
Pero la revista afirma que con este cambio de estilo, el de la no 'mermelada', el Gobierno ha ganado el desprecio de numerosos bloques del Congreso, incluidos los partidos progubernamentales, que sienten que no están adecuadamente representados en el poder Ejecutivo...
No aceptamos que parcelar entidades del Estado y contratos del Estado sea el único camino para una relación entre el Ejecutivo y el Legislativo. Que 'The Economist' apoye ese camino fácil no significa que esa sea la ruta que debamos tomar. Si nos critican por construir un diálogo respetuoso con el Congreso, bienvenida esa crítica.
"Que 'The Economist' apoye ese camino fácil no significa que esa sea la ruta que debemos tomar. Si nos critican por construir un diálogo respetuoso con el Congreso, bienvenida esa crítica"
Pero es que, precisamente, la revista dice que el primer mandatario debería encontrar "su propio camino", comenzando por limitar su relación con el expresidente Álvaro Uribe Vélez...
Tras un año de gobierno, los colombianos ya conocen nuestra hoja de ruta. Ya saben y apoyan que todos nuestros esfuerzos estén orientados hacia el cierre de brechas, hacia la equidad, hacia la justicia social. Este ha sido un camino labrado en el diálogo con el país, y todos los días trabajamos para cumplir con nuestro programa que pone a la equidad y la justicia social en un papel protagónico.
Otro tema: ¿Cómo hará para cumplir la sentencia de la Corte Constitucional sobre el glifosato?
Lo primero que debo resaltar en este tema es el camino de respeto a la institucionalidad que el Gobierno Nacional ha tomado en esta discusión. Le solicitamos a la Corte Constitucional, en una audiencia, que nos permitiera contar con el más amplio abanico de herramientas para combatir el narcotráfico. No se trata de un herbicida sino de la capacidad del Estado colombiano de defenderse del narcotráfico, una de las amenazas más serias a su institucionalidad democrática.
En este primer año lanzamos la Ruta Futuro, una estrategia integral de lucha contra las drogas, desde el cultivo hasta el consumo final en las calles y en los barrios. Son varias las etapas y diversas las herramientas para combatir este flagelo. Seguiremos cumpliendo el fallo de la Corte Constitucional sobre este tema para garantizar todos los requisitos sociales y emplearemos todas las herramientas que se requieran para enfrentar la amenaza del narcotráfico.
¿Y los riesgos para la salud y el medio ambiente?
Todas las herramientas se aplicarán con rigor social y ambiental.
¿Qué información concreta tiene sobre el rearme de las disidencias de las Farc?
Estos grupos armados residuales constituyen una burla a la generosidad de los colombianos. Su rearme no solo es una realidad sino también una amenaza tangible a la seguridad y a la tranquilidad de varias regiones del país como el Pacífico, el bajo Cauca, el Catatumbo, entre otras. Reitero mi mensaje: a quienes genuinamente están transitando el camino de la legalidad, el Gobierno los apoya, pero quienes reincidan y se rearmen serán perseguidos con todo el peso de la ley. Ya la Fuerza Pública ha dado golpes duros a esos grupos como la caída de alias Guacho, alias David y otros cabecillas.
Hay varias tesis sobre la realidad de la economía nacional. ¿Cuál es, en su opinión?
Hace un año, la economía colombiana estaba experimentando un crecimiento bajo, generado por problemáticas que envejecieron mal. Las empresas, grandes, pequeñas, medianas y micro, sufrían por una alta carga impositiva, trámites engorrosos e innecesarios y muchas falencias en nuestro desarrollo empresarial.
Desde el primer día de nuestro gobierno lanzamos una agenda de reactivación económica basada en varios frentes de acción. La Ley de Financiamiento para la Equidad alivió la pesada carga tributaria a las empresas de todos los tamaños y generó estímulos para sectores como las industrias creativas, la agroindustria y grandes inversiones. El programa 'Estado simple, Colombia ágil' intervino y racionalizó más de 1.100 trámites que ahorran tiempo y dinero al sector público, las empresas y los ciudadanos. Los datos de la economía nos están dando la razón. Nuestro PIB (producto interno bruto) está creciendo a niveles más altos que en años anteriores, así como otros indicadores como la inversión extranjera directa, el crecimiento de la mayoría de sectores productivos, el recaudo neto.
Pero si todo lo que usted dice es así, ¿qué es lo que está aumentando el desempleo?
El mercado laboral ha presentado deterioros desde el segundo semestre del año 2015, y creo que en el último año se sintieron efectos por causa del choque migratorio y por la falta de dinamismo en sectores como el de construcción y obras civiles.
En el caso de estos dos últimos, ¿qué ha hecho el Gobierno?
Hemos venido tomando medidas como la reactivación de las obras 4G y también con aceleradores del sector construcción. Del mismo modo hemos firmado acuerdos sectoriales con gremios de la producción encaminados a crecimiento y generación de puestos de trabajo. Creo además que los últimos reportes del Dane empiezan a mostrar recuperación. Estaremos atentos para mantener la tasa de desempleo en un solo dígito durante el año 2019.
La multipresencia de ciudadanos venezolanos en Colombia ha aumentado los índices de criminalidad. ¿Cómo solucionar el problema?
Esa relación directa que usted hace entre la inmigración venezolana y el aumento en la criminalidad merece estudiarse con cuidado porque no se puede tildar a los venezolanos de ser portadores de la "criminalidad". Estamos reduciendo a nivel nacional el homicidio y los restantes delitos contra los bienes y la integridad de los colombianos. Estamos alertas y ya tomando acciones frente al hurto a personas, los robos en las calles. Pero no podemos decir que una nacionalidad específica es responsable de esas dinámicas de seguridad ciudadana. Sin lugar a dudas tenemos que tener cada vez mejores sistemas de medición y georreferenciación del delito, además de sistemas de inteligencia para desmantelar bandas.
Se han hecho críticas a sus viajes al exterior y se ha dicho que en su primer año de gobierno realizó más viajes al exterior que el presidente Santos en sus ocho años en el poder. ¿Eso es así?
Apreciado Yamid, desconozco su fuente. Entre el año 2010 y el año 2018, el Presidente de la república viajó 117 veces y en sus primeros cuatro años, es decir entre 2010 y 2014, viajó 61 veces. Yo he adelantado viajes con sentido y con propósito orientado a consolidar comercio, inversión, cooperación y posicionamiento bilateral y multilateral. Procuro no solamente hacer viajes cortos, mayoritariamente en fines de semana, sino austeros y con logros palpables para el país.
A propósito, ¿cómo resumiría el resultado de su visita a China?
En China logramos más de 400 millones de dólares para el financiamiento de infraestructura, más de 40 millones de dólares por año en comercio de banano, más de 3 millones de dólares potenciales por año de exportaciones de aguacate haas, más de 2 millones de dólares en cooperación técnica y más de 400 millones de dólares en inversiones en el país.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO