'Soy el más interesado en una investigación rápida y seria': Santos

El Presidente habla del caso Odebrecht y anuncia Colombia Repunta, empujón a la economía del país.

Foto: El Tiempo
Domingo 12 de Febrero del 2017

Señor presidente, el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, declaró que no existe prueba de recepción de dineros de la multinacional Odebrecht por parte de su campaña para la reelección en el 2014. ¿Usted cree que la prueba que la Fiscalía busca no será encontrada?

No la han encontrado y lo que me han dicho es que no la podrán encontrar porque no existe. El gerente de la campaña, Roberto Prieto, por iniciativa suya, propuso que no se recibiera ninguna contribución del sector privado y que la financiación fuera exclusivamente con la reposición de votos que ordena la ley. Así tengo entendido sucedió y así fue reportado al Consejo Nacional Electoral.

Si usted tiene total certeza de que en su campaña electoral del 2014 se cumplió plenamente la ley, ¿qué interés puede tener el exsenador Otto Bula al sostener que le entregó dinero?

Buena pregunta.

¿Qué sugiere esa respuesta suya?

Pues que hay que buscar a quién beneficia la mentira. Además, me dicen que ese individuo estaría involucrado en despojo de predios y que estaría en la mira de la agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA.

¿A su campaña no ingresó ningún recurso distinto al crédito que se obtuvo de Bancolombia para financiarla y que fue pagado con la reposición de votos?

Lo que siempre me han dicho y me han reiterado es que no.

¿Usted confía íntegramente en la pulcritud de quien era su gerente de campaña?

Conozco a Roberto Prieto y a su familia desde hace mucho tiempo. Roberto, en todos los años que ha trabajado conmigo, siempre me ha dado muestras de total honorabilidad y de rectitud. Confío plenamente en él y no tengo razones para dudar de su palabra.

¿Y confía también en la neutralidad con la que investigará su campaña el Consejo Nacional Electoral (CNE)?

Soy el más interesado en que el CNE haga una investigación seria y objetiva. Y que sus resultados se conozcan pronto. No tengo dudas de que así será. Algunos dicen que es infortunado que la investigación haya sido asumida por alguien que tiene vínculos estrechos con el exprocurador Ordóñez. Pienso lo contrario, que a nadie le quede duda, Yamid, como ha sucedido en el pasado, la verdad va a salir a flote, pero el daño ya está hecho.

Varios miembros de su gabinete han dicho que Odebrecht se debe ir totalmente del país. ¿Está de acuerdo? ¿Qué va a pasar con todas las obras en las que estaba comprometida Odebrecht y que ahora están suspendidas?

Aquí hay que actuar siempre defendiendo los intereses supremos del Estado. Hay que actuar con total firmeza y claridad contra la corrupción, y al mismo tiempo hay que buscar que las obras, que son de gran importancia para el país, no se paralicen. Por ejemplo, con el fallo del juez sobre la Ruta del Sol II, del viernes pasado, se procederá a liquidar el contrato y abrir una nueva licitación, y, en el entretanto, vamos a procurar que Invías siga la construcción de la carretera para que no se retrase la obra.

¿Cómo ve este año para el país?

El año pasado fue muy difícil. Tuvimos el peor Niño de la historia, que afectó la generación de energía y la producción de alimentos. Eso, sumado al paro de transportes, hizo que la inflación fuera más alta de lo que esperábamos, a pesar de ser inferior a la del 2015.

Hoy, el Niño ya pasó, firmamos y ratificamos la paz, estamos avanzando en su implementación, tenemos una reforma tributaria aprobada. Ya no hay incertidumbre. La inflación está bajando y vendrá una baja de las tasas de interés. Todo eso significa más consumo, más inversión, más empleo. O sea, más crecimiento.

La junta del Banco de la República es autónoma. Sin embargo ¿usted diría que las elevadas tasas de interés ya dieron resultado y recomendaría su rebaja?

Todo parece indicar que las condiciones están dadas para disminuir las tasas de interés.

¿La economía del país no está en riesgo de una desaceleración seria?

No. Por el contrario, pasamos el bache y ahora viene el repunte, fruto del trabajo del Gobierno durante estos años y que ahora podemos cosechar. Así como hicimos con el café, que pasó de una crisis severa en 2010 y, gracias a las decisiones que tomamos para aumentar la productividad, hoy tenemos una producción récord y precios elevados.

En el resto de la economía vamos a ver lo mismo. Nos quedan 500 días de grandes realizaciones. Las grandes inversiones que hemos hecho se verán este año: más autopistas, más viviendas construidas, más aulas escolares, más conexiones tecnológicas. Estas inversiones significan dos cosas: mejor calidad de vida para los colombianos y más empleo.

¿Y qué sectores, concretamente, serán los que impulsen la economía?

El sector líder este año será el de obras civiles, con crecimiento cercano al 8 por ciento. Una quinta parte de las obras de las 4G se hará este año. Es el programa de infraestructura más ambicioso de nuestra historia, y este año entra a plena marcha. Eso trae empleo, hace crecer la industria del cemento, del asfalto, la maquinaria, las siderúrgicas. Tenemos también la construcción de más de 18.500 aulas escolares que benefician a estudiantes y generan más de 100.000 empleos. Además, este año los recursos para inversión de las regalías en las regiones son un 25 por ciento superiores a los del 2016. La ejecución va a mejorar porque ya gobernadores y alcaldes tienen sus planes de desarrollo aprobados y listos para ser ejecutados.

¿Esos recursos no corren el riesgo de ser asaltados o dilapidados o malgastados?

No. Todo esto se está haciendo con la máxima transparencia. Estamos tomando todas las medidas posibles para evitar la corrupción en las inversiones en las regiones. Inclusive, en muchos sectores vamos a imponer un contrato tipo.

¿A qué atribuye que el manejo de la economía colombiana reciba buenas calificaciones internacionalmente, pero la gente del común, aquí, no lo percibe así?

El choque económico no ha sido fácil. El crecimiento ha sido más lento. Por fortuna no cayó el empleo, pero el 2016 no fue un año de bonanza. Entonces, la percepción de los colombianos es de un año difícil. Las calificadoras, en cambio, se centran en la forma ordenada como nos ajustamos y la resiliencia de nuestro aparato productivo. Ven un futuro más despejado.

Menciona usted el desempleo. Pero las cifras no son buenas en relación con otros países con economías similares como Chile, Perú, Ecuador...

Es cierto que Colombia tiene un problema estructural que hace que nuestra tasa de desempleo sea más alta que el promedio de la región. Pero aquí lo importante es constatar que en 71 de los 77 meses que llevamos de gobierno se ha generado empleo, y en su mayoría formal. Y que hace cuatro años la tasa de desempleo está en un dígito, como lo habíamos prometido.

La paz traerá además más inversión y más empleo. Mire el caso del turismo, que es uno de los que más rápido ha reaccionado a las oportunidades que trae el fin del conflicto. En ese sector, el empleo ha crecido el 17 por ciento entre el 2010 y el 2015.

En casi todos los sectores de consumo hay quejas por los precios y el impacto del IVA. ¿Qué hacer para que los hogares sientan esa mejoría, ese alivio?

Ese ajuste es temporal. Este año la inflación va a seguir bajando. Y con menor inflación, la plata nos va a rendir más a los colombianos. Con menores tasas de interés, va a crecer la inversión, el consumo. Con nuestro programa de vivienda, más de 100.000 familias van a acceder este año a casa propia. Con las aulas escolares, más de 730.000 jóvenes van estudiar en jornada completa, con mejor educación y más tranquilidad para ellos y sus papás. Con más crecimiento, más oportunidades de mejorar su calidad de vida, más empleo y mejor educación, los colombianos van a sentir la diferencia con el año pasado.

Pero son muchas las cosas que el país espera...

El problema es que las expectativas son siempre superiores a la capacidad de los gobiernos para satisfacerlas en el corto plazo.

Por otra parte, ¿esos problemas de corrupción que denuncia la Contraloría General van a alarmar a los inversionistas? ¿Afectarán los programas 4G?

No, para nada. El de Odebrecht es un caso aislado. Le doy un dato. De 14 proyectos de 4G en los que participó Odebrecht desde 2013, no ganó ninguno. Presentó dos iniciativas de autopistas y le fueron rechazadas. Y en relación con las obras de Invías, se presentó a 5, ganó 1 en 2012 y perdió 4. Todas fueron adjudicadas a otros proponentes. La confianza de los inversionistas en Colombia, lejos de disminuir, aumenta. Esta semana tuvimos el indicador de riesgo país más bajo de nuestra historia. Y ese es el indicador de confianza más severo en la economía de un país. Ellos ven que la corrupción se está destapando y se está combatiendo.

Usted ha reiterado que la paz impulsará la economía. ¿Eso está ocurriendo?

Piense simplemente lo que es quitarnos el freno de la violencia sobre la inversión, sobre el desarrollo de nuestros campos. Es además lo que sucedió en otros conflictos. Mire el caso de Irlanda. Y no hay ningún estudio que yo conozca que no establezca una relación positiva entre paz y crecimiento económico. El fin del conflicto con las Farc va a traer sin duda más inversión, más presencia del Estado en todo el territorio. Los más beneficiados son las zonas más deprimidas, que históricamente han sufrido más del conflicto.

Sin embargo, y a pesar de su claro optimismo, la proyección del Banco de la República de crecimiento de la economía este año continúa bajando y ya se encuentra en 1,8 por ciento del PIB

Para este año, el Fondo Monetario Internacional proyecta que Colombia crecerá 2,6 por ciento; Fedesarrollo, 2,4 por ciento. El Gobierno espera un 2,5 por ciento, que muestra una aceleración frente al año pasado, pero admito que no es satisfactorio. Por eso tenemos un plan. Se llamará Colombia Repunta, y lo lanzaremos esta semana. Entra con inversiones en infraestructura y para el posconflicto, programas sociales y apoyo a los sectores productivos claves. Será un gran empujón a la economía.

¿En ese paquete de medidas habrá alguna que incentive las exportaciones, que no parecen despegar?

Eso no es cierto, Yamid. A pesar del lento crecimiento de la economía mundial y en particular de nuestros principales socios comerciales, las exportaciones no petroleras han mostrado una aceleración que ya completa 12 meses. Solo en diciembre crecieron 35 por ciento. Este año continuará la recuperación. Las exportaciones agropecuarias están muy dinámicas: en diciembre crecieron 51 por ciento. La oferta exportadora del país se ha diversificado, y el sector productivo está aprovechando la mayor tasa de cambio para vender sus productos en el exterior. Y no olvidemos el turismo, que gracias a la paz y a que el mundo nos ve con otros ojos, crece aceleradamente. ¡Es hoy nuestra segunda fuente de divisas del país!

Pero, nuestra balanza comercial sigue siendo negativa...

Colombia ha tenido un déficit comercial durante décadas. Como somos un país en crecimiento, importamos maquinaria y materias primas necesarias para nuestra expansión. El déficit de la cuenta corriente creció más por el choque petrolero. Lo hemos venido bajando, y este año será de 3,5 por ciento. Es un nivel adecuado.

No parece que el sector agrícola esté reaccionando...

Todo lo contrario. El sector agrícola es uno de los principales beneficiarios de la paz. La inversión va a llegar, y todo nuestro potencial de producción de alimentos va a poder aprovecharse. Con la Ley de las Zidres, que la Corte Constitucional por fortuna acaba de avalar, se van a incentivar el agro y el empleo rural.

De todas maneras, el consumo nacional ha descendido como consecuencia de las altas tasas de interés y el aumento del IVA. Gremios como Andi y Fenalco denuncian una sensible reducción en el consumo...

El propio Banco de la República ha estimado que el impacto del IVA sobre la inflación será moderado y por una sola vez. La inflación continuará bajando, y esto abrirá espacio para reducir las tasas de interés, lo que estimulará el consumo y la inversión, y, por esa vía, el empleo.

¿Cuáles son las grandes reformas que el país económico requiere con carácter urgente en su opinión?

En este gobierno hemos hecho grandes reformas económicas porque el país tiene que seguir avanzando en su agenda reformista. Hay reformas pendientes en materia arancelaria y de trasferencias territoriales.

¿Reforma arancelaria para protegernos o para abrirnos?

Ni para lo uno ni para lo otro. Sería para hacer más racional nuestro sistema, que tiene muchas contradicciones y demasiadas dispersiones.

A propósito, ¿qué opina de las objeciones del nuevo gobierno de Estados Unidos a los tratados de libre comercio?

Nuestro comercio con Estados Unidos se ha dinamizado con el tratado de libre comercio. Somos economías complementarias, y eso es de beneficio mutuo. No hay razón para que no sigamos teniendo acceso privilegiado a ese mercado tan importante. En mis conversaciones con el presidente Trump y con el vicepresidente Pence, he recibido mensajes muy positivos.

En general, ¿cree usted que el año que está comenzando será bueno para el país?

No me cabe la menor duda de que será un buen año. Todos los analistas coinciden en que será un mejor año, y yo, por supuesto, coincido. Y con el programa Colombia Repunta tendremos unos resultados aún mejores.

Pasando a otro tema, este será el primer año con las Farc concentradas. ¿Cómo va el traslado a las zonas veredales?

A pesar de las grandes dificultades logísticas del montaje de los campamentos, avanzamos bien. El país ha visto con emoción las marchas de miles de guerrilleros hacia las zonas, acompañados por nuestra Fuerza Pública. Esta semana, más de 6.300 miembros de las Farc ingresaron a las zonas para iniciar su desarme y reincorporación.

Pero, sobre este tema ha surgido mucha preocupación en el país porque grupos de delito están ocupando las zonas que dejaron las Farc...

A esas regiones, muchas de ellas por primera vez, está llegando el Estado con todas sus instituciones, empezando por nuestra Fuerza Pública. Son más de 65.000 hombres que ahora hacen presencia permanente para garantizar la tranquilidad de los habitantes. El jueves, por ejemplo, estuve en Siberia, vereda de Valdivia, Antioquia, donde ni siquiera el alcalde había podido ir porque era un territorio controlado por el frente 18 de las Farc. Sentí inmensa emoción con el recibimiento de la comunidad, llena de esperanza y alegría, cuando antes vivían en el temor.

Sobre la paz, ¿qué tan seria siente usted la posición del Eln en esta nueva etapa de diálogo que ha comenzado en Quito?

Confío en que el Eln tenga la voluntad para avanzar en esta etapa pública del proceso. Espero que ellos entiendan la oportunidad que tienen de dejar las armas y entrar a la vida civil. He pedido al equipo negociador que avance, sin prisa pero sin pausa, hacia un acuerdo de paz con ese grupo guerrillero.

¿Cree conveniente que haya de parte del Eln un cese unilateral del fuego?

Un cese del fuego unilateral ayudaría mucho a aclimatar el proceso. Se debe iniciar por renunciar al secuestro, rechazado mundialmente como arma de guerra. Es una decisión que los colombianos esperamos. A diferencia de lo que pasó con las Farc, no estamos cerrados a negociar un cese del fuego y de hostilidades bilateral, siempre y cuando las condiciones sean adecuadas.

¿Y cuáles son esas condiciones?

Que los colombianos tengan absoluta seguridad de que su seguridad, perdonen la redundancia, estará garantizada.

¿Cómo resumiría usted los llamados que le hizo el viernes al partido de 'la U'?

Les pedí que protegieran la paz, una de las banderas del partido, y que defendieran con orgullo los programas y los logros del Gobierno en materia de educación, vivienda, infraestructura y reducción de la pobreza.

YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO