El temor que en este momento se advierte en algunos sectores de la opinión pública sobre si las Farc cumplirán con el cronograma acordado para la entrega de armas -"dejación", prefieren decir sus miembros- parecería que no tiene fundamento.
Eso, por lo menos, trasluce la posición categórica que expone Iván Márquez, uno de los máximos dirigentes de las Farc, miembro de su secretariado y, además, su vocero oficial.
Márquez -de 62 años y cuyo nombre verdadero es Luciano Marín Arango- asegura que todas las armas serán entregadas y que se está acordando el cronograma para hacerlo con las Naciones Unidas.
Ustedes pactaron la entrega inicial del 30 por ciento de las armas. ¿Cuándo lo harán?
Hay compromisos que cumplir recíprocamente entre el Gobierno y las Farc para generar condiciones que hagan posible la recepción de las armas en los campamentos de normalización.
¿Y cuáles son los compromisos para entregar el primer bloque de armas?
Necesitamos ante todo seguridad jurídica, aplicación de la Ley de Amnistía y el levantamiento de órdenes de captura como está establecido, y que se apruebe la Justicia Especial para la Paz (JEP) en el Congreso. Vamos a cumplir y a hacer dejación de armas. El país puede estar absolutamente seguro de eso. Vamos a construir el cronograma de esa dejación de armas con Naciones Unidas.
¿El primero de junio, como está acordado, ya estarán todas las armas entregadas?
Debería haber ocurrido, pero hay que mirar los cumplimientos de la contraparte, especialmente en lo relacionado con seguridad jurídica y seguridad física, y la seguridad socioeconómica de los guerrilleros.
(Además: ¿Cómo será el paso a paso del registro de armas de las Farc?)
¿Pero se va a alterar el cronograma de entrega de armas?
Nosotros vamos a cumplir, pero necesitamos la seguridad socioeconómica. Los guerrilleros no pueden quedar en el aire, lanzados a la nada. Tienen que quedar desarrollando proyectos productivos, aportándole a la sociedad con trabajo, de tal manera que no se vaya a dar en Colombia lo que se ha dado en procesos como el de El Salvador. El proceso de dejación de armas lo estamos precisando con Naciones Unidas. Tendremos en los próximos días una reunión con sus representantes para hacer efectivo lo que ya anunciamos, es decir, haremos el registro del armamento que existe en cada uno de los campamentos. Vamos a elaborar un cronograma para la destrucción gradual del armamento inestable, es decir, todo armamento a base de explosivos, y vamos a programar el traslado de las armas que están en caletas hacia los lugares que convengamos con la ONU.
¿Qué armas tienen las Farc?
De todo tipo, como el Ejército, menos aviones, tanques, artillería. Tenemos fusiles, ametralladoras, morteros, lanzagranadas múltiples, municiones y explosivos.
¿Dónde está el armamento?
En manos de los guerrilleros que se encuentran en las 26 zonas de normalización, las cuales serán el escenario del proceso de dejación de las armas. Mire: las Farc no están interesadas en tácticas dilatorias del proceso. Lo que queremos es darle tiempo al Gobierno para que pueda cumplir sus compromisos. Sabemos que tiene todo el interés para acelerar las obras atrasadas. Los campamentos guerrilleros no existen. Estamos dispuestos a aportar trabajo para adecuar esas zonas logísticamente.
¿Qué seguridad hay de que ustedes entregarán todas las armas?
¿Y para qué vamos a guardar armas si lo que vamos a hacer es política? La política no se hace con armas; incluso, la dejación de las armas tiene un propósito: apartarlas del ejercicio de la política. No más armas del Estado ni las nuestras metidas en política. Ambas han causado mucho daño. Pero la certificación del desarme total será de la ONU. En esto no va a haber engaños.
¿Pero las Farc no están condicionando la entrega de armas?
No señor. No se puede dar la idea de que el Gobierno solamente está interesado en las armas y no está interesado en cumplir los compromisos. ¿Qué pensamos? Que para dar en firme el primer paso que es la dejación del 30 por ciento de las armas, tendrán que darse unas garantías. No estoy condicionando, pero el sentido común lo impone, y el Gobierno lo entiende: debe haber garantías jurídicas, de seguridad y socioeconómicas para la guerrilla.
¿Qué tipo de garantías de seguridad jurídica?
Seguridad jurídica significa que la Ley de Amnistía se aplique. Desde el viernes estamos en un cónclave para priorizar nuestros proyectos normativos.
¿Quiénes están en esa reunión?
La Comisión de Implementación, integrada por las Farc y el Gobierno, con sus asesores más sobresalientes, porque no podemos hacer una sesión eficiente donde todo el mundo opina. Se trata de priorizar los proyectos que deben presentarse en el Congreso; el tiempo se está agotando y tenemos que decir qué es lo que nosotros pretendemos que se legisle aprovechando el 'fast track' (vía rápida de tramite). Además, en mayo se hará el primer congreso político de las Farc.
¿Cómo se hará, para qué y dónde?
Habrá asambleas preparatorias en las 26 zonas. Vamos a estar guerrilleros, milicianos e integrantes de un partido clandestino que teníamos. Allí, las Farc ya no van a existir como tal, sino como partido legal.
¿Se trata de una especie de congreso programático?
Vamos a definir los fundamentos de este nuevo partido, que hará una política incluyente, que arrastre la inconformidad del pueblo; de gente que quiere cosas nuevas en este país, que las cosas cambien pero positivamente, que se combata de verdad la corrupción que ha generado un problema muy serio en Colombia
En cuanto a la amnistía, ¿a quiénes debe cobijar?
A todos, menos a quienes están condenados por delitos no indultables. Vea lo que estoy diciendo: las personas que cometieron delitos no indultables tienen que responder ante la Jurisdicción Especial para la Paz. Y esperamos que se designe ya a los magistrados del Tribunal para la Paz.
¿Usted aspira a ser amnistiado?
Sí, claro. Mire: la amnistía es para todos. Yo quiero insistir en este tema. No pensemos que la jurisdicción está concebida exclusivamente para la guerrilla; en la Convención de Ginebra se dice que una vez firmado el cese de hostilidades, los gobiernos podrán decretar la más amplia amnistía posible, y eso no solo cobija a guerrilleros; también, a militares y a todos quienes intervinieron en el conflicto.
(También: A militares (r) les preocupa que Farc se queden en las zonas veredales)
Pero los delitos no indultables no son amnistiables...
Así es. Para los no indultables habrá sanciones que no contemplan privación sino restricción de la libertad; muchos estaríamos aportando trabajo.
¿Usted está dispuesto a someterse al Tribunal de Paz?
Las Farc están dispuestas a aportar verdad y asumir responsabilidades -es que de eso se trata-, y esperar el veredicto de los jueces. Pero eso es para todos. Yo siempre he dicho algo que es bueno analizar bien: algunos le tienen más miedo a la verdad que a la cárcel. Reitero: no va a haber impunidad. En todo caso, si la persona está acusada de delitos no indultables, pues sencillamente tiene que responder con una sanción. Esa sanción la establece el juez, y nos sometemos a eso. Estoy hablando de todos los involucrados en el conflicto. Para usar una expresión bíblica, "el que esté sin pecado que tire la primera piedra". La verdad sana las heridas. La cárcel no soluciona ningún problema; soluciona es el compromiso de dejar atrás la violencia.
Nosotros estamos afónicos de decirle al Gobierno que convoquemos un día en que todos los involucrados en el conflicto -gobiernos, ministros, empresarios, financiadores de la guerra, soldados, policías, partidos políticos, guerrilleros, paramilitares, ganaderos, hasta la Iglesia... todos- asumamos la responsabilidad por lo que pasó y nos comprometamos con un nunca más, que la tragedia de la guerra fratricida no se vuelva a repetir. Si hubiésemos hecho esto, la gente ya estaría totalmente de acuerdo apoyando con todas sus energías este proceso de paz; de nada vale seguir alimentando odios y venganzas, aquí tenemos que reconciliarnos ya.
Un sector de la opinión cree que ustedes no van a recibir el castigo que merecen...
No tienen la razón; no sé a quién se le metió en la cabeza que la cárcel es la solución. Habrá justicia restaurativa.
¿Y usted ya tiene un listado de hechos por los que debe ser juzgado y castigado?
Nosotros podemos hacer una declaración colectiva de responsabilidades, seguramente vamos a hacer eso, y hay expertos trabajando sobre esas materias; vamos a aportar verdad, sí señor, ese es el deber que impone la Jurisdicción Especial para la Paz, sencillamente cumpliremos con el deber y nos vamos a someter al veredicto de los magistrados de la Jurisdicción Especial.
¿Cuándo van a devolver el dinero que recibieron de secuestros y de extorsiones?
Eso que usted señala, que tal vez lo horroriza, ocurrió en el contexto del conflicto; la guerra requiere mucho dinero, usted no puede sostener un ejército guerrillero si no consigue uniformes, armas, municiones; si no atiende salud, alimentación, etc.
¿Y cuándo van a devolver las fincas que ocuparon?
Las tierras que ocuparon las Farc son baldíos, nunca hubo una directriz para despojar a pequeños propietarios. Nunca se orientó a semejante barbaridad. No estamos en eso. Además, hemos hecho un compromiso con el Gobierno de hacer una declaración de bienes para dilucidar esta situación.
¿Y los niños? ¿Cuándo los van a devolver?
En este tema hay mucha hipocresía. Es más grave lo que está pasando con la niñez, a nivel nacional, que lo que ocurre con un número muy reducido de menores que estuvieron en los campamentos guerrilleros como refugiados porque los paramilitares mataron a sus padres.
¿Por qué dice usted que hay hipocresía?
¿Por qué no pregunta usted por los niños que mueren de hambre en La Guajira? ¿Y los niños que viven en el abandono y la pobreza en todo el país? ¿Y los niños que no tienen la posibilidad de ir a la escuela? ¿Y los niños que tienen que trabajar para poder subsistir? ¿Y los niños que viven por aquí debajo de los puentes?
Digamos que eso es un problema del Estado. Pero mi pregunta es por los niños que reclutaron, que obligaron, a quienes dejaron sin padres y a estos sin sus hijos...
¿Obligados a qué? Nosotros no obligamos a nadie. Ahí usted no se puede equivocar; como periodista objetivo, no se puede equivocar en eso porque en la guerrilla no se obliga a estar a nadie. Mire: menores de 15 años hay muy pocos. En una consulta, el resultado fueron 33 menores de 15 años. Se pusieron 13 en custodia de unas instituciones acordadas con el Gobierno. Hay pocos, tengo entendido que entre 30 y 50. Y mire cómo son las cosas: tomamos la decisión unilateral de ponerlos en manos de instituciones del Gobierno.
¿Y eso cuándo va a ser?
Desde hace dos días están concentrándose en un lugar, están en ese proceso. Y el Bloque de Efraín Guzmán me confirmó que estaban reuniendo a menores de 18.
¿Todos los menores de 18 años que estaban en las Farc ya están en ese proceso?
Sí, están en eso. Pero, no piense que pululan los menores de 18 años en las Farc.
Finalmente, ¿por qué ustedes decidieron escoger el camino de la paz?
Porque la paz beneficia a todos: desde al campesino humilde que le arranca frutos a la tierra para garantizar nuestra soberanía alimentaria, hasta al industrial que quiere seguridad en su inversión. Conviene al soldado, al policía, al guerrillero, al paramilitar. Se deja de invertir dinero en guerra para canalizarlos en la solución de los problemas más graves que tenemos en este país. Solo a una persona que esté mal de la cabeza se le ocurre que es mejor la guerra. Es mejor la vida, es mejor la humanidad. Este nuevo país no se va a formar de la noche a la mañana. Lo entendemos, pero estamos buscando que haya garantías políticas para poder trabajar en esa dirección y que las cosas cambien positivamente.
Del seminario a la guerrilla
¿Cómo comenzó usted en la guerrilla?
La historia viene desde mi secundaria en Florencia. Yo ingresé al Seminario Menor de Florencia a estudiar. Casi me botan. Había un cura italiano de nombre Juan Bautista Bohetti. En el 67, cuando mataron al 'Che' Guevara, yo estaba en el Seminario Menor. Hice unos dibujitos del 'Che', y los demás seminaristas comenzaron a ponérselos en el reloj y a pegarlos en los cuadernos. De pronto, el cura se dio cuenta y reunió a todo el mundo, alarmado. "¡Cómo es posible! El 'Che' en un seminario!" Ordenó rezar el rosario para exorcizar y desaparecer su influjo.
¿Y por qué entró al seminario?
Cuando terminé cuarto de bachillerato en Florencia, fui a Garzón, donde también hay internado; Allí hice 5.º y 6.º. Yo quería ser sacerdote. Eramos jóvenes alentados por los curas del Caquetá; nos convencieron de ir al Seminario Mayor de Bogotá. Estuve tres años ahí.
¿Alcanzó a ser diácono?
No del todo, pero en una Semana Santa, en Santana Ramos, en la geografía abrupta del Caquetá, entre El Pato y Puerto Rico, un cura me pidió que le ayudara con el sermón de las Siete Palabras.
¿Lo pronunció usted?
Sí. Dos palabras: padre, perdónalos porque no saben lo que hacen, y por qué me has abandonado. Me enfundé una sotana blanca de la colección que tenía el cura y lo hice.
¿En qué momento decidió dejar el Seminario Mayor y meterse en la guerrilla?
Con un amigo miramos la realidad y vimos mucha injusticia. Pensamos: esto tiene que cambiar. Entonces hice contacto con la Juventud Comunista y me alimenté de esas ideas. Creo que Jesucristo fue comunista en su filosofía. Cerca del seminario estaba la embajada soviética, y yo la visitaba para leer. Entonces me metí con la filosofía marxista, que contrasta con la filosofía tomista de los seminarios. Un día dije: de aquí me voy. Se lo comenté a monseñor Augusto Castro, obispo en ese entonces de Florencia y hoy presidente de la Conferencia Episcopal. Me dijo que no había problema. Y como necesitaban un profesor de biología en Cartagena del Chairá, me recomendó y me fui para allá, y ahí comienza la historia que usted y el país conocen.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO