‘El gobierno tiene que escuchar los gritos de transformación’: Gaviria

El expresidente lanza una durísima crítica al presidente Duque y a su sistema de gobierno.

Foto: El Tiempo
Domingo 03 de Noviembre del 2019

Nadie lo duda. El país cambió. Para el expresidente César Gaviria, jefe único del Partido Liberal, lo que se escuchó en la nación el domingo pasado en elecciones fue un grito nacional que clama transformación, y que le pide al gobierno que escuche los profundos cambios que reclama la gente y que se están presentando en todo el continente. Colombia no es la excepción. Pero, según él, el gobierno no lo reconoce así. Para el jefe liberal, "el gobierno estaba el domingo bajo plebiscito" y fue rechazado.

Gaviria no se detiene en lanzar pullas y en criticar estilos. Y también considera que el liberalismo, como gran ganador de las elecciones, fue el partido que mejor leyó y mejor interpretará los deseos de la gente: cambio.

El expresidente considera que para el país, el resultado de las elecciones significa un nuevo punto de partida. Y va más allá: ve a Alex Char, el exitoso alcalde de Barranquilla, como el hombre a quien hay que tener en cuenta para las futuras elecciones presidenciales.

"Yo creo que había un fenómeno importante por medir en las pasadas elecciones: cuál era la fuerza política real del Centro Democrático después de haber ganado las elecciones presidenciales. Era su primera medición electoral como partido de gobierno ya que es el único partido que tiene posiciones en el gobierno. Ahí hay una duplicidad del Presidente, difícil de entender: los nombramientos de otros partidos los llama 'mermelada', pero no a los que hace para el Centro Democrático", comienza diciendo el expresidente Gaviria.

Había un fenómeno importante por medir en las pasadas elecciones: cuál era la fuerza política real del Centro Democrático después de haber ganado las elecciones presidenciales.

Al margen de ese análisis, para usted, ¿qué fue lo más importante que ocurrió?

Que el Partido Liberal pasó sin equívocos a ser de nuevo el primer partido de Colombia y el partido desde el cual debemos organizar un proyecto político que tenga amplia acogida en sectores sociales, sindicales, entre trabajadores, entre los estudiantes, porque este país necesita un gobierno así, y ya el liberalismo lo ha hecho en nuestra historia, sobre todo en el siglo XX. Un gobierno que sea capaz de interpretar los profundos cambios que están ocurriendo en el país y en toda América Latina. Formularemos propuestas para interpretar a ese país.

¿Usted cree que el domingo pasado el país cambió?

Sí. La votación del domingo mostró muchas cosas; el Partido Liberal volvió a ser la primera fuerza política de la nación, el que mejor leyó los deseos de la gente, el partido verde tuvo una interesante participación, no tanto en volumen como en lo que ellos representan para la renovación de la política de las grandes urbes.
Y este fenómeno de renovación que usted advierte, ¿hasta dónde puede llegar?
Nos debe llevar en todo caso a un gobierno de amplio espectro que sea capaz de interpretar a los sectores contestatarios de la sociedad colombiana. En el gobierno del presidente Duque, todos esos sectores contestatarios e inconformes se sienten ofendidos, maltratados, rechazados por el gobierno. Es algo que no creo que le sirva al país, pero ellos decidieron hacerlo de esa manera. Creo que nada quieren aprender de lo que ocurre en el resto de Latinoamérica.

Entonces, ¿cree que el Presidente debería replantear su estilo de gobierno?

Es que es muy difícil que el Presidente cambie porque él tiene una mentalidad un poco extraña sobre lo que son los sistemas políticos y es muy difícil que pueda constituir un gobierno de mayorías. Lo distancia de ello, por ejemplo, decisiones que ha tomado el Ministerio de Hacienda de limitar el gasto público, así las destinaciones y los recursos estén en el presupuesto. Hay 30 billones de pesos guardados en el Banco de la República. Y eso es un poco extraño. Y no tenemos un presidente que mande, que ordene invertirlos o pagarlos. El nivel de ejecución presupuestal es muy bajo.

El gobierno estaba bajo plebiscito el domingo y es evidente que la gente lo rechazó, así el expresidente Uribe, en un gesto de hidalguía, haya dicho que la responsabilidad era suya y no de Iván Duque. El resultado del domingo dejó claro que la gente aprecia la paz, respeta los acuerdos, los quiere conservar. Las trabas y reformas que quiso introducir el gobierno fueron contundentemente rechazadas, esta vez en las urnas. El país no se siente interpretado, no ve al presidente Duque dedicado a resolver los problemas más importantes, y eso en parte refleja el resultado electoral del domingo. Y fuera de eso, el Centro Democrático, como partido de gobierno, no logró interpretar a todos sus simpatizantes. Creo que lo que hubo fue un rechazo al estilo de gobierno del presidente, que ha dejado atomizar la autoridad presidencial.

¿Cree usted que los resultados del domingo son un nuevo punto de partida?

Sí. Esos resultados son punto de partida para definir el modelo de país al que aspira la mayoría de los colombianos. Y es, a partir de allí, que se van a construir proyectos políticos, candidaturas, propuestas. Nada de gobiernos elitistas, cerrados e incompetentes.

¿El liberalismo siente que puede ganar la presidencia con candidato propio?

Lo más importante es llegar a un programa que interprete el país, interprete el ansia de cambio que hay, y no podemos decir que tiene que ser liberal, no, puede ser de otro partido o sector social con tal de que interprete lo que nosotros vemos en la gente, ese deseo de cambio, de transformaciones que el país reclama. Porque no hubo proyectos importantes del gobierno en el sistema de salud, educación, transporte, pensiones, régimen laboral; proyectos de mayor control político y fiscal del gobierno. No más al populismo barato del jefe del partido de gobierno, que quiere cobrarles los beneficios con la prima extra que está en el Congreso.

Pero ¿va a cambiar la posición del liberalismo frente al gobierno?

Creo que va a ser de independencia. Por ejemplo: no podemos aceptar lo que está diciendo el ministro de Hacienda, que no le podemos tocar ni una coma al proyecto sobre financiamiento. Esa es una interpretación muy rara de las normas con las que constitucionalmente funciona el Congreso. No sé hasta dónde el Congreso está dispuesto a que los impuestos aprobados en la legislatura pasada se gasten en dar estímulos a los sectores más adinerados y más pudientes del país, o mejor se establezcan con el dinero de los contribuyentes, mientras el desempleo crece y tantas necesidades de la gente están insatisfechas. Yo no estoy en desacuerdo con la tributación, pero hay que ver en qué momento se hace, a quién se grava y en qué se gasta.

El resultado del domingo dejó claro que la gente aprecia la paz, respeta los acuerdos, los quiere conservar

Entonces, ¿el Partido Liberal no votará el proyecto como lo hizo la vez pasada?

No. Y le recuerdo: el liberalismo no apoyó el proyecto inicial que gravaba con IVA a toda la canasta familiar. El proyecto aprobado salió del Congreso, no del gobierno. Y los recursos que el Estado obtuvo se destinaron a financiar el presupuesto para el año 2019. Los que vienen para el año 2020 no están destinados a eso, están destinados por iniciativa del gobierno a pagar subsidios, exenciones, rebaja de tarifas; la parte que el Estado de verdad va a recibir es muy pequeña, es menos del medio punto del PIB o aun puede ser negativo, como lo señaló Fedesarrollo para la época en la que fue aprobado.

Es decir, no le gusta la ley de financiamiento como está hoy...

No. Lo que tenía que ver con este año 2019 pues era aceptable, pero ya para el próximo año yo creo que esa reforma va a hacer más daño que bien.

¿Más daño que bien?

Sí.

¿Por qué?

Porque se recaudará muy poco para el Estado, si se logra recaudar algo. Todo el mundo sabe que es plata para otorgar subsidios y exenciones y rebajas de tarifas para los adinerados.

¿De ninguna manera será aprobada la ley tal cual se aprobó?

No, de ninguna manera va a ser aprobado tal cual. No, en lo que tiene que ver con nuestro apoyo. No lo tendrá.

¿Es decir que la ley de financiamiento está en riesgo de no ser aprobada?

Sí. Pero mire, eso no causará preocupación, así como no causó preocupación el día que se cayó en la Corte. Los indicadores económicos no cambiaron, nadie entró en pánico, porque realmente no se justificaba.

¿Si la ley de financiamiento no se aprueba, no pasa nada grave?

No, no, no. El Gobierno puede funcionar sin otra reforma tributaria adicional. Y las proyecciones señalan que puede ser negativo su resultado en el 2021 y 2022.

¿Qué consecuencias debería tener el resultado electoral del domingo?

El gobierno tiene que pensar y salir del esquema absurdo que hoy practica, en el sentido de que no se le puede dar a nadie representación porque eso es 'mermelada', así el Minhacienda sí lo haga para pasar de afán sus proyectos, así se caigan en la Corte por la precipitación con la que actuaron. A mí hasta me excluyeron de la definición del texto final que negociaron con las mayorías de la Cámara y el señor ministro dijo a los medios que yo no le había colaborado.

Por lo demás, hay muchas regiones que no tienen ninguna representación en el gobierno. Yo nunca logré que el presidente Duque me dijera en público que yo no le he pedido jamás puestos. Si no lo he hecho nunca, mucho menos ahora me voy a sentar a discutir de puestos. Ese es un tema en el cual todo el tiempo hay rumores de cambios. A mí no me interesa porque ya el Presidente me quedó mal en lo que le ofreció a la bancada liberal al comienzo de la legislatura. Yo no tendría credibilidad para caer en las mismas con otra tanda de lo mismo. Eso tal vez lo podrían hacer con otra dirección liberal. La independencia fue el primer factor del triunfo. El Partido Liberal quiere y va a mantener independencia.

¿Eso supone que no habrá ningún diálogo con el gobierno?

Yo no he dicho que no habrá diálogo o discusión. Lo importante es a dónde queremos llevar el país. No es si nos pensaban ofrecer ministerios o no.

¿Qué va a pasar si el gobierno no logra mayorías en el Congreso?

La concepción que tiene el presidente Duque del gobierno es algo inédito; no hay ningún país del mundo donde un gobierno parlamentario sobreviva sin mayorías y no hay gobierno presidencial en ninguna parte del mundo que sea capaz de gobernar con minorías en el Congreso. Eso pone a los gobiernos a tambalear. Y ellos no han querido medir las consecuencias de lo que están haciendo. Eso es muy grave, porque ese tipo de desequilibrios solo produce gobiernos débiles y que no representan al país.
Y ese sistema de gobierno, cree usted, provocó resultados como el de Bogotá, el de Medellín, el de Cali, Cartagena, Cúcuta y otros tantos...

Es evidente que el país siente que lo que quería y esperaba del gobierno no es lo que está pasando. Lo que hay es un gobierno que evidentemente tiene poco dinamismo, que no tiene muchos propósitos, que está bregando a devolvernos a los temas del pasado, y ya vimos que la gente de las Farc no quiere volver a la guerra, quieren seguir en paz y no quieren dejarse torear por aquellos que quieren que regresen a la guerra porque lo único que saben hacer es hablar de guerra. Pues eso no va con nosotros. La decisión de no gobernar con leyes que requieren mayorías en el Congreso es bastante mala. Quiere decir que no habrá reformas, solo pequeños retoques a la legislación. No nos espera nada bueno. El país puede tener retrocesos si no avanzamos legislativamente en muchos frentes.

¿Proyecta una especie de coalición con Cambio Radical y con 'la U'?

Nosotros no tenemos nada que nos divida de manera permanente con Cambio Radical o con 'la U'. Lo que pasa es que la manera como el gobierno ha actuado nos ha acercado muchísimo. A lo que tenemos que dedicarnos es a determinar qué tipo de proyecto político tenemos que desarrollar y a quiénes vamos a invitar.

En este momento, no está claro quién puede ser el sucesor del presidente Duque...

Claro que no. Lo que es improbable es que el Centro Democrático vaya a elegir el próximo presidente. Es que si alguna cosa muestra el resultado electoral, es que el Partido Liberal es mucho más que cualquier dirigente; fíjese que una buena cantidad de dirigentes se fueron para otros sectores diciendo que el Partido Liberal se había acabado y pasó todo lo contrario: sin ellos pudimos sacar un resultado excelente. Yo ni me molesté en responder por los que me criticaron mi manera de conducir el partido.

¿Qué piensa sobre el alcalde de Medellín, Daniel Quintero?

Nos gustan su origen, su preparación, su sentido crítico.

¿Y sobre la alcaldesa de Bogotá?

Le vamos a colaborar en la medida que ella lo desee. Yo la llamé y le ofrecí la colaboración liberal, no sé ella en qué términos la quiera o cómo la quiera, pero ella ya sabe que en lo que depende de nosotros, tenemos buena voluntad para ayudarle.

¿Claudia López puede contar con el apoyo del Partido Liberal para lo que desee?

Sí, en la medida que sus acciones sean en bien de la ciudad.

¿Y Jorge Iván Ospina en Cali?

También votamos por él. A diferencia de Claudia, por quien no votamos, por Ospina sí votamos. Y era un candidato que provenía de la izquierda y tenía el apoyo electoral del Partido Liberal.

¿Por qué cayeron o fueron derrotados los candidatos Galán y Uribe en Bogotá?
Son dirigentes jóvenes muy importantes, conocen bien a Bogotá y el país les cabe en su cabeza.

¿Por qué hubo una votación tan alta del Partido Liberal en Sucre y Córdoba?

Los liberales están regresando a su casa.

¿Cree que Char está apareciendo como figura nacional?

Nosotros tenemos simpatía por Alex Char. Nos gusta su perfil político y lo que ha hecho, y nos parece un dirigente serio, responsable, que consigue sus propósitos, que se hace querer de la gente; él es sin duda una figura que habrá que tener en cuenta para las próximas elecciones presidenciales.

¿Y con Fajardo?

Él siente un rechazo por nosotros que no es tan fácil de entender. Él dice que estamos desprestigiados, pero eso no es lo que piensan la mayoría de los colombianos. La vez pasada rechazó nuestro apoyo para su candidatura o, mejor dicho, rechazó la consulta coincidente con la elección parlamentaria, porque no quería el apoyo liberal, aunque sí el de nuestro candidato De la Calle. Y repitió su política aun después de la votación para cuerpos colegiados y antes de la primera vuelta. Pues yo me imagino que como no lo quiso antes tampoco lo quiere ahora.


YAMID AMAT 
Especial para EL TIEMPO