Rodrigo Rivera, en entrevista con Yamid Amat, aseguró que, tal como están las relaciones con ese país, se puede pensar en lo que parecía impensable.
"Atrévanse a pensar en lo impensable". Con esta frase, utilizada por el presidente Juan Manuel Santos cuando ocupaba el Ministerio de Defensa e instruía a sus hombres sobre la 'Operación Jaque', el actual titular de la cartera, Rodrigo Rivera, revela y anticipa que habrá "un entendimiento con Venezuela, en todos los frentes, incluyendo el militar".
Rivera, un abogado pereirano de la Universidad Libre, con estudios en desarrollo económico y derechos humanos en American University, anuncia el total restablecimiento del fuero militar y la creación de la Fiscalía Penal Militar y habla sobre la posibilidad de un eventual nuevo acuerdo de cooperación militar con EE. UU.
¿Cuál es su principal misión como Ministro de Defensa?
Hacer irreversibles los logros de los últimos años. La guerrilla sigue siendo un problema grave, con capacidad de perturbación, pero en la medida en que nuestras Fuerzas Militares y de Policía sigan a la ofensiva, los terroristas tendrán menos tiempo para planear el daño. Por eso, la decisión de instruir a nuestras fuerzas en arreciar tiene un sentido estratégico. Estamos conscientes de que, si nos descuidamos, podemos sufrir sorpresas desagradables. Esta será una ofensiva sin tregua hasta obtener una victoria definitiva con el apoyo de los colombianos y de la comunidad internacional.
¿Hasta dónde los países vecinos siguen siendo, con su consentimiento o sin su consentimiento, refugio de la guerrilla?
El narcoterrorismo es una manifestación desestabilizadora multinacional, no es doméstica. Combatirlo no es responsabilidad de un Estado sino que compromete el esfuerzo de toda la comunidad internacional. Vamos a seguir insistiendo en que todos los países de la región cumplan con sus obligaciones, en acatamiento a los tratados que han suscrito para enfrentar esos dos flagelos: el narcotráfico y el terrorismo. Vamos a insistir en que haya políticas de cooperación judicial, de seguridad fronteriza, de intercambio de inteligencia para que esas fuerzas que nos afectan a nosotros y a ellos sean enfrentadas conjuntamente.
¿Pero hoy existe complicidad?
Las expresiones en el sentido de que todos los gobiernos vecinos tienen una firme voluntad de enfrentarlos son creíbles y vamos a trabajar con esa línea. El derrotero que ha trazado el presidente Juan Manuel Santos es que las buenas maneras y las vías diplomáticas van a ayudar a construir la confianza indispensable para que la cooperación funcione.
¿Cómo le fue con el ministro de Defensa de Venezuela, el general Carlos Mata?
Muy bien. Fue una reunión de ministro a ministro. Conversamos con franqueza, con el espíritu más constructivo, poniendo las cartas sobre la mesa y tratando de construir confianza personal. Tendremos una línea directa, blindada, para compartir información y tareas que nos permitan enfrentar la delincuencia en uno y otro lado de la frontera. Extenderemos esa interlocución a los altos mandos militares y de policía.
¿Cuál es la situación hoy en la frontera entre Colombia y Venezuela?
Es una frontera larga y porosa que exige que ambos países trabajen de manera combinada para enfrentar los desafíos de la delincuencia ordinaria y de la delincuencia organizada financiada por el narcotráfico, que nos afecta en ambos lados. Sólo combatiéndolas conjuntamente pueden ser extirpadas.
Coincidió su visita a Venezuela con la caída del convenio de cooperación militar con Estados Unidos. ¿Contribuye a las nuevas relaciones con Venezuela que ese acuerdo se haya caído?
En la cumbre de ambos presidentes en Santa Marta, el tema solamente se abordó para establecer que era un asunto interno de Colombia y que hacía parte de la soberanía de nuestro país. Respetamos y acatamos la determinación de la Corte, pero aún no conocemos el texto completo del fallo. Nuestra primera impresión, por el comunicado que ha hecho la Corte, es que quedan intactos los acuerdos y tratados que sustentan la cooperación que hemos tenido tradicionalmente con Estados Unidos y que nos han permitido golpes muy fuertes a estructuras de narcotráfico y terrorismo en Colombia.
¿Considera indispensable o necesario el acuerdo de las bases?
Consideramos necesaria la cooperación.
Un periodista norteamericano dijo que el acuerdo era una manera de disuadir a Venezuela de cualquier mal pensamiento. ¿Usted lo cree?
Lo que creo es que es muy importante ser prudente. Los periodistas están en su derecho de hacer toda suerte de consideraciones. Sería un error que las hiciera el Ministro de Defensa. Puedo decirle que ningún país debería sentirse amenazado con que reforcemos la cooperación para atacar internamente a nuestros enemigos.
¿Es decir que el acuerdo de las bases nunca se hizo pensando en Venezuela?
Yo no hacía parte del Gobierno en ese momento, no puedo responder por eso. Lo que puedo decir es que la cooperación que Colombia tiene con gobiernos de otros países para enfrentar narcotráfico y terrorismo tiene un alcance de mayor eficacia multilateral. La delincuencia atada al terrorismo y al narcotráfico no tiene fronteras y el mundo civilizado ha aprendido a reaccionar sin fronteras, con cooperación de los países.
Parece que uno de los puntos que condujo a la Corte Constitucional a tumbar el acuerdo es que consagraba inmunidad a los militares norteamericanos y a sus familias y dependientes.
El estatus del personal de otros países que hace parte de la cooperación con Colombia está regulado por instrumentos jurídicos y por normas de derecho internacional. La Corte ha dicho que los alcances de este acuerdo jurídico simplificado le dan la característica de un tratado y por lo tanto debe pasar por el Congreso, y luego a la revisión automática de la Corte. Ha dicho que no se trata de un análisis de fondo sobre el acuerdo, porque si el tratado llega a ser llevado al Congreso la propia Corte tendría que hacer control automático de constitucionalidad de ese tratado. Los demás instrumentos que soportaban la cooperación de Estados Unidos con Colombia, un acuerdo del 52, uno del 62 y uno del 74 no fueron objeto de examen de la Corte y se mantienen vigentes.
¿Cree que Colombia obtendrá de Venezuela apoyo para combatir la posible presencia de guerrilla en ese país?
Creo que la interlocución y el diálogo van a servir para que estos temas queden clarificados y para que Colombia siga construyendo una política cada vez más eficaz contra enemigos comunes. Hoy son nuestros, pero mañana serán de otros países de la región. Eso ocurrió con el narcotráfico: cuando enfrentamos los desafíos de los carteles de la droga hace 20 años, casi que la comunidad internacional decía que ese era un problema colombiano; ya se ha visto su profundo poder de desestabilización en toda la región, incluso en países con tanta fortaleza como México o Brasil. Colombia está cooperando con esos países por su experiencia en seguridad y de lucha contra modalidades delictivas sofisticadas.
¿El Gobierno va a insistir en el acuerdo sobre las bases?
No vamos a mirar hacia atrás. Evaluaremos cuando conozcamos el fallo de la Corte Constitucional.
¿Pero el solo hecho de pensar en la posibilidad de presentar el acuerdo simplificado como tratado no significa desconocer el malestar que ese acuerdo produjo en todo el continente?
Repito: el Gobierno no ha tomado aún ninguna decisión y no miramos atrás.
¿No se requiere el acuerdo de las bases?
Cuando el presidente Santos era ministro de Defensa, inspiró a nuestros héroes de la Fuerza Pública para la 'Operación Jaque' diciéndoles: "Atrévanse a pensar lo impensable". Nosotros adoptamos esa frase como un lema del Gobierno; nos estamos atreviendo a pensar lo impensable: nuevos niveles de cooperación, de sofisticación en esa cooperación, de eficacia; a lo mejor sin este mismo acuerdo, puede que uno distinto. Falta un elemento de juicio muy importante para tomar una decisión: conocer el fallo de la Corte. Quizá tengamos que entrar en una etapa que nos permita resolver en un plazo más corto este infierno que hemos sufrido durante cuatro décadas; no podemos caer en el triunfalismo, ni bajar la guardia, y quizás llegar a esa etapa decisiva requiera más esfuerzo, no solamente colombiano sino también cooperación internacional más sofisticada. Tenga la certeza de que si requerimos más cooperación de aliados de Colombia en esta materia, la vamos a pedir.
¿Eso qué quiere decir?
Que el acuerdo simplificado sobre el cual se acaba de pronunciar la Corte no es nuestro techo, es un punto de referencia muy importante, pero vamos a buscar otro. Estamos atreviéndonos a pensar lo impensable, estamos imaginándonos otra clase de instrumentos que nos permitan una especie de relanzamiento de la eficacia, de la contundencia contra el narco-terrorismo, que incluye elementos muy sofisticados de cooperación, de tecnología, de inteligencia.
Muchos influyentes medios americanos, el 'Post', 'Time' y parlamentarios del Partido Demócrata dijeron que era mucho más lo que se había perdido con el escándalo que hubo y con la reacción del continente que lo que se ha ganado...
Pero ahora hay un ambiente de confianza renovado. Creo que estamos en un momento de oro en la relación de Colombia con Estados Unidos y con la región. Démosle chance a este nuevo momento, que nos permita alcanzar un destino superior, lo cual va a ser una muy mala noticia para los narcotraficantes y para los terroristas, que tendrán que poner sus barbas en remojo porque este buen momento político internacional de Colombia lo vamos a aprovechar al máximo para conseguir instrumentos que nos permitan derrotarlos.
¿Lo que usted llama pensar en lo impensable supone un trabajo conjunto de Colombia y Venezuela contra la guerrilla?
Así es. La agenda será de entendimiento en todos los frentes, incluyendo el militar y policial, contra todas las modalidades del delito.
Siguiente tema, el fuero militar. ¿Cumplió ya el presidente Santos su promesa de campaña de restablecerlo?
El presidente Santos acaba de sancionar el nuevo Código Penal Militar. Allí existe una modernización de las normas para que sea cada vez más independiente la justicia penal militar. Estamos hablando de que se castigue a los culpables y se absuelva a los inocentes y de que buenas fronteras hagan buenos vecinos con la justicia ordinaria. O sea: delitos o conductas que no tengan que ver con el servicio activo, van a seguir siendo juzgados por la justicia ordinaria.
Un general en retiro comentaba hace unos días que el fuero militar hoy en Colombia sólo existe para delitos menores, como el del centinela que se duerme...
Me parece una opinión respetable, pero excesiva.
¿Cree necesario el fuero militar?
Sí. Que exista una justicia penal militar fuerte, independiente, creíble. También creemos que sobre delitos de lesa humanidad o no vinculados con el servicio en los que puedan haber incurrido algunos miembros de las Fuerzas Militares debe existir una competencia clara de la justicia ordinaria. El Gobierno trazará una hoja de ruta con decretos reglamentarios, escuchando a actores sobre la materia.
El nuevo Código Penal Militar introduce en la justicia militar el sistema acusatorio. ¿Cómo se desarrollará?
Habrá una Fiscalía Penal Militar para establecerlo. Hasta hoy tenemos los rescoldos del sistema inquisitivo, donde el mismo juez investigaba y tomaba decisiones; ahora se separan y esto les va a dar garantías a los miembros de la Fuerza Pública; habrá fiscal, defensor, y por supuesto, fallará el juez.
Usted les acaba de pedir al Fiscal General y a la Judicatura una pronta verdad judicial sobre lo que pasó en los llamados 'falsos positivos'. ¿Qué es lo que busca? ¿Que pase el tema a la justicia penal militar?
Lo que queremos es que eso no se someta a la inercia ordinaria de dilación en la rama judicial, sino que tengamos a la mayor brevedad la verdad de lo que pasó en esos casos y que si eso supone crear nuevos fiscales, jueces, unos recursos presupuestales especialmente dirigidos para conseguir ese propósitos, el Gobierno está dispuesto a prestarle ese respaldo a la justicia ordinaria.
¿Cómo se va a reglamentar el nuevo código?
Hay comisiones encargadas de trabajar en esa iniciativa. Cuando se instauró el sistema acusatorio nuevo, la justicia ordinaria estableció zonas para una progresiva aplicación en todo el territorio. Es lo que estamos estudiando para anunciar a la mayor brevedad la normatividad, la justicia oral y los principios de controversia de las pruebas, aplicados ahora a la justicia militar.
Se buscará algún tipo de acompañamiento internacional para enfrentar el mal nombre que pueden tener algunos de nuestros militares en el exterior?
He tenido reuniones con el delegado de la ONU para derechos humanos en Colombia, con el de la Cruz Roja Internacional y estamos construyendo un proceso de acompañamiento muy serio, no sólo frente a episodios como este de los mal denominados 'falsos positivos', sino también frente a la integración plena del Derecho Internacional Humanitario en las prácticas ordinarias de nuestras Fuerzas Militares y de Policía.
Sobre este tema de derechos humanos, ¿cuál será su política como ministro?
El eje de gravedad de la actuación de nuestras Fuerzas Militares y de Policía será el cabal respeto de la Constitución, la ley, los derechos humanos, el Derecho Internacional Humanitario y la clara conciencia de que el poder que ejercen no lo dan solamente las armas que los colombianos hemos puesto en sus manos, sino que es fundamentalmente un poder moral, un poder ético superior. Nuestras Fuerzas Armadas serán un ejemplo para el mundo de respeto a los derechos humanos, como lo han sido en resultados que el mundo reconoce. Ese es un compromiso con la legitimidad y dignidad frente a la elevada misión que nuestra democracia ha puesto en las manos de nuestros héroes soldados y policías.
YAMID AMAT
ESPECIAL PARA EL TIEMPO