‘En la guerra comercial todos perdemos’: Javier Díaz Molina, presidente de Analdex / Entrevista de Yamid Amat

El alto funcionario, quien ha dedicado la mayor parte de su vida profesional a la investigación económica, asegura también en su entrevista con este cronista que se tendrá que "llegar algún día a gravar las altas pensiones". El diálogo comienza con una especie de lista de las nuevas cargas tributarias que llegan. O, dicho mejor, que llegaron.
Nos comprometimos con el país a sacar adelante una reforma tributaria para la igualdad y la justicia social, y estamos materializando ese propósito. Vamos a acercarnos a un sistema tributario realmente progresivo. Nada ganábamos teniendo tarifas altas en el papel, cuando en la práctica quienes ganaban más tributaban menos.
En términos de tarifas, las personas jurídicas mantendrán la tarifa del 35 % a la que venían tributando. Muy pocas personas jurídicas con rentas líquidas altas tributarán puntos adicionales en el impuesto sobre la renta. Este es el caso de entidades del sector financiero, que tributarán 5 puntos adicionales. El año pasado fueron 3. También, las entidades que generan energía a través de recursos hídricos, que tributarán 3 puntos adicionales. Las entidades que extraigan carbón y petróleo tributarán puntos adicionales si los precios de sus productos son altos.
Adicionalmente, las empresas que pagan regalías ya no las podrán deducir de su impuesto sobre la renta.
Sí, todos se empiezan a aplicar en 2023. Los últimos en hacerlo serán los denominados impuestos saludables, a partir del próximo 1.º de noviembre.
Hay personas naturales que aumentarán su carga tributaria, y otras que la verán reducida. El aumento o disminución de esa carga tributaria dependerá de las condiciones particulares de las personas.
Por ejemplo, la reforma tributaria incluyó la deducción del 1% de las compras que hagan las personas naturales a través del sistema financiero pidiendo factura electrónica, y extendió hasta 4 el número de dependientes con el que pueden solicitar la deducibilidad. Así, a las personas que tengan más de un dependiente y pidan factura electrónica se les bajará la carga tributaria. También se disminuyeron los límites para los beneficios de rentas exentas de personas naturales.
Digamos, el límite de la renta exenta de trabajo del 25 % del salario pasó de 122 a 33 millones, aproximadamente, para el 2022. Eso quiere decir que una persona que en 2022 haya ganado 11 millones mensuales no se verá afectada con la disminución del límite. Una persona que haya ganado más de 11 millones al mes sí incrementará su carga tributaria.
El propósito central de las medidas contenidas en la reforma es apoyar el gasto social para promover la igualdad y la justicia fiscal, así como impulsar la materialización de la equidad, la progresividad y la eficiencia del sistema tributario. Así lo ordena la Constitución.
Aumentar la base de personas que pagan renta supone incrementar la carga tributaria de quienes menor capacidad contributiva tienen. Eso iría en contra de lo que nos hemos propuesto hacer. Por esa razón, la reforma se enfocó en lograr que tributen más quienes tienen mayor capacidad contributiva.
Se trata de un tema de salud pública. Queremos que las personas entiendan los efectos que el consumo de estos alimentos implica para su salud. Promover una alimentación saludable para prevenir enfermedades es algo que beneficia a todos los colombianos, y no solo a un segmento.
Esta reforma no introdujo impuestos al consumo: introdujo impuestos a la fabricación de productos que tienen efectos potencialmente perjudiciales en la salud o el ambiente. Los responsables de los impuestos saludables y ambientales son los productores o importadores, y no los consumidores. Estos impuestos son económicamente eficientes y deseables para hacer frente a impactos medioambientales y en el sistema de salud.
El primer paso, si me permite la cuña, es la implementación de reformas como la que se aprobó y está entrando en vigor. Esta es una reforma en la que la progresividad es un eje fundamental para subsanar buena parte de la regresividad del sistema tributario colombiano. Aumentar la progresividad del sistema tributario, que es una prioridad para el Gobierno Nacional, implica un mayor esfuerzo de sectores privilegiados de la economía. Un esfuerzo, que es importante reiterarlo, no hará pobres a quienes más tienen.
Con las facultades buscamos que la Dian sea eficiente en recaudación y fiscalización a nivel tributario, aduanero y cambiario, sin dejar de lado la facilitación y cercanía con nuestros contribuyentes. Este proceso de fortalecimiento también será fundamental para atacar la evasión, la elusión y el contrabando.
Al 31 de diciembre tuvimos un recaudo bruto de 228,6 billones de pesos, es decir, millones de millones de pesos. Eso quiere decir que hubo un sobrecumplimiento de la meta fijada por el Ministerio de Hacienda, el cual se ubicó en el 105,9%. Esa cifra representa un crecimiento del 31,4 % con respecto a 2021, representado en $ 54,7 billones de pesos adicionales a los $ 173,9 billones recaudados en 2021.
Los impuestos que presentaron un mejor desempeño fueron los asociados al comercio exterior, con un crecimiento de 43,8 %; seguidos por renta, con 42,2 %, y retención en la fuente por IVA, con 35,5 %.
El mayor contribuyente es por retención en la fuente por renta, con 34,6 %; impuestos por comercio exterior, con 21,3 %; IVA, con 19,8 %, y renta, con 10,8 %. Estos impuestos representan el 86,5 % del recaudo total.
Se incrementó en 30,4 % la meta de recaudo bruto con respecto al cierre esperado de 2021, lo que quiere decir que estaremos enfocados en recaudar 298,1 billones de pesos. Este valor incluye el recaudo esperado por la reforma tributaria para la igualdad y la justicia social, que asciende a 20,3 billones de pesos.
El ministro Ocampo lo ha mencionado. Pese a la situación económica que Colombia pudiera enfrentar durante 2023, lo cierto es que el país mantendrá a flote sus ingresos y no se afectará su sostenibilidad fiscal.
El efecto dependerá de la elasticidad del precio de la oferta y de la demanda de cada producto. Habrá consumidores más sensibles al eventual cambio de precios, y habrá también productores más sensibles a la regulación. Habrá otros que no. Además, el cambio será paulatino: las tarifas se incrementarán año a año progresivamente, y este año, como le dije, solo se aplicarán desde noviembre.
Uno de los logros de la reforma tributaria fue introducir la discusión de la tributación real en el país. No ganamos nada con tener tarifas altas en el papel si en la práctica no se están pagando. La meta y el objetivo desde el punto de vista de política pública es tener una tributación efectiva progresiva y creo que estamos avanzando en esa dirección.
Estamos muy satisfechos con la masificación de la factura electrónica. Cerramos 2022 con 920.718 habilitados. De ellos, 198.799 son nuevos facturadores electrónicos.
Los responsables de facturar expidieron más de 1.747 millones de estos documentos y se finalizó con 315.000 sujetos generando nómina electrónica. A partir del 1.º de febrero de este año, a partir de 5 UVT (Unidad de Valor Tributario), es decir, 212.600 pesos, se debe expedir factura electrónica en todos los casos. Según nuestras proyecciones, vamos a tener validaciones diarias de cerca de 11 millones de transacciones. Esto nos permitirá fortalecer los procesos de control que adelanta la Dian.
El avance ha sido positivo. Estamos por llegar a los 75.500 inscritos históricos, de ellos 55,2 % son personas jurídicas y 44,8 %, personas naturales. Esto nos ha permitido dar pasos importantes hacia la formalización, ya que el 54 % de esos inscritos no tenían RUT. Eso indica que se han creado nuevas empresas o iniciado actividades, y que cada vez hay más formalización de las actividades económicas que se vienen desarrollando. Actualmente, el simple sigue siendo un mecanismo voluntario que facilita el cumplimiento de obligaciones tributarias para los contribuyentes, en el que no se paga sobre la utilidad, sino unas tarifas muy bajas sobre los ingresos brutos.
Tendremos que llegar algún día a esa instancia. Son muy pocas las pensiones altas sobre las cuales también debería aplicarse el principio de progresividad.
Este es un plan ambicioso y con dientes reales para combatir la evasión, la elusión y el contrabando. Durante 2022, el plan de lucha contra la evasión nos permitió recaudar 31,6 billones de pesos, aproximadamente. De esa plata, $ 25,3 billones corresponden a recaudo efectivo, es decir, a dinero que ya ingresó a las arcas del Estado. Los $ 6,3 billones restantes corresponden a acciones de fiscalización; es dinero que ingresará al bolsillo de la Nación en las próximas vigencias fiscales.
Una de las prioridades de este plan de lucha contra la evasión fue darles a los contribuyentes opciones reales para regularizar su situación con la Dian. Si le quedaron mal al fisco en el pasado, les dimos la oportunidad de ponerse al día. Así, el año pasado se otorgaron cerca de 1.600 facilidades de pago Ahí vamos: trabajando por la igualdad y la justicia social.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO