'Vamos a regresar al millón de barriles de petróleo diarios'

Tomás González, nuevo ministro de Minas y Energía, dice que no habrá racionamientos, haya o no Niño.
Foto: El Tiempo
Domingo 24 de Agosto del 2014

Todas las noticias son muy buenas para los colombianos en el campo de la energía eléctrica; son buenas en materia de gas; son esperanzadoras en materia de producción de petróleo y son inquietantes en el campo de la minería.

Ese es el diagnóstico que el nuevo ministro de Minas, Tomás González Estrada, hace sobre el futuro inmediato en materia de energía e hidrocarburos en el país.

Anuncia: no habrá racionamiento de energía, con Niño o sin Niño; el país volverá a producir un millón de barriles diarios de petróleo; habrá coordinación total y permanente con los ministerios de Medio Ambiente, para agilizar licencias, y de Defensa, para dar seguridad a los oleoductos.

González fue posiblemente el ministro sorpresa del nuevo gabinete. Es economista de los Andes y tiene un Ph. D. en Economía de la Universidad de Londres. Fue viceministro de Minas en el gobierno de Andrés Pastrana. Fue su consejero económico y su subdirector de Planeación.

El diálogo con el periodista, para EL TIEMPO, se abre conversando sobre los temores de los efectos que podría tener el fenómeno del Niño.

“Sobre energía eléctrica y los eventuales efectos del fenómeno del Niño, las preocupaciones han desaparecido –dice–. El sector se ha planeado bien y hoy en día la capacidad de generación que tenemos de electricidad supera ampliamente la demanda. Estaremos sin ningún problema hasta 2020.

Es decir, haya o no haya Niño –porque parece que las expectativas son de que el fenómeno no va a ser tan fuerte como se temía– no habrá ningún riesgo de reducción del servicio de energía ni de racionamiento.

No. Ninguno. El sector eléctrico está muy bien preparado. Tenemos capacidad de generación suficiente para atender la demanda en su punto más crítico. Además, los embalses están por encima del 75 por ciento de su capacidad útil para generar energía. Tenemos niveles de embalse muy superiores a los de la crisis de los 90.

¿Y si la sequía llegara a ser muy fuerte?

Tenemos las herramientas para poder reaccionar en el corto plazo, como generar energía eléctrica con gas, con carbón y con otros energéticos. Además tenemos una capacidad de generación térmica de respaldo muy sólida. En resumen, el parte es de tranquilidad total, y la gente también puede estar tranquila de que, en caso de que haya Niño, cuando prenda el interruptor va a tener luz.

La Guajira es uno de los departamentos que más gas produce. ¿Por qué sufre tanta pobreza teniendo tanta riqueza?

El tema del desarrollo pasa por mucho más que los recursos naturales; pasa por la inversión social, la educación y la infraestructura. Pero, sin lugar a dudas, La Guajira ha sido un departamento que ha recibido históricamente muchos recursos que le ha generado el sector mineroenergético.

¿Y se han robado la plata?

Esos juicios no me corresponden.

¿Cómo estamos en materia de producción e industrialización de gas?

Hemos logrado mantener un nivel de producción de 1.100 millones de pies cúbicos por día, y con esa cantidad se puede atender sin problema la demanda de los hogares, de los industriales y de los generadores térmicos. Hay inclusive algunos excedentes para exportar. En gas ha habido una revolución que debe continuar.

¿Cómo proyecta aumentar el acceso de la población al gas natural?

Es una de mis prioridades. Tenemos que trabajar de la mano con los distribuidores de gas, no solamente gas natural sino del GLP –el que va en cilindros– para financiar e incentivar proyectos de expansión de la cobertura. El gas es una bendición para las familias que ya tienen acceso a él.

Sobre gas y petróleo, Pacific Rubiales ha hecho una propuesta que busca maximizar la explotación de esos recursos. ¿Qué le parece?

Todas las tecnologías que aumenten la producción de petróleo y sean amigables con el medioambiente deben utilizarse. Ellos tienen diferentes tecnologías para aumentar la recuperación y han invertido tiempo y esfuerzo en desarrollarlas. Tienen también un proyecto muy interesante para utilizar el agua de los yacimientos que, una vez tratada, se pueda usar para riego en proyectos agroindustriales, lo que permitirá reducir el uso de fuentes hídricas y al mismo tiempo aumentar el empleo en el campo. Esta semana debe expedirse la primera autorización para un proyecto como este, que ayuda al campo, al ambiente y al sector energético.

¿Y la propuesta para la explotación conjunta con Ecopetrol conocida como “recuperación secundaria”?

Soy partidario de usar toda tecnología, sea la de Pacific u otras, que aumente la producción de hidrocarburos sin generar daños para el medio ambiente. El factor de recobro de los campos existentes es de aproximadamente el 20 por ciento, por lo que un aumento de 10 puntos porcentuales en recobro nos traería entre 3.000 y 4.000 millones de barriles. De tecnologías como esta va a venir buena parte de los barriles del futuro, que extenderán nuestra seguridad energética.

¿Por qué en la reciente adjudicación de bloques de exploración se ofrecieron 95 y solo hubo propuestas por 26?

El número de bloques no es el único criterio para evaluar el éxito de una ronda. En la última, compañías que tienen altos estándares de operación en los hidrocarburos mostraron interés en aumentar la inversión para explorar. Además no se puede perder de vista que hay compromisos de inversión de las compañías que ya están acá por más de 6.000 millones de dólares, lo cual, si se suma a lo que vino por la ronda, nos da tranquilidad en el sentido de que el sector va a tener inversión suficiente para encontrar hidrocarburos y desarrollarlos.

¿Hasta dónde va nuestra capacidad de autosuficiencia de petróleo?

Si seguimos produciendo al nivel que estamos, con las reservas que tenemos a la fecha, el autoabastecimiento es para cerca de siete años. Lo ideal es estar por encima de diez años. Si aseguramos que la inversión en exploración se ejecute en los tiempos previstos, vamos a tener los descubrimientos que necesitamos.
 
 

Una de las prioridades del nuevo ministro es la de aumentar las reservas de petróleo para 10 años. Foto: Claudia Rubio / EL TIEMPO
 

¿Qué va a hacer usted para que aumente la exploración de petróleo?

Actuar en tres frentes: el ambiental, el social y el de seguridad. Vamos a trabajar coordinados los tres ministerios. En Ambiente, debemos asegurar que los procesos de licencias se hagan con rigor pero con celeridad; que digan sí o no a la licencia, pero rápido. Prioridad: acelerar la expedición de licencias ambientales. Pero como eso es competencia del Ministerio de Ambiente, de mí recibirá todo el apoyo técnico para que pueda hacer bien su trabajo.

¿ Y lo social?

Tenemos que trabajar el tema de las relaciones entre las comunidades donde se hacen los proyectos y quienes los hacen. Tiene que existir confianza mutua y apertura para oír los argumentos de ambas partes. La confianza es el factor fundamental para el adecuado desarrollo de la actividad extractiva en el país.

¿Los bloqueos y protestas no son acaso originados por el tema de las regalías? ¿Usted proyecta cambiar el modelo actual de regalías?

Esa es una discusión que no depende solo de mí, sino que debe tratarse con el Presidente y todo el Gobierno.

¿Pero su posición cuál es?

Todo lo que visibilice las regalías nos va a ayudar. A mí me parece muy bueno que las regalías les lleguen a todos los colombianos, pero también me parece muy importante que las regiones productoras tengan tranquilidad sobre su propio desarrollo.

¿Pero el modelo es revisable?

El Gobierno está mirando con toda la atención los ingresos petroleros. Para el Presidente es un tema prioritario: quiere estar seguro de que el sector va a generar los recursos que el país necesita para pagar las inversiones de la paz, la equidad y la educación, y sabe que esto pasa por las buenas relaciones entre la actividad extractiva y las comunidades. Estamos abiertos a dar las discusiones que nos planteen y a escuchar las propuestas que las regiones hagan.

¿Para usted, señor ministro, cuál es el problema más grande que tiene hoy la industria petrolera en Colombia?

Mi principal preocupación es poder aumentar las reservas y garantizar así la producción que nos financiará la inversión social en los próximos 25 años.

¿Y cómo enfrentará la sucesión de atentados contra los oleoductos?

He encontrado un diálogo fluido entre el sector y la Fuerza Pública, y se va a mantener. Ellos nos van a dar la protección que el sector requiere.

¿Ha pensado en algún estímulo para la inversión extranjera en la exploración?

Hay muchos países que compiten por inversión con nosotros. El más reciente es México, que con la reforma energética se está abriendo a la inversión exterior.

¿Y nos desplazó?

No. Colombia está en un nivel de competitividad correcto frente a otros países. Lo importante es que nos mantengamos competitivos.

¿Cuántos pozos estamos explorando?

La meta de exploración es 130 pozos. Vamos camino a cumplirla.

¿Cuánto estamos generando en regalías?

10 billones de pesos al año. Ocho millones de petróleo y gas, y dos de minería. Con estos recursos se podría financiar por cuatro años el programa de Familias en Acción, que beneficia a casi tres millones de los colombianos más pobres.

¿Y la explotación diaria?

Estamos en 980.000 barriles diarios. Pero vamos a regresar al millón de barriles al día.

¿De qué manera se logrará?

Con lo enumerado: oportunidad en la expedición de licencias ambientales, acompañamiento en la construcción de confianza entre el sector y las comunidades y la mejor protección posible de la Fuerza Pública.

¿Y de qué manera pueden contribuir las petroleras a cumplir las tres metas?

En el caso ambiental, tienen que presentar bien los proyectos, con estudios de impacto de calidad. En el campo de la relación con las comunidades, dar información oportuna y suficiente sobre el alcance de los proyectos y en el de seguridad, colaboración plena con el Ministerio de Defensa.

¿Por qué el Presidente insiste en relacionar su ministerio con la equidad?

Primero: por todo lo que este sector genera en impuestos, regalías y contribuciones. Si este sector está bien, genera los recursos necesarios para alcanzar la paz, para programas contra la pobreza y los programas de educación. Segundo: es el camino del acceso a la energía. Pocas cosas como tener electricidad ayudan a reducir la pobreza. Es inaceptable que cerca de dos millones de colombianos, en zonas pobres, no tengan acceso a ella.

A propósito del sector energético y de hidrocarburos, ¿entre la empresa nacional y la multinacional, a cuál prefiere?

Como decía Deng Xiaoping, arquitecto del milagro económico chino, “no importa de qué color sea el gato desde que cace ratones”.

Agenda en minería

¿Qué debe esperar el país de usted en el manejo de minería?

Hay tres grandes tipos de minería: la empresarial, la artesanal y la llamada criminal. Esta última actividad es un asalto al medioambiente, que no deja regalías, que financia el crimen y que les da una muy mala reputación a todos los mineros que quieren hacer las cosas bien. La minería formal tiene nuestro apoyo institucional. En el caso de los artesanales y la pequeña minería, seguiremos ayudándolos a que se formalicen, dándoles la mano para que se puedan volver más competitivos. El 72 por ciento de las operaciones mineras del país tienen menos de seis trabajadores. De ahí la necesidad de que sea una prioridad en la política.

¿Y qué hacer con la maquinaria y equipos de la minería ilegal?

Lo ideal sería que esa maquinaria se pudiera confiscar y utilizar para fines productivos. A la minería criminal solo podemos decirle no.

¿Usted es partidario de confiscarla o destruirla?

Confiscarla en los casos que se pueda; la destrucción debería ser última instancia.

YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO