Nuevo Mintransporte prometió superar el atraso de años en las carreteras de Colombia

Germán Cardona dice que revisará el caso del aeropuerto Eldorado para determinar qué ha impedido definir, si habrá o no demolición.
Foto: El Tiempo
Domingo 08 de Agosto del 2010


Dijo que los grandes proyectos viales del país se harán con recursos privados y fondos de pensiones.


Sacar a Colombia del atraso de años en carreteras e infraestructura es el propósito del nuevo ministro de Transporte, Germán Cardona. Recurrirá a la inversión privada, a la financiación internacional y a los fondos de pensiones.

Este ingeniero civil manizaleño fue elegido alcalde del año y galardonado con el premio Fundaprogreso a la excelencia administrativa, otorgado por Bavaria y EL TIEMPO. También premiaron su labor como Gobernador de Caldas.

En su primera entrevista como ministro dice que estará al frente de todas las obras que contrate, "con casco y botas", y que no será "ministro de escritorio" porque "hay que estar donde las papas queman". Anuncia que tendrá una comisión de control de licitaciones, que dirigirá el ex ministro José Fernando Isaza. Revela que va a renegociar el aeropuerto Eldorado.

¿Cuál es el origen del atraso que tenemos en infraestructura?

La falta de planificación de las obras, por un lado, y la falta de inversión, por el otro. En la mayoría de los proyectos se prende el buldózer sin los estudios necesarios y eso origina demandas y reclamaciones, porque no hay licencias ambientales, ni estudios ni todo lo que se debe hacer antes de iniciar las obras.

¿Por qué pidió aplazar la Transversal de las Américas?

Se estaba generando mucho ruido desde los entes de control, en el sentido de que la estructuración del proyecto no estaba lista. Entonces, hablé con el ministro Andrés Uriel Gallego y me garantizó que todo estaba bien.

Pero hay varias amenazas de demandas...

Uno de los deportes del país es ese: demandar al Estado, y esa es una de las cosas que tenemos que mirar con juicio: blindar al Estado para evitarlas y, si se presentan, prepararnos para enfrentarlas. Hoy, sólo en el Instituto Nacional de Vías (Invías), hay demandas de contratistas por más de 2,1 billones de pesos.

¿El país está muy atrasado en vías e infraestructura?

Comparativamente con países de nuestro nivel de desarrollo, estamos preocupantemente rezagados. Tenemos una densidad de vías pavimentadas de 287 kilómetros por millón de habitantes, mientras que Perú y Ecuador tienen una densidad de 400 kilómetros. Chile, para que no nos comparemos con los países europeos ni con Estados Unidos, tiene aproximadamente 1.100 kilómetros por millón de habitantes.

¿Cómo salir de semejante atraso?

Hay que hacer los grandes proyectos con recursos privados y con la participación activa de la banca comercial e inversionistas institucionales, como los fondos de pensiones. Los recursos del Estado deben limitarse a vías terciarias, vías veredales que pueden generar empleo a través de los peones camineros y juntas de acción comunal, para que los campesinos puedan sacar sus productos a los centros poblados. Para las futuras grandes vías, troncales y transversales, vamos a convocar a las empresas consultoras de este país, para que hagan diseños en fase tres para salir a ofertarlos a inversionistas nacionales e internacionales. Convertiremos al Instituto Nacional de Concesiones (Inco) en una agencia nacional de infraestructura, para que estudie, prepare, analice y estructure cada proyecto que se pondrá a consideración de los inversionistas. La idea es invertir adecuadamente los recursos de las regalías destinados a infraestructura. Desde el 94 hasta el 2010 se generaron 50 billones de pesos aproximadamente en regalías. ¡Sorpréndase!: 77 entidades territoriales de Colombia se han quedado con el 95 por ciento de esos recursos. ¿Resultado? Muchas de ellas hoy son más pobres que la mayoría de los departamentos que no reciben regalías.

¿Piensan modificar el régimen actual de regalías?

Ese proyecto será presentado al Congreso por el equipo económico del Gobierno, dirigido por el ministro Juan Carlos Echeverry, con el apoyo de los demás ministerios y el liderazgo del presidente Santos, para quien este tema es prioritario.

¿La idea es privatizar las grandes carreteras de Colombia?

Más que privatizar, buscar alianzas público-privadas como lo han hecho exitosamente Brasil, Chile y Perú.

Se denuncia que el Plan 2.500 no tiene mantenimiento. ¿Es cierto?

El problema es presupuestal. Invías, que tiene que ver directamente con el Plan 2.500, tiene un presupuesto asignado para el 2011 de 1,3 billones de pesos, y las necesidades pueden superar los 3 billones. Es decir, tenemos un déficit de 1,7 billones.

¿Y entonces?

Quiero ser muy sincero con los colombianos, porque prefiero la verdad dolorosa a la mentira piadosa. Lo primero que vamos a hacer es un inventario del mapa vial que está en construcción, y al que hay que hacerle mantenimiento. Vamos a terminar lo que está en construcción antes de comprometernos en nuevos proyectos, a fortalecer la ingeniería de consulta. No vamos a hacer proyectos que no tengan diseños y que no estén bien estructurados. Mi lema será el mismo que utilicé cuando fui Alcalde de Manizales: "Obra que se empieza, obra que se termina".

¿Cuál es su política sobre las dobles calzadas? El presidente Uribe dijo que recibió 50 kilómetros de carreteras con doble calzadas y que entrega 900.

Novecientos kilómetros entre construidos y en construcción. Las dobles calzadas son prioritarias. Hay tres proyectos que recibimos que considero de la mayor importancia: la Ruta del Sol, estructurado por el Banco Mundial; Autopistas de la Montaña, estructurada por ISA, y la doble calzada Bogotá-Villavicencio, por Corficolombiana.

¿Qué va a hacer con las carreteras adjudicadas al Grupo Nule?

No sólo con ese grupo. Hay varios temas que debemos mirar con juicio. Por ejemplo, la vía Bogotá-Girardot, la vía Pasto-Chachauí. Este proyecto se adjudicó sin estudios. Se pensó que valía 290 mil millones de pesos y hoy supera los 550 mil. Es la vía de Pasto al aeropuerto. Otra obra increíble: la Autopista del Café, que une a Manizales con Armenia: son escasamente 120 kilómetros y llevamos ¡11 años construyéndola!

¿Y qué hará?

Terminarla. No me explico cómo una obra de 120 kilómetros se demora 11 años.

¿Cuál es su política en materia puertos?

Hay que solucionar los problemas de los canales navegables para entrar a los puertos en Buenaventura, Cartagena y demás. Hay que mejorar el canal navegable de acceso a Barranquilla. En la desembocadura del Magdalena se están presentando problemas de sedimentación. Hay que mejorar ese canal del río desde Bocas de Ceniza hasta el interior del país. Entidades como Ecopetrol y otras petroleras, que utilizan muchísimo el río, nos tienen que ayudar a mejorar la profundidad del canal sin tocar los recursos de Cormagdalena, que se utilizan muchísimo para mantener las riberas y controlar las inundaciones que produce el río. Perú acaba de terminar en El Callao un puerto inmensamente grande y moderno. Todo lo hizo con recursos privados de países orientales. Tenemos que pensar en megapuertos y no en pequeños puertos a lo largo de las costas. Ahí también es bienvenida la participación de operadores particulares.

¿Qué le preocupa como Ministro?

El atraso en vías, la falta de estructuración de los proyectos y las demandas contra el Estado. Conozco ese tema porque vengo de tener una empresa de interventoría. Nunca he sido constructor de obras públicas, pero sí conozco el tema de interventoría y me ha tocado ver cómo hay contratistas que abusan del Estado. Hay quienes, desde el mismo día en que empiezan a hacer la obra, están pensando en demandas al Estado.

¿No hay incompatibilidad entre su empresa de interventoría y el Ministerio?

Para evitar conflictos, he cedido los contratos en ejecución a otras empresas y, de común acuerdo con mis socios, estamos vendiendo la empresa a través de un proceso de debida diligencia, próximo a culminar.

¿Y cómo piensa enfrentar el problema de las demandas contra el Ministerio?

Fortaleciendo y consolidando la operación jurídica del sector y brindando mayor transparencia. Puedo revelar que le pedí al doctor José Fernando Isaza, un colombiano intachable, que presida una comisión con 3 ó 4 colombianos más de su estatura moral e intelectual para el control de los futuros procesos licitatorios. El presidente Santos dijo que vamos a gobernar en una urna cristal, que todo será visible y transparente. Eso es lo que yo quiero hacer desde el Ministerio de Transporte y en eso nos ayudarán el doctor Isaza y el equipo de veeduría que con él conformemos para hacer el control social que tanto requiere el Estado.

¿Y el tema de aeropuertos?

Vamos a definir una política de Estado de mediano y largo plazo, acorde con las dinámicas demográficas, técnicas y económicas que veremos en las próximas décadas. En el corto plazo, hay que revisar lo del aeropuerto Eldorado.

¿Revisarlo?

Es que todavía no se ha llegado a un acuerdo con los contratistas. Me voy a sentar a revisar con los mejores asesores ese tema, para ver cuál es el enredo que a estas alturas, después de tres años de iniciado ese proyecto, ha impedido un acuerdo sobre la demolición o no del terminal.

¿No hay un acuerdo para demolerlo?

No. Lo único que el Gobierno saliente acordó fue ampliar el plazo y la demolición de esa terminal, pero falta lo más importante: definir el costo que eso implica.

¿Y usted qué posición tiene?

Puede estar seguro de que voy a cuidar hasta el último peso del Estado para que, si se llega al acuerdo de demolición, sea con valores justos.

¿Viene una renegociación?

Seguramente. Lo que es grave es que llevamos tres años negociando y todavía no hay cierre de toda la operación.

¿Y qué hay del Aeropuerto del Café?

Soy manizaleño, amo a mi ciudad y a mi región, pero ese aeropuerto nos está costando mucho dinero; se estructuró hace 10 años en 25 millones de dólares. Voy a revisar lo que está pasando. Ese aeropuerto hay que terminarlo, pero los costos se están incrementando notablemente.

¿Quién será el director de Inco?

Con el Presidente estamos buscando un gran estratega que nos convierta el Inco en una verdadera estructuradora y promotora de proyectos, similar a la Agencia Nacional de Hidrocarburos, que ha movilizado como nunca antes la inversión privada hacia el sector de hidrocarburos.

¿Quién será el director de Invías?

Carlos Rosado, un hombre joven íntegro, de formación técnica, que conoce como pocos la infraestructura vial colombiana.

¿Y el director de Aerocivil?

Lo estamos buscando con lupa.

¿Qué lo va a identificar a usted como ministro?

Resultados, responsabilidad y transparencia, como lo he hecho en mi vida pública y privada, y la insistencia en estudios y buenas estructuraciones. No seré ministro de escritorio. El país me verá con mi casco y mis botas revisando las obras. Eso me fascina. Tengo dos excelentes viceministros: la viceministra de Infraestructura, María Constanza García, que viene del Departamento Nacional de Planeación y fue directora de infraestructura durante varios años. Estaba trabajando en el exterior y regresó a prestarle un servicio al país. Y, de común acuerdo con el presidente Santos, vamos a darle vida al Viceministerio de Transporte con Felipe Targa. Viene de Planeación, pero lleva más de seis años fuera del país desarrollando desde el BID proyectos de transporte público y de carga. Los contratistas de obras y los transportadores van a tener interlocutores del más alto nivel.

¿Y por qué su intención de inspeccionar la marcha de las obras?

Voy a responderle retomando una frase de la ex presidenta de Chile Michelle Bachelet: "Hay que estar donde las papas queman". Voy a estar ahí, donde las papas queman.

YAMID AMAT
ESPECIAL PARA EL TIEMPO