El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, declara con énfasis que a las organizaciones al margen de la ley que no acepten ahora "la generosidad" que el Presidente va a aplicar para asegurar el éxito de la gestión de paz les "llegará el momento en que no tengan otra opción".
Pinzón, economista y máster en políticas públicas de Princeton, con posgrado de la Universidad John Hopkins y un programa de Harvard, afirma que todo el pueblo colombiano debe estar tranquilo sobre el proceso. A las organizaciones al margen de la ley les dice que la operación militar que viene puede ser mucho más dura que las ejecutadas hasta ahora. Acepta que esta guerra se ganará, a las buenas o a las malas, y asegura que las Fuerzas Armadas no bajarán su firmeza.
Usted cumple el martes un año de haber asumido la cartera de Defensa. ¿Cuál es su balance hasta ahora?
Ha sido un año bien importante porque logramos poner en marcha una nueva estrategia contra el terrorismo y contra las distintas modalidades del crimen. Hicimos el plan Espada de Honor, y pusimos en marcha Corazón Verde. El primero, para enfrentar el terrorismo y el otro, contra los 16 delitos que más nos afectan. Asimismo fortalecimos las Fuerzas Armadas con más hombres, más equipos, más recursos, más capacidad. El bienestar de las Fuerzas Armadas es prioridad central.
¿Y el fuero militar?
Ya fue aprobado en primera vuelta en el Congreso; tiene gran respaldo político. Es fundamental para la seguridad jurídica de nuestros hombres.
Tengo entendido que hay un proyecto que usted está preparando sobre bienestar para los soldados. ¿Cómo es?
Una de nuestras prioridades fundamentales es la moral y el bienestar de nuestras Fuerzas Armadas. Estamos invirtiendo más de un billón de pesos de recursos extraordinarios en salud, en educación, en vivienda fiscal. Se van a resolver las demandas salariales del IPC. Estamos preparando con el consejo gremial un proyecto de ley para ofrecer beneficios económicos permanentes y descuentos a aquellos hombres de las Fuerzas Armadas afectados por el conflicto. A los huérfanos y a las viudas, a las familias de aquellos que se sacrificaron y a los hombres que están en plena actividad en esas áreas donde tienen que exponer su vida. Es un proyecto que va a tener un gran impacto en la vida y en el bienestar de nuestras Fuerzas Armadas activas y en retiro.
¿Cuáles han sido los resultados de las Fuerzas Armadas en el último año?
Se han dado los golpes más contundentes de toda la historia. No solamente cayó el máximo jefe de las Farc, sino 18 cabecillas de frentes y columnas móviles de esa organización y 6 del Eln; todos los jefes de las bacrim han sido abatidos o capturados dentro y fuera del país. El homicidio está bajando en un 7 por ciento en la nación -la cifra más baja en 28 años-, el secuestro extorsivo es menor que en años anteriores y hay una reducción en modalidades de hurto y otros delitos.
Si los resultados son tan buenos, ¿por qué la percepción general es de inseguridad?
Porque hay un incremento de acciones de terrorismo. El 70 por ciento ocurre en 39 municipios. Hay una mutación del accionar de los grupos criminales.
¿Cuál ha sido, concretamente, el resultado del plan Espada de Honor?
Lanzamos una ofensiva sobre 10 zonas que históricamente habían sido una especie de áreas de contención, donde no se había entrado a hacer presencia permanente ni control territorial, que es lo que hoy hacemos. Esto ha implicado redistribuir más de 20.000 hombres.
Una de las cosas que las Farc han dicho es que no son terroristas...
¡Son terroristas! Asesinar niños con bombas en el Meta es terrorismo; asesinar civiles de la empresa de Energía de Nariño que van a reparar una torre es terrorismo; volar un oleoducto, una torre de energía, quemar un carro es terrorismo rampante... Mientras cometan ese tipo de actos, son terroristas.
¿Esta declaración suya no bloquea la exploración de caminos de paz?
El Presidente nos ha dado instrucciones muy claras de no ceder un centímetro en la contundencia frente a organizaciones que atenten o afecten a los ciudadanos.
Es decir, ¿la ofensiva contra todos los grupos alzados continuará sin miramientos?
Es lo que tiene que ocurrir mientras esta gente esté atentando contra la vida, la seguridad, la propiedad y la honra de los colombianos.
¿Y sí puede ser que las dos cosas avancen paralelamente?
Es lo que tiene que ser, son las instrucciones del Presidente. Esta gente tiene que entender que el momento de la generosidad del Presidente y del país, de una u otra manera, está ahí; pero día a día, las Fuerzas Armadas los seguirán golpeando, debilitando, afectando, y que lo que viene puede ser todavía más duro porque a la Fuerza Pública la vamos seguir fortaleciendo, incrementando el pie de fuerza, mejorando sus capacidades de inteligencia, aumentando sus equipos y recursos.
No habrá, pues, un 'bajonazo' en la ofensiva contra las Farc y el Eln...
Las Fuerzas Armadas tienen la instrucción de aplicar toda su capacidad ofensiva para enfrentar a esas organizaciones.
¿Y no es posible que lo mismo ocurra con las Farc y el Eln, es decir, que recrudezcan el terrorismo?
Si siguen por ese camino, van a encontrar más temprano que tarde a la Fuerza Pública.
¿Podría llegar una especie de 'pulso de fuerza' para tratar de fortalecer posiciones en una eventual mesa de diálogo?
Yo no creo. Estas organizaciones hoy no son ni la sombra de lo que fueron hace 10 o 15 años. Las actividades que realizan son de terrorismo y le provocan un daño a la población de manera focalizada; eso no constituye ningún efecto militar ni ninguna ventaja y, al contrario, motiva el rechazo del pueblo colombiano.
En general, el anuncio del Presidente de explorar caminos para el diálogo fue bien recibido por la ilusión de paz que tiene el país. Pero, ¿cómo se puede avanzar en esa búsqueda si se recrudece el conflicto?
La razón de buscar la paz es la de cumplir con ese mandato de la Constitución y con el deber de la Fuerza Pública de garantizar la vida, honra y derechos de los colombianos. Los esfuerzos de todos estos años de golpear a esas estructuras, al narcotráfico, a toda organización al margen de la ley, han sido, precisamente, para ir construyendo un camino de paz. Las Fuerzas Armadas son las primeras interesadas en la paz, pero el pueblo colombiano puede tener la certeza de que ni el Presidente de la República, ni yo, ni las Fuerzas Armadas, vamos a bajar en la firmeza de combatir a toda organización al margen de la ley.
El Fiscal General celebró el anuncio presidencial de exploración de caminos de paz y dijo que prefería ver a 'Timochenko' en el Congreso que asesinando gente. El expresidente Uribe criticó esa posición y dijo que no entendía cómo era posible que el Fiscal hablara de autores de masacres en el Congreso, mientras a un ladrón de gallinas lo condenan a años de cárcel. ¿Qué opina?
El Presidente de la República es quien da los lineamientos, y nosotros vamos a estar ahí para respaldarlo. Pero creo de manera muy firme que aquí hay personas que han cometido delitos y que tendrán que responder ante la justicia.
Es decir, ¿ni amnistías ni indultos?
Eso es competencia del Presidente de la República.
¿Es verdad que la eventual ayuda del presidente venezolano Hugo Chávez en el proceso para que se inicie el diálogo podría favorecer su reelección como mandatario del país vecino?
El presidente Santos tiene el derecho y el deber constitucional de tomar las decisiones que le parezcan apropiadas para lograr el bien del pueblo colombiano.
La exsenadora Piedad Córdoba pidió un espacio dentro de la eventual exploración de paz, para ella y su movimiento Marcha Patriótica...
Será el Presidente quien decida. Pero yo sí quiero recordar que incluso sectores de la izquierda democrática han señalado cómo ese movimiento Marcha Patriótica tiene unos nexos y unas conexiones con las Farc, y por lo mismo suena un poco absurdo ese planteamiento.
¿Tiene fundamento la afirmación de esos sectores?
Se ha encontrado en distintos dispositivos de inteligencia; todo eso está siendo judicializado.
¿Cómo le parece que recibió el país el anuncio del Presidente?
Todo el mundo, cuando le hablan de paz, se anima. Siempre está la incertidumbre por asegurarse de que todo se haga de una manera en que el pueblo colombiano quede tranquilo en su gran mayoría.
¿Tranquilo sobre qué?
Sobre el final que se alcance en este proceso.
¿El final? ¿Pero cómo se va a saber cuál es el final si ni siquiera hay principio?
Quiero decir, la ilusión de que todo termine bien. Con el liderazgo del Presidente es seguro que esto se conducirá de la mejor manera para el pueblo colombiano. El país conoce la firmeza del Presidente. Al mismo tiempo creo en la generosidad que él va a tener que aplicar para el bien de Colombia.
El Partido Conservador y el Procurador General han sido escépticos...
Creo que hay una incertidumbre natural a la espera de ver cómo resulta todo esto, pero yo sé que el Presidente nos va a conducir por el camino que más le convenga al pueblo colombiano. Estamos en una etapa muy inicial. El señor Presidente apenas ha dicho que hay unos contactos exploratorios, y ya él le irá dando al país señales claras de cómo se va a conducir todo. Hay que darle al Presidente el espacio para que tome las determinaciones que considere apropiadas.
¿Por qué utiliza la palabra 'generosidad' en el proceso?
Todos los éxitos de estos años deben conducir a que el terrorismo y la criminalidad entiendan que no tienen posibilidad alguna de imponer su voluntad por las armas y que más bien les llegó la hora de aceptar la generosidad del Gobierno porque, si no la aceptan, habrá unas Fuerzas Armadas más fuertes que actuarán hasta el punto en que no tengan otra opción.
¿Pero qué es lo primero que se va a hacer?
Enfrentar y someter al terrorismo y la criminalidad. Al finalizar este período tendremos las Fuerzas Militares mejor equipadas en la historia. A la Policía la estamos fortaleciendo para que asuma todas las responsabilidades de seguridad ciudadana y control territorial.
Desde hace más de 40 años todos los gobiernos han hecho esfuerzos de paz. Todos han fracasado. ¿Qué le hace pensar que este no tendrá el mismo fin?
A mí me corresponde actuar acompañado de estas Fuerzas Armadas con toda la determinación para seguir avanzando; ojalá esto contribuya a llegar al final que el país quiere y que el Presidente de la República buscará.
El expresidente Uribe ha sido el único exmandatario crítico del anuncio del presidente Santos...
Yo creo que aquí hay que dejar que el Presidente de la República, el Presidente en ejercicio, Juan Manuel Santos, tome las decisiones que le competen. Lo importante es rodearlo y acompañarlo para bien del país. Para tranquilidad de todos los colombianos, incluido el expresidente Uribe, la instrucción que hemos recibido del presidente Santos es que la Fuerza Pública mantenga todo su esfuerzo para seguir defendiendo a los colombianos y para seguir debilitando a cualquier organización que hoy actúe contra nuestro pueblo.
Pero siempre en el camino de los hombres hay una misión, un objetivo final. ¿Cuál es el suyo?
La meta es que, al final, el pueblo colombiano esté en paz por el camino que corresponda. Para eso se hace este esfuerzo, para esto nos venimos imponiendo sobre las amenazas armadas. El tema es claro: trabajar sin descanso para alcanzar ese objetivo, la paz, por el camino que el Presidente determine.
Es decir, señor ministro, ¿ganar la guerra por las buenas o por las malas?
Así es.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO