El Alcalde de Bogotá, en entrevista con Yamid Amat, responde a las críticas que se han hecho a su gestión y al bajonazo de su imagen que muestran todas las encuestas.
Yamid Amat: ¿Cómo va su gobierno?
Samuel Moreno: Lo que prometimos hacer, lo hicimos. Hay problemas que se han agravado por falta de decisiones de administraciones anteriores, como en el tema de movilidad. Bogotá hoy tiene más de un millón 50 mil vehículos, tres veces más que hace 10 años, y la ciudad tiene los mismos kilómetros de vías en regular estado.
¿Y qué viene?
Las obras que se van a iniciar en el 2009 no tienen antecedentes en la historia de la ciudad: fase III de Transmilenio, corredores de la calle 26 y la carrera 10, mantenimiento y rehabilitación de la malla vial arterial, iniciación de las obras de la fase I de valorización, ampliación y construcción de nuevas vías y la rehabilitación de la malla vial local, puentes, parques y andenes; todas estas obras nos van a generar incomodidad.
Todo para que, cuando estas culminen, mejore la movilidad de Bogotá. Confío que la ciudadanía acepte el sacrificio circunstancial por la magnitud de esta intervención.
Las encuestas muestran un descenso de su favorabilidad. ¿Trata usted de recuperar imagen con esta inversión?
Para nada. Infortunadamente, solo ahora podemos poner en práctica el plan de desarrollo que nos aprobó el Concejo. Yo gobierno para cumplir lo que ofrecí, no para mejorar mi imagen. Eso lo hará el tiempo, pero creo que no el periódico.
La sensación de la gente es que durante el año pasado no hubo Alcalde...
Claro que hubo, ¡qué insensatez! Afiliamos a más de 200 mil personas nuevas al régimen subsidiado, dimos educación gratuita a 650 mil niños entre grados cero y sexto, garantizamos la atención gratuita de 250 mil menores de cinco años, adultos mayores de 65 y personas con discapacidad severa de Sisbén 1 y 2, estuvimos por encima en el cumplimiento de las metas de vacunación, tuvimos 129 frentes de obra, intervinimos 5.000 cuadras y tapamos 17 mil huecos.
¿Y a qué adjudica el bajonazo?
Algunos sectores son muy dados a la crítica. Magnifican los incidentes cotidianos y vuelven invisibles las acciones del gobierno.
¿Le parece que EL TIEMPO ha sido especialmente crítico de su gestión?
Como fue especialmente crítico en la campaña. No ha cambiado.
¿Lo cree injusto?
Sí, claro, porque no refleja lo que estamos realizando.
¿Usted sí cree que hizo un buen gobierno en el año que acaba de terminar?
Hicimos mucho más de lo que cualquier otro alcalde hizo en el primer año. Quisiera siempre hacer las cosas más rápido y ejecutar los recursos con más rapidez, pero los ritmos de la administración son distintos a nuestros deseos.
Deja la sensación de que recibió una ciudad que no era la que esperaba. ¿Está pagando platos que no rompió?
Estoy pagando platos rotos por otros, especialmente por administraciones anteriores.
¿A qué se refiere, concretamente?
Bogotá ha cambiado. La situación de la ciudad es compleja y requiere de una gestión integral y no de los famosos sellos.
Vea: me cobran un deterioro de la malla vial a la cual le quitaron la mitad de los recursos hace 10 años, una actualización catastral que quedó mal hecha, un cobro de valorización que no se hizo, 1'500.000 vehículos por las mismas vías de hace dos décadas, 120 rutas por la séptima o los trancones por la Autopista Norte cada vez que tenemos que arreglar las losas y que colapsan el norte de la ciudad.
Además, la ciudad refleja lo que pasa en el país: A falta de una política social real y de priorizar el presupuesto nacional para la guerra, el conflicto nos trajo más desplazados, más desmovilizados y, claro, hay más desempleados.
Una de las críticas editoriales de EL TIEMPO es que se ha perdido el respeto por el espacio público y que la ciudad se está deteriorando aceleradamente...
Diciembre provocó ese fenómeno coyuntural de invasión del espacio público. Hicimos planes de reubicación, ferias temporales y realizamos con el Ipes (Instituto para la Economía Social) planes para ofrecer oportunidad de empleo y de ingreso a los vendedores informales. El deterioro social que ha tenido el país se refleja en Bogotá.
El año pasado hubo más de 450 marchas que no fueron contra medidas de mi administración, sino por temas como ahorradores, pirámides, jueces, trabajadores reivindicando sus derechos, desplazados, marcha indígena...
Hay una reducción de empleo e ingresos, hay un conflicto armado en Colombia que necesariamente se manifiesta con 50 familias diarias desplazadas. Son más de 70 mil personas al año, y además con un incremento anual en la población del país de 200 mil personas.
Pero varios sectores dicen que se siente el deterioro de Bogotá...
No vamos a permitir que la ciudad se deteriore. Estamos realizando una inversión social muy grande y con las obras generaremos 136.000 nuevos empleos. Además, estamos prestando recursos a través de Banca Capital, seguimos recuperando el espacio público y mejorando los indicadores de seguridad.
Sigue usted hablando como candidato...
No. Hablo como un alcalde que hace y le cumple a la ciudad. Mire: hay 9 nuevos colegios públicos, damos alimentación escolar diaria a 600 mil estudiantes y atendemos 183 mil personas en 289 comedores comunitarios; gestionamos 13.487 viviendas nuevas, empezamos con Banca Capital, cuya meta es conceder créditos por 235 mil millones; ya hicimos 3 mil operaciones de financiamiento a unidades productivas.
Abrimos el más moderno hospital de la red pública (el hospital de Meissen); vamos a entregar los hospitales de Vista Hermosa y el Guavio, en marzo; adjudicamos el de El Tintal, en Kennedy; vamos a construir nuevos hospitales en Usme y en Bosa, y la ampliación del hospital Simón Bolívar. Para algunos, todo esto no es noticia.
¿Por qué ha crecido la sensación de inseguridad en Bogotá?
Bogotá ha tenido una importante reducción en los delitos de alto impacto. Se han presentado menos lesiones, menos riñas, menos hurtos a residencias, menos robo de vehículos. Pero el impacto de una muerte infortunada como la del joven de la calle 85 origina otra imagen.
Nos preocupa el tema de expendios de drogas, de bandas organizadas, de intolerancia, de violencia y de agresión; nos preocupa el hurto callejero. Por eso invertiremos 1,2 billones de pesos en seguridad y convivencia durante los 4 años de nuestro plan de desarrollo.
Hoy tenemos 1.626 policías más en las calles y vamos a tener 750 patrullas adicionales. En el 2009 haremos una inversión de más de mil millones de pesos en cámaras de vigilancia en vías públicas, en 31 zonas críticas de la ciudad que hemos identificado, donde se comete el 40 por ciento de los delitos en Bogotá.
¿Es cierto que cerrará bares y discotecas que funcionan como clubes privados?
No. El martes expediré un decreto que prohíbe la venta de licor en todos los llamados 'clubes privados', que no son clubes ni son sociales ni son privados, y que cierran después de las 3:00 a.m.
¿El decreto qué va a decir?
Que nadie consuma licor en los espacios públicos y mucho menos si se trata de menores. Que todo establecimiento donde se expenda licor que no cumpla con requisitos de higiene y salud, de ruido ambiental, de horario, se va a sellar de manera inmediata, para que se ajusten a las normas vigentes, sin trampas.
Su idea es que en Bogotá no haya un solo sitio público donde se venda licor después de las 3 de la mañana...
Así es...
Se afirma que el deterioro de la ciudad es tan acelerado que hasta las cebras ya se descolorizaron...
Algunas. Pero tenemos 3.912 nuevas señales verticales instaladas en las vías y vamos a invertir 2.900 millones de pesos para repintar las calles y arterias de la ciudad.
¿Qué pasó con la llamada Avenida Longitudinal de Occidente?
En marzo terminamos la estructuración para la concesión de la vía que irá de Torca a Soacha. Y algo más: he resuelto atender una solicitud de los industriales y vamos a construir unos carriles especiales para carga en la calle 13, también por el sistema de concesión.
Aspiramos a comenzar esa obra en septiembre con nuevos carriles exclusivos para el transporte de carga entre la carrera 50, las Américas y el río Bogotá.
¿Y la vía absolutamente destrozada que va a Fontibón, paralela con Eldorado?
Estamos adelantando conversaciones con el concesionario del aeropuerto para intervenir toda esa área con recursos de la concesión.
¿Cómo va el plan de chatarrización?
Cumplimos la meta: 919 vehículos de servicio público han sido desintegrados, 139 están listos para chatarrizar y tenemos 282 que hacen fila. 1.340 de la meta de 1.320 que teníamos, 4 veces más de lo que chatarrizó la anterior administración en cuatro años.
¿Y el tema de los taxis?
Determinamos que tenemos 48.011 taxis. Cada uno tiene ya un chip para poder realizar controles más efectivos.
¿Para qué sirvió el censo de taxis?
Es lo de siempre: criticar porque sí o porque no. Nos fregaron seis meses: '¿dónde está el censo de taxis, qué están haciendo, cuántos taxis ilegales hay?' Y ahora que lo terminamos, dicen que eso no sirve. ¿Cómo se hace, entonces, para combatir la ilegalidad?
EL TIEMPO dijo en un editorial que el tema del metro se volvió un arma de doble filo: sirvió para su candidatura pero lo afecta como alcalde...
Lo voy a reiterar en este reportaje: antes de que yo me vaya de la alcaldía se iniciarán las obras del metro de Bogotá. Es más, le doy fecha: antes de finalizar el 2010 empezarán las obras.
¿Y la carrera séptima, finalmente qué?
Le tengo una muy buena noticia: la séptima es una vía que en las actuales condiciones no puede seguir. Hay más de 120 rutas de servicio público y eso hay que reducirlo. Iniciamos ya un diálogo con los transportadores para reducir el número de rutas. Vamos a tener una gerencia especializada para la carrera séptima.
¿Pero habrá metro o Transmilenio por la carrera séptima?
Lo dirán los estudios de la consultoría.
Pero usted dijo en la campaña que Trasmilenio no...
Y hasta ahora no hay.
¿No hay ni habrá?
Hasta ahora no hay. Es claro que si hay metro, no puede haber Transmilenio. Esperamos que el metro vaya por ese corredor oriental, pero eso lo determinará la consultoría.
¿Y el nuevo estadio?
Se hará. Tengo dos opciones. Y no se las digo.
¿La reforma catastral y la revisión al predial producirán suficientes recursos para cambiar la ciudad?
Sí. Sobre ese tema quiero explicarle lo que hemos denominado el efecto tope: por la actualización catastral la gente puede llegar a pagar el doble de lo que venía pagando en impuesto predial. Pero no será así.
Mire: la última actualización catastral se hizo en el 2003 y estamos ya en el 2009, es decir, hay un rezago muy grande en el tema de la actualización catastral. Por el efecto tope, los estratos 1 y 2 no van a tener un incremento por encima del 8 por ciento.
¿Y en los estratos altos?
Hasta el 50 por ciento.
¿50 por ciento de reajuste en el impuesto predial?
Sí. Pero sin la reforma que hemos adoptado sería hasta del 100 por ciento.
¿Semejante alza no viola su promesa electoral?
Yo dije que no iba a crear nuevos impuestos y no lo haré. En la campaña dije que la actualización catastral la teníamos que hacer bien hecha. Lo que hay es un aumento del valor por efecto de la actualización, pero no un incremento de impuesto.
Conclusión: a usted la ciudad no le está quedando grande...
Claro que no, señor. Tendremos una mejor ciudad, una ciudad con gran infraestructura y con gran mejoramiento del transporte público, con importante inversión social y con una mejor calidad de vida.
Podría decir que el primer año se perdió...
Para nada. El primer año es de ajuste, de transición entre un plan de desarrollo y otro, de corrección; un año de reparar los platos rotos.
Y este segundo año será el de...
El año de las obras, de la ejecución y de la paciencia de la gente...
¿Está perdiendo el Polo a Bogotá?
No, ¿por qué?
Por la regular imagen suya...
Yo empecé mi campaña con el cuatro por ciento. El Polo no solo se consolidó en Bogotá, sino en todo el país.
Hay un debate interno en el Polo sobre si va con candidato propio o de coalición...
El Polo debe tener un candidato propio escogido tras una consulta popular en marzo, sin cerrar la puerta a una posible coalición de fuerzas democráticas que coincidan en un programa, en unas ideas y en unas propuestas.
¿Pero qué sentido tiene lanzar un candidato para luego retirarlo?
Usted me preguntó si el Polo debía presentar candidato propio o de coalición, y le repito: yo opino que el Polo debe escoger un candidato a través de la consulta, sin excluir una coalición futura.
Sigo sin entender. Supongamos que el Polo lanza a Carlos Gaviria y el Partido Liberal, a Germán Vargas. ¿Se retiraría Gaviria para apoyar a Vargas como candidato de coalición?
Ese es un ejemplo imposible.