El gobierno Duque dejará el país al borde del abismo: César Gaviria

El expresidente y jefe del liberalismo cuestionó al gobierno del presidente Duque.
Foto: El Tiempo
Domingo 30 de Enero del 2022
Implacable arremetida contra el Gobierno y duras críticas al precandidato presidencial Sergio Fajardo lanzó el expresidente César Gaviria, jefe único del Partido Liberal.

"Decir que el gobierno actual es malo es insuficiente", afirmó el exmandatario. Y agregó: "Es dramático ver el estado de pesimismo, desesperanza y zozobra que está reinando en el país".

¿No se podría decir que la pandemia originó tantas dificultades?

Nuestras críticas van mucho más allá de las consecuencias de la pandemia. La decisión de entregar la mayoría de los recursos del Estado a empresas y empresarios con la justificación de que ellos son los que generan empleo perdió toda razón de ser y es probable que nunca se justificara. En la reforma tributaria del 2019, el principal beneficio se lo dieron a las industrias farmacéuticas y el esposo de la entonces canciller, conocido industrial de ese sector, estuvo todo el tiempo impulsándola. Es bien difícil decir que eso era lo que necesitaba el país con tanta necesidad de apoyo a pequeñas y medianas industrias y a ciudadanos vulnerables que necesitaban recursos para su supervivencia.

¿Su posición contra el actual gobierno no podría interpretarse como una reacción a la no participación en él?

Cuando uno ve los niveles de pobreza, de indigencia y la asignación de los recursos del Estado a empresas y empresarios que no tenían una necesidad imperiosa, no cabe esa interpretación. Nosotros colaboramos decididamente en las reformas tributarias de 2019 y de 2020 también. No nos ofrecieron nada y yo no solicité participación. El Gobierno decidió, en su momento, que no iba a presentar proyectos de ley porque no eran necesarios. Esto condujo a que no hubo ninguna reforma importante en todo el cuatrienio. Los recursos del Estado se fueron a beneficiar a los adinerados.

Y frente al posible nuevo gobierno, usted mismo como jefe único del Partido Liberal no ha definido la posición que debe tener su colectividad...
No hemos decidido sobre nuestro candidato. Esperamos que el proceso genere nombres que podamos examinar para tan graves problemas y enfrentar tantos desafíos y tantas dificultades. En todo caso habrá que reducir al mínimo las exenciones y demás gabelas para empezar a afrontar los graves problemas de hoy.

Dos temas sobre su repuesta. Primero, ¿cómo sobrevive su partido sin gobierno?

El Partido Liberal tiene millones de ciudadanos, lo que nos permite actuar con independencia. Y aun así, sin gobierno, seremos la primera votación.

Y el segundo tema: existiendo tantos problemas que debe estudiar y decidir el próximo gobierno, ¿por qué se concentra en la reducción de exenciones?

Porque no podemos presentar más reformas tributarias con el sesgo de que es para crear empleos. Muchos billones de pesos se han asignado de esa manera.
Pero todos los sectores económicos del país dan por descontado que el próximo gobierno tendrá que, prácticamente, comenzar con una reforma tributaria...
Debe comenzar primero con eliminar exenciones.

Expertos afirman que son muchos los males que urgen una reforma tributaria. ¿Sí tendrá credibilidad la conclusión de que los males de Colombia se deben a César Gaviria y no a otros que nos han gobernado?

Eso tiene más de mezquindad que de esperanza. Algunos me llaman mueble viejo, pero no he dejado tirada ninguna de mis iniciativas en el camino.

¿Usted aspira a continuar en la jefatura del liberalismo?

No tengo por qué tomar decisiones anticipadas para darles gusto a nuestros contradictores.

La opinión pública conoce bien las diferencias políticas que han existido entre usted y el candidato Sergio Fajardo. ¿Ese distanciamiento subsiste?

Yo he tenido dificultades con el señor Fajardo. Hace cuatro años nos mandó a decir con Humberto de la Calle que él ni quería ni necesitaba el apoyo liberal. Y eso fue lo que hicimos. A comienzos del año le reiteró a Daniel Samper Ospina que su posición seguiría siendo la misma. Los liberales le han tomado antipatía y todavía estamos esperando que presente una propuesta sobre lo que él haría si gana.

¿Cree que no las ha presentado?

A él su moderación no le permite hablar con profundidad de ningún tema. Ni siquiera para apoyar en el Congreso la principal propuesta del partido Verde en el plebiscito, que buscaba eliminar unas normas que permitían que por la vía de alcaldes amigos y con la complicidad del Ministerio del Interior y el de Hacienda se pudieran robar las regalías de las regiones que hoy son cifras cuantiosas. Todos los partidos dieron ese paso.

¿Y por qué cree que Fajardo no lo hizo?

Él guardó silencio porque estaba de vacaciones en Anapoima. Es como lo que hizo hace cuatro años para la segunda vuelta: se fue al Pacífico a ver ballenas. Él ha dicho que yo estoy desgastado como jefe del Partido Liberal. Ahora ha dicho que es que a mí los liberales ya no me apoyan o no me quieren. Eso lo veremos en elecciones. Pero, además, ese es un simple tema de mecánica política que no creo interese a todos los ciudadanos. Que yo le caiga tan mal al señor Fajardo me tiene sin cuidado.

¿Pero no le parece que las críticas que usted le ha hecho explican sus agresivas declaraciones?

¿Sí tendrá credibilidad el doctor Fajardo al pretender llevarnos a la conclusión de que los males de Colombia se deben a César Gaviria y no a quienes nos han gobernado en estos últimos 30 años? Esto parece más una mezquindad con toda falta de objetividad. Él pretende descalificar los aportes de nuestro partido y nuestros representantes, hechos en décadas recientes, para confrontar los problemas de Colombia en una coyuntura particularmente difícil. Yo dizque soy el culpable de todo lo que no pudieron hacer estos cuatro años o en los 30 años que han ocurrido desde el fin de mi gobierno.

¿Si Fajardo gana la primera vuelta, el liberalismo apoyará a Gustavo Petro en la segunda?

No vemos al señor Fajardo en segunda vuelta. Hoy no tiene el apoyo de hace cuatro años, tiene muchos escollos jurídicos que resolver y la falta de sustancia de sus intervenciones vuelven esa opción imposible.

¿Así lo cree?

Él tiene una posición carente de ideas críticas, de propuestas y de plantear verdaderas reformas. Él administra una supuesta moderación que parece más bien un desconocimiento de los problemas de los colombianos, con un propósito electoral, a nombre y cuenta de una moral muy discutible, y que resulta ser excluyente y llena de antipatías para declararse él mismo el 'autoelegido'. Nada más alejado de la realidad del país, y de una verdadera opción de centro, que pretender construir una coalición a su imagen, antojo y beneficio sin hacer una sola propuesta concreta.

¿Y si no es él, quién cree usted que será?

El proceso electoral nos dará muchas luces sobre la políticas que se aplicarían para hacer las cirugías profundas que el país necesita.

¿Qué fue concretamente lo que lo apartó del candidato Alejandro Gaviria?

Yo no me alejé de Alejandro Gaviria. Alejandro hubiera sido una buena opción y muchos liberales la estaban considerando, pero él decidió que le interesaba más el apoyo del señor Cristo y los demás que un posible apoyo liberal que estábamos mirando con interés. Se equivocó creyendo que él podía comprometer a todo nuestro partido en una consulta a la cual no estábamos invitados y de la que no queríamos participar.

¿Pero ese no es un asunto de pura mecánica electoral que supone una especie de veto suyo a un hombre a quien usted mismo ha destacado como capaz de gobernar esta nación?

No fue un veto, sino que él quiso comprometer al partido sin autorización a una consulta donde éramos indeseables y no queríamos participar.

Usted afirmó hace algunos meses que el liberalismo no tomará ninguna decisión sobre apoyo a candidaturas presidenciales sino hasta después de las elecciones parlamentarias. ¿Esa posición la mantiene?

Hay varios dirigentes que tienen ideas de cómo superar un gobierno que nos va a dejar al borde del abismo. Nosotros estudiaremos todos los candidatos después de la elección parlamentaria, su afinidad con nuestras ideas, su compromiso con una cirugía mayor para asegurar que los recursos públicos no se sigan entregando a las empresas y empresarios que no los necesitan o que para ellos no es imprescindible. Después del crecimiento de la indigencia y la pobreza, los recursos públicos deben destinarse con prioridad a proteger a los pobres, los desvalidos, a los campesinos, a los indígenas, a los afrodescendientes y a los jóvenes que no ven un futuro en esta sociedad que no los voltea a mirar, que no los oye, que no los respeta. Hay que aumentar los recursos para educación y nutrición y mejorar en lo posible los ingresos de los maestros de primaria y secundaria. Hasta el momento esa es mi propuesta. Primero las juntas de parlamentarios y luego la convención decidirán a quién queremos como presidente de Colombia, y creo que seremos decisorios.

¿No habrá candidatos vetados en esa convención?

No hay vetos. Lo que buscaremos son las identidades con nuestras políticas, y que demuestren su independencia del gobierno y del Centro Democrático.

¿No es perjudicial electoralmente para el liberalismo ir a elecciones parlamentarias sin tener candidato presidencial?

No ha sido esa la opinión prevaleciente. Los nuestros se sienten seguros de nuestro triunfo en marzo y comparten nuestra estrategia.

¿Es un imposible electoral pensar en un eventual apoyo a Gustavo Petro?

No me molesta en absoluto que el candidato Petro invoque jefes liberales en su campaña política porque su mención lo acerca a los gobiernos liberales, como símbolos de cambios profundos y verdaderos.

¿Pero piensa atajarlo o no?

A él no le vamos a atajar como pregonan algunos. Le queremos ganar en justa lid. Él tendrá con nosotros una contienda civilizada. Lo vamos a contradecir y le pediremos precisión en lo que se propone hacer si lo eligen. Y los demás aspirantes y dirigentes deben esperar de nosotros el mismo tratamiento.
Humberto de la Calle ha dicho que Gustavo Petro podrá ser el ganador de la primera vuelta, pero que en segunda vuelta triunfará el que resulte segundo en la primera. ¿Coincide con esa apreciación?

Es una visión muy simplista del resultado de las consultas. Falta que pase mucha agua bajo el puente.

¿Cree que las próximas elecciones, tanto las parlamentarias como las presidenciales, supondrán el fin del poder del Centro Democrático?
Mi papel no es el volverme adivino de lo que va a pasar. Las ejecuciones de este gobierno desastroso no creo que le vayan a servir al Centro Democrático. Y las políticas del expresidente Uribe sobre el proceso de paz, sobre las prioridades de nuestra sociedad, su falta de respeto por las decisiones judiciales, tampoco.

¿Cómo calificaría el gobierno del presidente Iván Duque?

Es un mal gobierno dedicado a la propaganda y las promesas de lo que haría el próximo gobierno. La realidad no se va a cambiar con anuncios y publicidad.

¿Benefició, implementó, desarrolló los acuerdos de paz o los congeló?

Comenzó por usar todos los recursos políticos para hundir la Jurisdicción Especial para la Paz, lo que significaba un golpe mortal al proceso de paz. Fue necesario que hiciéramos una amplia coalición para derrotar al gobierno Duque. Esto nos mostró que la ejecución del proceso en este gobierno estaba llena de obstáculos y así ha ocurrido. Fue terrible cuando en medio del paro nacional nuestra vicepresidenta escribió un artículo para este periódico que señalaba que los muertos que se habían dado entre la Fuerza Pública y los manifestantes eran consecuencia del proceso de paz. Era una información desconcertante que la comunidad internacional tuvo que asimilar y el otro protagonista del proceso, las Farc, asumir con mucha comprensión. Ha habido un cumplimiento parcial y deficiente del proceso y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, su secretario general y el resto de la sociedad colombiana deben tener toda la paciencia para seguir adelante. Hace solo una semana escuchamos sus palabras de apoyo sin reservas al proceso de paz de Colombia y se quejaba por los incumplimientos.

¿Actualmente no está un poco comprometida la paz con el avance del narcotráfico?

Eso es así y no sé en qué momento nos van a dar las razones para que la Fuerza Pública más grande y mejor dotada y entrenada de América Latina sea impotente para enfrentar las violencias de tantos orígenes que estamos viviendo y para las cuales parecemos impotentes. Nos van a entregar un país con mucha más violencia que la que teníamos y nos van a dejar así al borde de una guerra civil. Ese es el gobierno que el presidente Duque nos va a dejar. Cada día que pasa es peor y el Gobierno parece aceptar sin mayor esfuerzo esta oleada de violencia. Y además el Gobierno y su ministro de Defensa resolvieron decir que la seguridad de las ciudades es responsabilidad de los alcaldes. Ellos tienen funciones de policía, pero no son jefes de los policías.

El país está pendiente de la decisión de dos conjueces de la Corte Constitucional sobre el tema del aborto. ¿Usted es partidario de la despenalización total?

Yo creo que el camino que ha seguido la Corte Constitucional de escoger las circunstancias que lo autorizan y ampliarlas significativamente es conveniente.

A propósito de la Corte, sigue vigente su fallo sobre el uso del glifosato para aspersiones aéreas sobre cultivos ilícitos. ¿Considera que el uso del glifosato para esos fines debe estar prohibido?

El glifosato, como se ha demostrado en Estados Unidos, produce cáncer. ¿Sí valdrá la pena gastarnos US$ 70.000 o más por hectárea en ese tipo de erradicación.

YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO