'Colombia no tiene un rumbo claro': Sergio Fajardo

El gobernador de Antioquia lanza fuertes críticas a la gestión del
presidente Santos.

Foto: El Tiempo
Domingo 24 de Febrero del 2013

El gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, comenzó a asumir una posición
abiertamente crítica a la gestión del presidente Santos.

El viernes, su despacho emitió un comunicado en el que dice que hay “un
ambiente de incertidumbre en el país, principalmente porque no se sabe qué
pasará con los diálogos de paz con las Farc”. Según el mandatario, “el
Presidente tiene que demostrar, en medio de la dificultad grande por la que está
pasando Colombia, el carácter de su liderazgo”.


En esta entrevista, Fajardo precisa sus críticas y afirma que “el barco que
comanda el Presidente navega en mar abierto con tormenta”. No vacila en afirmar que la reelección presidencial dependerá de la forma como Santos responda a la crisis. Fajardo afirma que “aun si se firma el proceso, la violencia
continuará”, pero simultáneamente sostiene que “si el proceso fracasa, será un
fracaso del Presidente”.

Fajardo fue candidato presidencial en el 2008 por el movimiento Compromiso
Ciudadano con Colombia y luego, en el 2010, fue fórmula vicepresidencial del
Partido Verde con Antanas Mockus enfrentando la fórmula Santos-Garzón.

¿Qué pasó con Pido la Palabra, el movimiento que trató de
crear?

Ni es mi movimiento político ni organicé ese grupo. Son personas con su
propio criterio. No tengo ninguna relación política con ellos ni estoy
organizando grupos, ni me interesa hacerlo. Entiendo que están buscando ubicarse  dentro de este enredo político en que está el país, pero nada que ver
conmigo.

¿En qué enredo político está el país?

Hay una confrontación entre lo que significa el expresidente Uribe y lo que
representa el presidente Santos. Atravesamos un momento de gran incertidumbre.
No hay un rumbo claro. Estamos en una época de confusión.

¿“No hay un rumbo claro” qué quiere decir?


Varias cosas. Se está negociando con las Farc, y no hay claridad sobre qué
puede ocurrir. Hay incertidumbre sobre cómo participarían las Farc en
política.

¿La “falta de rumbo” está relacionada con las negociaciones de
paz?

Esas negociaciones introducen un componente en el mundo de la política.
Colombia no tiene claridad sobre el proceso. El panorama es complejo y la
incertidumbre, muy grande. No es claro qué puede pasar. Se navega sin rumbo.

¿Acaso cree que está fallando el comandante del barco?

El presidente Santos comanda el barco en mar abierto, hay tormentas y el
rumbo no está claro. Este es un momento muy importante para que el presidente
Santos trace el rumbo. Tiene que mostrar cuáles son las alternativas, practicar
una buena pedagogía. El Presidente tiene que volver a tomar el timón, señalar,
orientar, dirigir, dar pasos claros que le permitan a la gente empezar a
visualizar hacia qué dirección está moviendo el barco.

No me respondió si cree que está fallando el capitán…

El capitán está en una tormenta en pleno mar abierto y tiene que concentrarse
para tomar ese mando, ver y señalar cuál es el puerto al que nos dirigimos.

¿Cree que es un buen capitán?

En este momento está por verse la calidad del capitán. Tiene que probar su
condición de líder. Al presidente Santos no le había tocado, en su vida
política, una circunstancia tan compleja como la que atraviesa hoy, que lo
obliga a dirigir. Este es su momento clave. Pasa la prueba más difícil y de la
forma como lo haga dependerá su eventual reelección. Enfrenta el examen más
grande de su vida.

¿Si supera la tormenta que usted ve, asegura su reelección?

No hay una persona con un liderazgo claro que pueda enfrentarlo en una
eventual elección, pero la forma como pase este examen determinará su eventual
reelección y su lugar en la historia. Tiene que recuperar la confianza
ciudadana.

¿Y qué cree usted que debería hacer?

Sobre el proceso, al Presidente le ha faltado una pedagogía muy grande. ¿Qué
pasa si se logra un acuerdo? La violencia no se va a acabar. Están las bandas
criminales y el narcotráfico, que siempre será expresión de violencia y
destrucción. Hay delitos nuevos que no van a desaparecer: microtráfico,
extorsión y minería ilegal. Las Farc han interactuado en muchos de estos
espacios. Puede ser –ojalá que no sea así– que algunos de quienes integran las
Farc, en el caso de un proceso de paz, no se acojan a él y se articulen con
bandas. Entonces, la violencia en Colombia no desaparecerá. Hay que descubrir
las posibilidades que se tendrían que abrir en un país que ya se acostumbró a la
violencia.

¿Si el proceso fracasa, fracasa el presidente Santos?

Sí. Es un gran fracaso del señor Presidente. De eso no tengo la menor duda No
es cierto que si fracasa no habrá problema porque seguimos como estábamos. No.
Iremos a una etapa mayor de violencia. Los costos de un eventual fracaso son
altísimos y tendríamos violencia por muchos años más. El Presidente apostó por
la paz. Un fracaso es un fracaso de la sociedad colombiana, pero en cabeza de
él.

¿Para usted entonces es malo el proceso si culmina bien, porque no
termina la violencia, y también es malo si termina mal, porque aumenta la
violencia?

Lo que quiero decir es que, con la firma de la paz, la violencia puede
disminuir de manera sustancial, y el papel del Presidente será quitarle espacios
a la violencia, cerrar lugares donde la presencia del Estado ha sido precaria.
Si se firma el acuerdo, sería un avance muy grande para Colombia. Sin embargo,
al país hay que advertirle: no va a acabar la violencia. ¿Y cómo será un
posconflicto? Las Farc tienen una presencia territorial grande, y nos tenemos
que preparar para ese posconflicto. ¿Cómo serían las nuevas relaciones en el
campo? Hay que pensarlo ya porque las urgencias son grandes, y el Presidente nos tiene que señalar el horizonte.

Lo percibo muy antisantista…

No. No estoy ni contra Santos ni contra el proceso. Nos interesa porque
consideramos que tendrá beneficios. Pero hay que tener una dosis de realismo y
saber que hay una violencia asociada con narcotráfico y bandas que seguirá.

Hoy hay dos posiciones frente al proceso de paz: la de presidente
Santos, que cree, y la del expresidente Uribe, que no cree. ¿Usted está más
cerca de cuál?

Queremos y creemos en las bondades de un proceso de paz, pero eso requiere
pedagogía, porque hay factores de violencia que seguirán.


¿En este momento está más cerca de Santos o de Uribe?

Nunca he caído en ese cuento. No soy ni uribista ni antiuribista, ni santista
ni antisantista. El Presidente tiene la responsabilidad de liderar ese proceso
de paz, y eso no significa estar cerca ni lejos de Uribe. Las sucesivas críticas
del expresidente Uribe hacen parte, sin duda, de esa confusión en que está el
país.

 

¿Usted no es ni uribista ni santista?

 

Recuerde que estuve con la Ola Verde de Antanas Mockus y estábamos
enfrentados precisamente a lo que significaban Uribe y Santos.

 

¿Antioquia es antisantista?

 

No creo eso. Hay unas esferas políticas donde esa confrontación tiene vida.
La mayoría de la ciudadanía está por encima de eso. Solo espera respuestas a sus
necesidades. No voy a quedar atrapado en una confrontación Uribe-Santos.

 

¿Santos no está dando las respuestas que espera
Antioquia?

 

No diría eso. No sería correcto ni justo. Diría que el Presidente le ha
cumplido a Antioquia tímidamente, en forma incipiente. Tiene que hundir el
acelerador y confío en que lo hará. Converso con gobernadores y alcanzo a
percibir que el Gobierno ha tenido una dificultad grande en pasar del Capitolio
al territorio.

 

¿Eso qué significa?

 

Que el Gobierno ha tenido un gran despliegue sobre el Capitolio para obtener
la aprobación de leyes, pero enfrenta muchas dificultades en la ejecución y
aplicación de esas leyes en el territorio. El gobierno de Santos ha logrado
leyes valiosas: la de regalías, la de víctimas, restitución de tierras, primer
empleo, etc. Pero de ahí a que esas leyes adoptadas se conviertan en una
presencia en el territorio para que el ciudadano sienta sus beneficios, hay un
gran trecho. Y ese camino no lo ha podido recorrer el presidente Santos. Ese es
uno de sus retos. Vamos a ver si este año es capaz, como él mismo lo ha
anunciado, de volcarse a ejecutar sus programas.

 

¿Aspira a convertirse en el gran crítico de Santos como
alternativa?

 

No. Lo que siempre he hecho es dedicarme a construir. A mí no me interesa
entrar en una confrontación política con el Presidente. Pero le digo una
crítica: la educación. Santos utilizó el lenguaje de las locomotoras. No aparece
la educación. Y resulta que la educación es la herramienta de la transformación.
La familia más humilde tiene que tener capacidad de educarse y de educar a sus
hijos. El desarrollo de un país pasa obligatoriamente por la puerta de la
educación. Le hago otra crítica: la locomotora de la minería. El país no tiene
una propuesta que articule minería con el tema ambiental y no hay una política
eficaz contra la minería ilegal. Hay incertidumbre y ausencia de gobierno.

 

¿Todas estas críticas al Gobierno tienen que ver con su futuro
político?

 

Para nada. No crecí en el poder. Todo lo he construido luchando voto por
voto. Yo estoy aquí y es aquí donde están mis principios y convicciones. Cuando
estoy haciendo una tarea o resolviendo un problema, jamás pienso en el futuro.
Pienso en hoy. Eso me libera de la ambición que hace parte del mundo de la
política y me permite concentrarme en lo que hago. El día en que piense qué voy
a hacer después de que sea gobernador pierdo el rumbo.

 

¿Con su posición crítica y su gestión como gobernador, está labrando
una nueva candidatura presidencial?

 

No considero la pregunta. Lo único que quiero en este momento es que al 31 de
diciembre del 2015 todos reconozcan lo extraordinario que hicimos en la
gobernación, en el sentido de que logramos educar para transformar mi
departamento. Esa es mi responsabilidad hoy.

 

Cuando Mao terminó la Gran Marcha y conquisto Pekín, un periodista le
pregunto: ¿Y ahora qué? El líder chino respondió: “Detrás de las montañas hay
más montañas”. ¿Diría lo mismo sobre usted?

 

Yo vengo de la Capital de la Montaña, y tenemos muchas montañas pero también
tenemos mar y tenemos ríos. Entonces, la única convicción que tengo es que lo
que estamos haciendo lo tenemos que hacer bien. La cordillera Occidental y la
cordillera Central terminan en Antioquia. Pero al mimo tiempo Antioquia es el
segundo departamento con más costas sobre el Caribe. Yo diría: “Detrás de las
montañas está el mar”.

 

El gran fracaso de
los verdes

 

¿Usted dejó el Partido Verde?

 

Hace dos años no cruzo una palabra con quienes dirigen el Partido Verde.

 

Pero usted llegó a la Gobernación de Antioquia por el Partido
Verde…

 

Sí. Pero con propuestas que se identificaron con el Partido Verde. Hoy, el
gran problema del partido es que suscitamos una gran movilización pero no la
convertimos en un proyecto político juicioso que diera respuesta a quienes
tenían esperanza en nosotros . Ese es el gran fracaso del partido hasta el día
de hoy. ¿Conoce alguna propuesta del Partido Verde para el medio ambiente en
Colombia? No. ¿Conoce propuestas del Partido Verde para la educación o para la
lucha contra la corrupción? No.

 

¿Cree que el Partido Verde alcanzará el umbral
electoral?

 

Puede ocurrir que no, y los responsables serán quienes lo lideran. No han
estado a la altura de los retos. Vamos a ver si lo entienden y se
transforman.

 

¿Mockus, Lucho y Peñalosa no hicieron nada?

 

En el Partido Verde, no…

 

Pero usted tampoco…

 

Porque me salí apenas vi todo lo que le digo sobre falta de políticas.

 

YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO