Teólogo compara a Jesús con líderes sociales asesinados

El padre jesuita Víctor Martínez resuelve dudas sobre la fecha de nacimiento de Jesús y la Navidad.


Foto: El Tiempo
Lunes 26 de Diciembre del 2022
¿Quién fue históricamente Jesús de Nazaret, cuyo nacimiento se celebra mañana, 25 de diciembre? ¿Desde cuándo el mundo cristiano celebra Navidad? ¿Y quién fue María, la madre de Jesús? ¿Qué ocurrió con José, su padre, quien estuvo ausente cuando su hijo murió? ¿Jesús era un revolucionario? ¿Podría existir alguna similitud entre los defensores de derechos humanos que diariamente son aniquilados en el país y el asesinato de Jesús en crucifixión?

El padre Víctor Martínez, sacerdote jesuita, es desde hace 3 años decano de la Facultad de Teología de la Universidad Javeriana. Tiene doctorado de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma en sacra teología y maestría en teología de la Universidad Javeriana. Habla español, inglés, francés, italiano y latín.

¿Hay una fecha históricamente confirmada sobre cuándo exactamente nació Jesús?

No, como fecha exacta no. Pero a nivel de tradición sí es antiquísima. Por allá en el siglo IV, por la gran fuerza del cristianismo en el orden del Imperio romano.

¿Por qué los evangelios mencionan mucho a María, madre de Jesús, acompañando inclusive a su hijo hasta su muerte, y no citan a José, su padre?

Yo creo que José murió como cualquier hombre. En la lectura del evangelio, José fue muy protagónico en el proceso de discernimiento de la vida de Jesús. José fue un buen esposo, fue un buen padre y llevó su hogar adelante. Que no haya testimonio no significa que José no haya tenido una acción protagónica.

¿Pero aparentemente José debió morir antes que la Virgen María?

Quizás sea correcto. Después de esta fiesta de la Natividad, el siguiente domingo es la celebración de la Sagrada Familia, que es el hogar de hoy. Papá, mamá, hijo... es el tejido familiar. Hay encíclicas y cartas apostólicas muy bellas del papa Francisco, como 'Amoris Laetitia', 'Laudato Si', 'Fratelli Tutti' y 'Lumen Fidei', que fue escrita por Benedicto XVI, pero la dio a conocer el papa Francisco, que tienen capítulos sobre la familia y énfasis en la humanidad de Jesús. La exaltación muchas veces de María no puede opacar el compromiso y la acción de José.

¿Históricamente está confirmado que Jesús murió a los 33 años?

Volvemos a la dificultad en los calendarios, porque para algunos, Jesús pudo haber muerto a los 36 años, o sea, tres años más, tres años menos. Treinta y tres o no, no tiene mayor valor en significación.

Cuando se habla de la resurrección de Jesús es su regreso a la vida en todos los seres humanos que siguen sus enseñanzas...

Es el espíritu de Jesús que habita en nosotros, o sea, Jesucristo sí resucita en nosotros.

¿Jesús, el hombre, murió?

Murió como humanidad. Sí, Jesús muere en la cruz, pero Jesús resucita de diversas maneras.

El escritor griego Nikos Kazantzakis escribió una novela muy famosa llamada Cristo de nuevo crucificado, que fue guion de una película, en la que sostiene que si Jesús viviera hoy se lavarían de nuevo las manos y lo volverían a matar...

Yo creo que eso es lo que vemos a nivel histórico hoy. El asesinato de tantos inocentes, tantos líderes que trabajan por la justicia o líderes que luchan por la paz, que van en contra del statu quo o de la institucionalidad de poder, los aniquilan y los matan. Creo que eso sucedería con Jesús, como está sucediendo con estas personas, porque el ser incómodo al sistema establecido trae como respuesta la muerte. Como son una supuesta amenaza para el sistema, hay que aniquilarlos.

Lo que está ocurriendo con los líderes sociales en Colombia...

Sí. Son los crucificados de hoy. Personas que son víctimas de la intolerancia, de la no aceptación de lo contrario, de lo diverso. Hablamos también de los asesinatos que se están presentando con personas LGTBI+.

¿Cómo responder a esa espiral de violencia como mensaje de Navidad?

Con una acción como la de Jesús, que es de amar, que se verifica en la paz, que se verifica en la reconciliación y en el perdón. Hay personas que no siendo creyentes trabajan por la paz, ¿verdad? Nosotros siendo creyentes nos vemos motivados por ese Dios de amor que nos hace trabajar en ello.

¿Trabajar exactamente por qué y para qué?

Luchar por la verdad, en contra de las injusticias, de la corrupción, en desenmascarar situaciones indebidas. Jesús el Cristo, es camino, verdad y vida.

Entonces, ¿cómo luchar por una Colombia distinta?

Ver que hay tantos crucificados hoy como Jesucristo obliga a trabajar a favor de la paz y la justicia, como Jesús lo hizo.

Jesús era pescador, humilde y pobre...

Hay que trabajar por la equidad, la verdad, y la justicia en el orden de la repartición de las riquezas, en el orden de la igualdad. Hay que buscar que la brecha entre ricos y pobres no sea cada vez mayor, sino por el contrario: trabajar por una sociedad mucho más igualitaria, para que todos tengan los medios básicos de vida, vivienda, salud, educación. Es lo básico. Es la dignidad de la persona humana. La educación sigue siendo un privilegio. Hay que seguir trabajando para que la educación primaria, secundaria, profesional, técnica llegue a la mayoría de los colombianos. Se trata de repartir bien la riqueza del Estado. ¡Qué tal todos los problemas que tenemos en materia de salud! Personas sin asistencia médica, sin vivienda, sin los mínimos de vida. Luchar por ello y trabajar por ello hace que, precisamente, una fiesta como esta del nacimiento de Jesús tenga sentido.

No se trata solamente de dar comida al hambriento...

No basta el asistencialismo, no basta darle de comer al hambriento, sino cómo educar a muchísimos que necesitan trabajar para transformar la realidad. Este enfermo, este moribundo, esta persona desnuda, necesita inmediatamente que su necesidad sea cubierta. La Navidad es un tiempo de generosidad, de práctica de la caridad. Pero tenemos que ir más allá de ello. Tenemos, precisamente, que hacer que nuestras instituciones respondan a las necesidades de nuestro pueblo colombiano. Debemos socializar la educación.

¿Socializar la educación? Pero ingresar a las universidades privadas, como la Javeriana, de la cual usted es decano, no es fácil...

Se trata de la calidad de los estudios. Uno pudiera hablar de universidades como el Rosario, como los Andes, como la Javeriana, que son universidades costosas, dados el mismo ritmo y nivel de la educación que imparten.

Regresando a nuestro tema sobre el nacimiento de Jesús, ¿él se sentía y sabía que era hijo de Dios?

Así como podemos todos nosotros sentirnos: hijos de Dios.

¿Y el tema de la resurrección?

Jesucristo ha resucitado en nosotros. Ser cristiano es un modo de ser y de actuar. No es una doctrina. No se trata de principios o de fundamentos, sino de un modo de vivir, un modo de proceder a la manera de Jesús. Ser y actuar como Jesús es lo que nos lleva a identificarnos como cristianos. Ahora, ese ser y actuar como Jesús fue a favor de la justicia, inclinándose particularmente por el pobre, por el enfermo, por el marginado. Y cuando hablamos de marginados es por aquellos que la sociedad de su tiempo rechazaba. Podemos hablar del leproso, de María Magdalena...

Utilizando un término muy moderno, ¿Jesús era un hombre de izquierda?

Hablar de izquierdas o de derechas, de rojos o de azules, de partidos políticos para colocar a una persona como Jesús impondría ser muy parciales. Jesús no toma partido político; de hecho, lo han querido identificar como un zelote, que significa que era un revolucionario de la época contra el Imperio romano, y Jesús no lo fue.

Pero la posición social de Jesús sí correspondía a la de un hombre progresista...

Jesús era un hombre del pueblo y por eso era rechazado por otros, así como nosotros mismos podemos rechazar a quienes nos critican o a nivel de estatus social, como lo hicieron los escribas y los fariseos, los doctores de la ley, que se sentían juzgados por las parábolas de Jesús, porque algunas iban dirigidas a ellos.

¿Por qué razón un sector de la sociedad considera a Jesús un hombre revolucionario y a la Iglesia una entidad conservadora? ¿No es contradictorio?

La acción del papa Francisco ha querido precisamente una Iglesia seguidora de Jesucristo; por eso se lo conoce como el gran reformador, por este movimiento de renovar, revitalizar, reestructurar la Iglesia, él lo hace muy directamente desde el Vaticano. A nivel de los dicasterios (organismos de la curia romana), con más compromiso social.

Pero es evidente que la Iglesia, por lo menos aquí en Colombia, tiene dos alas: una progresista y otra conservadora...

Hay personas de distintas generaciones de pensamientos; unos mucho más abiertos y otros más cerrados. A nivel institucional, en las conferencias episcopales, por ejemplo, hay riqueza en la diversidad y en la pluralidad de los obispos. Pero a nivel de pronunciamientos somos mucho más unánimes. Se quiere, más bien, la fuerza del trabajar por la tolerancia, por la pluralidad. Yo soy un convencido de que Jesús vino a hacer de la humanidad una comunidad. Por eso su deseo de fraternidad, solidaridad, hacernos hermanos y hermanas unos de otros, eso no es tarea fácil, pero esa es la misión del cristianismo.

¿Pero qué es lo que se reconoce que hizo Jesús en su vida para que rompiera en dos la historia del hombre: antes de Cristo y después de Cristo?

La vida de Jesús, toda ella, está caracterizada por una vida de servicio. ¿Cuál es la fuerza para hacer esa acción? El amor. Volvemos al origen. Aquello que Jesús da a conocer a sus contemporáneos es lo de su Padre. Dios es amor. Y entonces Jesús no hace otra cosa que expresar ese amor y un amor que se hace misericordia, o sea, un amor que sienten las entrañas y la herida del otro. Ahí viene la belleza de la parábola del buen samaritano, un hombre que siente en su interior la enfermedad del otro. Entonces viene la curación. Aquello de que los cojos andan, los ciegos ven, los sordos oyen. Es la fuerza de una vida entregada a favor de la vida. Para unos, es lo que hace que Jesús sea un profeta. Para otros, este es un charlatán, un vividor. Para nosotros cristianos, católicos, toda la misión de Jesús es la de curar, sanar, liberar. Por eso, nosotros decimos Jesús es el Salvador, porque toda su vida no fue otra cosa que eso. Curó, sanó, sirvió, liberó.

¿Por qué el nacimiento de Jesús se celebra el 25 de diciembre?

Por la diversidad de los calendarios. El calendario del emperador romano Juliano, que rigió una época, tenía otra fecha. Luego vino el calendario del papa Gregorio XII, que la cambió para el 25 de diciembre, que es la que dura hasta hoy.

¿Le parece que la fecha del nacimiento de Jesús es realmente accidental?

La cuestión es más allá de la fecha, el año, el día. Lo importante es lo que significa. En el orden del misterio pascual, es cómo Jesús viene a salvarnos.

¿Cuánto hace que se celebra la Navidad?

Yo creo que hacia finales del siglo XVI toma fuerza el 25 de diciembre. Antes giraba en diferentes tiempos para septiembre. La elección del 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesús no tiene nada que ver con la Biblia. Las fiestas saturnales (festividad romana en diciembre) eran un rito pagano romano en homenaje al dios Saturno. Y el 25 de diciembre se cumplía el solsticio de invierno, y las fiestas con velas y regalos comenzaban ocho días antes. El 17 de diciembre.

YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO