Hay un grave daño emocional y mental que el coronavirus, causante de la enfermedad conocida como covid-19, está provocando en el país, y esa sensación de incertidumbre que vivimos parece recordar la finitud de los seres humanos.
"Ese fenómeno es el que produce la situación de angustia y de miedo que se vive hoy". Así lo considera el consagrado médico psiquiatra Rodrigo Córdoba, director del Departamento de Psiquiatría de la Universidad del Rosario, expresidente de la Asociación Colombiana de Psiquiatría y de la Asociación Latinoamericana de la especialidad. También fue presidente de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas.
¿Qué se debe hacer para enfrentar este problema de salud mental?
Empecemos con las señales de "marcada alarma". Si siente que está cambiando notablemente, si tiene irritabilidad, si tiene sentimientos de tristeza, de pesimismo, o si hay cambios marcados en el patrón de sueño, estas son señales de que hay que buscar ayuda, para su sanidad mental.
¿Qué tipo de ayuda?
Profesionales de la salud mental. Por eso, los servicios tienen que estar disponibles. Ahora, hay fenómenos asociados a la ansiedad: inestabilidad, inquietud, síntomas somáticos... Esto obliga a buscar ayuda a través de lo que ofrece el mundo virtual, grupos de apoyo, redes, programas especializados. Se debe hacer uso creativo del tiempo libre, formar patrones de convivencia dentro de su ámbito familiar, evitar conflictos y situaciones estresantes.
¿Qué tan importante es acercarse al núcleo familiar?
La familia ha sido un factor protector en la historia de la humanidad. Pero lo de ahora es un hecho inédito. La humanidad no volverá a ser la misma. Ojalá pasemos esta calle oscura, que es lo más importante. Pero, después, la humanidad será distinta. Por ahora, es importante evitar las situaciones de conflicto interior. No revivir los anteriores. Hay que saber manejar nuestros espacios y respetar los de los demás. Se deben respetar las diferencias. Esos son los combustibles necesarios para superar la crisis.
¿Cómo enfrentar la irascibilidad? ¿Cómo dominarla o contenerla?
Lo primero es identificarla. Muchas veces, la irascibilidad la identifican las otras personas. "Estás inaguantable", "demasiado impulsivo". Esto lo tenemos que identificar. El tono alto de la voz es señal de impulsividad. En ese momento, retírese, quédese quieto, recójase consigo mismo; evitará muchos conflictos y abrirá patrones de convivencia.
Lo de ahora es un hecho inédito. La humanidad no volverá a ser la misma. Ojalá pasemos esta calle oscura, que es lo más importante. Pero, después, la humanidad será distinta
¿Hasta dónde este fenómeno puede originar depresión?
Ese es uno de los factores de riesgo más grandes. En personas psicodepresivas, que es una enfermedad clínica muy común, es una amenaza. Si usted se siente constantemente triste, les pierde el gusto a las cosas de la vida, baja su apetito y se siente cansado, nada lo motiva, hay que buscar ayuda de manera pronta.
¿Cómo enfrentar la incertidumbre y la ansiedad?
El Estado, como el 'gran padre', debe ser protector y dar señales de alivio y tranquilidad. Hay que garantizar, en términos psicológicos, las necesidades básicas de las personas. Con esa sensación de seguridad, los niveles de ansiedad disminuyen. El mundo se va a reinventar y, así mismo, la visión de las empresas va a ser distinta y nueva. Seguramente quienes ganaban mucho van a ganar un poco menos, pero se garantizan la vida y el bienestar.
Dice usted que todo va a cambiar y que nada volverá a ser igual. ¿Por qué?
Porque el coronavirus nos recordó que todos tenemos final. Y lo que vivimos es como una guerra sin balas. Tenemos que cuidar las cosas y valorarlas.
Dice que quienes tienen síntomas de ansiedad y depresión deben ir al médico, pero ¿qué hacer con la escasez de recursos?
Hay situaciones que se pueden manejar. Todos los ejercicios de revisión interior, como la meditación y el 'mindfulness', los procesos mentales propios, hacer ejercicios de relajación y físicos, establecer contactos con los familiares, con los amigos. En lo físico, nosotros somos la vacuna. Nosotros mismos, cada individuo y cada ser humano. Somos la vacuna en la medida en que adoptemos una serie de condiciones físicas para aportarnos, para ayudarnos a nosotros mismos.
¿Toda persona con este tipo de problemas recibe atención adecuada?
De cada diez diagnósticos de salud mental, de patología mental, solo uno recibe atención. El subdiagnóstico es muy importante. Y esto incide en la calidad de vida. La detección temprana y la intervención son muy valiosas.
¿Cómo derrotar el miedo a la incertidumbre?
Ese es uno de los retos que tenemos en la vida. Lo hemos experimentado cuando tenemos momentos inciertos frente a un diagnóstico clínico, a veces hasta interpretamos un mal o buen gesto del médico. Hay que pensar que cada día lo podemos disfrutar, darles vigor a los afectos, rescatar y vivir saludablemente los recuerdos. Si somos capaces de vivir con intensidad las cosas que nos producen alegría, todos esos instantes y esa visión de presente nos permiten sobrellevar de mejor forma la sensación de finitud.
¿Cómo manejar la ansiedad?
Una manera de disminuirla es no estar sobreinformados. No se debe tener a la mano siempre el celular ni estar sometido a toda hora a las redes sociales. Tenemos que reinventarnos cada día.
¿El coronavirus ha impactado en la salud mental de los colombianos?
Ha tenido un impacto significativo. Ha aumentado tanto que los profesionales de la salud están siendo sometidos a una sobrecarga emocional y física importante, sienten que tienen un reto, y lo están enfrentado. Mis colegas y yo estamos frente a un huracán, y creo que hemos sido consecuentes con el juramento hipocrático. Un llamado al Gobierno: que nos garantice más medidas de seguridad, físicas y mentales.
¿Y cómo manejar el tema de los niños y los adolescentes siempre en la casa?
Con los niños hay que ser supremamente creativos. Los niños no tienen el cerebro que tienen los adultos. Por ende, la información que reciban debe ser clara, concisa y ojalá, en lo posible, gráfica. Háganles dibujos. En qué consiste lo que está pasando. Darles información alentadora, de esperanza. Sean claros, sean buenos comunicadores en ese proceso. Generen procesos de intercambios virtuales entre ellos. Les va a dar mucha tranquilidad ver las caras de sus compañeros y de sus amiguitos. Les va a dar tranquilidad ponerlos a interactuar en su medio natural.
¿A los niños hay que enseñarles de qué se trata el coronavirus?
Sin duda alguna. Que esto se ha generalizado en el mundo, que ya saltó de Estado en Estado y que existe un riesgo de enfermedad. Y que por eso todos tenemos que cuidarnos, pero no hay que hacer explicaciones profundas de la síntesis proteica o del virus, porque lo único que les va a generar a los niños es desconcierto y ansiedad. Ellos se confunden y se angustian más frente al desconocimiento y la perplejidad. Los niños manejan distinto la ansiedad a los adultos.
¿Los niños, los adolescentes, los jóvenes, los adultos, los mayores deben tener absoluta certeza de que, cuando pase la emergencia, nada volverá a ser igual?
Con absoluta seguridad. Para todo el mundo, nada será igual. Porque esta experiencia nos dejará una gran cantidad de aprendizajes que quizás nos van a devolver a valores fundamentales. Y todos los procesos educativos, administrativos y de gobierno serán distintos. Si la humanidad no aprende de esto, no tiene futuro.
¿El gran reto que enfrenta la salud mental es el estigma?
Ese es el gran reto. Lastimosamente, por ese viejo dilema cartesiano de la "res extensa" y la "res corpórea" se desarrolló mucho la "res corpórea"; es decir, todos los fenómenos físicos y fisiológicos partieron al ser humano en cuerpo y mente. Entonces, esto generó la imagen errada y deformada de que la salud mental está asociada a la voluntad. Es importante disminuir el estigma.
En la medida de lo posible, mantengan los patrones habituales de sueño. No estamos en vacaciones. Una recomendación: no cambien sus horarios de rutina.
¿Qué hacer con el miedo colectivo que existe?
Miedo es el temor o la sensación de ansiedad frente a una amenaza real externa. Otra cosa es el pánico, que no lo hay. Aquí hay una amenaza real externa. Todos los seres humanos tenemos algo de miedo. Lo importante es recurrir a fenómenos mentales, hacer reflexiones, valorar las cosas, mirar las cosas en su justa proporción, no creerle a todo el que le diga cualquier cosa, hay que apoyarse en los afectos y los sentimientos y seguir adelante.
¿Cómo manejar la ansiedad?
La ansiedad es otro de los retos grandes que tiene el ser humano. La ansiedad es el precio que paga el hombre por pensar. Lo que pasa es que a veces se convierte en patológica, disfuncional, invalidante, y en ese momento es cuando hay que recurrir a la relajación, a los procesos mentales propios. Y si siente que esto se desbordó, que ya no se halla, es importante buscar un profesional de la salud mental.
Todos estamos dispuestos a servir a quien lo necesite. Así como hay otros profesionales de la salud en otros frentes de batalla, nosotros los psiquiatras también estaremos ahí.
¿Y el estrés?
Estrés es un fenómeno de presión externa. Trae repercusiones como la ansiedad y, a veces, cuadros depresivos. ¿Cómo manejar el estrés? Debemos tener procesos graduales de información, buscar personas que nos aclaren las dudas, tener interlocutores expertos en el tema, pero no la vecina, ni la estilista ni la tía, porque todos tienen una versión diferente del coronavirus. Hay millones de versiones porque cada uno tiene una visión propia. Las autoridades están tomando las medidas. Sigámoslas, todos somos la vacuna.
¿Y el sueño?
Generalmente nos dormimos a una hora y nos levantamos a otra, y nos hemos acostumbrado a una rutina que conocemos como patrón de sueño. Si esto lo cambiamos bruscamente, pues sin duda se va a ver afectado. Esto es lo que pasa con los niños cuando regresan a los colegios después de las vacaciones. En la medida de lo posible, mantengan los patrones habituales de sueño. No estamos en vacaciones. Estamos en un proceso serio de enfrentar una amenaza. Una recomendación: no cambien sus horarios de rutina.
¿Hasta dónde son o no convenientes las redes sociales en esta emergencia?
Las redes sociales son valiosas, son importantes. Son parte de los grandes cambios de la humanidad en los últimos diez años. Pero hay que hacer un llamado a quienes las mueven. A veces se convierten en una cloaca de la agresividad. Respetemos al otro, respetemos la diferencia, respetemos las opiniones distintas. No hagamos el ejercicio, que se nos había vuelto costumbre, de acabar o aniquilar al otro. Hay que disminuir esos niveles de irritabilidad, porque yo veo que la gente está teniendo conductas agresivas. La agresividad, la descalificación, la ofensa descarnada, eso no contribuye a nada. Más bien es un momento de reflexión, de volver a los valores básicos, como la fraternidad.
Cinco consejos para aplicar ya...
Uno, cumpla las medidas que se están tomando. Dos, tenga cuidado con las señales físicas. Es muy importante seguir las orientaciones frente a las señales de alarma. Tres, controle la irritabilidad, las ideas pesimistas. Cuatro, este es un camino estrecho y pedregoso, es una noche oscura, pero si contribuimos todos, vamos a salir librados de la mejor manera al otro lado de esta noche borrascosa.
¿Y cinco?
Solidaridad. Desde la persona más capaz hasta la persona más humilde. El mundo va a cambiar. Seamos solidarios. Esa es la empresa que nos va a salvar.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO