Bavaria propone formar más técnicos que doctores y abogados

Presidente de la cervecera, asegura que generación de empleo es clave para combatir la inseguridad.

Foto: El Tiempo
Domingo 13 de Mayo del 2012

Richard Rushton, sudafricano y actual presidente de Bavaria SABmiller, uno de los más destacados dirigentes del sector privado en Colombia, les propone al Gobierno y a las instituciones educativas un gran acuerdo para formar más profesionales en actividades técnicas que al país le urgen "y menos médicos y abogados".

Rushton dice que el sector informal de la economía y el empleo es uno de los más graves problemas y sugiere "replicar a nivel nacional" el proyecto de estímulo a nuevos emprendedores empresariales, que su compañía promueve. (Lea acá: Crecen ventas de SABMiller en Colombia)


Considera que el mal estado de la infraestructura vial podría afectar seriamente el TLC con Estados Unidos, que entra en vigencia la próxima semana.

También critica severamente las medidas restrictivas del consumo de bebidas alcohólicas. Las ve como una "cortina de humo" para tapar la criminalidad que hay en Bogotá, y asegura que el consumo de licor no origina ese fenómeno.  (Siga este enlace para leer: Dos de cada tres estudiantes han consumido alcohol).


Rushton, quien fue director de SABmiller para Centroamérica y Ecuador y managing director en la India y Botsuana, ejerce el cargo de presidente de Bavaria desde enero del 2011. (Lea también: Bavaria 'brinda' por el buen momento de Colombia)

"Colombia vive su mejor momento -afirma-. Tiene un crecimiento sostenido, producto de su estabilidad política, de su talento humano y de su seriedad en las reglas de juego para la inversión. Tiene también dos grandes retos: la erradicación de la pobreza absoluta y el mejoramiento de su infraestructura vial. Tiene un formidable futuro y, en mi opinión, la clase media podría duplicarse en unos 10 o 15 años".

Mencionó la estabilidad en las reglas de juego. ¿Qué significa para la empresa privada que Colombia tenga esa condición?

Produce tranquilidad en la inversión, en el futuro, y nos da un norte para empujar inversiones a inmediato, mediato y largo plazo.

¿Le tiene miedo a la reforma tributaria que viene?

No. Estamos sobrecargados de impuestos en Bavaria, que paga una de las tasas más altas en la región, tanto en IVA como en impuesto al consumo de cerveza. Entre los dos es el 64 por ciento.

¿Qué opina sobre esa nueva reforma?

Prefiero no opinar sobre temas específicos mientras no se presente la propuesta oficial de reforma. Entiendo que el propósito de la reforma es, fundamentalmente, ampliar la base de contribuyentes, lo que me parece un objetivo correcto y justo. Entiendo también que busca agilizar y simplificar los procesos tributarios, lo que me parece óptimo. Si esos son los objetivos, estamos a favor de la reforma. Lo que más nos gusta es la firmeza con la que el Gobierno está combatiendo la evasión y la corrupción.

¿Se refiere a la corrupción del sector público, o también del sector privado?

A todas las formas de corrupción. Cualquier esfuerzo fiscal será ineficiente mientras exista la mano negra que tan públicamente se denuncia a diario sobre los malos manejos de los recursos provenientes del trabajo honrado de los colombianos, especialmente en ciertas regiones y en ciertas áreas, como la salud. Otras formas de corrupción han generado inclusive subsectores nuevos de la economía, como el del alcohol ilegal. Más de 400.000 millones de pesos pierde el Estado anualmente por esto.

El miércoles entra en plena vigencia el TLC con Estados Unidos. ¿Qué le parece?

Creo que será un gran motor del crecimiento de la economía a medio plazo y a largo plazo. Nos dará más competitividad como país y va a empujar inversiones importantes y necesarias en los puertos, en la infraestructura, para sectores claves de exportaciones.

¿Ve futuro en la exportación de materias primas para alimentos, por ejemplo?

Colombia tiene grandes posibilidades de alimentar a otras partes del mundo. Los Llanos son de una inmensa riqueza, pero enfrentan retos, como estar lejos del mar y la necesidad de fortalecer la infraestructura.

¿A cuánto ascienden hoy las importaciones de Bavaria en cebada?

A 260.000 toneladas al año.

¿Y qué cantidad aspira a producir en Colombia?

Sería ideal cubrir el 20 por ciento de nuestras necesidades de cereales, entre ellos cebada, para lo que necesitaríamos 20.000 hectáreas sembradas que generarían muchos empleos en el campo colombiano. Es una apuesta muy seria de Bavaria con el país.

¿Cuál cree que es el gran problema de Colombia hoy en el campo del trabajo?

El sector informal, pues el 62 por ciento de los empleos son informales. Esa cifra es muy preocupante. Un proyecto interesante para enfrentar ese fenómeno es replicar, a nivel nacional, lo que tenemos hoy en día en emprendimiento, que se llama 'Destapa futuro'. Comprometer a otros actores privados y públicos para duplicar, triplicar este proyecto. Ya invertimos desde hace cinco años 16.000 millones de pesos en este programa y tenemos más de 100 proyectos validados.

¿En qué consiste?

Impulsamos el emprendimiento de alto potencial, que se traduce en la creación de pequeñas y medianas empresas, y en empleos. Consideramos que es la manera más sostenible de combatir la pobreza. Con el estímulo a la creación de pequeñas empresas, pequeños negocios, propuestas ingeniosas para facilitar y abaratar mercadeo, estos emprendedores ya están haciendo sus negocios y eso podría ser un programa a nivel nacional. Habría que usar esta materia prima para poder enfrentar la pobreza y construir nuevas fuentes de empleo.

¿Qué otro punto podría estimular la producción y el empleo?

El sector privado tiene que hacer un estudio de necesidades a mediano y largo plazo y empezar a trabajar con el Estado y con instituciones educativas para preparar nuevos técnicos, ingenieros, electricistas, en vez de médicos, abogados, etc. El sector privado debe pronosticar sus necesidades en materia de empleo y empezar a trabajar ya en su formación. Eso es lo que pasa en Sudáfrica, que tiene gran diferencia entre ricos y pobres y enfrenta una escasez de talentos humanos para responder a las necesidades de los empleadores. En Estados Unidos, algunas empresas privadas están trabajando junto con los colegios públicos para empezar a vincular las necesidades del sector privado con los programas de estudio. Yo diría que eso es lo que debemos hacer hoy en Colombia.

Para usted, ¿cuáles son los grandes desafíos inmediatos que tiene Colombia?

La infraestructura: hay que mejorarla y es un problema muy grave que podría afectar la competitividad del país, y hacer inefectivo el nuevo tratado con Estados Unidos. Eso, para mí, es el principal reto. Es un problema muy grave, serio.

Hay algunos sectores que relacionan el consumo de alcohol con la violencia...

La gran mayoría de personas disfruta la cerveza de manera responsable. No obstante, cuando el alcohol se consume de manera abusiva, así sea por una minoría, es un problema. Por eso Bavaria trabaja decididamente con el Estado para mejorar los patrones de consumo de los colombianos. El problema es que algunos gobernantes, en el afán de mostrarse comprometidos en la lucha contra la violencia, toman medidas que consideran populares estableciendo limitaciones al consumo de alcohol, a sabiendas de que la causa de la violencia en las ciudades es producto de la criminalidad. Lo más grave es que después de la respectiva cortina de humo, prohibiendo que los colombianos se tomen una cerveza, no se ataca el problema real y la criminalidad crece.

¿Qué piensa, entonces, de las vedas a la venta y el consumo de cerveza y licores como instrumento para frenar la violencia callejera en Bogotá?

Confiamos en que el alcalde Gustavo Petro revoque la medida, como lo anunció en su campaña. Mas aún, cuando hoy sabemos que es totalmente ineficiente. Un estudio de la Fundación Ideas para la Paz y la Universidad de los Andes así lo señala. Además, con la venta de alcohol adulterado se han quebrado más de 17.000 tenderos en solo Bogotá. Y ese sí es el verdadero motor de la violencia: el desempleo y la subsiguiente criminalidad. Las alianzas público-privadas han demostrado que los resultados son mucho mejores que el prohibicionismo.

¿El consumo excesivo de alcohol puede estar afectando a algunos sectores?

La cerveza es una bebida de moderación por excelencia. Si alguien abusa, hay consecuencias; somos conscientes de estos problemas y trabajamos todos los días para ser parte de las soluciones. Pero no hay que confundir.

¿Cuál debería ser la prioridad para luchar contra la inseguridad en las calles?

Generar empleo. Tenemos que asegurar que los beneficios del crecimiento lleguen a los menos favorecidos.

¿Cree que el empleo es el mejor instrumento para combatir la inseguridad?

Obviamente hay otros factores que uno debe atacar, como corrupción y criminalidad, pero creo que sí. Diría que el empleo es el factor más importante para disminuir la inseguridad, y el estímulo a los jóvenes emprendedores sería un programa clave. Lo que queremos hacer como sector privado es trabajar junto con el Estado para agilizar este proceso de generación de trabajo, de empresas y, en consecuencia, de empleo, para enfrentar la inseguridad urbana, la pobreza y la informalidad.

Siembra de cebada, entre los planes



¿Qué planes de inversión tiene hoy Bavaria?

A corto plazo, vamos a hacer altas inversiones para ampliar nuestras instalaciones en Tocancipá y en Medellín con cervecería Unión, porque ya estamos recuperando lo que perdimos hace dos años por el incremento en el IVA. A mediano plazo, hay planes para fomentar la producción de cebada en el país. Vamos a empezar a sembrar algunas variedades de cebada en los Llanos y ver si podemos, en un tiempo relativamente breve, producir una parte importante de nuestras necesidades.