(Nota del autor. En el siguiente reportaje no incluyo presentación. Y no la produzco para no correr el riesgo de equivocarme en alguna interpretación de las palabras del ex presidente Alfonso López Michelsen. Prefiero, simplemente, citar una frase del ex presentador de noticias de la CBS Walter Cronkite, a propósito de un debate sobre informes periodísticos y reportajes: "La censura corporativa es tan peligrosa como la censura gubernamental, y la autocensura puede ser la forma más insidiosa de acallar las voces críticas")
Señor ex presidente, el senador Mario Uribe dijo hace unos días, en un reportaje en El Espectador: "Estamos pensando muy seriamente en una cosa: que Álvaro Uribe Vélez sea nuestro candidato a la presidencia en el 2006, independientemente de lo que falle la Corte Constitucional". ¿Qué opina usted?
El uribismo está jugando a crear un hecho político, con la colaboración de ciertos medios. Yo le propongo al Partido Liberal que enarbole la bandera de llevar a Álvaro Uribe, cuando sea candidato presidencial, a la segunda vuelta, para derrotarlo. Frente a la propuesta monstruosa del senador Mario Uribe, de desconocer un eventual fallo adverso de la Corte Constitucional, propongo que todos los sectores políticos que respetan la Constitución obliguen a Uribe a ir a la segunda vuelta.
¿Para qué?
Ya le dije, para derrotarlo.
¿Evitar que Uribe sea elegido en la primera vuelta?
Exacto. Hablo desde el punto de vista político, constitucional y jurídico. Me explico: la propuesta del senador Uribe es una maniobra politiquera. Así hay que considerarla sin divagar en argumentos jurídicos.
Si la Corte Constitucional declara inconstitucional el proyecto, es imposible que el presidente Uribe acepte ser candidato.
Posiblemente. Pero presionan a la Corte para crear una situación política. El país debe reaccionar contra ese atropello.
¿Su propuesta de que el liberalismo evite que el presidente Uribe sea reelegido en la primera vuelta electoral, es un desafío al uribismo?
No, señor. Ni desafío ni amenaza. Sólo digo que el Partido Liberal debe asumir la defensa de la Constitución y proponer, para el efecto, que se cree un movimiento sin nombres propios que una a todo el antiurbismo, para obligar a una segunda vuelta en las elecciones presidenciales. Hay que llevar al presidente Uribe a la segunda vuelta. Hay que llenar las plazas liberales con la bandera de la segunda vuelta.
¿Usted estaría dispuesto a ir de nuevo a la plaza pública?
Si no asisto al congreso liberal, espero que el Partido Liberal acoja mi propuesta. Y si lo hace, y mi presencia en la plaza pública contribuye en algo, estoy dispuesto a acompañar a quien sea en todas las plazas, para defender el respeto a la Constitución.
¿Usted considera que la propuesta del senador Uribe es...
Es una propuesta de desconocer la Constitución. Es una propuesta de consultar la opinión pública sobre un tema ambiguo, como es tener a Uribe de candidato por encima de la Corte.
¿Por qué está usted en contra de la posición de quienes proponen desconocer la Constitución, si usted la desconoció cuando se inscribió como candidato liberal, y la Constitución, entonces bajo el Frente Nacional, imponía que el Presidente debía ser conservador?
Le voy a explicar. Yo tengo un fallo del Consejo de Estado donde se dice que el que desconoció la Constitución fue el Gobierno, no yo. La demanda contra la prohibición de inscribir mi nombre la falló el Consejo de Estado, diciendo que era inconstitucional la prohibición de inscribir mi nombre, porque uno no puede confundir las prohibiciones con las nulidades. Lo que decía la Constitución era que sería nula la elección. No que se prohibía. Lo grave es que una interpretación de la Corte, que mide la Constitución, la desconozca Uribe. Además, yo era, entonces, un dirigente político de oposición. No representaba al Estado.
¿Por qué al comienzo del reportaje calificó como monstruosa la idea de los partidarios del senador Uribe?
Porque es monstruoso que la falta de escrúpulos llegue al extremo de proponer el desconocimiento por parte de la opinión pública de los futuros fallos de la Corte.
¿Al margen de lo que piense el Presidente, que, seguramente, está en contra de la propuesta del senador Uribe?
Es un hecho político que ellos quieren crear y contra ese hecho político hay que crear el contrario. Vamos a demostrar que brincándose la Constitución, brincándose el fallo de la Corte, Uribe puede ser derrotado, si se lleva a ser contado en la segunda vuelta. Hay que convertir al liberalismo en el defensor de la Constitución.
¿Por qué tiene dudas sobre su asistencia al Congreso liberal?
No tengo claro qué tanto interés puedo finalmente tener en una competencia de ex presidentes por ver quién se queda con la jefatura del partido.
¿Le parece buena una jefatura única para el Partido Liberal?
Sí, pero es que lo que cuenta ahora es llevar a Uribe a la segunda vuelta.
¿Hasta dónde cree usted posible que la Corte tumbe la reelección?
Me parece secundario frente a que el Partido Liberal tumbe al grupo sin escrúpulos que pretende la reelección manejada desde Palacio.
Con un favoritismo del 70 por ciento del presidente Uribe, ¿de dónde van a salir los votos para derrotarlos en la segunda vuelta?
Del hecho de que no tuvo el 51 por ciento para ser elegido en la primera. Y si eso ocurre, sobrevendrá la desmoralización.
¿Y cómo se hace para que no tenga el 51 por ciento?
Movilizando al Partido Liberal, al Partido Conservador, a todos los que piensan que la Constitución debe respetarse.
El senador Uribe aclaró que su propuesta de votar por el Presidente a pesar del fallo de la Corte era simplemente una constancia histórica.
Entendámonos: con un tono de desafío, están jugando a crear opinión alrededor de que nueve jueces, los magistrados miembros de la Corte Constitucional, no pueden desconocer la opinión del país. Cambiemos de escenario: no es que a los pobres jueces los responsabilicen de la no reelección; es que, aplicando la Constitución, hay que llevar a Uribe a segunda vuelta.
Si el Presidente no alcanza la victoria en la primera, ¿lo ve perdido?
Sí. Le voy a decir por qué. Porque los votos antiuribistas se pueden dividir en la primera. Pero otra cosa ocurrirá en la segunda.
Si hay segunda vuelta, ¿Uribe no gana?
No gana. ¿Qué pasó con el referendo? Porque no lo ganó Uribe, con esa fuerza que tenía. ¿Por qué no lo ganó?
Quizás porque él no estaba en juego...
¿No estaba en juego? ¡Por Dios! Cayó a cama cuando perdió.
Sí, pero la gente no votó contra él, votó contra las propuestas del referendo.
¿Quién era el jefe de debate del referendo?
Bueno.
¿En el caso de la reelección podría ocurrir el mismo fenómeno?
¡Claro! La propuesta de Mario Uribe es una exhibición de inseguridad, que muestra, en cierto modo, que el prestigio de Uribe no es tan arrollador como creen.
¿Usted no cree que Uribe es tan popular como dicen las encuestas?
No.
¿Y no se requiere un 'antiUribe' para conducir esa campaña?
No. Es un trabajo electoral, circunscripción por circunscripción, enfrentando a todos los que creen que Uribe es una bandera victoriosa.
¿Usted no cree que la popularidad que tiene hoy el Presidente se origina en que es un buen Presidente?
Es porque maneja a los medios. ¿Por qué no le ha ido bien a Juan Manuel Santos si resolvió cabalgar sobre el prestigio de Uribe?
Tal vez porque el prestigio del Presidente no es endosable...
Pues, bueno: cuando se les cree la conciencia a los liberales de que el prestigio de Uribe no es transferible, y ellos no sientan vacilar sus curules, yo quiero ver en qué quedan las mayorías actuales de Uribe en el Congreso. Tomar la muleta roja y mostrar, a quienes creían al animal muerto, que el toro está vivo.
Gaviria fue candidato presidencial por la ausencia de Galán. ¿Podría serlo si hay ausencia de Uribe?
Sí, claro. Eso es lo que está haciendo; colocándose como una opción muy fuerte, si se crea un vacío a consecuencia del fallo de la Corte.
¿No corre el riesgo de que lo identifiquen a usted como un pensador 'anti': antiUribe, antirreelección, antiGaviria?
Yo creo que esa fama la tengo ya.
En medio de semejante debate como el planteado, ¿qué cree usted que va a pasar?
Que los paramilitares van a desempeñar un papel capital en la reelección de Uribe, sin escrúpulos, amenazando gente.
¿A usted no le da temor decir eso?
Mientras yo esté haciendo columnas filosóficas sobre la reelección, sobre lo que dicen los profesores alemanes, no me pasa nada. Pero en cuanto vean las manifestaciones liberales, con el propósito de debilitar a Uribe y llevarlo a la segunda vuelta, quién sabe. No olvide que Pastrana, de Presidente, me desafió, a propósito de mi oposición a que anticipara las elecciones, provocando un plebiscito, que luego lo extendió a todo el Congreso y, finalmente, tuvo que desistir enviándome como a su vocero al doctor Guillermo Fernández de Soto, quien era el de la idea de revocar al Congreso por segunda vez.