Los siete departamentos de nuestra costa Caribe padecen desde hace seis años una tortura que tiene a más de 10 millones de personas, como las mujeres de Almodóvar, al borde de un ataque de nervios.
Se trata de la sucesión de apagones que aguantan por el pésimo servicio de la empresa Electricaribe, la cual fue intervenida esta semana, ante su ineficiencia, por la Superintendencia de Servicios Públicos.
El futuro de Electricaribe es bueno: antes de cuatro meses se decidirá si se refinancia y continúa con la actual administración, o se liquida y se contrata un nuevo operador.
La decisión la tomó el titular de ese despacho, José Miguel Mendoza, doctor en derecho y finanzas de la Universidad de Oxford, en donde obtuvo su maestría.
"Electricaribe es el producto de la privatización de las electrificadoras regionales de la Costa que ocurrió a finales de la década de los 90. En el año 1998, la compran dos compañías: Electricidad de Caracas y Houston Energy; la operaron algunos años, tienen problemas y la venden en el 2003 a la sociedad española Unión Fenosa, que se especializa en operar compañías de energía en Centroamérica y Suramérica; la opera seis años, hasta que en el 2009 Gas Natural, compañía catalana, compra Unión Fenosa y en forma indirecta se queda con Electricaribe", relata Mendoza al iniciar su diálogo.
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¿En dónde opera la compañía y cuántos usuarios tiene?
Opera en siete departamentos, tiene 2,5 millones de suscriptores, que se traducen en diez millones de personas abastecidas por esa sola compañía.
¿Cuál es el origen de la crisis?
Hay varios: las condiciones de la región son un reto, la extensión geográfica es amplia, la explosión demográfica en la Costa es notable, el crecimiento económico ha aumentado la demanda de energía. Estos factores, más el alto grado de salinidad que impone altas inversiones para el mantenimiento de redes, han hecho difícil la operación.
¿Pero qué fue lo que condujo concretamente a la crisis económica de Electricaribe?
La diferencia entre el precio de energía que la compañía compra en el mercado y lo que finalmente recauda al ponerla en venta, hasta que llegue a los hogares.
Electricaribe tiene unos contratos con el Gobierno que la obligan a mejorar la infraestructura. Esas inversiones nunca se hicieron. ¿Por qué?
Ese compromiso está en el Plan 5 Caribe y estuvo atado a que Electricaribe generara suficientes flujos de caja para hacer las inversiones; como la compañía no generó esos flujos, pues no hizo las inversiones.
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¿Por qué razón no generó los flujos?
Por tres razones diferentes: pérdidas técnicas derivadas de la obsolescencia de la red. Pérdidas por fraude, quizás el problema más grave, es decir: robo de energía; facturas que no se pagan. Entre esos tres está el hueco financiero.
Pero la Superintendencia a su cargo reveló que los usuarios sí pagaban...
El estudio aclara que en la Costa no hay cultura generalizada del no pago. Buena parte de costeños sí pagan sus facturas. Pero hay zonas de difícil recaudo.
¿En Barranquilla o en toda la Costa?
Desgraciadamente, en toda la Costa; hay muchos barrios de invasión, hay zonas de estrato 1 y 2 que han sido clasificadas como de difícil recaudo. Entre los usuarios residenciales, comerciales e industriales de las grandes ciudades de la Costa, el porcentaje de pago es alto: es del 97 por ciento de la facturación.
¿A quién le corresponde cobrar en esas zonas de difícil recaudo?
A la compañía. El problema es un círculo vicioso: La compañía no invierte porque no le pagan, y no le pagan porque no invierte.
¿Y, entonces, cuál es la solución?
La solución comenzó con la toma de posesión de la compañía; de aquí en adelante, las reglas están claras: un problema era la incertidumbre de los usuarios en la Costa; no había una luz al final del túnel, por usar ese cliché; no se sabía hacia dónde se iba a mover esto. Luego de esta toma de posesión se estudiará si la compañía puede reestructurarse o si definitivamente tiene que liquidarse.
¿Usted cree que cuál debe ser la solución?
Cualquiera de las dos puede solucionar el problema en la prestación del servicio. Hay que esperar los resultados del estudio, que ya comenzó.
¿En este momento cuál es la situación de Electricaribe?
Tiene un pasivo de más de 3 billones de pesos; debe a bancos 1,7 billones; los activos, en libros por son superiores a los pasivos.
¿Entonces, por qué fue intervenida?
La compañía se quedó sin liquidez, no tiene recursos en caja para pagar sus obligaciones, y eso la estaba llevando a una inminente cesación de pagos. Por eso, la Superintendencia decidió iniciar un proceso de insolvencia, muy parecido al de la Ley 550 de 1999 o a la Ley 1116 de 2006, que permite tomar medidas como suspender el pago de las obligaciones anteriores al procedimiento. El principal propósito de este procedimiento es que los usuarios tengan un servicio adecuado.
¿Pero la intervención no supone que el Estado asuma los pasivos de Electricaribe?
Por supuesto que no. Lo tiene que pagar la compañía, y la deuda por la compra de energía para abastecer a la Costa también.
¿Y si hace falta dinero?
El Estado hace mucho tiempo creó un fondo especial que le presta recursos a compañías como Electricaribe para que puedan sanear su situación financiera y, una vez remedien los problemas, esa plata se le devuelve al fondo.
¿Y eso se va a utilizar ahora?
Por supuesto, esta semana. Yo tengo que asegurar que el servicio público se siga prestando, así la compañía esté insolvente.
¿No habrá entonces racionamiento?
No. La Superintendencia ya levantó las órdenes de racionamiento que venían en curso, las denominadas limitaciones de suministro.
¿Para qué va usted a financiar a Electricaribe con el fondo del que me habla?
Para que la compañía pueda seguir comprando energía y pagando su nómina.
¿Cuál es el futuro de Electricaribe?
Con consultores estadounidenses estudiamos cuántos recursos necesita la compañía para mejorar los índices de calidad y prestar un servicio adecuado; si ese plan lo financian los accionistas actuales, Gas Natural Fenosa y el Estado colombiano, podrían remediarse las causas que llevaron a la intervención; pero si no hay inyección de capital, la compañía podría no ser viable y se entraría a liquidación. Esto es precisamente lo que estamos estudiando en este momento. Tenemos hasta cuatro meses para definirlo.
¿Pero por qué todo el mundo en la Costa clama por la liquidación?
La gente está muy inconforme con Electricaribe por los permanentes apagones.
¿Pero los apagones culminan con la intervención?
No, el servicio va a seguir deteriorado durante un tiempo, lo que pasa es que ahora ya tenemos los instrumentos legales para mejorar el servicio.
¿Pero entonces a la Costa no se le puede decir, los apagones terminaron?
No, estamos comenzando el camino para terminar los apagones.
¿Cuánto tiempo dura en recorrer ese camino?
Alrededor de dos años, pero desde ahora se van reduciendo. Yo entiendo la molestia de la gente en la Costa; yo soy de Barranquilla, mi familia vive allá, yo he recorrido la Costa y he visto de primera mano cómo sufre la gente por esto, pero tenemos que respetar la ley; esta no puede ser una decisión visceral.
¿Por qué dice usted que los apagones seguirán pero con menos frecuencia?
Contratamos a la principal empresa experta en el mundo en reestructurar compañías de distribución eléctrica; esa sociedad se llama Tetra Tech, compañía norteamericana cotizada en Nasdaq y que se especializa en esto, con exitosas experiencias en India, Nigeria, Afganistán, Georgia. El presidente de la compañía Tetra Tech ha estado en las oficinas de Electricaribe todos estos días.
¿Si el camino será reformar la administración, será Gas Natural Fenosa el que mantenga a Electricaribe?
Sí. Si el camino es la liquidación, probablemente habrá cambio de operador.
¿Gas Natural Fenosa está dispuesta a invertir si se adopta el primer camino?
Entiendo que hay unas discusiones muy amigables con el Gobierno Nacional en las que ha mostrado la voluntad de encontrar una solución financiera para la compañía. Yo estoy al margen de esas negociaciones por mi condición de supervisor de esta compañía.
Pero hay una dura controversia entre Gas Natural Fenosa y el Ministerio de Minas....
Es habitual que en un problema de esta magnitud haya enfrentamientos públicos, pero le aseguro que están buscando una solución concertada.
¿Cuáles son las dos posiciones?
La compañía dice que el Gobierno no ha creado las condiciones propicias para que ellos puedan operar a Electricaribe. El Ministerio ha dicho que le corresponde a la compañía gestionar sus negocios y que el Estado no puede actuar como una niñera cuidando intereses de compañías.
¿Gas Natural Fenosa podría solicitar un tribunal internacional de arbitramento?
Presentó una notificación de controversia, paso previo para poder demandar al Estado colombiano bajo el tratado de protección de inversiones recíprocas.
¿Mientras tanto, seguirán los cortes de energía?
En el corto plazo, sí; aquí no hay una solución mágica que permita mejorar la calidad de servicio en una semana. Hay soluciones, pero se requiere tiempo.
Si llegara a ser la liquidación el camino de la solución, ¿qué interés puede tener cualquier otro operador en una compañía que esté en quiebra?
El proceso de toma de posesión permite superar la quiebra y facilitar la entrada de un nuevo operador o que la operación de la compañía continúe adecuadamente por parte de los accionistas actuales.
Pero así termine esto en un tribunal, usted tiene que seguir garantizando el servicio de energía en toda la Costa...
Sí, señor, y así se hará. Cuando una compañía es intervenida se vuelve candidata para recibir recursos del fondo de la Superintendencia; ya está en curso un giro de 120.000 millones de pesos que el fondo le va a prestar a Electricaribe para que pueda comprar energía y abastecer a los mercados de la Costa. Esto es lo que elimina el riesgo del racionamiento.
¿Eso no contradice lo que afirma en el sentido de que los apagones seguirán?
La infraestructura de la red está deteriorada, eso no se puede corregir de la noche a la mañana; vamos a seguir teniendo interrupciones, pero no racionamientos programados.
En resumen, ¿cuál es el mensaje a la Costa?
Ya hay una solución, ya estamos recorriendo el camino que nos va a conducir rápidamente a que la Costa tenga un buen servicio.
¿En cuánto tiempo?
Un año y medio, dos años. Entre tanto, los apagones trataremos de reducirlos, pero sería engañoso decirle a la gente que con un acto administrativo de la Superintendencia se resuelve un problema que lleva una década agravándose; por el contrario, yo quiero que la gente entienda cómo vamos a solucionar el problema. Me parece que eso es mejor a decir que todavía no hay una solución a la vista o que los apagones se eliminarán. Lo cierto es que ya comenzamos a recorrer la vía que solucionará para siempre el problema.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO