'Yo soy partidario de que la Policía siga dependiendo del ministro de Defensa'

Henry Sanabria, director de la Policía, dijo que la institución no debe salir de manos del ministro.

Foto: El Tiempo
Domingo 25 de Septiembre del 2022
"Detentar la Fuerza Pública debe estar en cabeza de una sola persona: el ministro de Defensa. Y hacia arriba, el señor Presidente de la República". Con estas palabras, el director de la Policía, mayor general Henry Sanabria, comenta que "no sería conveniente, en este momento, que dependamos de otro ministro".

Se refiere, claro está, al propósito de retirar la Policía del Ministerio de Defensa. Y precisa: "Yo soy partidario de que la Policía siga dependiendo del señor ministro de Defensa. No del ministerio, sino del ministro".

En su diálogo con este cronista explica esa posición. Además, el alto oficial relata curiosas anécdotas de su vida y expone un sorprendente conocimiento de la Constitución. Hace múltiples citas del contenido de la carta, totalmente memorizadas.

Por lo demás, destaca su humilde origen y el gran anhelo con el que soñó desde su infancia: ser policía. "Para atrapar ladrones", según sus palabras.

¿Cómo resultó usted en la Policía? ¿Tiene familiares en la Policía?

Mi papá fue agente de la Policía. Yo lo acompañaba siendo muy niño. Cinco años o seis años. Y me encantó ver cómo era ser policía.

¿Qué era lo que le gustaba?

El rol del policía en la calle. La vigilancia. Se lo aprendí a mi papá. Y a partir de eso entendí que mi vocación era ser policía.

¿Usted es hijo único?

Varón sí. Tengo dos hermanas.

¿Su padre nunca ascendió?

No señor. El ingresó a la Policía en el año 65, como agente. Era autodidacta, pero le gustaba el derecho. Por eso decidí estudiar derecho.

¿Su abuelo fue policía también?

No, mi abuelo fue un campesino en Boyacá, de Toca. Tuvo 12 hijos. Cultivaba papa. En el pueblo lo respetaban mucho.

¿Era político?

No, líder campesino.

¿De dónde surgió su atracción por la Policía?

Yo acompañaba a mi papá en la estación de Kennedy, donde trabajaba con la comunidad. Después estuve en lo que se denominaba la Estación 100. En la calle 6.ª con avenida Caracas. Y disfrutaba del primero al último piso, paseando solo. Tenía 5 años.

¿Quién lo llevaba?

Me recogía un carro de la Policía y el oficial al mando de la patrulla me llevaba. Yo me aprendí los códigos de radiocomunicación antes que las tablas de multiplicar.

¿Los códigos de radio?

Sí. 'Central a 7-1', que era el oficial de vigilancia de la estación séptima. 5-5, 'pase el comunicado', y 5-4, 'entendido'. Mi mamá sufría mucho porque sabía que yo iba a ser policía.

¿No le gustaba?

No le gustaba por el riesgo. Me decía: "Prepárese para cuando sea grande, y sea médico, abogado o sacerdote, pero policía no". Salí exento para prestar el servicio militar y entonces ingresé a la Escuela de Cadetes de Policía General Santander.

Pero ¿qué era lo que lo atraía de ser policía?

Pues a mí el psicólogo de admisiones de la escuela me preguntó: "¿Por qué quiere ser policía?". Y yo le dije: "Porque quiero atrapar ladrones, para servir a la gente, para jugar con los niños, para atrapar a los malos". Fui aceptado y empecé el curso. Estuve becado los tres años por mi promedio académico.

Entonces, ¿qué edad tenía?

Dieciséis años.

¿Y nunca tuvo diferencias ni problemas?

Hay algo que se aplica en las Fuerzas Armadas y es que 'el superior siempre tiene la razón'. Ese es el artículo 1.º. Y el artículo 2.º dice: "Si el superior está equivocado, aplique el artículo 1.º". Siempre tiene la razón porque se entiende que el superior tiene un mejor criterio por su conocimiento, experiencia y valores. Siempre: "Lo que usted ordene".

La obediencia debida...

En militares, sí. El superior manda y se cumple.

¿Y en la Policía?

No. En la Policía constitucionalmente no se aplica. Nosotros, como ellos, también recibimos órdenes legítimas, y esa orden legítima tiene que ser constitucional, legal y reglamentaria. Si no cumple esos requisitos, hay que hacerlo ver. La Ley 2196 de 2022 establece que, si uno recibe la orden insistentemente, si es ilegítima, no la debe cumplir. Eso es absolutamente claro, porque si la cumple, responde tanto el que la dio como el que la cumplió. Eso funciona así en la Policía.

¿Eso es algo así como lo que está pasando con el coronel Benjamín Núñez, acusado de haber dado muerte a tres muchachos inocentes en Sucre, al suponer que eran miembros del 'clan del Golfo'?

Sí señor. Él dio una orden ilegítima que no se debía cumplir. Pero no conozco las circunstancias en las que esto sucedió.

Hoy hay un gran debate sobre excesos que a veces comete la Fuerza Pública...

Sí, cuando se excede la fuerza hay una extralimitación de funciones. Eso es reprochable. No solo desde lo político y mediático, sino también desde lo jurídico. Y ante la extralimitación, se genera una acción disciplinaria que en la Policía Nacional es muy fuerte.

Pero también, de otra parte, hay que entender que el uso de la fuerza es constitucional. No el exceso. Usar la fuerza tiene tres principios constitucionales: que sea necesaria, que sea proporcional y que sea razonable. Así lo definió la sentencia C-720 de 2007 de la Corte Constitucional. Bajo esos tres conceptos debe actuar el Policía.

Entonces, ¿qué es lo que se califica como necesario?

Un policía va a hacer un procedimiento de registro, la otra persona lo agrede. El policía debe repeler ese ataque utilizando los medios que están a su alcance. Artículo 167 de la Ley 1801 de 2016, para los fines que establece el artículo 166. Porque tiene que preservar tres cosas: el principio de autoridad, la integridad personal y la vida propia o la ajena. Bajo ese concepto está la necesidad de proporcionalidad y razonabilidad.

¿Usted ha enfrentado a la guerrilla?

Sí, claro. A los 13 frentes de las Farc de Cundinamarca. En varias partes, en La Calera, en Tibacuy, en Topaipí, en La Peña. La situación era terrible. Luché y combatí como capitán rescatando a los policías que estaban bajo ataque terrorista.

¿Qué piensa usted de la guerrilla?

La ignorancia de muchas cosas lleva a optar por decisiones incorrectas. No tener una conciencia de respeto por los demás lleva a excederse y a creer que se tiene un derecho adquirido y que para doblegar voluntades se tiene que acudir a las armas. Jamás será una buena opción. La rebelión, como un delito contra el régimen constitucional, no tiene cabida en este país donde hay garantías, donde hay una democracia, donde lo que mueve a estos grupos es el narcotráfico, el dinero. Deberían aceptar la oferta del señor Presidente para hacer la paz.

Pero muchos de sus miembros explican su rebelión como forma de lucha contra la pobreza, el hambre, la miseria...

No pueden autoproclamarse como defensores de algo que ellos de alguna manera han generado. Las injusticias que de alguna manera ellos trataban de reivindicar terminaban siendo muerte y violencia, con ellos como los peores verdugos. Ese no es el camino. Hay otras formas de mejorar las condiciones de la sociedad.

¿Usted sí cree en la paz total?

Sí, por dos razones. La primera, el artículo 22 de la Constitución establece la paz como un derecho fundamental. Y el artículo 218 de la Constitución dice que la Policía Nacional es un cuerpo armado de naturaleza civil cuya misión es mantener las condiciones necesarias para el ejercicio de derechos y libertades públicas y asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz. Tengo dos artículos que me miran y me dicen: "usted es responsable de la paz". Por eso, yo creo en la paz.

¿Hasta dónde la Policía se ha permeado del militarismo del Ejército?

Creo que no. La Policía está al servicio del derecho, dinámica distinta a la militar. No tenemos un tinte militar, pero respetamos y complementamos su misionalidad.

¿Usted es partidario de que la Policía no pertenezca al Ministerio de Defensa?

Al contrario. Yo soy partidario de que la Policía siga dependiendo del señor ministro de Defensa. No del ministerio, sino del ministro.

No lo entiendo...

Lo que pasa es que en el organigrama está: ministro de Defensa, comandante general de las Fuerzas Militares y, al mismo nivel, el director de la Policía. Y hacia abajo, los viceministerios. Y ese mismo nivel, estipula la sentencia C-453 del año 94 de la Corte Constitucional, es la mejor forma orgánica que puede existir, porque el detentar la Fuerza Pública debe estar en cabeza de una sola persona, el ministro de Defensa, y hacia arriba, el señor Presidente de la República.

El direccionamiento de la Policía está en cabeza del señor Presidente y lo podrá hacer a través del señor ministro de Defensa. Lo establece la Ley 62 de 1993. No sería conveniente, en este momento, que dependamos de otro ministro. Porque poner de acuerdo ese componente que detenta la Fuerza Pública sería más difícil.

Mejor dicho, ¿a usted le gusta que la Policía sea una institución civil que no pertenezca al Ministerio de Defensa, pero que sí dependa del ministro de Defensa?

Sí. Es que orgánicamente dependemos del señor ministro desde hace muchos años.

¿Pero le gusta que sea una institución civil?

Claro, somos de naturaleza civil. Pero no somos civiles porque no ejercemos completamente los derechos ciudadanos y hemos aceptado enfrentar un nivel mayor de riesgo que el común de los ciudadanos. El expresidente Santos pensó en esa separación, se le explicó en profundidad cuáles eran las consecuencias y dijo: "Yo estoy de acuerdo en que debe pasar a otro, pero todavía no". Pienso lo mismo, sí, pero todavía no. Policía y militares estamos unidos, de una manera muy fuerte.

¿Usted se considera militar?

No, policía. Pero me siento orgulloso de los militares de Colombia.

General, ¿qué es lo que está pasando con la invasión de tierras?

Es un problema que fue visualizado por la Ley 57 de 1905. No es algo nuevo, pero sí se ha hecho más visible en estos días. La Policía Nacional, por el artículo 81 de la Ley 1801, es la llamada a proteger la propiedad privada cuando es invadida. Superadas las 48 horas de invasión, seguiremos actuando, pero ya no frente a un comportamiento contrario a la convivencia, sino contra un delito, frente al cual procedería la captura de los invasores o avasalladores.

Algunos medios han dicho que "Policía y Mindefensa se contradicen por grupos armados detrás de invasión a tierras"...

No es una contradicción, le asiste razón al señor ministro, porque se trata de una hipótesis que solo quedará en firme cuando un juez penal condene a los determinadores y autores de estos hechos.

Usted afirmó que el Eln, facciones de Farc y narcobandas tienen que ver con la ocupación de tierras en varios departamentos. ¿Tiene pruebas?

Las evidencias en un proceso penal son elementos que deben ser valorados por un juez para convertirse en prueba. Hasta ese momento serán hipótesis.
El presidente Petro dijo en la ONU que hay que acabar la guerra antidrogas...
Mire, esta semana estuve en el Hospital de la Policía. Un patrullero de 28 años tiene una deformidad en la cabeza producto de un artefacto explosivo que activaron grupos armados. Otro perdió una pierna pisando una mina antipersona donde había cultivos de droga. Otro tiene medio cuerpo paralizado por otra bomba. Sufren mucho en esta lucha policías y los militares. Y, por supuesto, civiles.

Pero mientras hay otro mecanismo, no la guerra, contra la droga, ¿qué hacer?

Lo que el señor Presidente ha indicado: atacar las finanzas del narcotráfico. Y en eso estamos integrados inteligencia, Fiscalía y agencias extranjeras que prestan su servicio de apoyo para fortalecer la lucha contra esas finanzas.

YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO