Miles de niños en Colombia están hoy bajo la amenaza de ser víctimas
de ataques de carácter sexual, a través de redes sociales. Nuestro país
aparece ahora como uno de los destinos de delincuentes mundiales que
realizan una criminal cacería de niñas y niños, aprovechando la
inocencia de los pequeños para conducirlos a la pornografía infantil o
para explotación y abuso sexual.
Se estima que, en el mundo, 150
millones de niñas y 73 millones de niños, menores de 18 años, se han
visto obligados a relaciones sexuales forzosas o han sido víctimas de
otras formas de violencia y explotación sexual. Estas cifras son de
Unicef.
En Colombia, el general William Salamanca, director de
protección y servicios especiales de la Policía Nacional, está al frente
de la misión en esa institución para dar seguridad a los niños y
contrarrestar actividades sexuales criminales contra los niños.
El
general Salamanca denuncia en esta entrevista la existencia de bandas
de criminales sexuales que navegan en la web, en busca de niños para
cometer todo tipo de delitos sexuales. (También: Siete amenazas que acechan a los niños a través de la red)
Hasta
el momento han sido capturados más de 4.000 delincuentes sorprendidos
en esta actividad. Un grupo de especialistas norteamericanos vendrá al
país en los próximos días para capacitar a la Policía colombiana. Otro
grupo de policías colombianos han sido enviados a Europa para recibir
entrenamiento.
En el país ya están actuando 50 agentes
encubiertos. El general Salamanca se queja de la falta de atención de
los padres de familia.
"Haga esta prueba: pregúntele a cada padre
de familia en dónde están sus hijos. Encontrará una sorpresa: no lo
saben. Esto ocurre no solo en Colombia sino en el mundo entero. El
fenómeno es que no hay comunicación afectiva con los hijos, ni hay
diálogo permanente. Hay una general individualización entre padres e
hijos". (Lea también: Claves para prevenir que los niños caigan en los riesgos de Internet)
¿Y a qué atribuye ese fenómeno?
Internet.
La tecnología de hoy permite comunicaciones fluidas en las sociedades y
contribuye con el progreso de los países. Pero la tecnología, usada de
manera irresponsable, está generando un riesgo inmenso para la población
infantil.
¿A qué se refiere?
Cuando un niño
llega a su casa, tiene una opción a la mano y es navegar en la red. Ahí
aparecen unas amenazas sobre las que las instituciones debemos actuar a
fin de proteger a los niños. Los pedófilos, los pederastas, los
negociantes de sexo con niños están a la caza de manera permanente,
buscando contactos en las redes sociales. Es una red oscura y criminal
la que está al acecho.
¿De qué manera se está luchando contra esa amenaza?
Hemos
hecho una alianza con policías de 12 países, junto con Interpol y
Europol. La única de América Latina es la de Colombia, y creamos una
fuerza de tarea mundial que lucha contra los delitos de explotación
sexual infantil que se presentan en la red.
¿Qué beneficios o ventajas tiene esta alianza?
Nos
hemos unido a las policías de Canadá, Reino Unido, Italia, Emiratos
Árabes Unidos, Países Bajos, Filipinas, Corea del sur, Australia, Suiza,
Nueva Zelanda, Estados Unidos, Interpol y Europol para localizar y
perseguir a quienes están dedicados a cometer delitos en la web contra
los niños del mundo.
¿Qué han hecho hasta ahora esos doce países?
Primero,
capacitar a la policía para enfrentar esas amenazas en la red contra
los niños. Segundo, intercambio de información; tercero, creamos un
frente común de búsqueda en el mundo entero de estos criminales; cuarto,
hemos hecho alianzas con empresas privadas como Facebook, Google,
Inhope, Ncmec, Icmec, PayPal, para el suministro de información sobre la
identificación y la búsqueda de estos delincuentes, y el rescate de
niños y niñas que han sido víctimas. Con estas empresas tenemos acuerdos
de cooperación referentes al manejo de herramientas tecnológicas,
forenses y la permanente capacitación de los investigadores.
¿Hasta ahora qué es, concretamente, lo que han descubierto?
Hemos
establecido que, de acuerdo a la zona horaria, en los países se puede
evidenciar un consumo marcado de pornografía infantil, conversaciones,
intercambio y comercialización de imágenes y videos de niños en los que
prevalecen las horas nocturnas. En esta alianza de cuerpos policiales,
hemos descubierto una simbología que identifica las tendencias de estos
criminales. Por ejemplo: un oso o figuras en triángulo.
¿Han descubierto casos concretos?
Por
supuesto. Le doy un ejemplo: es el caso de un niño de 9 años que
conoció a una niña que, supuestamente, tenía 16 años. La niña le
pregunta: "¿Tú has conocido a una mujer desnuda?" El niño le contesta
que no, y ella le dice: "Si quieres, yo me desnudo, pero tú también te
desnudas". El niño lo hace. Entonces la supuesta niña le dice: "Yo no
soy Andrea como me he identificado, soy Juan; tengo 35 años y ahora tú
vas a hacer lo que yo te diga, si no quieres que tu foto desnudo salga
en las redes". Entonces el niño, absolutamente asustado e intimidado, se
ve obligado a hacer lo que el sujeto le dice. En el argot policial se
llama 'sextorsión'; y aquí el niño inicia cambios en su comportamiento e
incluso tiende al suicidio al encontrarse en un callejón sin salida.
¿Eso ocurrió aquí en Bogotá?
Ocurrió en la zona noroccidental del país.
¿Hay colombianos o extranjeros comprometidos con esto?
Sí,
los hay. Pero es un crimen trasnacional que se puede cometer desde
cualquier lugar del mundo contra los niños, sin importar su ubicación
geográfica. Ante esta amenaza, autoridades judiciales y policiales
estamos diseñando estrategias de investigación para dar con su captura,
pero solos no podemos. La sociedad debe acompañarnos asegurando el uso
responsable de internet.
¿Cuántos capturados hay?
En
Colombia hemos capturado en los últimos meses, con la Fiscalía General
de la Nación, a 14 extranjeros. Capturamos un sujeto italiano. El último
fue un sujeto estadounidense capturado en Medellín la semana pasada, en
una operación que hicimos con la Fiscalía y el apoyo de las agencias de
Estados Unidos. Hemos también capturado personas de Italia, Ecuador,
Chile, España, Venezuela, Perú, El Salvador, Argentina y Brasil.
¿Qué pasó con el ciudadano americano capturado la semana pasada en Medellín?
Nos
llegó una alerta de Estados Unidos de la agencia ICE, que es una aliada
nuestra en la tarea de proteger los niños e investigar delitos en la
red, sobre la presencia en Medellín de un ciudadano norteamericano
dedicado al comercio sexual utilizando un sitio web. Con la Fiscalía
iniciamos la investigación, que tardó casi seis meses, hasta cuando
comprobamos que una persona ofrecía en las redes paquetes turísticos en
nuestro país exclusivos para extranjeros que incluían actividad sexual.
Por un costo adicional, daban la opción de tener relaciones sexuales con
niñas. Esta persona llevaba en el país más de tres años dedicándose a
estas actividades ilícitas; el trabajo de campo fue exitoso porque
también permitió recoger información de habitantes de la ciudad que nos
alertaron de movimientos sospechosos del sujeto. Descubrimos una base de
datos con los nombres de más de 300 personas que, creemos, eran sus
puntos de contacto para cometer toda clase de delitos sexuales.
¿Cómo fue detenido?
Este
sujeto fue capturado en el sector de Altagracia de Medellín justo
cuando entregaba a una niña de 13 años a un agente encubierto. Allanamos
su apartamento y encontramos sustancias psicoactivas, cocaína,
marihuana, píldoras, somníferos, dólares y pasaportes de dos países de
Europa y uno estadounidense. Como consecuencia de este descubrimiento,
puedo anunciarle que habrá más capturas.
¿Y qué ha pasado con la lista de las 300 personas?
La
investigación continúa. Presumimos que es su agenda de contactos, pero
no se ha establecido si es que eran las encargadas de contactar las
niñas o de contactar a las personas interesadas en venir a Colombia
atraídas por este paquete turístico.
¿Cómo se llama el ciudadano americano?
Jayke Harry Drivas.
¿Y el sujeto italiano?
Bartolomeo Dadario.
¿Entonces, hay una red internacional establecida en Colombia buscando este comercio sexual con niños a través de redes sociales?
Sí. Son delincuentes que están en cualquier país. Colombia no es la excepción.
General, es obvio que una actividad como esta no la puede hacer un hombre solo. ¿Quiénes eran sus cómplices?
Ese listado de 300 personas que encontramos es lo que nos va a aclarar la respuesta a su pregunta.
¿Los niños y niñas víctimas de esta red son de qué edades?
Básicamente, estos delincuentes buscan niños entre los 12 a 17 años en el contexto de viajes y turismo.
¿Cuál es la ciudad más afectada?
Nuestros esfuerzos se centran en Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga.
Para
capturar en flagrancia al sujeto de Medellín fue empleado un agente
encubierto. ¿Cuántos hay en este momento trabajando en esta tarea?
Estamos
trabajando con más de 50 agentes encubiertos, investigando este tipo de
delitos y de manera muy coordinada con policías de otros países.
¿Cuáles son los factores que han provocado esta actividad en Colombia?
El
descuido de los padres de familia de la actividad de sus hijos, el
manejo inadecuado de internet, el maltrato infantil, la pobreza, la
falta de comunicación en las familias, la disfuncionalidad de los
hogares.
¿Cuál es el siguiente paso para enfrentar esta amenaza global?
Primero,
en Colombia se desarrolla la estrategia liderada por el señor director
general de la Policía, en la que todos los integrantes de la Policía
Nacional tenemos el reto de proteger los niños del país; segundo, el
fortalecimiento de los grupos de investigación criminal, de policía
judicial y de inteligencia; tercero, la capacitación de nuestros hombres
en estas nuevas tecnologías que hemos adquirido y con las que estamos
en constante innovación. Con el apoyo del Gobierno de los Estados Unidos
estamos capacitando nuevos investigadores, dotados con la última
tecnología para combatir este flagelo.
¿Esta actividad se concentrará en Bogotá?
No.
Nuestros investigadores son capacitados también en Estados Unidos y
países de Europa. El siguiente paso es implementar equipos especiales de
investigación en la costa caribe, Medellín, Eje Cafetero y Valle del
Cauca con el fin de detectar estas redes.
Especial para EL TIEMPO