¿Quieren saber cómo va la economía del país y cuáles son sus perspectivas, sin distracciones, sin suposiciones, con cifras y realidades? En la siguiente entrevista, el exministro Carlos Gustavo Cano, codirector del Banco de la República desde febrero del 2005, lo analiza. Y no deja ninguna duda en que la Junta del Banco de la República tendrá que subir las tasas de interés para contener los inquietantes índices de crecimiento de la inflación.
¿Cómo anda nuestra economía?
La inflación total sigue aumentando, 4,46 por ciento a julio, y completa medio año por encima del límite superior de la meta, situada entre 2 y 4 por ciento. Y ya no es solo por alimentos, que era un choque de oferta transitorio. Aun la inflación sin alimentos, que en octubre del año pasado era 2,91 por ciento, sigue subiendo y se ha trepado al 3,98 por ciento, tocando el límite superior de la meta. Y el promedio de las básicas, o sea el indicador más relevante para la fijación de la postura de la política monetaria, también aumentó en junio por décimo mes consecutivo, hasta situarse en 4,45 por ciento, igualmente por encima del límite superior del rango meta. Y, lo que es aún más delicado para un banco central: por causa de la persistencia de la inflación, hay serios indicios de que las expectativas de inflación podrían están comenzando a desanclarse de la meta, lo cual complicaría en materia grave su control. (Lea también: Colombia ajusta un año sin cambios en la tasa de interés)
Además, el déficit de cuenta corriente llega a niveles preocupantes...
Alcanzó el 7 por ciento sobre el PIB al término del primer trimestre del año, el cual es el más alto entre todas economías de similar o superior tamaño en el mundo. Entre tanto, la inversión extranjera directa en minería y petróleo de la balanza cambiaria al 6 de agosto caía 29 por ciento en relación con el mismo período del año anterior, y la inversión extranjera de portafolio lo hacía en 82 por ciento. A ello habría que agregarle el impacto adicional que se podría derivar del inminente proceso de normalización de la política monetaria de Estados Unidos.
¿Y qué medidas deberían tomarse para superar cifras tan alarmantes?
La clave de una buena política monetaria yace en la capacidad de anticipación que tengan sus autoridades. En las circunstancias actuales, modestos reajustes tempranos de la tasa resultan condición necesaria para poder evitar posteriores alzas de mayor magnitud. (Lea también: Pese a nuevo salto de dólar, Banrepública se mantiene en no intervenir)
¿Qué es lo que está debilitando nuestra economía?
El principal golpe externo que produjo la caída del ingreso nacional fue la caída de los términos de intercambio, especialmente por el petróleo. Colombia llegó a depender en un 55 por ciento de sus exportaciones de petróleo.
Es decir, sí sufrimos enfermedad holandesa...
Clarísimo; la enfermedad holandesa se empezó a contraer a mediados de la primera década de este milenio. En su momento, muchos fuimos los que señalamos los peligros de la afluencia tan enorme de dólares por vía de las exportaciones de hidrocarburos y de las masivas entradas de capitales externos hacia la inversión en minería y en petróleos. Eso provocó una revaluación muy fuerte que terminó castigando duramente a los sectores transables de la economía, especialmente agricultura e industria, que son muy dependientes de la tasa de cambio.
Pero, institucionalmente, el banco nunca lo advirtió...
Los economistas decimos que somos inteligentes cinco minutos después; entonces, posteriormente habría sido muy fácil decir lo que ha debido hacerse desde el punto de vista de un libro de texto de macroeconomía. Uno hubiera esperado un ahorro mucho mayor que lo que realmente se alcanzó. (Lea también: 'Economía seguirá perdiendo ritmo en el 2015': Emisor)
¿Entonces hoy estamos ante un cambio estructural de nuestra economía?
El sector minero-energético llegó en la primera década de este siglo al 8 por ciento del PIB y a generar 40 por ciento de los ingresos de la balanza de pagos y 70 por ciento del total de nuestras exportaciones. Alcanzó el 85 por ciento de la inversión extranjera directa de la balanza cambiaria, y un tercio de la balanza de pagos. Es la principal fuente del mercado de divisas. Llegó a aportar cerca de un quinto del recaudo de impuestos, incluyendo los dividendos de Ecopetrol.
¿Resultado: la presión revaluacionista?
Así es, y el consiguiente debilitamiento de los sectores transables, en especial agro e industria, acompañado de la ampliación del déficit de la cuenta corriente, en especial a partir de 2005.
¿Es decir: enfermedad holandesa...
Sí, señor. Y ahora estamos viviendo la destorcida.
Con respecto a la tasa de cambio, situada hoy en $3. 100, ¿es un nivel adecuado?
Estamos muy cerca del nivel de equilibrio. Por ello no se puede hablar de que tengamos una devaluación excesiva; lo que yo sí afirmo con toda firmeza es que lo que sí tuvimos fue una revaluación excesiva, y las destorcidas, cuando hay esos desequilibrios tan considerables, son abruptas y la volatilidad de esos cambios es muy alta, y eso preocupa a los mercados...
¿En cuánto se ha devaluado nuestra moneda este año?
De enero a hoy se ha devaluado el 30 por ciento. Es la segunda más alta de América Latina después de Brasil, que está en 31 por ciento. Es que venimos de una revaluación excesiva y, entonces, la corrección, pues, infortunadamente tiene que ser de esas proporciones. Pero estamos muy cerca de la tasa de equilibrio. No estamos desbordados. El precio del dólar es resultado de una situación económica, no de medidas administrativas. (Lea también: Banco de la República mantuvo tasa de interés en 4,5 por ciento)
¿Y la situación económica la considera buena o mala?
La economía está debilitándose, desacelerándose. Sin embargo, ante la situación económica de los demás países en el mundo y la región, luce comparativamente bien: el pronóstico del crecimiento del equipo del Banco para este año es del 2,8 por ciento, y la única economía latinoamericana entre las más grandes que la superaría es Perú, con 3 por ciento. El promedio latinoamericano va ser de apenas 0,5 por ciento, pero, claro, debido al gran peso de Brasil, que probablemente se va a contraer 2,4 por ciento...
La Junta Directiva del Banco de la República decidió el viernes mantener la tasa de interés en 4,5 por ciento. ¿Tengo entendido que usted es uno de los que se manifestaron partidarios de subir las tasas?
Sí, señor...
¿Por qué?
La autoridad monetaria está ante un dilema: por una parte, la inflación se halla desde hace seis meses por encima del límite superior de la meta y al mismo tiempo es ostensible la desaceleración de la economía. En teoría, subir tasas frena la inflación, pero podría afectar el crecimiento. Los miembros de la junta, tras hacer un balance de riesgos sobre inflación y crecimiento entre las alternativas de subir o no subir, emiten luego su postura. En mi personal opinión, mucho más que la desaceleración, el mayor riesgo emana de la persistencia de la inflación. Hay otro elemento que me preocupa: síntomas claros de que las expectativas del público sobre la inflación futura empiezan a desanclarse de la meta, a salirse de la meta.
¿Es decir...?
Cuando la gente empieza a creer que todo va a subir, pues, todo sube. Por eso creo que el Banco debe poner todo su empeño por cumplir el mandato constitucional de contener la inflación... En eso hay unanimidad.
¿No es una contradicción suya apoyar el aumento de las tasas cuando los pronósticos de crecimiento son tan malos?
No es una contradicción, es un dilema que hay que resolver con la evaluación de los riesgos... La Junta, por mayoría, determinó no subir la tasa por lo pronto, pero la discusión está abierta.
¿Qué va a hacer la Junta Directiva para contener la inflación?
El instrumento principal es la tasa de interés, y en mi opinión se debe elevar. Hay que evitar que las expectativas desborden la meta.
¿Parece seguro que el Banco Central de EE. UU. alista alza en las tasas?
Sí, para evitar que en el futuro se dispare la inflación y después no la pueda controlar; eso va a generar una diferencia favorable para ayudar a mitigar un poco la reducción de los flujos de capital extranjero a Colombia, lo cual podría estar contribuyendo a una mayor devaluación.
¿Usted cree que es necesario subir las tasas de interés en nuestro país?
Sí. Es necesario para minimizar los riesgos de que la inflación se nos dispare; hay que disminuir la liquidez en la economía para que el costo del dinero se aumente y a través de ello podamos controlar la inflación. Mi propuesta ha sido subir 25 puntos básicos, o sea, a 4,75...
¿De acuerdo con lo que usted me está diciendo, la Junta del Banco de la República está decidida a subir las tasas de interés, si toca?
Sí. En otras palabras, la Junta una vez más reitera su compromiso de mantener una inflación baja y estable dentro del rango meta fijado.
¿Y para lograrlo, si es necesario, se subirán las tasas de interés?
En mi opinión, así es...
¿Insisto: a pesar del golpe al incipiente crecimiento de la economía?
Sin duda alguna hay riesgos. La Junta el viernes determinó en su sabiduría dejar inalteradas las tasas, por considerar que por lo pronto es mejor quedarnos quietos y ver cómo van cambiando esos riesgos, para actuar; cada día trae su afán. (Lea también: Las movidas que reactivarían la inversión de las multilatinas del país)
¿La Junta está dividida sobre el tema?
No. No tenemos diferencias en qué hacer y cómo hacerlo. La discusión está en cuándo y en cuánto. La virtud de las decisiones colegiadas surge del hecho de que un comité piensa mejor que un individuo. Por un buen tiempo, desde agosto de 2014, conservamos la unanimidad sobre el mantenimiento del actual nivel. Esa unanimidad se rompió en la junta de julio, y esa fue una buena señal para el mercado porque entendió que la Junta empezó la discusión acerca del control de la inflación y que la Junta está preocupada por la inflación. Pero por decisión mayoritaria determinó que no estaban dadas las condiciones para subir las tasas. En el caso de la Federal Reserve, aunque su junta anunció que habrá que subir tasas, expresó que el momento se acerca pero no ha llegado...
¿Y sobre la devaluación: para dónde va el dólar?
En el último año, desde agosto 22 hasta hoy, se ha devaluado en un 62 por ciento. Considero que estamos muy cerca de la tasa de equilibrio. Si usted mira al mundo, todas las monedas se están devaluando contra el dólar, que se está fortaleciendo.
¿No debe esperarse, si continúa la devaluación, que intervenga el Banco?
Ese tema no se ha discutido aún en la Junta, pero no hay razones para intervenciones con el objetivo de cambiar la tendencia de la tasa; entre otras cosas porque el Banco no tiene un objetivo de tasa de cambio sino de inflación, y porque las intervenciones no modifican las tendencias de la tasa de cambio; apenas las intervenciones pueden eventualmente influir un poco en el grado de volatilidad.
¿Al Banco le preocupa mucho más la inflación que la devaluación?
La responsabilidad fundamental de la Junta es la inflación... Pero no la tasa de cambio; eso debe quedar bien claro ante el público. Otras órbitas del Estado son las que pueden trabajar en el tema del control de la enfermedad holandesa. Eso se llama ciencia y tecnología, se llama infraestructura, se llama educación.
¿Y el déficit de cuenta corriente?
Su corrección va a ser gradual. Un escenario probable es que terminemos con 5,6 por ciento sobre el PIB este año. Teníamos en promedio, los últimos años, alrededor del 3 por ciento. El mercado también ayuda a corregirlo. Uno no toma decisiones de tipo resolutivo sino que tiene que crear climas económicos: lo primero, una inflación baja y estable, que es lo que puede garantizar más competitividad; lo segundo, la devaluación va a ayudar a corregir el déficit. Por ahora, hay que contener la inflación. Dígalo claro. Esa es nuestra misión.
YAMID AMAT
ESPECIAL PARA EL TIEMPO