“¡Oh, Dios! Necesitamos tu ayuda más que nada en el mundo. La batalla de mañana será dura e implacable. No habrá en ella lugar para los niños. Por eso te suplico: no nos envíes a Tu Hijo. Ven TÚ en persona en nuestra ayuda”.
Oración de Koq, jefe de la
tribu de los grikuas, según
Ryszard Kapuscinski en
‘La guerra del fútbol’.
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Solo Dios (“O alguno de sus ángeles”, como dice ella) pudo salvar a Blanca Fonseca Celis y a sus 3 hijos, dos niñas y un niño –de 6, 10 y 13 años– de morir bajo las bombas de Israel en Gaza.
Era una indocumentada colombiana nacida en La Capilla (Boyacá), pero que desde muy niña vivió en Bogotá. Conoció a quien hoy es su esposo, jordano, y viajaron a Gaza hace muchos años.
Desde 2008 tenía el pasaporte vencido. Cuando estalló esta nueva fase del conflicto, solo tenía una obsesión: salvar a sus hijos, su esposo y su vida misma.
Para esta mujer, lo más grave era que desde la zona donde vivía se disparaban rockets contra Israel, lo que hacía inminente el bombardeo.
“Mi vida se extinguía al presentir la muerte de mis hijos –dice al iniciar su relato–. Comencé a tramitar mis papeles. El cónsul colombiano Camilo Sandoval comenzó a ayudarme. Buscamos muchas formas porque yo no tenía mi documentación. Mi pasaporte se había vencido en el 2008. Comenzamos a trabajar por internet… Era imposible atravesar fronteras, y menos indocumentada".
“Logramos contacto con el cónsul en El Cairo, y él desde allá comenzó también a ayudarme. Por contactos con mi familia en Bogotá, rehicieron mis documentos en El Cairo y empezaron a ver la forma de hacérmelos llegar. Eso fue como un milagro.
“Apareció, de pronto, un ángel. Tenía forma y nombre de mujer: la señora Jaulah Hussein, una funcionaria del consulado en El Cairo. Si los ángeles tienen vida, ella la arriesgó por mí y por mis hijitos. Atravesó la frontera, que es absolutamente peligrosa. En medio de tiroteos constantes, intentó en tres ocasiones llegar hasta nosotros... Mi esposo nos había llevado, a nuestros tres hijos y a mí, hasta la frontera para esperarla.
“Habíamos huido con nuestros hijos. En el lugar donde estábamos, en la frontera con Egipto, pasaron muchas horas sin dormir, sin comer, sin ninguna protección, con mis hijos, sin entender ni encontrar explicación a nuestro terrible padecimiento… Y mi esposo y yo no teníamos nada distinto que hacer sino esperar.
“Por fin apareció la señora que yo llamo ángel. Había logrado llegar a recogernos. Atravesó lugares que estaban bombardeando para encontrarnos. Lanzaban bombas por todos lados. Las explosiones ocurrían a unos mil metros del lugar donde estábamos. Después de varios intentos logramos pasar la frontera.
“Mi esposo se quedó en Gaza para tratar de gestionar su documentación. Fue la última vez que lo vi… Se despidió de mí y de los niños y regresó al barrio donde vivíamos. Ese lugar, que prácticamente colinda con la frontera israelí, estaba totalmente destruido por el ataque de Israel por tierra. El primer día hubo más de cien muertos y más de 300 heridos.
“Si la cancillería colombiana no nos ayuda, mis hijos no estarían aquí conmigo. Murieron tantos niños, mueren tantos niños…
“La señora Jaulah nos llevó al consulado y luego nos enviaron a mi país, a donde acabo de llegar. ¡Fue una emoción tan grande y una tristeza tan infinita al dejar a mi esposo en el conflicto!”
El estremecimiento de la narración, la dulzura con la que acaricia a sus hijos y la profunda tristeza con la que habla de su esposo condujeron a la canciller María Ángela Holguín a seguir trabajando por esta familia, que hoy prácticamente depende de ella.
La canciller Holguín sintió tan íntima y profundamente el drama de esta mujer y sus hijos que comandó esta tarea de salvación. Sonríe con plenitud cuando observa las fotografías que registran la alegría del encuentro en Bogotá de Blanca y sus hijos con sus familiares.
La ministra le reveló a EL TIEMPO que, desde 1999, la mujer vivía en Gaza. Nos pidió que la ayudáramos a salir porque temía por su vida, la de esposo y la de sus tres hijos. Eso hicimos.
Entrevista a la canciller María Ángela Holguín por Yamid Amat. Especial para EL TIEMPO. |
¿Cómo fue esa operación de rescate?
Muy difícil. No solo por la delicada situación que estaban enfrentando sino por la falta de documentación de ellos. Blanca tenía su pasaporte vencido y no había tramitado el de sus hijos nunca. No tenían cómo ir a los consulados de Tel Aviv o de El Cairo para tramitarlos porque no podían salir indocumentados. Una vez tuvimos los pasaportes comenzó el drama para tratar de entregárselos, pues no era fácil movilizarse. Lo primero que nos dijo Blanca cuando llegó es que su rescate fue un milagro, y que la funcionaria del consulado se había convertido en su ángel. Estoy infinitamente agradecida con la funcionaria de nuestra embajada en Egipto.
¿Pero cómo lograron sacarlos de Gaza?
El 17 de julio gestionamos todo lo necesario para que Blanca y sus tres hijos pudieran entrar a territorio egipcio. Los llevamos a El Cairo, donde tuvieron que esperar durante varios días hasta que logramos traerlos a Bogotá. El reencuentro con su familia acá en el país fue realmente conmovedor. Los niños lloraban al ver la emoción de sus tíos, que agradecían que estuvieran vivos. Eso, sin duda, fue lo más gratificante de nuestra gestión: lo que se puede hacer por nuestros connacionales.
¿Por qué a Colombia solo llegaron Blanca y sus tres hijos? ¿Y el esposo?
Él es jordano y también tenía que organizar sus documentos para poder salir. Él les pidió a su esposa y sus hijos que aceptaran la ayuda que les estaba ofreciendo Colombia porque temía que murieran si se quedaban.
¿La familia se va quedar separada: ella y sus hijos en un país y el esposo en otro?
No. En este momento, nuestro cónsul en Tel Aviv adelanta gestiones con Naciones Unidas para que documenten al esposo. Tan pronto lo logre, pediremos autorización a Israel para que nos permitan encontrarnos con él en un punto donde entregamos los papeles, con lo que podremos traerlo junto con la OIM (Organización Internacional para las Migraciones) a Colombia bajo la figura de reunificación familiar.
¿Qué pasó con la casa de Blanca?
Si no los hubiéramos rescatado cuando lo hicimos, hoy estaríamos repatriando sus cuerpos. Blanca se enteró de que su casa fue bombardeada un par de días después de que la logramos sacar de allá. Ella nos explicaba que el barrio donde vivía era el más cercano a la frontera israelí.
¿Pero el esposo está bien?
Por fortuna está bien. Hemos estado en contacto con él y hemos servido de puente para que Blanca sepa cómo se encuentra. Sabemos que está viviendo en la casa de unos amigos.
¿Qué va a pasar con ellos: la mamá, el papa y los niños?
Seguimos dando asistencia. Estoy segura de que a él lograremos traerlo. Con la Cruz Roja venimos trabajando para ubicar a los niños en un colegio y para asistirlos por el shock en que se encuentran. Además estamos buscando cómo apoyar a Blanca para que pueda trabajar.
¿Los niños y la madre están bien de salud?
Están bien. Tienen algunas molestias auditivas por las explosiones que tuvieron que oír permanentemente. Les van a prestar asesoría sicológica, porque están impactados por todo lo que tuvieron que vivir.
¿Cuántos colombianos residen hoy en la Franja de Gaza?
Tenemos 31 colombianos, según un registro consular elaborado en los últimos cuatro años. Esto no quiere decir necesariamente que todos estén allí.
¿Cuál es la posición de Colombia frente al actual conflicto bélico entre Israel, Palestina y Hamás en Gaza?
El Gobierno de Colombia ha rechazado la ofensiva militar por parte de las fuerzas israelíes a la Franja de Gaza, así como los ataques continuos por parte de Hamás al territorio israelí. Hicimos un llamado a la máxima contención. Lamentamos la pérdida de vidas humanas en Palestina y en Israel. Consideramos que las medidas tomadas por la Operación Margen Protector del Gobierno de Israel, así como el lanzamiento de cohetes por parte de Hamás, agravan el conflicto y representan un retroceso en los esfuerzos de paz.
Por eso, el Gobierno de Colombia ha hecho un llamado al cese inmediato de las hostilidades y ha pedido que, de acuerdo con el Derecho Internacional Humanitario, se permita el establecimiento de espacios humanitarios para que las víctimas puedan ser atendidas y reciban la ayuda médica necesaria. Con este nuevo enfrentamiento entre Hamás e Israel, la esperanza de un acuerdo entre Israel y la Autoridad Palestina tristemente se desvanece.
Respuesta a críticas por la visita de Maduro
¿En qué estado se encuentran las relaciones con Venezuela?
Tenemos un diálogo permanente y fluido con el Gobierno de Venezuela; trabajamos para que las difíciles situaciones de la frontera mejoren.
¿Pero son muchos y muy difíciles los problemas?
Tenemos problemas que solo trabajando conjuntamente se pueden ir resolviendo y por eso son importantes estas reuniones de los presidentes. Como todas las relaciones de vecindad, hay enormes complejidades, y más con países con modelos económicos y políticos distintos. Hay muchos problemas que deben solucionarse si se trabaja conjuntamente y con el convencimiento de avanzar por el bien de miles y miles de ciudadanos que dependen de esta relación.
¿Cuál es su opinión sobre las observaciones que hicieron el Centro Democrático y el expresidente Uribe contra la visita del presidente Maduro?
Como con cualquier tema, los partidos son libres de pensar y opinar lo que consideren. Somos respetuosos de las diferencias. En este tema, sabemos que el Centro Democrático quisiera no tener relación con Venezuela. No fue lo que hizo el presidente Uribe en sus ocho años de gobierno; siempre mantuvo relación con el presidente Chávez, y cuando se presentaron incidentes y problemas, trabajó para superarlos. No veo nada distinto entre ese esfuerzo y el que hace ahora el presidente Santos por trabajar con Venezuela, por solucionar los inmensos problemas que tenemos, especialmente en la frontera, donde se ven afectados miles de colombianos. Es responsabilidad del Jefe de Estado hacer todo lo que esté a su alcance por el bienestar de sus ciudadanos, y esa es sin duda la prioridad: buscar mejorar la situación de los colombianos en la frontera y de los connacionales que viven en Venezuela.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO