‘Soy consciente de que hay un clamor nacional en materia de seguridad’

Entrevista con el general William Salamanca, nuevo director general de la Policía Nacional.

Foto: El Tiempo
Domingo 14 de Mayo del 2023

El general William Salamanca, reintegrado a la policía y designado como su director general, por el presidente Petro, narra que cuando recibió el ofrecimiento no lo pensó un minuto: "Sí", fue su inmediata respuesta. Cuenta que jamás lo imaginó y narra como fue el proceso de regreso a la institución que ha sido su vida. 

El alto oficial, es administrador de empresas y administrador policial  con especializaciones en relaciones internacionales y seguridad integral. El siguiente dialogo con el cronista para EL TIEMPO, comienza con la siguiente pregunta:

¿Cuándo se retiró usted de la policía?

Mi retiro salió con fecha 28 de febrero de 2021. El general Atehortúa era el Director de la Policía. El presidente Duque lo envió como embajador a Australia y nombró nuevo director al general  Jorge Luis Vargas, quien estaba por debajo de mí, en antigüedad. Así que el mensaje era claro: no hay espacio para mí y presenté mi solicitud de retiro voluntario.

¿Cómo recibió usted la decisión presidencial?

Fue un momento muy difícil en mi vida, porque yo hice mi trabajo. Como Inspector General de la Policía debía investigar lo que tenía que investigar.

¿Y por qué dice usted que fue difícil en su vida?

El comandante en jefe es el Presidente de la República y él es el que toma la decisión sobre sus generales. Yo entendí, acaté, respeté la decisión del presidente Duque. Esa página la cerré; yo habría preferido que el Presidente me escuchara.

¿Y eso por qué?

Porque yo adelantaba  investigaciones sobre corrupción en la Policía. Pero son estilos de los presidentes. Yo no soy quién para criticar,  menos a un Presidente.

Las discrepancias que tuvo con el general Oscar Atehortúa, ¿influyeron?

No, Yamid. No. Fue voluntad del Presidente. Salí sin rencor. Es más, hasta hoy hablo de eso. Nunca había hablado del tema. Cuando salí, inicié una nueva vida con mi familia, feliz de haber contribuido por más de 38 años al servicio de mi país

¿Usted ha vuelto a hablar con el general Atehortúa?

No. Lo invité a la ceremonia de transmisión de mando. No lo vi, pero sí lo invité.

¿Y él no fue ni lo llamó ni expresó alguna felicitación por su nombramiento?

No, señor.

Relaciones congeladas...

¡No de mi parte.  Es más, yo lo he mencionado con elogios, como lo hice en mi discurso. Pero  prefiero no hablar  más del tema. Él fue general y  director de la Policía y me merece toda consideración y respeto. Él y su familia.

¿Su retiro de la policía no le produjo amargo sabor?

Entiendo el fondo de su pregunta. Se siente mucha nostalgia. Y yo pensaba, le soy sincero, que pude haber hecho más por mi país y por mi institución.  Pero Salí feliz y orgulloso de la carrera que hice, de conocer tanta gente buena en la institución, que lo da todo a cambio de nada.

¿Su esposa, sus hijos, regresaron?

No. Cuando estábamos aquí hubo amenazas y preferí dejarlos en Miami.

¿Cómo  y cuándo comenzó su relación con el presidente Petro?

Yo conocí al presidente Petro cuando él era Representante a la Cámara y yo era oficial de enlace de la Policía ante el Congreso, yo era teniente coronel. El representante Petro empezó a sufrir amenazas contra su vida, su integridad y su familia, y era para mí una prioridad. Ahí lo conocí. Ahí interactuamos en varias ocasiones. Luego, él era senador, y  yo como Director de Protección de la Policía, respondía por la seguridad de los congresistas, entre ellos el senador  Petro. Y se pusieron bajo su entorno a los mejores policías, probos, confiables para la seguridad de él y su familia. Y luego, como alcalde mayor de Bogotá, con él trazamos unas estrategias en tema de infancia y adolescencia. Él me concedió y me impuso  la máxima condecoración que otorga la Alcaldía.   Cuando  asumió su cargo en Bogotá me pidió  que le colocara a un oficial como su jefe de seguridad y me dijo: "Confío en el que usted me escoja", y le asigne al hoy coronel Feria.  Él era capitán. Ahora es su jefe de seguridad. Se lo asigné desde esa época. En tiempos recientes, tras ganar las elecciones, el presidente Petro me encomendó la misión de coordinar el empalme del Sector Defensa y luego me nombró Cónsul en Miami.

¿Y cómo se produjo su nombramiento como Director de la Policía?

Me llamó el señor Ministro de Defensa. Yo me encontraba en Washington con Canciller Álvaro Leyva en los diálogos de alto nivel con Estados Unidos.

¿Y qué le dijo el ministro de defensa?

Me preguntó si yo tenía  pensado ir en  estos días a Colombia. Le dije: "No, ministro, por ahora no, seguramente viajaré a Colombia a mediados de junio". Entonces me dijo: 'General, es que quiero hablar con usted un poquito urgente'. Le dije que estaba en Washington,  que viajaba a Miami esa noche. Le pregunté si era muy urgente. Me dijo: "Hoy es martes. Tiene que ser antes del viernes". Viajé. Me reuní con él y hablamos buen tiempo y al final de esa larga conversación se puso de pie y me dijo: "General, una pregunta concreta, para una respuesta concreta".

"¿Cuál es la pregunta, señor ministro?"

-¿El señor Presidente me pide que por favor le consulte si usted aceptaría  ser el nuevo director de la Policía?  Y yo le respondí: "Sí, señor ministro".

¿Ni lo pensó?

No.

¿Respondió inmediatamente?

Sí, señor.

¿Usted tenía alguna sospecha o alguna información?

Nooooo. No.

¿Usted alguna vez pensó en que volvería a la Policía?

Nunca tuve en mi agenda volver a la institución. Cuando me llamaron de urgencia pensé que era por algún tema de seguridad.

Con toda franqueza, ¿usted soñó cuando se retiró que algún día volvería?

No, no. Jamás. Hay una frase en la Policía de Colombia que dice: "Policía un día, policía toda la vida". Eso está en el corazón. Siempre con ese cordón umbilical hacia la institución. La Policía  fue la que me dio todo.

¿Pero lo sorprendió la propuesta?

Claro, quedé sorprendido.

¿Y qué pasó por su cabeza?

Mi familia, mi esposa, mi hijo mayor y mi niño de diez años.

¿Para usted qué significa primero volver a la Policía como Director General?

Lo primero, agradecerle al señor Presidente de la República su voto de confianza... Lo segundo significa la más alta dignidad y la más alta responsabilidad con la institución y con mi país. No fallaré a una confianza que también me entrega la sociedad colombiana. Así que es un gran reto, un gran compromiso

¿Qué instrucciones ha recibido del Presidente?

Trabajar mucho por la seguridad y por el bienestar de nuestros policías, por sus familias y por las reservas: salud, educación, vivienda, recreación, becas para los hijos de los policías, vivienda digna. Eso será prioridad para mí.

¿En general, los policías tienen muchas necesidades?

No podemos permitirnos que haya policías en condiciones difíciles, sin hábitat  adecuado, trabajando en escenarios exigentes sin los elementos necesarios para el servicio. No podemos permitirnos que, en algún lugar  del país, un policía duerma en el piso. Queremos un policía con su hogar feliz, su familia sana, viviendo con dignidad,  un policía que da todo por su institución.

¿Cuántos policías tiene Colombia? ¿Cuántos son agentes?

163.000 policías. En este momento, profesionales son 133.000. El resto son personas del tren administrativo, logístico y los que están con el servicio militar.

¿Hasta dónde la lucha contra el estado está financiada por el narcotráfico?

El causante de todo en Colombia se llama narcotráfico.

¿Qué es todo?

La descomposición, la corrupción, la disputa del territorio, la minería, la extracción ilícita de minerales, el contrabando... La instrucción del señor presidente Petro es que hay que atacar el multicrimen con toda contundencia.

¿Qué está en descomposición?

Hay quienes frente a la ilegalidad entregan sus principios y su moral. Y hablo de algunos servidores públicos y de alguna franja de la comunidad que cae en esas tentaciones. La corrupción es un problema muy serio en Colombia, con descomposición en valores y principios.

¿Cuál es el mayor problema que usted enfrentara como director de la Policía?

La seguridad. La seguridad ciudadana. Y aquí hay un reto. Soy consciente de que hay un clamor nacional en materia de seguridad.  Hay hurto, a personas, a residencias. Hay avances, pero hay que fortalecer la acción. Hay  extorsión en Barranquilla, Sincelejo, Cali y varias zonas de la Costa Caribe. Aquí hay un fenómeno de extorsión que nos obliga a replantear la estrategia contra este flagelo.

¿Pero, cómo la va a replantear?

Hay  varias decisiones: Uno, el fortalecimiento del grupo élite de Policía antiextorsión, que tiene tres componentes: uno preventivo; por eso iniciamos un plan con Fenalco y los comerciantes del país. Consiste en asesorar a un comerciante cuando recibe una llamada o una carta. ¿Cómo orientarlo? Dos,  la presencia y acompañamiento de esa persona. Y tres: entablar o iniciar investigación criminal junto con la Fiscalía. Además es clave el fortalecimiento de la policía judicial para investigar los casos, con el apoyo de la Fiscalía General de la Nación.

¿En la Policía hay corrupción?

Así como la hay en los distintos sectores de la sociedad, la Policía no es la excepción. Esa fue otra tarea que me encomendó el Gobierno. Soy consciente de que esa debe ser una ardua tarea diaria. Hay un paso que tenemos que dar.

¿De qué paso habla usted?

Pedirle a la sociedad colombiana,  a todos los ciudadanos, que sean veedores de la  Policía, que acompañen la labor de la institución; que cuando un policía se salga de los cánones de su Código de Ética lo denuncien y nos cuenten. Yo soy un convencido de que las sociedades cuando hacen veeduría a las instituciones, estas se vuelven más  transparentes y tendremos mejores instituciones. Así que bienvenida la veeduría ciudadana. También hay que fortalecer la contrainteligencia, con grupos especiales que estarán en varias zonas del país para mirar y anticiparnos a comportamientos de policías que se salgan de los códigos éticos.

¿Usted quiere que el país lo recuerde cuando termine su gestión como qué?

Como el director de la Policía que  trabajó de la mano con la comunidad para dejarles un mejor país a nuestros hijos; como el  general que escuchó a los colombianos, que escuchó a sus policías, que trabajó de la mano con ellos, que los comprendió, que los entendió, que los atendió, que valoró su trabajo, que los destacó, que los formó, que los ayudó a ser mejores hombres, para ser mejores padres de familia y mejores policías.

¿Usted por qué decidió ser policía?

Mi papá fue alcalde de mi pueblo en Boyacá, Úmbita. Yo era muy niño y mi papá cuando salía de la casa a la primera persona que llamaba era al comandante de la policía, que era un sargento, y yo veía que mi papá se apoyaba siempre en el sargento, Y, entonces, yo le pregunté un día: "¿Papá, por qué siempre vas con ese señor, con ese de uniforme?". Y me dijo: "Porque él me ayuda en  todo, él es mi apoyo". "Yo quiero ser, pensé en ese entonces, como ese sargento".  Un tío me dijo que me inscribiera en la escuela de policía de Bogotá.  Yo tenía escasos 18 años. Viajé a Bogotá, me inscribí en la Escuela General Santander y me aceptaron. Mi papá murió cuando yo era capitán y me quedé con mi mamá,  quien está muy bien. A ella y a todas las madres de nuestros policías, el regalo de hoy es que siempre las haremos sentir orgullosas de ser nuestras madres.  A este país hay que sacarlo adelante entre todas y todos. Aquí estoy. 


YAMID AMAT 

Especial para EL TIEMPO