En mayo del 2009, el entonces presidente, Álvaro Uribe Vélez, avanzaba en su séptimo año de gobierno, luego de haber sido elegido en 2002 y reelegido en 2006. El exitoso resultado de su primer mandato estimulaba su eventual aspiración a un tercer periodo.
En un evento, ese mes, realizado por la revista The Economist en Bogotá, el entonces presidente Uribe dijo: "Frente a la reelección, tengo una encrucijada en el alma".Su "encrucijada" terminó cuando la Corte Constitucional, en un fallo en febrero de 2010, por amplia mayoría, 7-2, sentenció que una segunda reelección sucesiva del presidente de la república violaba los principios de la carta magna. Y expiró así la supuesta aspiración de Uribe a una nueva reelección.
Lo que ocurre hoy con la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez es comparable con la "encrucijada" del exmandatario, pero no por consideración de ninguna norma constitucional, sino por razones absolutamente personales y de carácter político. La actual Vicepresidenta tiene plazo hasta el próximo mes de mayo para decidir si continúa en el alto cargo o se retira para no inhabilitarse y lanzar su candidatura a la presidencia de la república el año próximo.
La Vicepresidenta, en una breve declaración a EL TIEMPO, el miércoles pasado, dijo que su "prioridad es hacer bien lo que está haciendo y acompañar al Presidente en este desafío enorme de la reactivación económica".
¿Esa afirmación revela que ha resuelto seguir al lado del mandatario como vicepresidenta?
Mi prioridad es la que debe tener cualquier funcionario público, siempre, más allá de sus aspiraciones: hacer bien lo que le corresponde. Y lo que me corresponde es acompañar al Presidente en este desafío enorme de lo que estamos viviendo. Eso no quiere decir que haya decidido alejarme de la actividad electoral. Cada día trae su afán.
Perdóneme que sea directo: ¿usted se va a lanzar o no?
Eso no lo he decidido. Todavía tengo tiempo suficiente, hasta el mes de marzo. Evaluaremos durante estos días qué más hay que hacer para que este proceso de reactivación coja más fuerza y velocidad y cómo todo el plan de vacunación se inicia con prontitud, acorde con la logística y la precisión que ha diseñado el Ministro de Salud, bajo la dirección del Presidente de la República.
¿La demora suya en tomar una determinación está relacionada con el efecto del escándalo que estalló cuando se conoció que usted había sido garante en el año 98 de una fianza para liberar a su hermano Bernardo, detenido por tráfico de droga en Estados Unidos? Si ese efecto ocurrió y usted podría pensar en alejarse de la actividad electoral, ¿no cree excesivo ese autocastigo?
Yamid, los temas familiares siempre son dolorosos y muy personales. Yo preferiría invitarlo a leer el blog: martalucíaresponde, en donde expliqué ampliamente esa situación, que prefiero no revivir, por respeto a mi familia que bastante ha sufrido, injustamente, por esta vocación mía de servicio al país.
De todas maneras, señora Vicepresidenta, varios han sido los ciudadanos que ocuparon altísimas posiciones del Estado y terminaron salpicados por actividades ilícitas de familiares muy cercanos. Ninguno de ellos renunció, ¿no le parece que esa fue la decisión correcta? Un alto prelado de la Iglesia católica, monseñor Pedro Rubiano, cardenal de Colombia, sufrió esa situación y, en alguna ocasión, comentó: "Yo escojo a mis amigos, pero no a mis familiares"...
Yo estoy muy orgullosa de mi familia y volvería a escoger a todos y cada uno de los miembros de ella. Mi papá y mi mamá fueron dos personas trabajadoras. Me enorgullece decir que soy una persona de la clase media colombiana que logró demostrar que, a punta de trabajo de sus padres, esfuerzos, sacrificios y mucho amor al país, sí se puede llegar lejos y servir a todos. Quiero que eso inspire a muchos jóvenes y, sobre todo, a muchas mujeres. Por eso, he dicho que quiero poner mis hombros para que se paren sobre ellos, y mirando desde arriba porque el país nos necesita a todos.
Yo estoy muy orgullosa de mi familia y volvería a escoger a todos y cada uno de los miembros de ella
Cuando se produjo el episodio, su vida fue investigada y siempre apareció como ciudadana y dirigente honesta, proba e íntegra. ¿Por qué no recurrir a esas condiciones para continuar en la contienda electoral?
El episodio sucedió cuando yo no estaba ocupando ningún cargo público, fue antes de ser la primera mujer ministra de Comercio. En ese momento, era una consultora privada, tenía mi propia actividad. A pesar de eso, busqué entonces al embajador de Estados Unidos, que era Myles Frechette, y le comenté la situación que estaba viviendo mi familia, porque quería que él supiera quién soy yo, quiénes son los míos, y que esta era una circunstancia familiar muy difícil de asimilar.
Si su determinación es continuar acompañando al Presidente, mientras decide la opción de su eventual candidatura, ¿de qué manera piensa contribuir en la promoción de la reactivación económica?
La reactivación económica se construye desde abajo. En la Vicepresidencia hemos liderado, desde el comienzo del Gobierno, diversas acciones para el crecimiento económico y la generación de empleo. Es por eso que firmamos, hace ya año y medio, 22 pactos por el crecimiento y la generación de empleo, con 86 gremios de la producción nacional, y ahora, como consecuencia de la pandemia, el Presidente lanzó el Compromiso por Colombia. Todos los lunes, él y yo, junto con los ministros, hacemos seguimiento a más de 500 proyectos de reactivación, con una inversión superior a $ 136 billones, que vendrán de aportes públicos y privados para generar más de 2 millones de empleos, de aquí hasta agosto del año 2022.
¿Qué mecanismos se están diseñando para atacar el desempleo?
Los más afectados por esta pandemia han sido los más vulnerables, y hemos desarrollado diferentes programas para atacar el desempleo, entre ellos el Paef, (Programa de Apoyo al Empleo Formal), que ha subsidiado el 40 % de las nóminas para que las empresas no despidan a sus trabajadores, y el subsidio es del 50 % cuando se trata de mujeres trabajadoras, precisamente para garantizarles el empleo. En relación con las mujeres, me preocupan mucho, especialmente aquellas que son cabeza de familia y que tuvieron que renunciar a sus trabajos para acompañar a sus hijos en sus clases virtuales. También muchas trabajan en los sectores más afectados por el confinamiento, como hoteles, restaurantes o servicios personales. Para 2020, la tasa de desempleo de los hombres fue 12,7 %, mientras que en las mujeres fue de 20,4 %.Estamos dedicados a impulsar un millón de mujeres emprendedoras que puedan desarrollarse como empresarias en planes de negocios escalables, sostenibles, rentables y perdurables. Tendremos, entre emprendedoras y empleadas, 500.000 campesinas rurales formales, y 500.000 mujeres urbanas, en empresas que van desde confecciones, alimentos procesados, empresas en el sector de tecnología, empresas de ingeniería y empresas de servicios.
Uno de los mecanismos más utilizados para reducir el desempleo es la ejecución de obras de infraestructura, ¿qué va a hacer el Gobierno para ampliar esa inversión en infraestructura en un momento en el que la prioridad del gasto está enfocada en la pandemia y, además, no hay mucho presupuesto?
La infraestructura es la campeona de la reactivación económica, nuestro motor en la generación de empleos. Gracias a la infraestructura y la vivienda, la reactivación empezó en Colombia desde mayo del 2020 y no esperamos hasta el fin de año del covid-19, como sucedió en muchos países. Solo en construcción, pasamos de 864.000 empleos en abril, a 1,6 millones en diciembre de 2020, un aumento de 722.000. Hoy tenemos maquinaria pesada por todo el país, con inversiones en los próximos 12 meses, aseguradas por $ 70 billones, en 79 proyectos de infraestructura, que generarán más de 900.000 empleos. Esa es la importancia del Compromiso por Colombia, al que hacemos seguimiento todos los lunes con el presidente Iván Duque.
¿Cuál cree usted que será nuestro crecimiento este año?
Nuestra meta es el 5 %, generando oportunidades para crear empleos de calidad y reduciendo, al mínimo posible, la abrumadora informalidad que durante décadas ha pasado desapercibida. Estamos trabajando un ambicioso programa para que la población informal haga una transición hacia la formalidad y que la reactivación incluya a las mujeres, pues muchas de ellas son informales.
¿Usted es partidaria de ampliar el cobro del IVA para mejorar el recaudo de impuestos?
Yo soy partidaria de una reforma fiscal que ajuste todas las cuentas nacionales, pues evidentemente la pandemia nos llevó a endeudarnos más de lo que ha sido la costumbre colombiana. Eso significa mejor calidad en el gasto, más inversión, menos funcionamiento y, por supuesto, significa también mejorar ingresos, procurando un sistema redistributivo que garantice la competitividad de nuestras empresas frente a sus pares en el mercado internacional que vienen con sus productos a competir en nuestro propio mercado. Necesitamos más y más empresas rentables, generando empleos e ingresos de calidad a sus trabajadores.
¿Y cuál cree que debe ser la estructura central de la reforma?
Tenemos que lograr los equilibrios que nos garanticen un país viable económica y socialmente. El Gobierno ha trabajado con comisiones de expertos en distintos temas, como sucedió con la Comisión de Sabios, la de Gasto Público, la de Infraestructura, la de Empleo, la de Internacionalización y la de Expertos Fiscales. Las posiciones de nuestro gobierno se definen escuchando a todos y decidiendo en función del bien común, con perspectiva de mediano y largo plazo.
Al anunciar que, por ahora, continuará al lado del mandatario, reafirmó usted que hace años Colombia ha debido tener una mujer presidenta. ¿Lo pensará para el futuro?
Tengo aún mucha energía y amor para dar a Colombia, pero si yo no me meto en esta campaña, no lo haré después. Quiero estimular a muchas mujeres más jóvenes para que busquen llegar ahora o en la próxima. Estoy convencida de que mujeres como Noemí Sanín, María Mercedes Cuéllar, María Emma Mejía debieron ser presidentas hace rato.
Tengo aún mucha energía y amor para dar a Colombia, pero si yo no me meto en esta campaña, no lo haré después
Su partido, cree usted, ¿debe buscar una mujer como candidata presidencial?
Lamentablemente, tuve que retirarme del Partido Conservador en la elección pasada y hacer campaña por firmas con un movimiento ciudadano porque los congresistas estaban en su mayoría con otro candidato no conservador. Por fortuna, las bases del partido me acompañaron en las dos elecciones. Ojalá todos los partidos promuevan candidatas mujeres con formación, preparación y vocación, pues no se trata de aspirar por ser mujer, sino de tener la persona mejor preparada para ocupar la presidencia, tendiendo puentes de entendimiento y construyendo escenarios que restañen heridas y nos permitan a todos avanzar hacia adelante como una gran nación