‘Reinstalar diálogos con el Eln será prioridad del gobierno Petro’: Prada

En entrevista con Yamid Amat, Alfonso Prada habla también sobre la reforma agraria.

Foto: El Tiempo
Domingo 03 de Julio del 2022
Comprar tierras improductivas, no baldíos, para redistribuirlas entre el campesinado es el eje de la gran reforma agraria integral que el presidente electo, Gustavo Petro, presentará al Congreso de la República. Así lo revela Alfonso Prada, quien fuera jefe de debate en la campaña presidencial que concluyó con la elección de Petro, y a quien se menciona insistentemente como nuevo ministro del Interior.

"Toda tierra que no produzca será castigada con fuerte tributación", precisa Prada. "O la ponen a producir o el Estado la compra para entregarla a campesinos que tendrán crédito y asesoría". Anuncia la reanudación del diálogo con el Eln e inicio de conversaciones con redes criminales como el 'clan del Golfo'.

Prada inicia su diálogo con un duro ataque al gobierno del presidente Duque. Según él, "Gustavo Petro recibirá un país dividido, un país lleno de heridas, un país que no fue orientado hacia la implementación de la paz después de que terminó el gobierno del presidente Santos. El Gobierno recibió una guerrilla desmovilizada, unos excombatientes en el proceso de reincorporación y a lo que se dedicó el presidente Duque fue a hacer trizas la paz, a objetar la JEP, a no cumplir con los acuerdos y por eso es que encontramos un país lleno de dolores, lleno de violencia, un país que hay que recomponer".

Frente a esta arremetida, nace la siguiente pregunta:

¿Cómo? ¿Haciendo qué para lo que usted llama 'recomponer al país'?

Básicamente hay que implementar los acuerdos de paz. Eso implica una reforma agraria, una gran reforma de la salud, reforma de las pensiones, una gran reforma política, una gran reforma de la justicia y reorientar el país hacia la paz integral

Usted me acaba de decir que recibe un país herido y dividido. ¿En qué sentido?

Un país polarizado, un país en que el Gobierno no convocó a ningún tipo de unidad. Por eso es la convocatoria a un gran acuerdo nacional que ha hecho Gustavo Petro; por eso ya se ha sentado a dialogar, cosa que nunca hizo este gobierno. El presidente Petro ya se sentó a dialogar con los contradictores, con el propio candidato que fue el rival, Rodolfo Hernández, con el expresidente Álvaro Uribe, que es uno de los contradictores más relevantes o más visibles; sentarse con ellos es dar un mensaje para construir una agenda común desde la diferencia.

¿Entonces el primer gran propósito del nuevo gobierno será implementar la paz?

Ese es el primer gran objetivo y extender la paz.

¿Qué significa extenderla?

Reinstalar diálogos con el Eln, reactivar la política de sometimiento a la justicia de las bandas criminales. Que no basta simplemente con firmar la paz y hacer una justicia transicional. La verdadera paz está en el territorio, la verdadera paz está en que los campesinos tengan acceso a la tierra, que la puedan producir, que sean socios de la industrialización del campo, la verdadera paz es que los jóvenes de Siloé y Aguablanca o de las comunas de Medellín o de Ciudad Bolívar tengan la posibilidad de acceder a la educación pública gratuita hasta el nivel universitario. Ese es el programa del presidente Petro para hacer la paz, es el cumplimiento integral de los acuerdos, una paz con justicia social.

Pero, a ver... eso suena bien y se oye bien, pero ¿cómo se hace? ¿Cómo se llega a semejantes conquistas?

Hay que obtener los recursos para financiar la paz, razón por la cual lo primero que vamos a convocar en el Congreso es a un análisis de la estructura tributaria.

¿Por qué Gustavo Petro tuvo esta transformación? ¿Uno fue Gustavo Petro candidato y otro es el Gustavo Petro, presidente electo?

Es el mismo Gustavo Petro, es el mismo que lidera un acuerdo nacional; lo propuso desde la campaña: la implementación del acuerdo de paz, una gran reforma agraria, una gran reforma tributaria. Él ofreció construir un país incluyente, democrático, un país sin estigmatizaciones, sin racismo, sin divisiones.

Pero como candidato defendió ideas de izquierda; yo no recuerdo que Petro haya dicho en su campaña que iba a gobernar con el Partido Conservador o con el Partido Liberal o con el partido de 'la U'. Tenía una bandera muy de izquierda y ya como jefe de Estado es una bandera de centro, incluyendo el nombramiento de un canciller del Partido Conservador y el posible nombramiento suyo como ministro del Interior...

En la campaña Gustavo Petro convocó un acuerdo nacional, convocó a todos los sectores políticos, convocó a los empresarios, a los gremios, se los dijo, yo lo acompañé a la reunión con el consejo gremial y les dijo que el Gobierno iba a ser de diálogo con los empresarios y los gremios económicos. Es bastante probable que ninguno de ellos haya acompañado la elección del presidente Petro, ninguno hizo una declaración de apoyo como sí la hicieron hace 4 años con el presidente Duque, en una declaración; esa declaración en esta oportunidad fue de neutralidad, no hubo apoyo a Petro, como igual tampoco se les pidió y tampoco lo esperábamos.
No es que Petro se haya conservatizado...

No es un cambio de ruta, ni un cambio de principios ni un cambio de programa, sino el cumplimiento de la convocatoria a la unidad de la nación que tanto extrañamos los colombianos. El gobierno de Petro será un gobierno de izquierda progresista, como lo dijo. Que no quede la menor duda.

Pero económicamente el presidente Petro recibe un país con gran crecimiento...

Y con un enorme déficit fiscal, un enorme endeudamiento, un país con desajuste económico, un país con hambre, con enorme pobreza, un país sin justicia social. Ese es el país que estamos recibiendo, es un país que demanda unidad y un presidente con mucho carácter de decisión y con la ruta clara de lo que hay que hacer para sacarlo de la pobreza.

¿Sacar al país de la pobreza, con una informalidad superior al 60 por ciento, donde miles de hogares sobreviven con una sola comida al día, no es un propósito irrealizable?

Es un reto enorme. Yo creo que Gustavo Petro representa un quiebre histórico.

¿Qué fue lo que lo condujo a usted a unirse a la campaña electoral como jefe de debate del candidato Petro?

La convicción profunda de que Gustavo Petro representaba un cambio tranquilo y profundo que nos llevaría a la paz integral y a la justicia social. Es que era la continuidad de la derecha en el poder con doctrina contraria a la implementación de la paz o el progresismo, la búsqueda de la equidad y la justicia en Colombia, que representaba Gustavo Petro. Era el camino a la paz integral

¿Qué es lo usted llama, reiteradamente, 'paz integral'?

El acuerdo de paz tiene 6 puntos, pero yo quisiera destacar solamente el primero y más importante: la reforma rural, eso significa ni más ni menos cumplir con la adjudicación a los campesinos de cerca de 10 millones de hectáreas, es una meta gigantesca, pero en Colombia tenemos más de 20 millones de hectáreas improductivas, la meta del presidente Gustavo Petro es lograr hacer realidad ese punto del acuerdo. La no propiedad de la tierra es la causa de la violencia en Colombia; la ausencia de posibilidad de los campesinos de acceder a la propiedad de la tierra. Si logramos que los campesinos sean propietarios de la tierra y adicionalmente podamos ofrecer crédito popular apoyado por el Estado, en donde bancos como el Fondo Nacional del Ahorro se conviertan en bancos de primer piso que le presten al campesino, que otorgue crédito popular; si logramos que además haya transferencia de conocimiento al campesino para que pueda desarrollar su actividad agropecuaria en condiciones técnicamente modernas, y si hay asociatividad y apuntamos a que sean socios de la industrialización de los productos, vamos así a luchar contra la terrible pobreza que hay hoy en día en el campo. Es la industrialización del campo, con los campesinos como socios, eso es un país diferente, eso es posible hacerlo, y es el primer punto de implementación de los acuerdos de paz.

No será una reforma basada en la entrega de terrenos baldíos ni tampoco en expropiación...

Ni lo uno ni lo otro.

¿Y entonces cómo se hace?

Mucha tierra en Colombia es improductiva; buena parte de los recursos de la reforma tributaria va a ir a la compra de terrenos, tenemos que comprar mucha tierra en Colombia, no expropiarla, comprarla, toda aquella tierra que esté improductiva, tierra con posibilidades de producción. Hay 20 millones de hectáreas en Colombia que podemos poner a producir; hoy es tierra de engorde, completamente desperdiciada. Lo que vamos a hacer es precisamente buscar la manera de que esa tierra la pongan a producir con los campesinos o pagarán impuestos por su improductividad. Si no la ponen a producir, pagarán impuestos sobre ella, y esa es la plata con la que podemos comprar más tierra para los campesinos. Es la plata para poder invertir socialmente en el acceso de la tierra a los campesinos. Tierra es lo que tenemos en Colombia y tierra es la que hay que poner a producir. La concentración de la tierra está en muy pocas manos. El país tiene que avanzar hacia democratizar el acceso a la tierra; no expropiarla, porque la expropiación clásica es que el Estado quita la propiedad, se la entrega a otros, generando una repartición arbitraria de la tierra, no. Pero es que estamos en el feudalismo, con terratenientes históricos del medioevo. Colombia todavía no ha pasado a un nivel de capitalismo con condiciones mucho más democráticas. Todavía estamos en el sistema feudal: concentración de la propiedad de la tierra e improductividad de la misma.
¿Este proyecto de reforma agraria integral hará parte de uno de los primeros programas ante el Congreso?

Así será para comprar tierra y tener una política de industrialización del campo.

Decía usted también que habrá dentro del desarrollo de la implementación de los acuerdos de paz, diálogo con el Eln...

Vamos a la implementación de los acuerdos de paz y hay que extender la política de paz a las demás causas que generan violencia. Hay que sentarnos a dialogar con el Eln. El presidente Petro ha dicho que vamos a activar automáticamente los protocolos para poder reactivar los diálogos y hay que ver cómo reintentamos un diálogo que permita a las disidencias de las Farc recuperar la senda de la paz.

¿Cuba está cumpliendo con ser garante de los acuerdos de paz o no?

Yo creo que nosotros debemos tener gratitud con la república de Cuba porque acompañó todo el proceso con las Farc, ha acompañado el proceso con el Eln, e incluso ha resistido una buena parte de una defensiva diplomática que en nuestra opinión ha sido incorrecta por parte del gobierno Duque. Cuba ha sido un aliado de Colombia para la paz. Con Cuba y con Venezuela hay que restablecer buenas relaciones. Y hay que regularizar mucho mejor las relaciones con Estados Unidos, que se vieron un poco perturbadas con la participación de sectores del partido de gobierno en las elecciones pasadas en esa nación.

¿Y qué quiere decir el otro tema del que usted me acaba de hablar sobre el sometimiento a la justicia por parte del narcotráfico o de las bandas criminales?
Sobre eso hay una ley de la república; hay que proceder a su implementación; es una ley de 2018 que generó unas condiciones especiales para que haya procedimientos de sometimiento a la justicia colectiva en cabeza de la Fiscalía General de la Nación y la justicia penal; hay que recuperar la institucionalidad para ese objetivo específico que es el desmonte y sometimiento de las bandas criminales.

¿Pero sí es posible? ¿Y cómo?

En la ley quedó establecido que hay unos delitos que cometen las bandas criminales, que son juzgados con jueces especializados que no se han utilizado y con unos fiscales especiales dedicados a ellos. Hay que poner todo sobre la mesa para avanzar en el proceso de implementación de la ley

¿Eso tiene algo que ver con el llamado "perdón social"?

El perdón social es una doctrina histórica que aplicó en buena parte Juan Manuel Santos para poder hacer el proceso de paz. No hay que descalificar esa posibilidad de que la sociedad perdone. No es un perdón jurídico. ¡Cuidado! El perdón social es un instrumento político de la sociedad para superar dolores y lo quieren confundir con una estrategia jurídica para sacar de la cárcel a algunos delincuentes, no se trata de eso, esto es una cosa más profunda.

YAMID AMAT
Para EL TIEMPO