Nuevo jefe de Dian propone pena de cárcel para quien reciba el IVA y no lo reporte.

"No se trata de penalizar al que cometa un error sino a quien sea evasor consciente", dice.
Foto: El Tiempo
Domingo 27 de Julio del 2014

La nueva cabeza de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, Santiago Rojas, se declaró partidario de sancionar con cárcel a quien evada el pago al Estado del IVA que recauda.

“Ese es un delito de estafa y debe castigarse con cárcel”, dijo Rojas, saliente ministro de Comercio.

Las cifras de evasión son absolutamente escabrosas. Su antecesor la calculó en 49 billones de pesos. ¿Qué piensa hacer?

Hay que crear una cultura tributaria y concientizar a los colombianos sobre la importancia de pagar los impuestos. Hay que trabajar en la modernización de la Dian y en los sistemas de información. Igualmente, en la capacitación del recurso humano y, por supuesto, en aumentar los controles, por ejemplo ahora, cuando aumentará el número de personas naturales que tienen que declarar renta.

¿Se aumentan el número de declarantes?

Llegan 700.000 contribuyentes adicionales, porque se disminuyó la base. Declarará quien gane más de 3 millones de pesos mensuales.

¿Cuántos colombianos deberán declarar renta este año?

Con la modificación del límite de ingreso, los nuevos declarantes se aproximan a 750.000. Por lo tanto, sumando los actuales declarantes, más el estimativo de los nuevos, se alcanzarán cerca de 2,1 millones de personas naturales.

¿A partir de qué monto de ingresos totales se debe declarar?

Deberán declarar renta quienes hayan tenido ingresos en el 2013 iguales o superiores a 37’577.000 pesos, lo que corresponde a un salario promedio mensual de 3’131.000 pesos. El año anterior, los asalariados debían declarar renta a partir de ingresos por 106’098.000 pesos. Es decir, ingresos mensuales por 8’841.000 pesos.

¿Ese no es un Estado agiotista?

No, porque el grupo de colombianos que gana más de 3’100.000 pesos es muy pequeño. Ingresos por menos de esa suma no tienen que declarar.

¿Qué tipo de personas deben declarar renta este año?

Aquellos que cumplan algunas de las siguientes condiciones: ingresos iguales o superiores a 37’577.000 pesos; patrimonio bruto superior a 120’785.000 pesos; compras, sin importar el medio de pago, superiores a 75’155.000 pesos; compras con tarjeta de crédito superiores a 75’155.000 pesos. Consignaciones bancarias, depósitos e inversiones financieras superiores a 120’785.000 pesos y responsables del régimen común del IVA.

¿Hay una gran evasión por IVA?

Monstruosa. Quien recibe el IVA y no lo reporta a la Dian comete peculado, pues se trata de quedarse con recursos públicos.

¿Usted es partidario de que haya pena de cárcel por evasión?

Yo creo que el país debe entrar en ese debate. Colombia debe pensar mecanismos que realmente disuadan a quienes evaden impuestos, no para castigar con cárcel a quienes cometan un error, sino a los que son realmente evasores en el país. Hay que delimitar bien quiénes tendrían que pagar con cárcel. No se trata de penalizar al que cometa un error, sino al que evade de manera consciente al fisco colombiano.

¿Penalizar con cárcel a qué tipo de evasores?

Si no se devuelve al Estado lo que se recaudó con el IVA, se está apropiando de un bien ajeno y eso es un delito penal. Con el IVA se recaudan 20 billones de pesos y se evaden 15 billones. Hay gente que hoy cobra el IVA, lo recibe y no se lo da al Estado; eso tiene que ser penalizado con cárcel. Y hay gente que ni siquiera cobra el IVA, que están por fuera del sistema. Habría que pensar en una figura para convencerlos de que si no lo hacen, eso es hacerle trampa al Estado.

¿Usted es partidario de cárcel para quien evada el IVA?

Sí porque es un delito. Tiene que ir a la cárcel el que roba al Estado.

¿En cuánto creció el recaudo de impuestos durante la gestión Ortega?

En el periodo del 2010 al 2013, aumentó 50,2 por ciento, pasando de 70, 2 billones en el año 2010 a 105,4 billones en el 2013. El próximo año tenemos que llevarlo a 124 billones de pesos.

Los empresarios se quejan de la ineficiencia de las aduanas, de las deficiencias del plan Vallejo y de la falta de impulso a las zonas francas…

Hay que reconocer que los costos logísticos en Colombia son demasiado altos: los costos en los puertos, los costos en las operaciones aduaneras. Se debe implementar el estatuto aduanero a través de medidas de sistematización que puedan facilitar la vida a los empresarios que quieren hacer las cosas bien hechas. No es posible que en los puertos haya que abrir un contenedor diez veces. Es inadmisible que, un día, un contenedor lo abra la Dian, después lo abra la Policía Fiscal y Aduanera, y después lo abra Antinarcóticos. Es necesario poner de acuerdo a las entidades para que hagan una inspección simultánea. Todas estas labores realizadas conjuntamente van a facilitar los trámites aduaneros y disminuir los costos logísticos.

¿Qué se habló en Panamá el viernes sobre el desmonte de los aranceles para la importación desde Colón, de textiles, confecciones y calzado?

Hablamos con las autoridades panameñas y les explicamos cómo esa medida impacta a los exportadores panameños de productos con precios artificialmente bajos y no a quienes comercian a precios normales. Acordamos seguir monitoreando el comportamiento de las cifras para tener elementos de juicio que nos permitan resolver de la mejor manera la demanda ante la Organización Mundial de Comercio.

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¿Los tratados de libre comercio sirven o no para diversificar las exportaciones?

Sirven sin duda alguna. Necesitamos ampliar la base exportadora. Hay cerca de 1.400 millones de potenciales consumidores de nuestros productos.

¿Por qué, entonces, el TLC con Corea no pasó en el Congreso?

Por la coyuntura, no hubo en el Congreso tiempo suficiente para discutirlo a profundidad. Es un buen acuerdo para Colombia. El sector agrícola y el agroindustrial se van a beneficiar. Será sometido nuevamente a discusión.

¿Entonces, el Gobierno insistirá en el TLC con Corea?

Sí señor. Ya está listo para presentarlo. Y eso es definitivo.

¿Y con Japón?

Con Japón avanzamos en la negociación. Solo se cerrará cuando estemos convencidos de que es una negociación que favorece los intereses de Colombia. Todavía tenemos que discutirlo, pero vamos con un buen ritmo.

¿Qué hará el Gobierno con el sector agrícola, que adelantó un paro alegando el marchitamiento del sector por la competencia creada por los TLC?

Los TLC no son los causantes de las dificultades en el sector agrícola. Ese sector tiene unos problemas estructurales en los que se ha venido trabajando. Los acuerdos comerciales sí van a permitir que Colombia sea cada vez un país más exportador de bienes agrícolas y agroindustriales. Esa es la apuesta que tiene que hacer Colombia: suministrarle alimentos al mundo, que cada día los demanda más. Hay que aprovechar los TLC para llevar nuestros productos al mundo entero. A Estados Unidos, las exportaciones agroindustriales han crecido 6,9 por ciento. La pulpa y el concentrado de mango, las flores y el banano son productos agrícolas importantes.

¿Y la papa, que provocó el problema?

Solamente 0,7 por ciento de la papa que se consume en Colombia es importada.

¿Y cómo hacemos en Colombia para industrializar nuestros productos agrícolas?

La apuesta a la agroindustria es fundamental, como se ha hecho con los lácteos. Ese sector, por ejemplo, se va a ver beneficiado con la ley que permite la creación de zonas francas, en donde el impuesto de renta es más bajo. Además está la importación de maquinaria con cero arancel para impulsar el sector. Somos también grandes exportadores de confites, dulces, galletas, desde el Valle del Cauca, Caldas y Antioquia.

¿Por qué en frutas, por ejemplo, no exportamos las cantidades que deberíamos?

Colombia es un gran exportador de fruta al mundo. Por ejemplo, exportamos mango Magdalena river, que es muy apetecido en el mundo. Tenemos que tecnificarnos, pensar en economías de escala. Eso sí nos falta.

¿Y cuál es el futuro de nuestra industria?

El año pasado tuvimos una pérdida de dinamismo importante. Logramos, entonces, fomentar la construcción, que va creciendo a ritmos muy altos. Eso impulsa alrededor de 25 sectores industriales: en materiales y bienes de apoyo. El énfasis en infraestructura también impulsa la industria. El problema también era de modernización. Hubo líneas de créditos de Bancóldex por 1,3 billones de pesos al sector industrial que se adoptaron en el marco del Plan de Impulso a la Productividad y al Empleo (Pipe). Todo eso ha provocado que hoy haya un repunte del sector.

¿Cuáles son hoy las proyecciones?

La industria crecerá cerca del 3,5 por ciento. Si restamos el peso de la refinería de Cartagena, que está en mantenimiento y ampliación, la industria en mayo está creciendo por encima del 4 por ciento.

¿Hay productos que estemos importando dentro de los TLC que pueden estar afectando nuestra industria?

Las importaciones no son malas. La mayor parte de estas benefician a la industria pues son bienes de capital, insumos y materias primas que no se producen en el país y que se requieren para potenciar a la industria. Pero me preocupa básicamente el sector automotor, porque estamos importando muchos vehículos por acuerdos comerciales, y esa competencia está haciendo que pierdan participación los vehículos ensamblados en Colombia.

¿Mazda cerró por esa razón?

No. Todo lo contrario. Cerró por falta de TLC, ¿Por qué? Porque Mazda tenía más del 50 por ciento de la producción destinada a Venezuela, y cuando a usted le quitan de la noche a la mañana ese mercado, se produce una crisis.

¿Entonces la que quebró a Mazda fue Venezuela?

Sí. Hay que volcarnos en apoyo al sector automotor con el Programa de Fomento a la Industria Automotriz (Profía), que debe salir en este semestre.

¿Pero realmente nuestra industria automotriz no es industria de ensamblaje?

Sí, en Colombia hay ensamblaje, pero hay un sector de autopartes que es importantísimo, porque genera muchos empleos y desarrollo.

Pero usted acaba de decir que van a importar autopartes…

Lo que no se produce en Colombia se puede importar con cero arancel para hacer más eficiente el vehículo final. Se logró un consenso con los importadores para cambiar el esquema: cuando se produce una autoparte en el país, la importación tendrá arancel del 5 o del 10 por ciento. Cuando no se produce, el arancel va a quedar en cero.

YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO