Nunca en el país había ocurrido un remezón en mandos militares y de policía tan considerable y notorio como el que dispuso el Gobierno en los últimos días del mes pasado. El ministro Velásquez, abogado, jurista, diplomático y defensor de los derechos humanos, al dialogar con este cronista explicó por primera vez las razones de tamaño "terremoto" en los mandos militares. La entrevista comenzó tratando el tema de las relaciones militares con Venezuela.
¿Qué le parece que el presidente Nicolás Maduro de Venezuela sea garante de conversaciones de paz con el Eln?
Es una buena oportunidad para que el Gobierno de Venezuela contribuya con la paz de Colombia. La apertura del presidente Maduro puede ser muy provechosa.
Pero el gobierno del presidente Maduro ha sido en cierta forma condescendiente con la presencia de guerrilla colombiana en Venezuela...
Yo creo que debemos mirar el aspecto positivo: esto significa un compromiso del presidente Maduro con el presidente Petro en beneficio de la paz.
¿Cree fundamental que Venezuela apoye los esfuerzos de paz de Petro?
Yo creo que sí. Hay que lograr tranquilidad en la frontera, que ha estado tan sometida a muchas violencias. Esa responsabilidad compartida tenemos que construirla. Hablaré muy pronto con el ministro Padrino sobre esa acción bilateral para la protección en la frontera.
¿Aquí o allá?
En la mitad. Será en la frontera. Nos reuniremos los ministros, porque tiene que restablecerse la interlocución entre las fuerzas armadas venezolanas y las fuerzas colombianas, que ha estado totalmente suspendida.
¿Qué es lo que está originando las masacres en la frontera? ¿La inseguridad en Arauca, la inseguridad del Meta, la inseguridad de Norte de Santander?
Las guerras que existen entre organizaciones del narcotráfico.
¿Cómo debe ser la reacción frente a hechos de esa naturaleza?
Hay que asumir una nueva forma de represión del narcotráfico, como lo ha planteado el presidente Petro; hay que fortalecer bastante la inteligencia. Hay muchas violencias entrecruzadas que tienen causas diferentes y eso exige también respuestas diferentes desde el Estado. Son muchos factores de violencia y por eso son diversos los ofrecimientos del Gobierno en su propósito de lograr una paz total.
Sobre esa paz total, el Eln ha dicho que no acepta estar en una mesa de negociación conjunta con el narcotráfico...
Con el Eln, que tiene un claro origen político, se hace una negociación política. Con organizaciones que están en el narcotráfico, se hace una conversación jurídica.
¿Una conversación jurídica qué significa?
Que a condición de lo que se establezca van a tener unos beneficios, pero no significa que estén en el mismo plano. Habrá negociaciones con los diversos actores de manera simultánea, pero no mezclada. En Colombia tenemos experiencia en negociaciones y conversaciones con guerrillas y con paramilitares, en procesos de sometimiento de narcotraficantes, etc., y esas experiencias serán de mucha utilidad.
Señor ministro: usted no ha explicado las razones del reciente remezón tan grande dentro de la cúpula de fuerzas militares y de policía...
Hubo diversas razones. Hay que buscar mayor efectividad. Mayor eficacia. Se tuvieron en consideración muchos factores. Por ejemplo, la violación de los derechos humanos. Tanto el Presidente como yo habíamos afirmado que no puede haber tolerancia ni con la violación de derechos humanos ni con la corrupción. Y aunque hay que reconocer que no hay sentencias condenatorias...
De acuerdo. Se dijo que se violaba la presunción de inocencia...
Me parece que no es necesario que se espere una sentencia judicial para tomar decisiones como las que se han adoptado. Es verdad que en la Fiscalía hay muchas investigaciones desde hace varios años, pero la gran mayoría en etapa de indagación preliminar que, por lo demás, es necesario que concluyan, bien con apertura de instrucción o imputación, o con archivo o preclusión.
¿Y esa fue otra de las razones del retiro?
Ese fue otro de los elementos de valoración: se obtuvo información tanto de la Fiscalía General de la Nación como de la Jurisdicción Especial para la Paz, se evaluaron versiones suministradas por comparecientes o por testigos, se revisó el estado de algunas actuaciones, se examinaron algunas muy sustentadas investigaciones periodísticas, se escuchó a muchas personas que tenían conocimiento de hechos específicos, se consideraron temas de eficacia; en fin, fueron muchos los análisis que se hicieron para tomar esas decisiones, además del retiro que naturalmente se produce por razones de antigüedad o por solicitudes propias de algunos generales, que también las hubo.
¿El Presidente y usted tomaron la decisión de semejante remezón no por ser nuevo gobierno, sino porque había razones fundamentadas para hacer eso?
Sí, absolutamente. La cuidadosa revisión que hicimos fue también el motivo para que hubiera un cierto retraso para anunciar la nueva cúpula. Yo afirmo que cada retiro tuvo su motivo por las razones expuestas o por necesidades del servicio.
Cuando usted habla de mayor efectividad, ¿qué se debe entender?
Que por la evaluación que se hace dentro de las propias Fuerzas Militares hay resultados insatisfactorios de altos oficiales. Entonces aconsejan que para un mejor servicio no deberían continuar.
¿Qué fue lo que pasó en la Policía?
Estuvimos justamente haciendo la valoración uno por uno. Encontramos que una persona que no tenía tacha de ninguna naturaleza, que había demostrado capacidad en sus actividades anteriores como comandante en diversas partes, por esas circunstancias debía ser el director. Seguimos examinando para buscar quién debía ser subdirector y por muchas circunstancias se llegó a la brigadier general Jaqueline Navarro. Entonces todos los que estaban entre el general Sanabria y la general Navarro pues quedaban fuera. Además, se continuó examinando a otros oficiales. En la Policía ya se realizó una junta de generales, que recomendó llamar a calificar servicios a otros coroneles, lo que en efecto se hizo.
Señor ministro, si hicieron eso en una junta de generales de la Policía, ¿por qué no hicieron lo mismo en una junta de generales del Ejército?
Vamos a hacerlo.
¿Para más retiros?
Pues vamos a ver qué presentan los generales en la junta.
¿Qué tiene de bueno que la Policía no dependa del Ministerio de Defensa?
La Policía tiene que ser verdaderamente civil, con vocación civil, con formación civil. Una Policía para la convivencia, que es lo que manda la Constitución, una Policía para garantizar el ejercicio de derechos y libertades. La permanencia bajo un mismo techo facilita que la doctrina militar permee a la Policía.
Y la Policía, sus altos mandos y sus agentes, ¿cómo han recibido esa decisión?
Los mandos están de acuerdo con esa separación. Sin embargo, he sabido que en algunos sectores de las bases policiales se ha expresado el temor de que, perdiendo su calidad de integrantes de Fuerza Pública, puedan perder beneficios o prestaciones o derechos que como tal tienen reconocidos. Rotundamente afirmo: el cambio de ministerio no significa desmejora de sus condiciones.
¿Se cumplirá la propuesta del presidente Petro de suspender el servicio militar?
Lo hemos ratificado: hay que llegar a la abolición del servicio militar obligatorio. Pero no súbitamente. Un soldado regular obtiene una bonificación que es bastante inferior al sueldo que recibe un soldado profesional. El solo cambio implica ya un problema fiscal importante. Se buscarán mecanismos alternativos como el servicio social que permita a los jóvenes participar en programas ambientales, educación y promoción en derechos humanos, alfabetización digital, etc. Es conveniente la abolición del servicio militar obligatorio, pero es una decisión que tiene que implementarse de manera muy gradual.
¿Cómo podría interpretarse esa gradualidad?
Mire Yamid: ¿qué implica la separación de la Policía del Ministerio de Defensa? ¿Qué va a pasar, por ejemplo, con los servicios de inteligencia que la Policía presta al Ejército? No se van a disminuir las capacidades ni de la Policía ni de las Fuerzas Militares. Lo mismo digo respecto del servicio militar obligatorio: no significa que una decisión tajante de abolición absoluta e inmediata del servicio militar obligatorio pudiera llegar a conducir a una falta de integrantes del Ejército, porque el Ejército es necesario, el Ejército debe tener la capacidad adecuada para el cumplimiento de su función constitucional. La gradualidad implica entonces que la disminución de soldados regulares debe estar acompañada de un incremento en la incorporación de profesionales al Ejército.
¿Qué tanta participación hay de migración venezolana en delincuencia urbana?
Sí, ha tenido incidencia, eso es innegable. Pero otra cosa es atribuir toda esta inseguridad a la presencia de migrantes, porque antes de los migrantes también estábamos en condiciones de inseguridad.
¿Por qué cree usted que las Fuerzas Armadas han perdido un poco su gran prestigio?
Yo aspiro a contribuir a recuperar una legitimidad que las propias Fuerzas tienen que alcanzar. Hechos graves como los realizados por la Policía en el paro del 2021 o lo ocurrido el 9 y 10 de septiembre del 2020, 'falsos positivos' cometidos, han contribuido al deterioro de la imagen de estas instituciones, que estamos empeñados en rescatar. Yo aspiro a tener una Fuerza Pública absolutamente respetuosa de los derechos humanos y comprometida también contra la corrupción.
A usted siempre le han hecho la crítica de ser un enemigo de la Fuerza Pública...
Y no es cierto. Lo afirman porque he dicho que no se puede tolerar la impunidad en la Policía, por ejemplo, frente a los hechos delictivos cometidos en acciones en contra de manifestantes. Y entonces dicen que esto es para acabar con la Fuerza Pública. Lo que nos ha afectado mucho es la tolerancia y el 'tapen tapen' que tan famoso es aquí en nuestro medio.
¿Se puede relacionar el 'tapen tapen' con el remezón que hubo?
No puede haber mandos militares ni policiales que actúen de esa manera. Yo les dije a los comandantes que aquí ha habido la mala costumbre de trasladar los problemas. Descubren que un oficial incurrió en un comportamiento indebido o delictivo en la unidad en la que se encontraba y la única consecuencia es enviarlo a otra unidad, o en el mejor de los casos, retirarlo de la institución. Eso no es admisible. Los hechos ilícitos tienen que tener consecuencias. Se reproducen, precisamente, por no tener consecuencias. Y los generales y comandantes me respondieron: "De acuerdo". Y vamos a proceder en ese sentido.
El país lo conoce como un gran jurista. ¿Soñó con ser ministro de Defensa?
Nunca.
Antes de que Gustavo Petro fuera presidente, ¿no lo hablaron?
Habíamos hablado sobre la posibilidad de apoyar a su eventual gobierno en la lucha contra la corrupción. En algunas ocasiones el Presidente mencionó que podría ser ternado para Fiscal General o que podría ser ministro de Justicia. Ya elegido, mandó preguntar si yo admitiría ser considerado ministro de Defensa.
¿A quién le dijo?
A una persona que es cercana al Presidente. Y respondí: "Voy a pensar en eso". Yo vivía tranquilo. Había abandonado tantas aguas tormentosas del pasado. Cuando terminé mi gestión en Guatemala, como jefe de la comisión de la ONU contra la impunidad, estuve aquí como consultor con la Fiscalía, con la JEP, organicé una corporación, estuvimos desarrollando investigaciones y no tenía ninguna aspiración. Entonces, como no soy un burócrata, dije: tengo que evaluar, y tenía que evaluar. Esto de que no tenga experiencia militar me parece lo menos, porque líderes gremiales lo han sido.
¿Pensó en qué podría aportar usted si acepta semejante cargo?
Sí. Aportaría mi carácter, que lo he tenido. He sentido temores, pero he logrado sobreponerme. Pensé: ¿por qué el presidente Petro piensa en mí como posible ministro de Defensa? Creo que interpreté lo que él pensaba. Consulté con mi esposa, con mi familia y pensé individualmente. Y acepté. Y en familia y acepté.
¿Cuál fue la primera indicación que el presidente Petro le dio?
Respeto absoluto por los derechos humanos. Cero tolerancia con la corrupción. Buscar encauzar una Fuerza Pública hacia la paz con todo el reconocimiento de la realidad. No es que nosotros seamos ingenuos o soñadores sin apoyo en la realidad y que entonces digamos que con la llegada de este gobierno se transformó el mundo. Sabemos que este es un proceso complicado, delicado y probablemente demorado. Pero tenemos todo el compromiso por sacarlo adelante.
¿El remezón que hubo en los mandos militares fue idea del Presidente o suya?
Acción conjunta.
Pero ¿quién dijo la primera palabra?
Él dijo: "Hay que revisar la cúpula con estos parámetros". Entonces hablé con muchas personas y le iba comentando al Presidente, le informaba de los avances y de lo que creía que se debía hacer.
¿Y el Presidente qué respondió?
"Siempre hay que hacer lo que hay que hacer". Yo hice lo que había que hacer.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO