El vicepresidente de la República, Angelino Garzón, dice: "Si el presidente del Senado, doctor Roy Barreras, me pidiera que presente mi renuncia, le agradecería de rodillas esa petición e inmediatamente la presentaría".
Garzón se niega a presentarla voluntariamente porque es "muy difícil" hacerlo, pero admite que su salud y la de su esposa, Monserrat Muñoz, requieren más tiempo y tranquilidad.
"Estoy en un proceso de recuperación de mi capacidad motriz después de mi accidente cerebro-vascular -dice-. Soy consciente de que la operación de corazón abierto a la que fui sometido me obliga a ser muy riguroso con mi vida, y de que, ahora, con el descubrimiento del tumor canceroso en mi próstata, tengo que someterme a un proceso riguroso de radioterapia. Tengo claro que mi prioridad es recuperar mi salud y la de mi esposa".
¿Esa prioridad supone que es inminente su renuncia al cargo?
Esa posibilidad está en mi agenda de trabajo.
¿De qué depende que tome la decisión?
Depende de establecer si yo, como Vicepresidente, puedo tener la tranquilidad espiritual y material que necesito para la recuperación de mi salud y la de mi esposa, o si necesito más tiempo para los dos y mejor sería renunciar.
¿Si yo digo "es inminente la renuncia del Vicepresidente", digo la verdad?
Puede decir que existe la posibilidad de renunciar. Es una decisión que tengo que pensar y analizar detenidamente porque mucha gente me está pidiendo que no lo haga.Yo, obviamente, debo tener en cuenta la opinión de la población.
¿Pero no debe tener en cuenta también la de los médicos?
Ese es el problema. Los médicos dicen que mi salud requiere más atención. Siempre les hago caso y por eso me estoy sometiendo a los tratamientos.
¿Y eso supone su retiro?
No necesariamente. Debo tener en cuenta la opinión de muchos sectores de la población que me piden que no me retire.
¿Y por qué no pide una licencia para atender su salud?
Hay un vacío constitucional. El Vicepresidente no puede pedir una licencia.
El presidente del Congreso, Roy Barreras, pidió que usted se sometiera a un examen y usted no aceptó. Si le pidiera hoy su renuncia, ¿aceptaría la petición?
Si el doctor Roy Barreras me pidiera que yo presentara mi renuncia, le agradecería esa petición e inmediatamente la presentaría. Y diría que, a petición del presidente del Senado, yo presento mi renuncia. Por otra parte, no me sometí al examen que él solicitó, por intermedio del presidente de la Academia Nacional de Medicina, debido a que, en el marco de la constitución política y de la ley, el presidente Santos se encontraba en pleno ejercicio de sus funciones, puesto que no se separó de su cargo ni siquiera de manera temporal. En ese orden de ideas, no podía conspirar contra la Constitución Nacional.
¿Y para qué espera que el presidente del Congreso se la pida, si usted puede tomar la decisión?
Legalmente, él puede poner en duda si el Vicepresidente de Colombia puede ejercer su función o no, y pedir mi renuncia.
¿Y si la pide, usted renuncia?
Le agradezco de rodillas y presento mi renuncia.
¿Por qué le agradecería de rodillas?
Porque sé que lo haría para que yo pueda atender mi salud y mejorar.
¿Pero usted no se molestará ni sentirá que es una acción política?
Hacia el presidente del Congreso no tengo sino palabras de afecto. Si, en su opinión, como Vicepresidente estoy limitado para cumplir mi función, él tiene el derecho de poner en duda mi capacidad de oficiar como Vicepresidente.
¿Usted se siente limitado para cumplir sus funciones?
Lo que tengo es de público conocimiento. El país y él saben que estoy en proceso de recuperación física.
¿Hasta cuándo quiere usted aplazar la decisión?
Me tomaré varios días para pensar detenida y fríamente.
¿Usted le solicitará al presidente del Senado que pida su renuncia?
No. Yo no puedo forzar absolutamente nada. Por esta entrevista, él se enterará de que si pide mi renuncia, la presentaré.
¿Usted se siente con las capacidades físicas para ejercer eventualmente la Presidencia?
El Dios de los cielos y el Señor de los Milagros de Buga siempre van a proteger a Juan Manuel Santos como presidente de Colombia.
¿Cómo está su esposa?
Perdió en estos últimos dos años a su mamá y su papá. Hace poco le extirparon un cáncer y le sacaron un riñón y parte de la vejiga. Fue una operación delicada. Ella es un baluarte para mí muy grande, es mi centro, mi izquierda y mi derecha. Hoy está en recuperación. Tiene 63 años. Ya está pensionada.
¿Ella es partidaria de que usted siga en la Vicepresidencia?
Dice que respalda la decisión que tome. Mi hija y mi hijo dicen lo mismo. Tomaré la decisión cuando tenga claro que no habrá arrepentimiento posterior. Soy consciente de la responsabilidad que asumí como Vicepresidente, pero obviamente hoy soy consciente de la importancia de dedicarles tiempo a mi salud y a la de mi esposa.
¿Usted se arrepentiría mucho más de no haber renunciado para atender su salud y la de su señora, si es que no lo hace?
Tomar la decisión de renunciar es humana e institucionalmente difícil, y por lo tanto requiere pensarla bien. El presidente Santos, con infinita generosidad, dice que respalda la decisión que tome.
¿Tiene problemas económicos?
No soy una persona rica. Si me retiro como Vicepresidente, me sostengo con mi pensión y con la de mi esposa. Con eso podemos vivir los dos.
Regresando al tema de su salud, ¿por qué escogió radioterapia como tratamiento?
Me presentaron tres opciones: cirugía, radioterapia y quimioterapia. Escogí radioterapia porque uno de los médicos consideró que era lo más adecuado debido a la eficacia del resultado, a los bajos riesgos que tiene y a que no genera incapacidad. Tengo que someterme a 39 sesiones de radioterapia en el San Ignacio. Llevo 9 y el tumor ya se va eliminando. El pronóstico es que, al terminar, ya no habrá tumor canceroso. Las posibilidades de éxito son del 95 por ciento. El país no tiene idea de los avances en materia de tecnología médica que tiene la Universidad Javeriana en el San Ignacio. De esos aparatos no hay sino dos en América Latina: aquí y en Sao Paulo, Brasil.
¿Usted tiene una sesión diaria contra el cáncer y otra, en la Universidad de la Sabana, para recuperar su capacidad motriz?
Sí, y además debo cuidar mi corazón. Si me someto por el tumor canceroso a una cirugía, mi corazón podría fallar. Pero quiero aclararle: no está supeditada mi decisión de renunciar o no a los resultados de la radioterapia. Está supeditada a mi tranquilidad espiritual.
¿Por qué se llama tumor microscópico?
Porque es muy pequeño. Los médicos dicen que puedo vivir con eso 20 años y que de eso no me moriré. Dios los oiga. Y las radioterapias lo están eliminando. Pero soy consciente de que un cáncer es un cáncer y debe tratarse.
¿Por qué dice ahora que renuncia si el presidente del Congreso se lo pide, y cuando él solicitó que usted se sometiera a examen no acepto?
Porque cuando eso sucedió, yo no sabía lo del tumor cancerígeno. Hoy es distinto. Repito: si me pide la renuncia, la presento. En la renuncia, por supuesto, diría que, de acuerdo a la petición del presidente del Senado, presento mi renuncia y la motivo por la operación de corazón abierto, el accidente cerebro-vascular, el tumor canceroso y el estado de mi esposa.
¿Usted ha dicho privadamente que le gustaría aspirar a ser gobernador del Valle?
Creo que es más importante ser gobierno local o regional que Vicepresidente de la República. Este es un cargo honorífico, pero uno le puede ayudar mucho más a la población como gobernante local o regional. (Ser gobernador) es un tema que está en mi agenda y que no descarto.
Pero deja la sensación de que todo está en su agenda...
Sí. En ella también está que el América vuelva a la A.
¿Pero qué llama usted su agenda?
Es el norte de las personas, sus propósitos, sus compromisos. Para mí es una guía de trabajo.
¿Y la cumple?
Es el norte en mi vida. Mire, antes de ser Vicepresidente, conocí a Montserrat Muñoz. No se casó conmigo porque yo fuera Vicepresidente. Por lo tanto, por encima de cualquier cargo público o privado que yo tenga está mi esposa. Por ella haré lo que sea necesario hacer. En estos días he pensado sobre este tema de la salud, y creo que los servicios médicos y hospitalarios, la atención no pueden ser un privilegio. Pienso que la misma posibilidad que he tenido de gran atención médica la debe tener cualquier ciudadano o ciudadana, porque todos tienen derecho a recibir un trato digno. Es igual a lo que pasa con la paz: a ese futuro de paz tienen derecho todos los colombianos y colombianas.
¿Usted cree en el proceso de paz?
Acompaño al Presidente en su gran esfuerzo.
¿Pero usted es escéptico?
Creo, personalmente, que es posible construir a la paz. Es más difícil hacer la paz que la guerra. Creo que las Farc hoy ganan más con un acuerdo de paz que con la continuidad de la guerra. Si siguen en eso, las pueden acabar. Las Farc no tienen ninguna posibilidad de sobrevivir si siguen en la guerra. En materia de salud, yo tengo que entrar en un proceso de recuperación y, en materia de guerra, las Farc tienen que entender que si no hacen la paz, que es el único camino viable, se mueren con la guerra.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO