Todo el mundo en Bogotá, y en las demás ciudades donde existe, está feliz con el servicio de transporte privado Uber. Esa es una realidad que nadie desconoce. Pero esta multinacional, que opera con éxito en 313 ciudades de 58 países, enfrenta en Colombia, como en casi todas partes, el mismo problema: las autoridades la califican de ilegal. (En video: ¿Cuál es el problema de las regulaciones de Uber y los taxis?)
En Colombia, el gerente general de la empresa es Michael Shoemaker, nacido en Minessotta (Estados Unidos). Tiene 33 años y un máster en administración de negocios del Instituto Superior de Educación, Administración y Desarrollo (Isead).
Especializado en asuntos digitales, fundó y dirigió Linio.com.co, la empresa de comercio electrónico de más rápido crecimiento en Colombia y en América Latina. También ha estudiado sociología y antropología.
¿Qué lo condujo a aceptar el cargo de gerente de Uber Colombia, con la extraordinaria hoja de vida que tiene, a pesar de su juventud?
Porque tuve a futuro la visión de la empresa y el impacto que estamos teniendo en las ciudades.
¿Usted previó las dificultades que iba a tener?
Tenía una idea, pero esta es una pelea que hay que dar. Yo soy bogotano adoptado. Llevo mi tiempo acá y me gusta la ciudad. Por eso estoy viviendo aquí y lo que quiero es contribuir a un tema tan crítico como es la movilidad en esta ciudad, y lo que vamos a lograr en términos de innovación en el mundo del transporte va a solucionar eso.
En México, las autoridades del Distrito Federal acaban de llegar a un acuerdo con Uber que legaliza su operación. Es la primera ciudad latinoamericana en la que se regulariza el servicio. Shoemaker propone el modelo acordado con México, para repetirlo en nuestro país. Básicamente, el acuerdo impone registro de los conductores y pago del 1,5 por ciento de cada viaje al Estado para la creación de un fondo de compensación a los taxistas.
¿Qué se le puede responder al Gobierno cuando dice que Uber es ilegal?
Uber es una empresa de tecnología y es completamente legal. Uber sí está trayendo a Colombia innovación en diferentes sentidos, y nosotros estamos listos para trabajar con el Gobierno para encontrar formas de entendimiento. Si hay que hacer modificaciones o si hay que trabajar en nuevas regulaciones para esas innovaciones, lo vamos a hacer. Estamos completamente dispuestos.
¿Por qué dice usted que Uber es legal?
Uber Colombia es una empresa legalmente constituida aquí. Operamos legalmente y no hay ninguna acción jurídica ni administrativa que diga lo contrario.
¿Cuánto pagan ustedes de impuestos en Colombia?
Como cualquier otra empresa colombiana, estamos sujetos al régimen tributario.
¿Pagan todos los impuestos que deben pagar?
Claro que sí. Pagamos todos los impuestos que estamos obligados a pagar.
¿Pagan impuesto de rodamiento?
Nosotros somos una empresa de tecnología. Entonces, como sociedad en Colombia, pagamos todos los impuestos que hay que pagar como tal y, además, los servicios que se hacen son pagados a través de tarjeta de crédito.
¿Reconoce que sí prestan un servicio público?
Uber, como tal, es una empresa de tecnología. En ningún país somos dueños de los vehículos y no empleamos directamente a los conductores. Ellos son personas que trabajan de forma independiente. Lo que hacemos nosotros es intermediación. Es una conexión entre el usuario y un prestador del servicio de transporte. La intermediación que hacemos nos permite hacer muchas cosas buenas y útiles. ¿Cuáles son las características de Uber? El servicio siempre está disponible. Son servicios seguros y hay un nivel muy alto de transparencia en los cobros que se hacen a los usuarios del servicio. Esa es la empresa de tecnología que manejamos. (Artículo relacionado: Amenazas no pueden definir futuro de la movilidad', dice Uber)
En casi todos los países donde opera Uber ha sido declarada ilegal...
Porque no somos transportadores. Decir que Uber tiene que operar como empresa de transporte es lo mismo que decir que la empresa Despegar.com es una aerolínea. Despegar.com es una plataforma que hace la intermediación entre un pasajero y una aerolínea. Ni Uber es empresa de transporte ni Despegar.com es una aerolínea. Estamos haciendo lo mismo: intermediación en un mercado que tiene deficiencias y, a través de la tecnología, nosotros ayudamos a solucionar los problemas que hay.
Si hay un accidente en un taxi, hay un seguro. ¿Uber tiene seguro?
El ciento por ciento de los servicios que se prestan a través de la plataforma de Uber son asegurados, y esa póliza es 30 veces más amplia que la póliza que tiene un vehículo de servicio público como taxi tradicional. Además del seguro que existe, también hacemos un estudio de seguridad de todos los conductores que están trabajando con la plataforma. Revisamos infracciones de tránsito que ha cometido, antecedentes policiales, judiciales, disciplinarios, etc. Verificamos la identidad de la persona. Nosotros, solo en Colombia, hemos invertido más de mil millones de pesos en estudios de seguridad para los conductores que están trabajando con la aplicación.
¿No es una contradicción? Por una parte, usted dice que no son empresa de taxi y, por la otra, enumera todas las condiciones que imponen como empresa de taxis...
Lo hacemos como plataforma. Nosotros reconocemos que estamos haciendo algo innovador. No hay ninguna innovación en el mundo que haya tenido regulación antes de existir. Ese vacío que existe sí puede generar un nivel de incertidumbre.
Pero la confianza de las personas en la plataforma nace cuando yo doy clic en el botón de mi smartphone. Sé que el servicio que estoy pidiendo es seguro. Entonces, nosotros, como plataforma, cuidamos muchísimo la confianza que nos dan los usuarios, y por eso hacemos los estudios.
¿Pero no advierte la contradicción?
Yo no lo veo como una contradicción; priorizamos lo que es la seguridad y la eficiencia del servicio de transporte que se está prestando a través de la plataforma en jurisdicciones donde es obligatorio un estudio de seguridad. También se brinda un nivel de cultura aceptable. Nosotros, como plataforma, mejoramos y aumentamos los niveles de seguridad en los servicios que se están prestando. Nos encargamos de eso, no como empresa de transporte, sino como plataforma que tiene que cuidar la confianza depositada en ella.
¿Entonces sí prestan un servicio de transporte?
Hay un servicio de transporte que se está prestando a través de la aplicación, que está conectando la oferta y la demanda del servicio.
¿Pero usted reconoce que se está prestando un servicio público?
Sí señor...
Por eso, el Estado dice que ese servicio se está prestando en forma ilegal porque no tiene autorización, porque no tiene licencia, porque no pagan impuestos...
Ahí, claramente, hay desinformación porque sí somos una empresa legal y sí pagamos impuestos en Colombia.
¿Cuánto pagan en rodamiento, en cupos, en licencia, en afiliación a una empresa?
No somos una empresa de transporte. Los conductores que trabajan con la aplicación están afiliados a empresas habilitadas de transporte. Ellos sí pagan por rodamiento y todo lo demás.
Un juez de España prohibió el servicio; Delhi prohibió el servicio; Tailandia prohibió el servicio; Alemania, Holanda y Dinamarca prohibieron el servicio por competencia desleal y porque son ilegales...
No, en Delhi ya operamos sin problemas. Existen dificultades en España y hay procesos en varios países. Hay resistencias en el sector de taxis en muchísimos casos. Es común que se usen herramientas legales para tratar de bloquear lo que Uber está haciendo, pero eso no significa que el servicio sea ilegal y no significa que nosotros estemos operando legalmente. Seguimos operando legalmente en todos los casos que usted acaba de mencionar, menos España, donde hemos apelado la decisión de un juez y donde, de hecho, hemos lanzado como plataforma de tecnología otro producto, que es para entrega de domicilios a las personas en cuestión de minutos.
En México se acaba de llegar a un acuerdo...
Sí. Y queremos repetirlo en Colombia. Pagaremos 1,5 por ciento del producido de cada servicio para crear un fondo que atienda las necesidades de los taxistas. El acuerdo también impone inscripción ante las autoridades e identificación con calcomanías.
¿Dentro del acuerdo en Nueva York se convino el limitar el crecimiento de Uber?
Fue una propuesta que se derrotó y, en vez de pelear con la municipalidad, logramos un acuerdo para seguir generando trabajo para las personas que están con la aplicación, seguir ofreciendo otras opciones de transporte a las personas que usan la aplicación y colaborar con la ciudad en mejorar el ecosistema de movilidad general. En Boston, por ejemplo, tenemos una colaboración con el municipio con ciertos datos que ellos pueden usar para programar los semáforos de una forma más óptima, para planear mejor la ciudad, para ubicar los parqueaderos, etc. Son colaboraciones que nos encantaría emprender aquí con las entidades colombianas también.
¿Ustedes no aceptan limitación del crecimiento?
¿Qué es lo que pasa cuando se limita? Al disminuir la disponibilidad del servicio, se provoca que las personas en algún momento tengan que tomar la decisión de comprar un carro propio. La limitación de taxis con el sistema de bonos, por ejemplo, es un sistema donde todos pierden. Ni un peso llega a la ciudad por la compra del cupo. El taxista no se ve beneficiado por las cuotas diarias que tiene que pagar al dueño del taxi. El usuario tampoco se beneficia porque tiene que sufrir vehículos que en muchos casos están en mal estado y es notable el malestar del taxista por estar sujeto a unas condiciones laborales que son muy desfavorables. Limitar el número de vehículos genera muchísimos problemas.
¿Pero Uber no le hace un gran daño a los taxistas, que es gente pobre, que muchas veces no es dueña del vehículo, que siente que se queda sin trabajo? ¿El daño social que hace Uber no le parece grave?
La situación de los taxistas sí es muy grave. Los problemas que sufren no existen en Uber. El problema más grande que tienen los taxistas en Colombia es su propia seguridad: un 25 por ciento de los que trabajan en Bogotá han sido atracados en los últimos seis meses por los mismos usuarios de servicio. Cada día están más endeudados porque tienen que pagar una cuota diaria al dueño del taxi, más gasolina, más mantenimiento, etc.
Claro que hay que mejorar las condiciones laborales de los taxistas. El fondo que establecimos en México va a ayudar en ese tipo de problemas. Por eso he repetido que es una conversación completamente distinta a la conversación que se tiene que dar sobre Uber, como plataforma y las alternativas de transporte que está creando.
¿Ustedes estarían dispuestos a crear en Colombia un fondo como el de México?
Claro que sí. En México fue un proceso muy abierto entre taxis, empresas de tecnología y aplicaciones como Uber, expertos en temas urbanos, expertos en movilidad, en seguridad, en el sector social, etc. Se puede crear un fondo para la movilidad como lo que establecimos con el gobierno en México. Ayudaría a financiar el metro, a mejorar el servicio de taxi, a expandir el sistema de TransMilenio. Esos fondos pueden tener muchos usos. Es importante hacer énfasis en ese punto porque son muchas las opciones complementarias que existen.
¿Por qué se suspendieron las negociaciones con el Gobierno?
Nos encantaría poder tener una conversación constante con el Ministerio de Transporte para resolver lo que es el tema de los servicios que se están prestando a través de la aplicación. Queremos discutir cuáles serían las reglas del juego.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO