El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, lanzó voces de optimismo al país, a la industria, al comercio y a los inversionistas, sobre el estado de la economía, y, aun cuando admitió que en los primeros meses del año hubo un decaimiento que atribuyó a varios factores, aseguró que los síntomas de desaliento están desapareciendo y se advierten señales buenas en el inmediato futuro.
Además, el Ministro
reveló que desde la próxima semana, la compra de vivienda con valor
entre 200 y 330 millones de pesos será subsidiada por el Estado.
Cárdenas
lamentó que las centrales obreras no se hayan podido poder de acuerdo
en la negociación del alza de salarios para los empleados estatales y
reveló que el reajuste será ordenado el martes próximo, con retroactividad al primero de enero.
Por otra parte, anunció que una misión especial del Fondo Monetario Internacional (FMI) revisará la gestión de Colombia contra el lavado de activos.
"La
misión que llega mañana (lunes) viene a evaluar al país en materia de
lucha contra el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo.
Hemos hecho avances, como el decreto del año pasado que establece los
mecanismos de vigilancia para las personas expuestas políticamente
(PEP). La Unidad de Información y Análisis Financiero (Uiaf) -que, por
cierto, fue creada por el presidente Santos cuando fue ministro de
Hacienda, para combatir el lavado de activos- es un ejemplo en la
región. Estamos colaborando activamente con la Fiscalía y, desde esta
semana, con la Procuraduría en suministrar toda la información sobre los
movimientos financieros de personas que violan la ley. Estas pruebas
son fundamentales para que las investigaciones avancen sólidamente".
A
pesar de las dificultades económicas que enfrenta el país, el dólar
parece un poco sobrevaluado. ¿No será por la abundancia de dólares en el
mercado, producto precisamente del blanqueo?
El dólar ha
estado cerca de 2.900 pesos en las últimas semanas. Es una tasa muy
cercana al equilibrio después de un periodo de fuerte devaluación. La
estabilidad del dólar es una buena noticia. Ayuda a bajar la inflación.
¿Pero no hay exceso de dólares en el mercado?
No.
Están entrando los capitales que necesitamos para financiar el déficit
comercial, que afortunadamente es hoy mucho menor que en los años
anteriores. Ecopetrol tiene excedentes de caja en el exterior -cerca de
5.000 millones de dólares- que puede utilizar para reducir su
endeudamiento y realizar nuevas inversiones en exploración y producción.
Por último, están viniendo muchos fondos extranjeros a comprar papeles
en Colombia. Solo en el caso de los TES, este año hemos recibido más de
dos mil millones de dólares. Estas inversiones han permitido que las
tasas de los TES a 10 años estén por debajo del 6 por ciento, algo que
no veíamos desde el primer semestre de 2014. El ahorro en el servicio de
la deuda del Gobierno nos ha permitido liberar recursos para hacer más
inversión pública, que en vez de caer al 3 por ciento frente al año
pasado, ahora crecerá al 12 por ciento.
Al margen del tema del
lavado de activos, ¿qué es lo que pasa con la economía, que se advierte
una especie de desaliento general?
La economía tuvo un mal
comienzo de año. El bajo crecimiento del primer trimestre es el coletazo
de uno de los choques externos más fuertes que hemos tenido, pero que
por fortuna ya superamos. Además, el sector minero-energético cayó muy
fuerte -casi del 11 por ciento- por la menor producción de petróleo.
Pero más allá de los problemas del primer trimestre con la producción de
petróleo, las noticias del sector petrolero son positivas con los
nuevos hallazgos y la mayor inversión que se espera este año. La
industria y el comercio también se resintieron por el debilitamiento del
consumo, debido a las altas tasas de interés que tuvimos hasta
diciembre del año pasado. También hubo sectores que sacaron la cara. La
agricultura tuvo gran desempeño: creció 8 por ciento y no solo por el
café.
Pero, en general, el primer trimestre tuvo apenas un
crecimiento del 1,1 por ciento... ¿Qué va a pasar durante el resto del
año: seguirá ese desempeño mediocre o las cosas van a mejorar?
Estoy convencido de que las cosas van a mejorar.
"El bajo crecimiento del primer trimestre es el coletazo de uno de los choques externos más fuertes que hemos tenido"
¿Y en qué basa su optimismo?
Hay
cinco razones. La primera es la recuperación de la confianza de los
consumidores. La segunda, la mayor inversión en infraestructura. La
tercera, el repunte de la inversión petrolera. La cuarta, la caída en la
inflación, que mejora el ingreso de los hogares. Y, por último, la
caída en las tasas de interés. Los bancos oyeron nuestro mensaje y
tomaron la decisión de bajar en la última semana las tasas de las
tarjetas de crédito, de los créditos de vehículos y de la vivienda.
Bancolombia y Davivienda anunciaron tasas de 9,6 por ciento para los
créditos hipotecarios. Me alegro de que hayan dado ese paso.
¿Pero esa baja es suficiente?
Es
una magnífica noticia que estamos acompañando con otras medidas. El
viernes pasado anunciamos en Cartagena que el Gobierno, además de seguir
apoyando decididamente la vivienda social, subsidiará la compra de
vivienda nueva por la clase media. Quienes quieran comprar casa o
apartamento entre 99 y 321 millones de pesos tendrán un subsidio de 2,5
puntos de la tasa de interés. Es decir, si el banco cobra una tasa de 10
por ciento, el comprador pagará solo 7,5 por ciento. El resto lo pone
el Gobierno. Esto para un crédito de 200 millones a quince años, por
ejemplo, significa que la cuota mensual caerá en más de 300.000 pesos.
¿Adicional al que existe hoy o es nuevo?
El
que existe hoy va solo hasta finales de este año y con un tope de 247
millones de pesos, ahora lo vamos a subir hasta 321 porque el 11 por
ciento del mercado de vivienda está precisamente en ese rango. Además,
vamos a ofrecer 20.000 cupos anuales nuevos para el 2018 y el 2019. Esto
les da a los constructores que inician ahora proyectos la seguridad de
que, cuando los terminen, habrá subsidios para los compradores. Esto le
dará un empujón a la demanda de vivienda para estratos 3 y 4.
¿Y cómo se va a solicitar el subsidio?
Todo el papeleo lo hace el banco. El comprador no tiene que interactuar con el Gobierno. Nada de trámites ni de colas.
¿De dónde salen los recursos?
De los impuestos que pagamos todos. La
plata la va poniendo el Gobierno mes a mes a lo largo de la vida del
crédito. Hay que decir que estas hipotecas son a 15 años; los primeros
siete años de subsidio los pone el Gobierno, los restantes ocho, los
bancos.
¿Pero cuánto le vale al Gobierno eso?
Aproximadamente
un billón de pesos. Es una gran inversión. Apalanca construcción y
ventas de vivienda por cerca de 10 billones de pesos. Es la forma más
efectiva de estimular la economía y el empleo. Además, no solo gana el
sector de la construcción, sino muchas industrias que producen insumos.
¿Usted habló con bancos y constructores?
Sí.
Nos hemos reunido con frecuencia para evaluar la situación de la
economía. Para hacer el anuncio nos faltaba la decisión de los bancos de
bajar las tasas de interés, cosa que se logró a finales de la semana.
¿En qué ciudades existe esa desaceleración en la construcción?
Los
constructores están preocupados con la situación de Bogotá, cosa que me
confirmó el director del Dane. La ciudad perdió mucho tiempo, pues
pasaron años en los que no hubo licencias de construcción y sí pocas
obras públicas. Me preocupa enormemente la situación de Bogotá. Y lo
peor es que el populismo de izquierda está tratando de cosechar
políticamente en el mismo desorden que generó. Necesitamos darle un
empujón a la aprobación de licencias de construcción.
Pero, dirigentes
gremiales aseguran que la desaceleración o el descenso en el consumo no
solo se limita a la vivienda, sino a la caída general del consumo...
El
consumo de los hogares creció, como el PIB en el primer trimestre, 1,1
por ciento. Eso es bajo. Pero, afortunadamente, el índice de confianza
del consumidor ya completó tres meses seguidos de recuperación. La menor
inflación también ayudará a mejorar la capacidad adquisitiva de los
hogares.
Hay muchas personas que le atribuyen a la reforma tributaria la situación económica...
Lo
sé. No se puede negar que la subida del IVA afectó los precios de
algunos productos y, por esa vía, la capacidad adquisitiva. Pero, al
mismo tiempo, permitió mantener el grado de inversión y la confianza.
¿Dónde estaría la economía sin la reforma tributaria? No estaríamos en
el escenario de estabilidad de la tasa de cambio, reducción de la
inflación y de las tasas de interés que tenemos este momento. Subir el
IVA ha sido duro, pero habría sido infinitamente más difícil el panorama
económico si no lo hubiéramos hecho. El cielo estaría bien nublado,
mientras que ahora se está despejando.
Pero si las cifras
hasta hoy, señor ministro, son tan poco optimistas, ¿qué le da a usted
confianza de que esto va a mejorar? La gente se sigue quejándo de la
manera como el IVA, por ejemplo, impactó el consumo...
Estoy
viendo tres elementos. El primero ya lo comenté: la reducción de las
tasas de interés. El segundo, la inversión pública va a crecer, así como
la inversión en infraestructura, tanto por el programa de las 4G como
por las vías terciarias que se podrán hacer con los recursos de las
regalías que se están liberando gracias a la reforma constitucional que
entra ahora en su recta final en el Congreso. La construcción de 7.000
aulas escolares este año en todo el país es otro programa de
importancia. El tercer elemento tiene que ver con los sectores que
dependen del dólar, como el turismo, la agricultura y la industria. A
todos les va a ir mejor. Por ejemplo, en el caso del turismo ya
superamos los 5 millones de turistas, que era la meta planteada por el
Presidente para el fin de su gobierno.
Las tasas están en 6,25 por ciento. ¿Van a seguir bajando?
Sin duda. El ritmo lo dará el descenso de la inflación. Ojalá no sea a paso lento.
¿Por otra parte, a qué atribuye la proliferación de paros?
Entramos
ya en el año electoral. Vamos a tener que enfrentar la conflictividad,
en la que a los problemas reales se les mezclan los intereses políticos.
Ha habido muchos paros en Buenaventura pidiendo agua, y sigue sin acueducto...
Hay
que cambiar la forma de hacer las cosas. No es solo un asunto de plata,
aunque le doy una cifra impactante: en el Pacífico hemos invertido en
los últimos tres años 65 billones de pesos. También hay mucho de gestión
y de arreglo institucional. Por eso nos gustan los mecanismos que hemos
diseñado para estos y otros problemas, con una nueva arquitectura más
transparente, más ágil y con mayor participación social en la toma de
decisiones.
Ministro, paro de maestros: no hay plata; paro de Buenaventura: no hay plata; paro de trabajadores estatales: no hay plata.
Sobre
el paro de trabajadores estatales, hago un llamado firme a los
sindicatos. No se ha podido hacer el incremento salarial que se debe
haber aplicado desde el primero de enero no por cuenta del Gobierno. Las
centrales obreras llevan ya varios meses en la mesa. Ya es hora de que
no demoren más esa decisión del incremento salarial. Un millón de
familias, entre ellas las de nuestros soldados y policías, esperan ese
incremento.
¿Y por qué no lo decreta el Gobierno?
El
Gobierno siempre ha preferido el diálogo y la concertación, pero si las
centrales obreras siguen dilatando la negociación, tendrá que resolver
el incremento por decreto. Es lo que los trabajadores estatales nos
están pidiendo. Me parece que las centrales obreras están equivocadas,
están haciendo algo que perjudica a sus propias bases demorando esa
negociación.
¿Cuándo piensa expedir el decreto del alza si no hay acuerdo?
No se ha concluido el término legal para la negociación. Esperamos que podamos llegar a un acuerdo.
¿Y de cuánto es el aumento?
No lo definiremos hasta agotar la instancia de la negociación, que termina el martes.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO