Gómez recuerda que el gran objetivo es el Mundial del 2014, en Brasil.
Domingo 26 de Junio del 2011
El técnico de la selección dice que tiene buen equipo, pero que aún juega con mucha ansiedad.
¡Oh Dios!
A pesar de las oraciones con que Te rogamos,
Siempre perdemos nuestras guerras.
Mañana volveremos a librar una batalla
Que será realmente grande.
Necesitamos Tu ayuda más que nada en el mundo,
Y por eso debo decirte:
La batalla de mañana será dura e implacable.
No habrá en ella lugar para los niños.
Por eso te suplico:
No nos envíes a Tu Hijo.
Ven Tú en persona en nuestra ayuda.
Oración de Koq, jefe de la tribu de los Grikuas, antes de la batalla contra los afrikaners. En 1876.
Con este epígrafe inició Ryszard Kapuscinski, el extraordinario periodista polaco, su libro La guerra del fútbol, resumen de lo que ocurrió durante 5 días de luchas y saqueos en Honduras y El Salvador, cuyo motivo aparente fueron los partidos de fútbol que enfrentaron en 1969 a las selecciones de los dos países que buscaban clasificarse para el mundial de 1970.
La selección Colombia viaja este domingo a Buenos Aires, para participar en la Copa América, que se inicia el viernes en Argentina. Y ciertamente no se va a repetir la "guerra" del 69, pero para Hernán Darío Gómez, el técnico de Colombia, "antes se peleaba con espadas. Ahora vamos a ir a 'la guerra' con un balón, con técnica, con argumentos, con capacidad y con buenos luchadores".
¿Estamos bien preparados para ir a la "guerra"?
"Nos falta. En el fútbol todo es difícil. Pero lucharemos".
Hernán Darío no quiere una mala interpretación a sus palabras y cita a Johan Cruyff el mítico jugador holandés: si pudiera establecerse una lista de mandamientos sobre el fútbol, uno de los primeros debería decir algo así como "la presión debe ejercerse sobre el balón, no sobre el jugador".
Para Hernán Darío, cada partido es, sí, una lucha. "Habrá que dejar hasta el alma en el campo de juego. Pero siempre con un solo objetivo: ¡gozar!". Por eso asegura que les dirá a los muchachos de la selección, como Cruyff a los jugadores del Barcelona, cuando era su técnico: "¡Salgan y disfruten!".
Colombia debutará el sábado ante Costa Rica en Jujuy. Luego jugará ante Argentina el 6, en Santa Fe, y allí mismo cerrará contra Bolivia, el 10. Para clasificar a la otra ronda, debe ser primero o segundo de su grupo, o uno de los dos mejores terceros. 'Bolillo' cree que tiene grandes jugadores, pero advierte que el grupo "aún esta en formación".
¿Le hace falta a la selección un gran organizador, un armador?
La claridad que necesito es a través de la colectividad; quiero más una buena sociedad que la dependencia de un jugador.
¿Pero en su esquema táctico no es indispensable un 10 ?
No. Yo tengo que buscar la salida clara y la tengo por los costados. Hay buenos jugadores también en el medio campo. El único equipo que tuve con 10 fue con el 'Pibe', porque era él. ¿Quién es el 10 del Manchester, de Barcelona, de los equipos grandes del mundo? ¡No hay! Eso de jugar y no mirar al arco, ni a los compañeros, ni a la sociedad, sino mirar dónde está el 10, para que él se encargue y depender de eso, no es mi estilo. La selección ya tiene 23 jugadores en quienes confío. No necesito el 10. Lo que tengo me satisface.
Ante México en Pereira (0-0), ¿no fue notable la ausencia de un gran conductor?
Para mí, el fútbol no depende de un gran conductor sino de buenos jugadores y de atacar en sociedad.
¿Qué le gusta de la selección y qué cosas le preocupan?
Me gusta que es un buen grupo, son buenos profesionales. En el trabajo táctico, es un equipo inteligente. Nunca había estado tan tranquilo en la escogencia de un equipo y nunca había visto uno tan unido. Me preocupa la ansiedad que tienen de gol y triunfo. No hacen buenos centros sino que juegan al pelotazo. Me da miedo que se vuelvan tan dependientes de Falcao. El es un ídolo, extraordinario jugador, pero no podemos depender él, porque lo vamos a comprometer mucho. Esa búsqueda permanente de Falcao les hace perder el estilo y la claridad. Eso traiciona la idea clara de jugar más colectivamente.
¿Qué dice a las críticas por Juan Guillermo Cuadrado?
Esas son opiniones de EL TIEMPO. Las respeto mucho y son comentarios de gente muy profesional, pero a veces se confunden. Frente a México, hubo jugadores más importantes que estuvieron en más bajo nivel. Cuadrado es un jugador que estoy formando, que tiene chispa y da alegría al equipo.
¿Qué produce la ansiedad que usted advierte en los jugadores?
Como no hemos ido a los últimos tres mundiales y nos fue mal en la última Copa América, hay un deseo desesperado de triunfo. Los equipos contrarios, como el caso de México, tienen unos bloques defensivos que hay que descomponer con posesión del balón, triangulación y cambios de frente. Si no, es imposible llegar. El equipo está con ese desespero de llegar rápido al arco contrario y eso le impide disfrutar del juego. Eso no debe ser así. Hay que ganar, pero con argumentos y gozando. El equipo quiere darle satisfacciones a la afición, pero le falta paciencia.
¿Eso produce la falta de gol?
Le voy a decir una cosa: la camiseta de la selección Colombia pesa 15 kilos. Se juega con más tranquilidad en los clubes porque los compromisos son de otra índole. Aquí es inmediato, aquí no se perdona. ¡Esa es la razón de la falta de gol!
Con base en los partidos de preparación, ¿cómo va a jugar?
Yo tengo una idea clara. Me gustan el 4-4-2 y el 4-1-4-1
¿En éste ultimo esquema quién será el 1 de la mitad?
Está entre Carlos Sánchez y Gustavo Bolívar.
¿Y el 1 de adelante?
Entre Falcao, Jackson y Teófilo.
¿La línea de defensa la va a dejar como está: Armero, Yepes, Zapata y Zúñiga?
Tengo cuatro defensas centrales y cuatro laterales muy buenos. Ahí no hay problema. Tengo defensa de experiencia.
¿Usted está tranquilo?
Nunca estoy tranquilo. Tengo muy buenos jugadores, pero el equipo todavía a veces parece bueno y a veces, no. A la gente en la calle le han vendido la sensación de que hay que ser campeones de la Copa América. ¡Como si estuviéramos solos! Colombia jugará a ganar, pero tenga en cuenta que Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile vienen trabajando desde la eliminatoria mundial. Vamos a llegar lo más alto posible, pero el mensaje claro es ir al mundial de Brasil. Ese es mi gran objetivo. Quiero ganar los partidos, pero lo más importante es el mundial.
¿Cree que tenemos buenos jugadores, pero no buen equipo?
No. Sí hay buen equipo como lo hubo frente a España, Ecuador y Chile. Pero a veces hay altibajos como ante México. Aún no hemos tomado ese crucero de jugar siempre bien.
¿No existe el riesgo de 'hacer el oso' en Argentina?
Podemos, a veces, jugar mal. Pero 'hacer un oso', no.
¿Ante México no fue medio 'oso'?
No, se jugó mal. 'Oso' es otra cosa. No nos llegaron nunca, hicimos cosas importantes, por momentos hubo sociedad y hubo opciones de gol, pero nos equivocamos al darle toda la carga a Falcao con pelotazos.
¿Usted aspira ubicarse por lo menos entre los 5 mejores equipos de América?
Estamos en formación como equipo y nosotros debutamos el sábado ante Costa Rica y a los 4 días enfrentamos a Argentina. Esperemos. Difícil, sí, pero la selección es buena.
Pero la gran tragedia del fútbol es que la gente no acepta sino buenos resultados...
Sí, y eso para mí es duro. Soy un apasionado del orden, de la táctica, del buen fútbol. No sólo no estamos ganando sino que no damos espectáculo. Pero una cosa sí le aseguro: en la medida que juguemos, iremos mejorando,hasta llegar a la excelencia para el 2014.
¿Siente que la gente cree en usted?
No soy la selección, la selección es el país. Los jugadores solos no pueden; los directivos solos no pueden; los técnicos solos no pueden; la prensa tampoco. La selección sí. Y vamos a luchar con nuestras mejores armas. Alguna vez a alguien le preguntaron: ¿cómo le explicaría usted a un niño, lo que es la felicidad? Y respondió: "No se lo explicaría: le daría un balón de fútbol para que jugara".
Hernán Darío recuerda que llegó al fútbol por su padre
¿Cuánto hace que usted pertenece al mundo del fútbol?
Desde los 12 años, por mi padre. Jugué pony fútbol, en selecciones Antioquia, en Medellín y Nacional.
¿Por qué su papá?
El fue arquitecto y un alto ejecutivo de empresas importantes de Medellín, pero amaba el fútbol. Fue presidente del Medellín, de la federación, de la liga antioqueña, de árbitros en Medellín. Fue técnico mío cuando yo jugaba muy niño: me regañaba, me criticaba, me corregía. Mi padre amaba tanto el fútbol, que nos hizo una casa cerca al Atanasio Girardot para vivir junto al estadio. Yo iba a ver entrenar a los equipos y mi hermano Gabriel Jaime era recogebolas, también metido en el fútbol.