Todos los estamentos que tienen relación con la salud, desde los médicos hasta los usuarios de los servicios; desde las clínicas y hospitales, hasta las mismas EPS, que contratan sus servicios, recibirán con la siguiente entrevista el más esperado de los anuncios: comenzó la lucha total contra la penetración de la politiquería y de líderes políticos en la salud, que hace mucho tiempo existe y que siempre conduce a la desviación de fondos públicos, destinados por el Estado a atender las necesidades de salud de los más pobres.
Las denuncias sobre la forma catastrófica como la salud fue víctima del zarpazo de los políticos la corrobora el nuevo ministro de Salud, Alejandro Gaviria, al anunciar que comenzó ya la lucha radical contra la infiltración de la politiquería en la salud. Con el nombramiento del abogado Gustavo Morales como nuevo superintendente de Salud, "alejado del clientelismo, haremos todo lo posible por terminar con el pasado".
Gaviria tiene un doctorado en Economía en la Universidad de California y una maestría en Economía de los Andes. Cuando fue nombrado ministro, era decano de Economía allí. Fue subdirector del Departamento Nacional de Planeación y subdirector e investigador de Fedesarrollo.
¿En qué estado se encuentra la salud en Colombia?
Hay una situación de crisis que requiere ajustes coyunturales y reformas estructurales. Hay también una crisis de confianza.
¿En qué consiste la crisis?
Existe una crisis coyuntural de flujo de recursos, de deudas crecientes y dineros atascados; una crisis estructural en la red pública hospitalaria, y problemas de diseño y concepción en nuestro sistema de salud; problemas graves de corrupción, robo de recursos. Hay deudas altísimas que se acumularon porque los recursos llegaron a departamentos y municipios y desaparecieron. Hay municipios que tienen deudas que superan en 10 o 20 veces sus ingresos anuales.
¿Esa es la razón de que los hospitales públicos estén en quiebra?
Es una de las razones. Ahora las EPS del régimen subsidiado tienen problemas: o malos manejos, o corrupción. Deben más de 2 billones de pesos.
¿Por qué hay dinero acumulado en el Fosyga?
Las deudas del Fosyga son el resultado del desorden causado por los llamados recobros; el sistema está viviendo la resaca de los excesos de los últimos cinco años. Al mismo tiempo hay recursos atrapados en las cuentas de los municipios que podrían servir para aliviar la crisis de los hospitales públicos.
¿Y eso provoca la crisis de los hospitales del país?
Sí, pero además están siendo afectados por intervenciones de muchas EPS del subsidiado. Y también tienen problemas históricos, de corrupción y de politiquería.
¿Cuántos hospitales públicos hay en Colombia?
Casi mil. El 42 por ciento está en riesgo financiero alto, o sea, en peligro de quiebra.
¿La crisis de Bogotá es solucionable?
Bogotá también tiene problemas de corrupción en sus hospitales. De otro lado, la crisis de Capital Salud es manejable. Las autoridades distritales quieren buscar salidas. Estamos dispuestos a estudiar una compensación adicional por la concentración de población de mayor riesgo. También hemos dicho que estamos listos a analizar la suficiencia de la UPC o a permitirle al Distrito complementarla con recursos propios. Mi invitación ha sido siempre a trabajar juntos.
¿Cómo está la salud en Bogota?
La situación de Bogotá es paradójica. El país ha alcanzado una cobertura casi universal. Pero Bogotá tiene 400 mil personas no aseguradas.
¿Y qué pasó?
No han querido afiliar a todo el mundo. Podrían hacerlo, incluso en Capital Salud. La discusión sobre el futuro del sistema debe darse en el Congreso.
¿La reforma tributaria impone una reforma de la salud?
Sí, así es.
¿Qué piensa hacer?
Vamos a promover dos reformas de fondo. Una ley estatutaria que ordene y reglamente el derecho fundamental a la salud y una reforma a la Ley 100 de 1993 que permita poner en práctica la sustitución de las contribuciones que pagan las empresas por impuestos generales, tal como lo contempla la reforma tributaria. La reforma de la Ley 100 crearía un fondo único que acumule los recursos de los regímenes contributivo y subsidiado, simplifique la operación del sistema y permita un mejor control sobre las cuentas de la salud. Esta reforma debería definir también el papel de las EPS.
¿Cuál es el futuro de las EPS?
Una de dos: que sigan funcionando como aseguradoras, haciendo gestión de riesgos, o que sean administradoras de recursos. El país tendrá que decidir entre estos dos esquemas.
¿Pero es posible que desaparezcan las EPS?
Más allá del nombre o la denominación, tienen que existir uno o varios agentes que sean, al menos, compradores inteligentes de tecnologías y servicios médicos.
¿A usted le gusta como están funcionando las EPS hoy?
Hay algunas desastrosas, tanto en el régimen subsidiado como en el contributivo, y tendrán que irse. Hay otras buenas. Y hay unas capacidades construidas a lo largo de 20 de años que no deben perderse. En todo este proceso es fundamental la Superintendencia de Salud.
¿El nombramiento del abogado Gustavo Morales, actual vicepresidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, como nuevo Superintendente garantiza que ese organismo deje de ser agencia política?
Un Superintendente técnico, independiente, alejado del clientelismo y la politiquería, es fundamental. En el pasado, muchos de los nombramientos de interventores - responsabilidad de la Superintendencia- obedecieron a criterios políticos.
¿Eso ya terminó?
Se está haciendo todo lo posible para romper con ese pasado.
Muy francamente, ¿fueron políticos los que provocaron ese desastre?
Muchos de los hospitales públicos se convirtieron en el epicentro del clientelismo en Colombia. Además, la salud fue por mucho tiempo la variable clave para cuadrar la ecuación de la gobernabilidad. No debería ser así.
¿Cree posible despolitizar la salud en Colombia?
Ese es el proyecto en el que estoy comprometido. Muchos concursos para nombrar gerentes de hospitales han sido manipulados. Le doy otro ejemplo de prácticas indeseadas: a muchos hospitales los despedazan literalmente: le entregan a un amigo el manejo de la unidad de cuidados intensivos; a otro, la farmacia; a otro más, las imágenes diagnósticas, y luego se declaran en crisis.
¿Y cómo se pierden los recursos?
La crisis de los hospitales es estructural. El déficit no ha disminuido en una década. En algunos casos se entregan recursos ingentes, y las deudas siguen creciendo.
¿La descentralización ha provocado el problema?
Hay dos problemas con la descentralización de la salud: la municipalización de buena parte de los recursos y las llamadas ESE -empresas sociales del Estado-, que deben vivir en buena medida de vender servicios. Muchas se volvieron seudoempresas administradas por políticos. Además, la convivencia entre el régimen subsidiado y la red pública ha sido problemática.
¿Usted es partidario de eliminar las ESE?
De reformarlas para que operen de otra manera. El Presidente dijo hace unos meses que "la salud no debe ser un negocio". Esta afirmación es un llamado claro a que los hospitales deben concentrarse en los resultados en salud, no en los negocios. En la educación, por ejemplo, a los rectores se les piden mejores resultados académicos, no sostenibilidad financiera.
¿Cuánto hace que existen estos problemas de la politiquería en la salud?
Hace años. Han sido el resultado en parte de diseños institucionales equivocados.
¿Cómo piensa enfrentar los problemas que origina la descentralización?
Toca reconocer primero la heterogeneidad regional del país. En muchos municipios no tiene sentido el aseguramiento. Probablemente habrá que cambiar también las fórmulas de transferencia de recursos. Un secretario de salud me propuso hace unas semanas un pacto por la ética.
¿Y lo propondrá?
La propuesta es un síntoma de la enfermedad.
¿Cuándo proyecta presentar las reformas?
Para la reforma a la Ley 100 nos tomaremos varias semanas. Estamos ahora trabajando con el Partido de 'la U', con su proyecto de ley estatutaria, en una propuesta que busca, entre otras cosas, ordenar el llamado No POS. Esperamos tener un primer borrador prontamente.
¿Hoy el No POS es, en esencia, medicamentos?
El 80 por ciento del valor recobrado corresponde a medicamentos. Los topes impuestos a los precios disminuyeron el problema, pero no lo han resuelto. Aún hay excesos.
¿En qué va el problema de los recobros?
Han disminuido de $ 2,3 billones en 2010 a $ 1,7 billones este año. El monto sigue siendo grande. De allí la necesidad de una ley estatuaria.
¿Por qué el Fosyga no paga sus deudas?
Ha venido pagando. Pero las deudas acumuladas son grandes y complejas de resolver. La idea es pagar rápido, pero también pagar solo lo que toca. El balance no siempre es fácil. Se han expedido tres decretos para agilizar los pagos.
¿Esa demora y tanta deuda acumulada no lleva a la quiebra los hospitales?
Sin duda agrava la situación. Pero los recursos han empezado a fluir y seguiremos tratando de acelerar los pagos.
¿Y la proliferación de tutelas por la salud?
La ley estatuaria busca precisamente disminuir este problema, garantizar que los ciudadanos puedan acceder a los servicios sin necesidad de un instrumento que debería ser excepcional.
¿La salud va por buen camino?
Todo lo que estamos haciendo es para que la salud vaya por buen camino...
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO