"La corrupción está acabando con el Estado". Con semejante diagnóstico, el contralor general de la República, Edgardo Maya, considera que "ya estamos al borde del abismo" y que si no se llega a un gran acuerdo nacional para combatirla, "el Estado como tal está "peligrando".
Maya, quien cumplirá en agosto cuatro años como
Contralor General y quien ejerció durante ocho años la Procuraduría General de
la Nación, denuncia, por ejemplo, que el mal de la corrupción se extiende tanto
a las regiones que el llamado 'pliego tipo', contenido en la ley de
infraestructura y que busca hacer transparentes las licitaciones y acabar con
los denominados contratos hechos "a la medida", fue rechazado por alcaldes y
gobernadores. Según el contralor, ellos comentan: "Aquí no nos vengan con esas
vainas. Es muy bueno, pero para Bogotá".
Por esa y otras razones, el contralor asegura que "el partido más fuerte que
hay en Colombia es el partido de las contrataciones".
"El partido más fuerte que hay en Colombia es el partido de las contrataciones"
"La corrupción en Colombia ya no puede mirarse
desde el punto de vista de que es un hecho coyuntural, sino que es un fenómeno
que está en la estructura no solo del Estado sino de la sociedad en toda su
inmensidad y está ocasionando unos grandes daños en la opinión. Yo, como
contralor y con mi experiencia como procurador general durante ocho años y de
magistrado otros ocho, he mirado que la película se repite, pero cada día la
dimensión es superior".
¿Por qué ha crecido la corrupción?
En primer lugar, debido a que los dineros del Estado, la inversión del Estado,
el gasto público ha crecido; hace 100 años era el 4 por ciento del PIB, después
subió al 10, al 15 por ciento, y hoy el gasto público en Colombia es del 28 por
ciento del producto interno bruto. Además, hay unos factores como las
elecciones populares de alcaldes y de gobernadores.
¿Por qué esas elecciones?
Los costos de las campañas políticas han llevado al país a que estas se
financien con recursos públicos, y de ahí surge el partido más fuerte que
existe en Colombia hoy, que no es ninguno de los que escuchamos en cabeza de
cada uno de los candidatos al Congreso y a la Presidencia: es el partido de los
contratistas.
¿Partido de los contratistas?
Ellos son los que terminan financiando esas campañas, y desde luego que esos
dineros invertidos se 'recuperan' posteriormente. Para citar unos casos
concretos, le menciono a Reficar, una obra que se contrató por 3.960 millones
de pesos y termina costando 8.000 millones. Y hay una inmensa molestia y una arremetida
contra el Contralor, el Fiscal y el Procurador por el hecho de estar
investigando qué pasó y en qué gastaron semejante cantidad; el segundo hecho
que yo le digo de una dimensión increíble es el túnel de La Línea, que se
contrata por 600.000 millones de pesos, y hasta hoy lleva una inversión de 2
billones de pesos, y yo creo que falta un billón más para terminarlo. Como
procurador, yo decreté la caducidad de la Ruta del Sol. Hoy los 500 kilómetros
de Puerto Salgar a San Roque, Cesar, están paralizados por caducidad del
contrato por hechos de corrupción, y la segunda fase, que es la Ruta del Sol
III de San Roque a Ciénaga, y la transversal de Valledupar a Carmen de Bolívar,
son en total 900 kilómetros que están paralizados. Todo es corrupción y también
temas éticos.
Tema ético, ¿cómo cuál?
En distintas líneas, en la salud, en la educación, en la infraestructura
general, en lo que usted quiera a nivel departamental y a nivel municipal. Hay
algo muy grave en la sociedad colombiana que es la desesperanza; estamos en un
proceso político que no sabemos dónde va a terminar porque puede haber una
reacción masiva de la sociedad colombiana en una protesta; no sabemos en cabeza
de quién van a depositar esa protesta. Ya tuvimos un precedente en el año 70
con el general Rojas Pinilla en la elección de ese momento, y a mí como
contralor general de la República y como colombiano me corresponde hacer estas
observaciones para que sean tenidas en cuenta.
Pero, ¿usted se refiere a algún
candidato o candidatos en especial?
No, señor. Se acaba de hacer en EL TIEMPO, con la Universidad del Rosario, un
foro muy importante en donde se ha manejado ese tema de la ética pública, la
transparencia; eso es tema de una cátedra de cívica que conocimos nosotros, del
buen comportamiento; en las escuelas no saben qué es eso. Y no es cierto que la
corrupción sea inherente al ser humano. No señor. La corrupción no es propia de
la condición humana; eso no es así.
Consenso de candidatos presidenciales en lucha contra la corrupción
¿Usted habla de la
corrupción en el sector público?
No le echemos la culpa de la corrupción al sector público, no, el sector
público no actúa aisladamente; solo es corrupto el funcionario público cuando
se apropia de unos dineros individualmente, para lo demás necesita del concurso
del otro, y "ese otro" es el privado; o el funcionario público le propone al privado
y este dispone o el privado le propone al servidor público y él dispone, es de
doble vía.
"O el funcionario público le propone al privado y este dispone o el privado le propone al servidor público y él dispone, es de doble vía"
¿Cómo se acaba todo
ese panorama de corrupción?
Con unas políticas públicas que consisten en que los colombianos olviden que la
Contraloría, la Fiscalía y la Procuraduría acaban ellas solas con la
corrupción; esto debe ser un propósito nacional, tiene que ser una política
pública que tiene que adelantar todo el Estado con sus poderes; con el
presidente de la República, con el poder Ejecutivo, con el Legislativo, con el
Judicial, con los órganos de control, con los gremios, con la sociedad en
general, con todos.
Este tema de la corrupción es fundamental en el debate electoral de los
candidatos presidenciales, ¿usted sí ve soluciones en las fórmulas que ellos
han planteado?
No. Es cierto que hay algunas propuestas serias y responsables, pero esto que
denuncio tiene que ver con alguien que se levante y diga 'Necesitamos un gran
acuerdo nacional contra la corrupción, una política de Estado como es la
política minera, o de salud, la educacional, la vivienda, pero esta es la mayor
apuesta política que se puede hacer hoy en el Estado colombiano, la lucha
contra la corrupción porque, si no, no terminamos; yo lo que estoy viendo: esto
tiene unas dimensiones cada vez mayores. Soy más claro: lo que está peligrando
es el Estado como tal; si no se destruye la corrupción, la corrupción destruye
el Estado; créame: la corrupción tiene la capacidad de destruir el Estado. Si
usted no mantiene su vivienda bien y deja que se ensucie, que se deteriore,
pues la vivienda termina cayéndose. Y el Estado está llegando a eso.
¿Usted cree que estamos enfrentando ese
peligro?
Lo califico de alto riesgo; no solo es peligro, es de alto riesgo.
¿En todos los sectores?
Yo creo que estamos en el borde del abismo.
Le insisto, ¿corrupción en todos los
sectores?
Yo no le estoy hablando de sectores. Le hablo del Estado, le estoy hablando de
la sociedad colombiana; no estoy hablando de casos. Si quiere le hablo de la
hemofilia, de la salud, de la infraestructura, del medioambiente, de la
educación, le puedo hablar del tema que escoja, pero yo le estoy hablando es de
Colombia.
En donde usted comience a buscar, en
cualquier sector, ¿ahí hay corrupción?
Sí, ahí hay. Los resortes morales se han roto, se han desarticulado. A mí me
preocupa. Yo no estoy atacando a nadie, no estoy criticando a nadie; estoy es
advirtiendo, porque tengo el deber de hacerlo, porque tengo el conocimiento y
una larga experiencia en estos cargos de lo que está pasando y podría
pasar.
¿Cómo podría emprenderse el acuerdo nacional contra corrupción que propone?
El Estado tiene una dirección fijada por la Presidencia de la República y tiene
unos órganos que están estructurando el Estado, como son el parlamentario, el
judicial, ejecutivo, órganos de control; una política pública que decida que
esto debe ser así. Si no, esto no tiene contención, y esto cada vez va a crecer
más porque el deseo, el propósito del dinero fácil no solamente surge en la
cultura del narcotráfico, sino de todas las culturas; la gente quiere antes de
los 30 años ser millonaria.
¿Qué tipo de modificaciones al sistema
penal podrían adoptarse para combatir la corrupción?
El sistema acusatorio que se montó, y sobre todo el tema de la justicia
premial, es una forma de lograr la delación, desarticular las bandas
criminales; pero hay grandes fallas. Con todo el respeto, porque esto es un
tema de la política criminal que maneja la Fiscalía General de la Nación y la
Rama Judicial, las fallas están en el tema punitivo, el tema de sanciones. Le
pongo un ejemplo: el señor exgobernador de Córdoba Alejandro Lyons.
Es un hombre que está plácidamente en las playas de Miami y en sus buenos
restaurantes; desde allí responde por unos hechos gravísimos. Con el solo tema
de la hemofilia, que le costó al Estado 54.000 millones cuando ninguno de los
supuestos enfermos lo estaban, como se constató con la declaración de cada uno
de ellos, y con el laboratorio en donde los certificados resultaron falsos.
Este señor le dice por comunicación satelital a la Fiscalía que sí, que él
reconoce que se robó 8.000 millones de pesos y que va pagar 4.000 millones de
pesos, y que le den dos años en un pagaré que va firmar para tramitar unos
bienes con su familia y conseguir la plata. ¿Cómo se acepta eso? ¿Qué hace la
Contraloría como víctima, porque nosotros representamos los intereses del
Estado colombiano, intereses del patrimonio de los colombianos? No oponernos a
eso. Es una ridiculez.
¿El principio de oportunidad no abrió
la puerta de eso?
Es precisamente uno de los factores, son un mecanismo, entonces estoy hablando
no solamente de las penas sino de los mecanismos. Hay que revisarlos.
¿A usted no le gusta ese mecanismo?
No es que me guste o no me guste, sino que sea eficaz, que se logre la
desarticulación de las bandas, pero tiene que haber una sanción, una
pena.
¿Debería reformarse?
Sí, el sistema. Hay que revisar el tema de las penas, de la punibilidad, y hay
que revisar los mecanismos que hay en ese principio de oportunidad.
"Hay que revisar el tema de las penas, de la punibilidad, y hay que revisar los mecanismos que hay en ese principio de oportunidad"
¿Cuál es el
propósito suyo con estas denuncias sobre la manera como todos los estamentos
del Estado están afectados por la corrupción?
No es un propósito, es un deber que yo tengo como Contralor General de la
República, para advertir todas esas cosas que están sucediendo, para
delatarlas, para ponerlas a la luz pública. Quienes dirigen el país tienen una
inmensa responsabilidad de tener en cuenta estos hechos.
Pero, ¿para hacer puntualmente
qué?
Una política pública del Estado colombiano contra la corrupción de manera
contundente, terminante, definitiva; si no, esto que usted ve... esto ha ido
creciendo; esto va creciendo y se están viendo cosas que no se veían y se van a
ver más. Vienen más descubrimientos de la Contraloría, vienen más
descubrimientos de la Fiscalía, vienen más descubrimientos de la Procuraduría y
vienen más delaciones porque ya la gente ha comenzado a delatar. "Yo no me voy
solo para la cárcel, conmigo se van los que estuvieron conmigo".
Para acabar con la corrupción en contratación pública se hizo el pliego tipo...
Ese es el nuevo escándalo. Entonces, gobernadores y alcaldes dicen, no,
nosotros somos autónomos. Eso sí, muy bueno, pero aplíquenlo allá ustedes en
Bogotá, aquí no nos vengan con "estas vainas", nosotros somos autónomos y
tenemos nuestro sistema. Ahí ya comenzó una resistencia. El pliego tipo, que es
una iniciativa muy importante de la Contraloría, de la Fiscalía, de la
Procuraduría, de la Cámara Colombiana de Infraestructura, del sector público y
privado, del Gobierno, de congresistas, es un gran acuerdo, se enfrenta ahora
con que salen los señores gobernadores y alcaldes (a decir): 'aquí no vienen
con pliego tipo, somos autónomos e independientes'. Siguen con el sistema del
pliego sastre de acuerdo con el proponente y con el amigo.
¿No lo hacen por compromisos
electorales?
Sí, electorales, con el partido de los contratistas.