"Lo que está en juego hoy en Colombia es ponerles fin a 52 años de guerra y muerte".
La definición la hace el general Javier Flórez, jefe del comando estratégico de transición de las fuerzas militares, al referirse al plebiscito que se realizará hoy en el país.
Al general Flórez se le considera uno de los más duros militares en el combate a las Farc. Participó en varios de los golpes más fuertes que le dio el Ejército a esta guerrilla, incluyendo los operativos en que murieron 'Raúl Reyes', miembro del secretariado de la guerrilla, en marzo del 2008; el que concluyó con la muerte del 'Mono Jojoy', en septiembre del 2010, y en la baja de 'Alfonso Cano', jefe máximo de las Farc en noviembre del 2011.
Por los resultados de su acción, por el conocimiento que tenía de las Farc y por la admiración que originaba dentro de las tropas, el presidente Santos lo nombró líder de la subcomisión técnica que asesoró a los negociadores del Gobierno en La Habana.
A Flórez se le considera símbolo del militar tropero por su presencia en los frentes de combate. Su gestión fue de altísima discreción, porque a él le correspondían temas como el cese del fuego, el fin de las hostilidades, la desmovilización y la dejación de armas.
Su contraparte en la mesa de negociaciones con las Farc fue 'Carlos Antonio Lozada', considerado dentro de la guerrilla un duro combatiente.
El general Flórez fue el militar activo de más alto rango del Ejército que intervino en las negociaciones de La Habana. El alto oficial considera que los militares lograron "ganar la guerra, para obligar a los subversivos a negociar la paz".
Hoy, cuando los colombianos decidimos sobre si apoyamos o no los acuerdos de paz, el alto oficial pide que "no nos dejemos influenciar por la desinformación ni la politiquería". Considera el alto militar que "hoy está en juego el fin de la guerra" y que "el fin de la guerra significa la victoria de las Fuerzas Armadas".
Flórez, bogotano de 59 años, ingeniero civil con maestría en defensa y seguridad, es lancero y paracaidista.
¿Qué siente un general de la República cuando deja la guerra?
Soy un soldado de Colombia que cree en su pueblo y que quiere la paz. Nos quedan retos muy importantes: la defensa de la seguridad y de nuestra soberanía. Lo que se firmó en La Habana es el fin del conflicto con un actor armado, pero comienza la implementación de los acuerdos para convertir a Colombia en un país tranquilo.
Para un militar como usted que ha dedicado su vida a la guerra ¿qué significa la paz?
Fueron 52 años de conflicto con una guerrilla muy fuerte, que creció gracias a la ilegalidad y que alcanzó una capacidad de daño enorme. Como soldado, me siento orgulloso de haber sido jefe de Estado Mayor Conjunto de la Fuerzas Militares y comandar 25.000 hombres en la operación Omega y haber logrado ganar la guerra, para obligar a los subversivos a negociar la paz y defender el Estado y la sociedad.
¿Qué va a pasar con nuestros soldados y policías, y con nuestros generales?
Se requiere ahora de unas Fuerzas Armadas con muchas capacidades tanto en la defensa como en la seguridad en las regiones, porque nos quedan otros fenómenos criminales -las 'bacrim', la delincuencia organizada, el Eln, una disidencia del Epl- y tenemos que seguir con el control territorial para poder llegar a implementar los acuerdos de paz. Nosotros no podemos permitir que pase lo que le ocurrió a la Unión Patriótica, tenemos que garantizarles a los guerrilleros desmovilizados su vida y sus derechos como a cualquier ciudadano. Esa es la grandeza y la nobleza de la Fuerza Pública.
¿Pero qué les espera ahora, después de que se firmó la paz?
Tenemos un reto titánico, pero me siento tranquilo porque las Fuerzas Militares y la Policía Nacional están preparadas y entrenadas para asumir los desafíos de la construcción de la paz. Ya no habrá más víctimas a causa de la guerra con las Farc, ni más viudas ni más huérfanos; ni más heridos postrados. Pienso que logramos construir un mejor país para nuestros hijos y nietos; una nueva nación, una nueva ilusión.
General, hoy el país vota 'Sí' o 'No' a los acuerdos de paz. Usted, como militar y como hombre que ha vivido toda su vida en guerra, ¿qué consejo les daría a los votantes?
Les diría a los colombianos que no se dejen influenciar por lo mismo de siempre: la desorientación, las redes sociales y la politiquería; que no confíen en eso. Tenemos una democracia y derecho a disentir; pero si vamos a disentir, hagámoslo con fundamentos, con realidades. Hay personas que creen tener la vocería del pueblo colombiano, de sus instituciones; que no se dejen engañar.
Entonces, ¿cuál es su opinión sobre quienes invitan a votar 'No'?
Mi opinión es que esta guerra nos deja más de 7 millones de víctimas y más de 220.000 muertos. Es una guerra de 52 años que nos tiene desgastados, pero sobre todo que no puede seguir aumentando. Que cada familia se reúna y se pregunte qué es lo bueno para el país. Y que vote en consecuencia.
¿No es una paradoja que las guerras las declaren los civiles, pero las hagan los militares, y que cuando hay una opción de paz, también sean los civiles quienes decidan lo que debe pasar con la vida de los militares?
Sí, eso es una realidad. Así ha pasado en Colombia y en todas partes del mundo. Nos toca, como soldados, defender la democracia, pero a veces las democracias olvidan a los soldados. ¡Qué tristeza! El soldado tiene una vocación de portar su uniforme, defender una democracia; defender unas ideas y lograr que un pueblo viva en paz, con desarrollo, con progreso, y que haya tranquilidad.
¿El acuerdo que se firmó en La Habana es bueno para los soldados de Colombia?
El fin del conflicto significa la victoria de las Fuerzas Armadas. Construimos un acuerdo de cese del fuego y de hostilidad bilateral y definitivo, y fuimos victoriosos porque logramos ese acuerdo sin quebrantar ni la Constitución, ni las leyes ni la dignidad y la honra de las Fuerzas Armadas.
¿Usted, como guerrero, como soldado y como general, aconseja votar 'Sí'?
El cese del fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y la dejación de armas es lo mejor que se ha podido hacer. Julian Hottinger, un asesor suizo que estuvo acompañándonos por 18 meses de negociación y que tiene la experiencia de haber participado en 52 procesos, dijo en la subcomisión que es el mejor acuerdo que ha visto porque tiene los protocolos y un cronograma irrebatibles. En 180 días, las Farc no va a tener una sola arma en su poder ni habrá más hostilidades hacia la población civil; ni un secuestro más ni extorsiones; no vamos a tener más soldados heridos ni muertos y vamos a poder ir libres y sin temor a nuestras regiones.
¿Si usted fuera un ciudadano con capacidad de voto, votaría Sí?
Los militares no podemos sustraernos de nuestra condición y no tenemos derecho al voto. Lo que está en juego es ponerles fin a 52 años de guerra y muerte.
En el plebiscito que se vota hoy está un poco en juego la credibilidad de nuestras Fuerzas Armadas. ¿Votar en favor del acuerdo es votar en favor de los militares?
El respaldo que tienen las Fuerzas Armadas de Colombia es del 75 por ciento en este momento, y hemos llegado al 82 por ciento en las encuestas; a las Fuerzas Militares y a la Policía las quiere el pueblo colombiano. Hemos defendido la democracia durante 52 años con hombres héroes, muertos y heridos en combate, y ahora ganamos con un buen acuerdo de cese del fuego y dejación de armas; los electores deben tomar hoy una decisión en beneficio del país y no de carácter personal ni con intenciones políticas.
¿Usted qué diría que está en juego hoy en el país?
Hoy está en juego el fin de la guerra. El Presidente de la República les abrió las puertas a las Farc para que se reintegren a la sociedad; que en vez de intentar la toma del poder por las armas, discutan con las ideas en la plaza pública, como cualquier partido político, y así eviten tanta violencia y tanta muerte.
General, ¿qué va a pasar con los frentes de las Farc que decidan finalmente no acoger el acuerdo que firmaron la organización guerrillera y el Gobierno?
Hemos estado hablando con las Farc al respecto, y se trata del primer frente, no completo, solo unos 130 hombres que están en disidencia al sur de San José del Guaviare. Los que no se acojan serán combatidos con todo el rigor de las Fuerzas Armadas.
¿Sabe usted si están negociando con el frente?
Sí. Ellos, internamente, están en conversaciones.
¿El Ejército no va a intervenir mientras esas conversaciones no acaben?
Una vez el pueblo colombiano apruebe o desapruebe lo acordado en La Habana y las Farc se concentren en las zonas veredales, las Fuerzas Armadas combatirán con todas sus capacidades a esos grupos armados.
¿Ahí no habrá tregua?
No señor. No habrá tregua.
Un hombre ingresaba a la carrera militar para ir a la guerra. ¿Están preparados los militares ahora para ir a la paz?
Sí, las escuelas de formación y de capacitación de las Fuerzas Armadas tienen una doctrina, que lleva mucho tiempo, 200 años, y la han mantenido con la guerra regular, la defensa de la soberanía de nuestras fronteras y la seguridad de los ciudadanos de Colombia, y así la iremos a mantener. Nos estamos entrenando no únicamente para la paz. El soldado se debe a sus armas, se debe a la guerra, y tenemos que estar preparados para afrontar los retos del futuro; los retos a nivel mundial, a nivel continental y a nivel local.
Usted ha sido símbolo del soldado guerrero. ¿Qué siente ahora cuando pasa de símbolo de combate a símbolo del soldado de paz?
Yo les decía en estos días a mis soldados: "Misión cumplida. Cada uno de ustedes -que están allá en las regiones, en el área al sol y al agua- cumplió su misión, y nosotros en la subcomisión técnica del fin del conflicto y en el comando estratégico, como soldados nos sentimos orgullosos de haber logrado lo que no se había podido conseguir en todos los procesos: la victoria de la paz. Creo que es misión cumplida. Las Fuerzas Armadas de Colombia le cumplimos.
¿Cuando usted dice "misión cumplida" es "ganamos la guerra"?
Sí, los soldados fuimos victoriosos en la guerra, en el campo de combate y victoriosos en La Habana, al lograr un acuerdo de cese del fuego que garantiza la vigencia de la Constitución y la ley, que no afecta los principios y valores ni de nuestros soldados ni de los colombianos.
¿Cómo será la jornada de hoy?
Será una jornada en paz y de apoyo a la paz. Hay cese unilateral del Eln, y todos los demás factores están bajo control.
Los expresidentes han participado de una u otra manera en la consolidación de la paz; lo hizo Pastrana dándoles a ustedes instrumentos para ganarla; lo hizo Uribe robusteciendo el ataque a la guerrilla y lo hizo el presidente Santos al lograr un acuerdo de paz. ¿Usted qué opina de las tres gestiones?
Por estas maravillosas gestiones se firmó finalmente el acuerdo de paz.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO