El presidente de Corte Constitucional es ponente en caso de adopción de este tipo.
Domingo 27 de Febrero del 2011
La Corte Constitucional decidirá esta semana si aprueba el matrimonio entre homosexuales y la adopción de una pareja del mismo sexo. Así lo revela el nuevo presidente del alto tribunal, el magistrado Juan Carlos Henao, considerado uno de los más progresistas de la corporación. Es abogado y catedrático del Externado, con maestría de la Universidad de París y doctor en derecho de la Universidad de Panteón-Assas de Francia.
"El origen mío es académico -explica-. He sido básicamente profesor. Estudié y obtuve el doctorado francés con la mención más alta y entiendo al mundo como una realidad inacabada en permanente cambio, sin verdades eternas; es decir, como profesor, que lo soy con orgullo de la Universidad Externado, aplico el principio de que lo más importante es enseñar a favor de algo y en contra de algo. Quiero enseñar en contra de la inequidad y a favor de la justicia. Nada es una verdad eterna. Ni siquiera una Constitución tan antigua como la estadounidense, de 1776, que sigue siendo la misma y se reinterpreta con función evolutiva".
Ha hablado reiteradamente del derecho comparado. ¿Cómo lo interpreta?
Es una forma de estudiar a partir de las experiencias ajenas. Muchas veces entendemos mejor las cosas si dejamos de mirarnos el ombligo propio para observar el del vecino. Las soluciones ajenas a problemas ajenos pueden hacernos entrever soluciones propias a nuestros problemas. Cualquier académico o magistrado debe siempre tener una visión de cómo se están solucionando los problemas que se le plantean en distintos países.
¿Por qué su Corte revisa y anula sentencias de la Suprema?
En materia de derechos constitucionales fundamentales la Corte Constitucional es órgano de cierre. Lo que pasa es que, para acabar con los roces entre las cortes, se decidió que las sentencias que anulan fallos de otras cortes deben ser reportados a la plenaria de la Corte y no decididos por la sala de revisión.
¿Hay casos recientes?
Sí. La Corte Suprema negó el derecho de una compañera permanente, no casada, cuyo compañero falleció, a recibir su pensión, considerando que no se debería dar a la concubina la pensión de su compañero. La Constitucional anuló el fallo porque a la luz de la Constitución del 91, la compañera permanente y la mujer casada tienen los mismos derechos.
¿La Corte Constitucional dicta fallos políticos?
El día de mi posesión como magistrado juré por la Constitución de 1991 que, por encima de mis principios, la Constitución prevalecería en mi cargo. Ni yo ni nadie en la Corte falla con argumentos políticos.
Ha surgido un movimiento, encabezado por conservadores y respaldado por la Iglesia Católica, de revisar, vía reforma constitucional, los fallos que la Corte ha dictado sobre aborto...
Bienvenido sea el debate.
¿Se debe mantener autorización al aborto en los tres casos que establece la Corte: peligro de muerte de la madre, violación y malformación del feto?
Mientras no se diga lo contrario, se tiene que mantener. Y no solo eso: la Corte ha dictado sentencias en donde insta a las autoridades a que se cumpla y se respete.
¿Es conveniente mantener ese fallo y no reformarlo?
Eso me lo preguntaron en el Senado. Dije que estaba de acuerdo con la sentencia y que, mínimo, en esas situaciones debería existir ese derecho.
Si digo que el presidente de la Corte Constitucional, Juan Carlos Henao, opina que la mujer tiene derecho a abortar en los tres casos en que la Corte lo permite, ¿digo la verdad?
Sí, porque eso es lo que dice la sentencia, la suscribí y la comparto. Haría una precisión conceptual: no solo es la vida de la mujer y la vida que esperará al nasciturus -concebido y no nacido-, sino también el derecho al libre desarrollo de personalidad de la mujer; los derechos de la pareja a su felicidad, independientemente de la definición que se dé a esa palabra. Mire: las cortes constitucionales están llamadas a producir fallos con repercusiones sociales, como ocurrió en Francia en el caso Perruche, en que un niño recibió compensación económica por no haber sido abortado.
Eso dio origen a la 'jurisprudencia Perruche', que se institucionalizó con un veredicto contra el Estado y que se produjo por el caso de tres familias con niños deformes que argumentaron que si los médicos les hubieran informado de los problemas de los respectivos fetos, habrían detenido su gestación. Los tres niños tienen ahora entre 9 y 11 años. Uno de ellos nació con una grave malformación en la espina dorsal y los otros dos, sin brazos. Nuestra Corte no debe tenerle temor a eso, porque está obligada a producir fallos como el del caso Perruche o el del más importante de la historia de EE.UU., el fallo Brown, con el que los nueve magistrados de la Corte Suprema Federal acabaron con la distinción entre negros y blancos para ir a la escuela y cambiaron por completo la historia de la segregación racial.
¿La Corte Constitucional ha cambiado la historia del país?
Sin ninguna duda. Pero, más que la Corte, fue la Constitución del 91, que la creó, la que cambio la historia de esta nación. La Corte protege derechos y limita poderes. Esa es la tarea que quiero resaltar en sus 20 años. Tiene por función también ser garante de la Constitución, de los límites de los poderes; es un árbitro dentro del sistema político. Cuando el hombre decide que no quiere seguir matándose a golpes, nombra un juez que genere un discurso de paz y tolerancia. Todos los jueces hacemos básicamente lo mismo al impartir justicia: restituimos a la sociedad un equilibrio roto. En ese sentido, la justicia no es una herramienta de la paz, es su esencia. El sistema judicial no se reduce a su papel instrumental: es la garantía de una sociedad conciliada con ella misma.
¿Mientras no haya justicia en Colombia no habrá paz?
Estoy de acuerdo con eso. No hay probabilidad de paz sin justicia. Es el requisito para una paz duradera y estable.
¿Hay justicia en Colombia?
Se está avanzando, Colombia, en cuanto a consolidación de derechos, está dejando cada vez más de ser inequitativa, pero queda mucho camino por adelantar en términos de diferencias sociales, concepción más amplia y querida hacia lo público, honestidad, ética. La Constitución del 91, para mí es, sin duda, el hecho jurídico más importante del siglo XX.
Nuestra Constitución dice que la familia la integran hombre y mujer, ¿no?
Eso es objeto de interpretación. El artículo 42 dice: "La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla".
¿Se puede interpretar que es legítima la unión de una pareja homosexual?
Es la discusión que se va a plantear ahora en la Corte, con dos fallos que se verán pronto: si este artículo constitucional permite el matrimonio entre homosexuales y la adopción por esas parejas.
¿Cuál es su opinión?
Lo único que puedo decirle es que se debe tener una posición progresista.
¿La afirmación 'o por la voluntad responsable de conformarla' supone la autorización al matrimonio entre homosexuales?
Esa es la interpretación que hacen quienes consideran que tienen ese derecho. Se aferran a esa "O" copulativa para interpretar que existe la posibilidad de conformar familia entre personas del mismo sexo. Ya hay un proyecto de sentencia en manos de los colegas y será objeto de discusión a partir de este miércoles. Vea usted: el presidente Obama acaba de defender el matrimonio entre parejas del mismo sexo.
Posición con la que, supongo, usted esta de acuerdo...
Eso lo infiere usted. No lo he dicho yo, porque el tema es delicado, está en discusión, es candente. La Corte se dispone a estudiar la adopción por parte de homosexuales.
¿Cuál es el caso que fallarán?
Se trata del caso de dos mujeres que vivieron en el extranjero siete años, llegaron a Colombia y decidieron que una de ellas se inseminaría para tener un hijo biológico. Lo hicieron y nació una bebé. La compañera permanente solicitó ante Bienestar Familiar la adopción de la niña y se la negaron. La decisión fue entutelada y eso es lo que se estudiará.
La posición que usted recuerda de Obama es muy progresista...
Sí, porque es una posición incluyente y pluralista.
¿De quién es la ponencia sobre el caso de la adopción?
Mía. Y como sé que me va a preguntar el sentido de la misma, le anticipo que eso no lo responderé. Lo que sí puedo decir es que el debate ya comenzó y que soy una persona de tendencia progresista y tolerante. Esa es una palabra que supone inclusión y respeto a la minoría. Una Corte Constitucional está llamada a proteger a las minorías. Una función del derecho constitucional moderno es desarrollar un espíritu incluyente que favorezca a los sectores marginados o discriminados, y allí es donde está el espíritu pluralista de la Constitución. ¿Se da cuenta de que la discusión ya comenzó?
Aniversario 20
Minicumbre de cortes
¿Por qué le gusta tanto la Constitución del 91?
Porque fue un cambio histórico y positivo. Veníamos de la Constitución de Núñez y Caro, que oficializó a la Iglesia Católica como única forma de enseñanza y atacó principios como la libertad de cátedra. Colombia vivió más de cien años con una constitución cerrada, dogmática y el cambio que hace la del 91 es sustancial, hacia el pluralismo, los derechos y la libertad.
¿Qué le debemos a 20 años de la Constitución del 91?
Una mayor conciencia de los derechos de la ciudadanía; la tutela logró democratizar los derechos de los colombianos. Estamos programando una serie de eventos para consolidar y expandir la Constitución. Haremos el congreso 'Diálogos con el mundo', al que traeremos miembros de las 10 cortes mundiales más representativas -EE.UU., Francia, Italia, España, Sudáfrica, India, México, Brasil...- e invitaremos grandes profesores de filosofía política y derecho constitucional. Habrá 300 eventos de celebración. Será una minicumbre mundial de derecho comparado.
Yamid Amat
Especial para EL TIEMPO