Todas las fuerzas de seguridad e inteligencia de la nación pusieron en ejecución, desde esta semana, la llamada Operación Burbuja, por orden del presidente Santos y el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón. El plan consiste en que todos los organismos de investigación de las Fuerzas Militares, la Policía, la Fiscalía, la Procuraduría unan sus fuerzas para investigar el origen de hechos terroristas que están alterando la seguridad en Bogotá.
Tres atentados con explosivos en tres días y cinco buses incendiados prendieron las alarmas. El general Humberto Guatibonza, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, no descarta en este reportaje ninguna hipótesis, pero en general cree que los atentados de La Macarena, La Soledad y Patio Bonito, y el incendio de cinco buses no están relacionados.
El alto oficial de la Policía, por otra parte, se declara alarmado por el elevado aumento del consumo de droga en Bogotá y la multiplicación de “clubes sociales”, que son lugares clandestinos para el consumo y venta de estupefacientes.
El general Guatibonza cree que la libertad de expendio de licores en algunos lugares de la ciudad aumentó la delincuencia, y sostiene que las medidas de intervención de la Alcaldía sobre el ‘Bronx’ lo que finalmente provocaron fue el desplazamiento de los expendedores de drogas a casi todas las zonas de Bogotá.
El general Humberto Guatibonza fue director antiextorsión y antisecuestro de la Policía Nacional. En el siguiente diálogo con EL TIEMPO se refiere inicialmente a los atentados de los últimos días.
—El primer atentado ocurrió en La Macarena. A las 6:30 de la mañana llegó el primer policía al CAI móvil y realizó la revisión de rutina. Observó una bolsa negra muy ordenada y sospechó. Al verificarla observó en su interior un celular activo, unos cables y un componente metálico. Inmediatamente se comunicó con antiexplosivos, que determinó que se trataba de una bomba; se hizo estallar controladamente. Era una bomba con metralla. Si no se descubre a tiempo habría provocado la muerte de los seis policías del CAI. Era un artefacto sofisticado, diseñado por una persona experta. Operar un explosivo por celular no es tarea fácil. Lo hacen personas dedicadas al terrorismo.
¿En La Macarena hay mucho comercio o expendio de droga?
Bastante. La Macarena es vecina de La Perseverancia, y ahí tenemos un problema grave de tráfico de estupefacientes. Y está la Universidad Distrital, donde desmantelamos el año pasado una estructura grande de comercio de droga.
¿Y el atentado contra una sede política en La Soledad?
Fue un artefacto colocado en una matera frente a la sede del partido de Opción Ciudadana. Estalló el martes a las 8:35 de la noche. El lugar estaba solitario.
¿También con metralla?
No, era muy diferente. Por eso no creemos que haya relación con la bomba de La Macarena. No se activó con celular, sino a través de un sistema químico. Son dos elementos, uno de ellos ácido sulfúrico, que cuando se unen producen la explosión. Es como una especie de mecha. Avanza hasta lograr la explosión. No hemos descubierto la razón del atentado. Le cuento un detalle extraño: una indigente dormía siempre en las afueras de esa casa, frente a la matera donde colocaron la bomba. Esa noche no estaba ahí. La estamos buscando; no ha aparecido.
¿Y no volvió?
No. Ni regresó al que era su habitual lugar para dormir, ni aparece.
¿La tienen identificada?
Sí. Sabemos quién es y cómo se llama. Ese es un informe reservado.
¿Y la bomba de Patio Bonito, el miércoles?
De menor intensidad. En nada similar a la de La Macarena, pero sí parecida a la de La Soledad. Estalló contra un supermercado de frutas, causando daños solo en la puerta. En una casa de estrato 2; y quien maneja el negocio no es el dueño sino un arrendatario. Estaba en su interior y no recibió ningún tipo de amenaza. Pudo haber ocurrido que una persona llevaba la bomba y por alguna razón se le activó. La arrojó y huyó. Es una hipótesis…
¿Cuál es el caso de los buses incendiados?
Ese es un tema que nos preocupa porque han ocurrido 5 incendios en los pocos días que van del año. Eso no es normal. Y menos que se atribuyan todos a “daños mecánicos”. En el caso del bus del miércoles, los bomberos confirmaron que fue provocado.
Pero los propietarios de los buses han dicho que fueron averías mecánicas…
Eso es lo extraño. Eso no es normal.
Es cierto que la Policía investiga si fueron provocados para cobrar seguros…
Eso investigamos. Aún no tenemos resultados.
¿No habla mal de los cuerpos de investigación de la Policía que en ninguno de los casos haya resultados?
Estas investigaciones requieren tiempo. Ninguna policía del mundo puede decir 24 horas después de la explosión de un artefacto quién lo produjo. Yo tengo mucha experiencia en el tema de investigación, lo estamos haciendo y vamos por buen camino. Además, por orden del señor Ministro de Defensa, hemos puesto en marcha la Operación Burbuja.
¿En qué consiste?
Se unen las inteligencias de las Fuerzas Militares y de Policía, Dijín, Gaula, con la Fiscalía y la Procuraduría para desarrollar un solo objetivo: aclarar el origen de las explosiones, los incendios a los buses y lo que ocurre en el ‘Bronx’. Ya tuvimos la primera reunión de coordinación con el señor Presidente y el señor Ministro.
¿Qué es lo que ocurre en el Bronx?
Un tema grave. La intervención de la Alcaldía en ese sector resultó contraproducente. Esos expendedores se sintieron acorralados y se fueron para Bosa, Kennedy, Engativá, San Cristóbal, Ciudad Bolívar, Suba, San Bernardo
¿Es decir, la operación sobre el ‘Bronx’ disparó expendios y consumo?
Sí. Es muy preocupante el aumento de la distribución y consumo de droga que hay en Bogotá.
¿Qué cifras posee la Policía?
Solo en el 2014 se incautaron siete toneladas y media aproximadamente de estupefacientes y se dio captura a 2.510 expendedores de alucinógenos, al igual que se desmantelaron 41 organizaciones delincuenciales dedicadas al microtráfico.
¿Cuántas personas consumen droga en la ciudad?
Según un estudio realizado por el Centro de Estudios de Análisis de la Secretaría de Gobierno, en el 2013, en la ciudad, hay aproximadamente más de 100.000 consumidores.
¿El aumento del consumo de droga está relacionado con el aumento de la inseguridad y los homicidios en la ciudad?
Sí. El consumo del bazuco es altísimo. Y como produce alta dependencia, conduce al atraco y al homicidio. Mire: de cada 10 personas que capturamos en Bogotá, seis tienen antecedentes penales, o sea, seis en algún momento han estado en la cárcel.
Y la inseguridad en TransMilenio...
Es que TransMilenio mueve dos millones de personas al día y es absolutamente imposible, con nuestros pocos hombres, vigilar cada uno de estos vehículos. Vamos a instalar cámaras en cada uno de ellos. Eso nos va a ayudar a monitorear lo que está ocurriendo en cada vehículo en tiempo real.
¿Cuánto vale eso y cuándo llegan las cámaras?
Vale 4.000 millones de pesos aproximadamente y se piensan instalar 200 cámaras con detector biométrico en el segundo semestre de este año.
¿El plan es colocar cámaras en todos los transmilenios?
Sí. En todos.
¿Y el problema en los puentes peatonales cuál es?
Tenemos un servicio que es diario y que se presta de 6 de la mañana a 8 de la noche, que es donde más hay afluencia de público; los casos que se han presentado son en la madrugada. El último caso, la semana pasada, ocurrió por un enfrentamiento entre dos bandas a las 2:45 de la mañana, en el puente de la 185.
¿Ha dado resultado la venta libre de licor durante toda la noche?
La preocupación es el domingo a la madrugada, porque a esa hora es cuando más riñas se presentan; tenemos un promedio de 2.000 riñas, un fin de semana.
¿2.000...?
Sí. Con heridos y a veces con muertos. Yo creo que, respetando la autonomía de las autoridades civiles, debería revisarse esa medida. Y también revisar el tema de los clubes privados. Usted puede creer que ya hay clubes privados en todo el sur, y hasta en Ciudad Bolívar. A los socios los afilian en cinco minutos. Les dan un carné y entran. Hay que revisar ese tema. Los clubes privados lo que hacen es generar clandestinidad; nosotros no podemos entrar ahí…
¿Y la venta libre de licores, sin ‘ley zanahoria’ no funcionó?
Muy poco. La gente sigue en los clubes clandestinos y sigue peleando igual. Habría que dictar normas para que sean realmente clubes; es decir, usted no puede tener un club en una casa de familia; usted no puede decir “este es un club privado, venga usted y le doy su membresía”. Eso tiene que acabarse y meterlos en cintura. Se deberían dar autorizaciones a la Policía para realizar inspecciones nocturnas a esos sitios y sellarlos cuando son lugares de consumo masivo de drogas.
Yo le puedo mostrar grabaciones en las cuales se burlan de la Policía, se burlan de frente porque no podemos hacer nada; solo podemos llegar hasta un punto, porque en su interior es un club privado…
¿Cuántos clubes privados de esa clase funcionan en Bogotá?
Aproximadamente 80 clubes.
¿El consumo de droga ha crecido excesivamente en Bogotá?
Sí, en todos los estratos. Tanto en el 2 como en el 6. Tanto en Ciudad Bolívar como en el Chicó.
¿Cuál es la droga cuyo consumo ha crecido?
En el sur, en estratos bajos, bazuco. Un muchacho me decía que necesitaba 80.000 pesos diarios para mantener el vicio… 80.000 pesos diarios son cuarenta dosis de bazuco al día, eso es impresionante. Y el adicto tiene que buscar la manera de conseguirse eso. La forma es robando celulares, atracos, transmilenios; espejos, bolsos, aretes. En el norte, estratos altos, píldoras, marihuana y cocaína.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO