“¿Qué le pasa a una sociedad donde unos matones se arrogan el derecho de acabar con la vida de un muchacho bueno y trabajador? Un par de punkeros le dieron una terrible paliza a un estudiante que no conocían solo porque querían ver sangre de gomelo. Qué me dicen de los que son capaces de matar para robar un celular. ¿Qué nos está pasando? ¿Qué enfermedad tenemos?”
Presidente Santos, en la instalación de la Conferencia Internacional de Cultura Ciudadana, el jueves pasado
Recogiendo una de las preocupaciones del presidente Santos, le pregunté al general Rodolfo Palomino, director general de la Policía, “¿Por qué se matan los colombianos? ¿Por qué somos tan intolerantes?”
El alto oficial, quien realizó además estudios de derecho, ha sido siempre, como ciudadano y como oficial de policía, un activista de la convivencia ciudadana. Revela que el 70 de los casos de homicidios y riñas se originan en la intolerancia y el consumo de alcohol y drogas. Por eso pide someter a evaluación la medida vigente en algunas zonas de Bogotá sobre consumo extendido de licores hasta las 5 de la madrugada.
Palomino, director de la Policía desde el 2013, fue en el 2006 coordinador del programa Departamentos y Municipios Seguros, como una estrategia nacional de convivencia y seguridad ciudadana.
“Yo igualmente estoy preocupado porque hemos venido observado expresiones inaceptables de violencia que tienen que ser drásticamente corregidas –dice–. Si bien es cierto que tenemos que ser tolerantes, no podemos ser permisivos, y tanto la integridad como la vida tienen que ser intocables. Por eso es importante que hagamos como ciudadanos un repudio colectivo frente a las manifestaciones de agresividad. No puede haber el más mínimo acto de violencia ni hacia la mujer ni hacia los niños, y con especial predilección tenemos que proteger a los adultos mayores”.
¿Por qué se matan los colombianos?
Una alta parte de los homicidios son por ajustes de cuentas asociados a narcotráfico o economías ilegales. También, por una lucha de dominio territorial de bandas criminales. Vendettas por mutación o por la trashumancia delictiva, y a veces por venganzas personales. Le doy una cifra: en lo que va del año, ya sumamos más de 3.000 homicidios por cuadros de intolerancia, riñas y disputas provocadas por excesos en el consumo de licor. Este es un indicador muy alto.
Por eso, el proyecto de Código Nacional de Policía, que se acaba de presentar al Congreso, busca propiciar escenarios de convivencia, tolerancia y corregir conductas que en un momento determinado pueden generar confrontaciones.
¿El consumo excesivo de alcohol es determinante en esa violencia?
Sí. El alcohol y las drogas. Yo diría que en más del 70 por ciento de los casos...
¿La medida del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, de extender hasta las 5 a. m. el consumo de licor en algunas zonas ha dado resultados?
Hay dos cosas que tienen que ser evaluadas. Una: ¿se han reducido los actos de violencia en esas zonas? Dos: ¿Han desaparecido esos antros peligrosos donde se consumía licor y droga clandestinamente? Es indispensable realizar un examen detallado para determinar el costo-beneficio de la medida. Venimos de un fin de semana en el que tuvimos 11 muertos. Son 11 vidas que ya no vamos a recuperar, y buena parte de esos muertos se dieron precisamente por escenarios de intolerancia. La medida hay que valorarla con mucha responsabilidad.
¿Es partidario de suspenderla mientras se evalúa?
Soy amigo de que en Colombia se consuma mucho menos licor. Pero infinitamente menos. En muchas partes del mundo hay establecimientos que funcionan 24 horas, pero no existen esos niveles de violencia y agresividad que vemos aquí. Hay que analizar los efectos de la medida y determinar cuáles serían los eventuales ajustes. Siempre la vida debe privilegiarse por encima de cualquier otro derecho. Toda medida que ayude a preservar vidas vale la pena implementarla.
¿El nuevo proyecto de Código de Policía enfrenta el tema?
Se combaten escenarios de perturbación, especialmente el ruido. Los establecimientos que emitan ruidos superiores a lo permitido, a lo tolerable, serán cerrados o multados.
¿Qué es lo que más destacaría del nuevo código?
La responsabilidad que vamos a tener con las mascotas, el castigo al maltrato de animales; la penalización por tomar una fotografía a una persona de manera clandestina; la prohibición de publicación de fotos indebidas en redes sociales; el mejor aprovechamiento del espacio público, para que no se vulnere un entorno, que es de todos. Ahí habrá penalidad. Se sanciona el porte de armas blancas. Se va a castigar también el porte de aquellas armas que simulan ser de fuego. Además, obligaremos a las personas que no cumplan con normas de convivencia ciudadana a recibir una clase de urbanidad cuando cometan una infracción.
El alcalde Petro dijo que no le gustaba el proyecto de nuevo código porque en general eran medidas represivas; que se abandonaba la cultura ciudadana, que era donde la Policía debía trabajar mejor.
Existen dos formas de cambiar hábitos en la ciudadanía. La primera es la reflexión, y el código plantea escenarios de prevención bastante estructurados. La segunda manera de afianzar buenos hábitos es haciendo respetar la ley. De hecho, un estudio que realizamos evidenció que el 68 por ciento de los encuestados atenderían una norma para evitar una sanción. El éxito está en combinar sistemáticamente prevención y aplicación de la ley. Este código integra los dos aspectos.
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“Lo que ha hecho la Policía en materia de seguridad ciudadana, y la incorporación, por parte de la empresa privada de tecnología moderna, con la activación de cámaras y otros elementos técnicos, así como las medidas sobre desarme, nos han permitido disminuir a 17 homicidios por cada 100.000 habitantes la tasa en Bogotá. Nuestra meta es bajar ese índice a 15 este año. Los más bajos índices los tienen Tunja, con 7, y Pasto con 15”.
¿Cuál es la cifra de homicidios en capitales latinoamericanas?
Santiago está en 3,9 y Lima, en 5,7. En cambio, Caracas tiene una tasa de 122 homicidios por cada 100.000 habitantes.
¿Y la ciudad más violenta?
Buenaventura. A pesar de que los índices se han reducido, siguen siendo muy preocupantes. Medellín tenía el año pasado una tasa de 38 por cada 100.000 habitantes. Este año ha caído a 28. Cali sigue con cifras preocupantes, pero vemos una mejoría sostenida que ojalá podamos consolidar. El año pasado, la tasa allí era de 84. Este año bajó a 65. Con la ayuda de las autoridades y el apoyo de los caleños lograremos mejores resultados.
¿Qué es lo que pasa en TransMilenio?
La demanda de pasajeros es muy alta y eso genera demoras que molestan a los usuarios. Pedimos que se amplíen las horas pico del servicio. Que no sea de 6 a 8:30 a. m., sino de 5:30 a 9. Quisiéramos que las empresas y algunas entidades oficiales permitan a sus trabajadores variar los horarios de entrada y salida.
Concretamente, ¿cuál es su propuesta de nuevos horarios para hora pico?
En la mañana, de 5:30 a. m. a 9 a. m. Y el de la tarde-noche, desde las 3 hasta las 8:30 p. m. Hay otra fórmula que también se podría aplicar: que en las horas valle se cobre 50 o 25 por ciento menos en la tarifa. Igual quiero enfatizar que es a la Administración a la que le corresponde definir este tipo de estrategias. Nosotros ofrecemos alternativas desde la óptica del servicio de policía.
¿Ha disminuido la inseguridad en los transmilenios?
Sí. La presencia de policías sin uniforme ha dado buenos resultados. Este año han sido capturadas por diferentes delitos más de 1.200 personas, se han incautado 4.766 armas blancas y 600 delincuentes dedicados al hurto han sido puestos a disposición de la justicia.
¿La Policía captura y los jueces sueltan?
No puedo ser un crítico de nuestro sistema penal, pero somos conscientes de que existen escenarios de impunidad. Nuestro trabajo como policías es seguir capturando a quienes vulneren los derechos ciudadanos. Cuantas veces haya que capturar a un criminal, lo haremos. Desfallecer en esta lucha no nos lo perdonarían los colombianos. Que hoy tengamos una superpoblación carcelaria se debe en gran medida a la efectividad y compromiso de nuestras unidades. Estos bandidos no se presentaron voluntariamente a la prisión.
General, ¿por qué cuando se pide auxilio en el teléfono 123, la Policía demora?
Estamos revisando eso. Hemos encontrado que el 123 está recogiendo todas las llamadas de auxilio, desde una fuga de agua hasta un gato atrapado en un árbol. Estos eventos no son necesariamente competencia de la Policía, pero saturan el sistema.
¿Por qué no crea un número exclusivo para la Policía?
Ya hay una herramienta tecnológica para eso; los celulares pueden tener esa aplicación. Se llama Cuadrante Amigo. Es gratuita.
¿Los actos de violencia en Cartagena, San Andrés y Santa Marta se controlaron?
La extorsión en Santa Marta prácticamente desapareció con la captura de tres bandidos que iban, lista en mano, cometiendo ese delito. Bazurto, en Cartagena, ya es zona libre de extorsión. En septiembre hubo una reducción superior al 20 por ciento en la comisión de delitos. En San Andrés seguimos trabajando para que siga siendo un territorio de paz.
¿Hay una ofensiva de la delincuencia para penetrar a la Policía?
La Policía en la calle tiene un doble riesgo: que el bandido trate de comprarlo o que intente matarlo. Este año, 50 policías han muerto en la confrontación con la guerrilla, las bandas criminales y la delincuencia común. Por la memoria de nuestros compañeros, redoblamos la ofensiva contra el crimen en todas sus formas.
¿Cómo blindar a la Policía de la ofensiva de la delincuencia?
Hay un blindaje ético. El policía es de los pocos servidores, junto con nuestras fuerzas militares, que está las 24 horas del día garantizando la seguridad de nuestros compatriotas. Con excepción de algunos que se equivocaron en el camino, los colombianos tienen una Policía transparente, en la que pueden creer y –por qué no decirlo– a la que deberían querer porque estamos dispuestos a morir por su seguridad. Hoy tenemos mayor efectividad contra el delito, transparencia al actuar, honestidad, solidaridad y respeto por los derechos humanos.
¿Cuáles son las cifras sobre decomiso de drogas?
Este año hemos decomisado 74 toneladas de cocaína y 213 de marihuana. A septiembre son 4.013 hectáreas de cultivos ilícitos erradicados manualmente y 35.170 hectáreas intervenidas con aspersión.
¿Y el robo de celulares?
Se está fortaleciendo la lucha contra ese delito, y hay resultados muy positivos en Bogotá, la Costa, Cali, Bucaramanga y Medellín. Sabemos que los raponeros no trabajan solos y que se articulan con organizaciones de alcance internacional. Con Perú, en la reciente visita con el Presidente, acordamos compartir los reportes de listas negativas de los operadores telefónicos, para combatir estas bandas.
¿Es cierta la idea de trasladar las funciones de la Dijín a otras instituciones?
De ninguna manera. Esa capacidad que desarrolló la cadena de justicia tiene su base en la eficacia y el profesionalismo de nuestra Dijín, al punto de que muchos países de la región, incluso de Europa, están referenciándola como experiencia exitosa. La Dijín es una de las unidades de la Policía con los resultados más certeros y efectivos en la historia de Colombia.
YAMID AMAT
Especial para EL TIEMPO