Por otra parte, el empresario se opone a la venta de empresas como Isagen ó ISA y se queja de que compañías extrajeras compren firmas colombianas productivas, sólo para descapitalizarlas y enviar utilidades al exterior.
¿Qué va a pasar con Eldorado?
Seguimos con paso firme. Ya se entregó el nuevo edificio de la Aeronáutica, con cinco pisos de oficinas y sótano, quizás el más avanzado tecnológicamente del sector público en Bogotá; los edificios para las entidades administrativas, como el ICA, la Dian, la Policía Fiscal; un nuevo almacén para la Aeronáutica; otro para productos en cuarentena; la estación de Bomberos y la sede de las brigadas de rescate. En total, ocho edificios.
En pocos días entregamos los terminales de carga, que están casi terminados.
¿Habrá o no habrá demolición del actual aeropuerto?
Estamos pendientes de la definición del Gobierno.
Pero el Gobierno ha dicho que tiene que demoler...
Entendemos que es así. El presidente Uribe se ha manifestado en ese sentido.
Entonces, que nos lo digan formalmente.
El Gobierno se comunica con actos administrativos, no con declaraciones a medios.
¿Es partidario de demoler?
Claro. Es lo que toca hacer. Lo responsable sería dotar a Bogotá de terminales modernos y funcionales. Pero si la decisión del Gobierno es remodelar, que nos lo notifique, no hay problema. Iremos adelante con la remodelación.
¿Por qué la petición de aplazar la entrega hasta más allá del 2012?
Le respondo con un ejemplo: un avión de aquí a Nueva York se demora cinco horas y media; si el avión parte a las 10 de la mañana, llega a las 3:30 de la tarde; si parte a las 12 del día, llega a las 5:30 de la tarde. Con Eldorado es igual: la construcción de los terminales demora un número determinado de meses. Si comenzamos temprano, terminamos temprano; si nos atrasamos, terminamos tarde. Y éste es el momento en que no hay una decisión del Gobierno sobre si vamos a demoler o a remodelar. Está pendiente de una consulta al Consejo de Estado y del pronunciamiento de la Procuraduría.
Hacemos esfuerzos de diseño y programación para reducir el tiempo de construcción de la terminal unificada, la que contempla demolición del viejo terminal, y tratar de acabar en la fecha indicada inicialmente en el contrato. Créame que lo más costoso para un constructor son las demoras.
Pero el Consejo de Estado ya emitió el concepto que le pidió el Gobierno y, aunque es reservado, se sabe que dice que si se quiere reformar el contrato, sólo se puede hacer mediante el articulo l6 de la Ley 80. ¿Qué dice el contrato original?
El contrato original está redactado para remodelar. Sin embargo, la cláusula 2131 autoriza la demolición del viejo terminal. Es más, la mayoría de contratos de concesión suscritos por el Gobierno han sido modificados siguiendo la cláusula 16. Colombia y Bogotá merecen un nuevo Dorado. Por ahora, estamos pendientes de que el Gobierno nos notifique formalmente lo que decida. Trabajamos en los detalles de las bodegas de carga, las más eficientes y modernas de América Latina.
¿Por qué quiere demoler el actual terminal?
Para Bogotá es mejor tener aeropuerto nuevo, que cuente con los últimos adelantos tecnológicos y la convierta en el gran centro de conexiones.
Otro tema: ¿es partidario de la venta de Isagén?
Las generadoras se han hecho con esfuerzo grande del patrimonio público.
Hemos creado empresas como Isagén y EPM. Si el Gobierno insiste en vender, puede hacer lo mismo que con ISA y ETB: sáquenla al mercado de valores colombiano, aquí hay capacidad para comprarla. Tenemos 60 billones de pesos almacenados en fondos de pensiones; lo importante es que quede en manos colombianas, con rentabilidad grande a largo plazo.
Pero lo que ha ocurrido es que vendemos lo instalado...
Equivocadamente. Ninguna de las compañías inversionistas del sector eléctrico