Vargas, ex árbitro profesional clase A, quien surgió también de uno de los colegios de arbitrajes, denuncia que hoy esas organizaciones son "ruedas sueltas".
YAMID AMAT: ¿Qué es lo que pasa con el arbitraje en Colombia?
FULTON VARGAS: Hay que cambiar la lógica actual con la que se está midiendo la actividad arbitral. El fútbol es un deporte que no es perfecto, pero al árbitro si le exigen perfección. Los árbitros tienen que tomar, en 90 minutos, entre 70 y 100 decisiones, y cada decisión la toma en fracción de segundos. En ese escenario, el error es una probabilidad que siempre estará ahí. Entonces, a esta Comisión le queda casi imposible prometer que los errores en el juego van a desaparecer.
Pero es que un error puede cambiar el resultado de un partido...
Así es, pero eso no es lo habitual. Mire esta estadística: en las últimas 4 fechas de todos contra todos y 2 de los cuadrangulares, estamos hablando de aproximadamente 44 partidos, sólo hubo una decisión que fue grave: la decisión de Sebastián Valencia, del penalti del partido Caldas-Chicó.
¿A qué la adjudica?
Se equivocó.
En su opinión, ¿nuestros árbitros están bien preparados?
Reconocemos que vienen con algunas falencias del proceso de formación.
¿Y por qué no controlan a los colegios arbitrales donde se forman?
Se han vuelto ruedas sueltas. Por eso, vamos a establecer una reglamentación única nacional, que nos dé la posibilidad de controlar el trabajo de cada una de las asociaciones. Hoy, los colegios se organizan como personas jurídicas con autonomía e independencia y se perdió el control.
¿Es cierto que hay piratería?
Sí, hay algunos colegios que se han organizado de manera pirata. Muchas veces, cuando un árbitro es retirado de una asociación, va y organiza su colegio propio. Esos colegios están sin control y los vamos a recuperar. Ya presentamos el proyecto de reglamento al Comité Ejecutivo de la Federación.
¿Qué incluye la propuesta?
Evitar la proliferación de colegios, que haya un marco legal que regule el funcionamiento de todos los colegios, no solamente en la formación, sino en el tema de con qué calidad se llega a ser directivo de un colegio y qué calidades se requieren para ser instructor de un colegio; cuál es el número de asociados requerido para que un colegio funcione, cómo debe regular su entrenamiento, cuál es el contenido académico. Si el fútbol es universal, las reglas de juego son universales. Hoy, cada colegio enseña lo que mejor le parezca y eso no puede ser.
¿Cuál es la mayor falencia?
La falta de un plan único de formación nacional e integral. La formación actual es incompleta y hay una capacitación deficiente porque los instructores que tenemos en algunos colegios son normalmente ex árbitros que no han recibido la formación requerida para instruir.
¿Van a reestructurar todos los colegios?
Sí. Adoptaremos un plan regulatorio para ponerlos en cintura. El asunto es que hoy cualquiera puede aspirar a ser árbitro, incluso hasta sin examen.
¿Todos los colegios funcionan tan mal?
No. Hay colegios que trabajan muy bien, que tienen una buena estructura, que cuentan con instructores y preparadores físicos, que tienen infraestructura física para capacitar a sus árbitros. Hay otros en los que encontramos deficiencias y, por eso, estamos diciendo que tenemos que retomar el control de todos los colegios.
¿Vendrá, pues, un gran revolcón?
A eso le estamos apuntando.