Así lo revela Catalina Ramírez Vallejo, secretaria de cultura de Bogotá, en entrevista con Yamid Amat. Ella se dedicó a la búsqueda de las llaves de la urna desde hace dos años.
Además, anuncia que el 20 de Julio próximo, la Alcaldía cerrará una nueva urna para que la abran los habitantes del 2110, que celebrarán el tricentenario. Y propone, que conjuntamente con EL TIEMPO, se abra un concurso para preguntar que debe contener la nueva urna.
¿Cómo es el misterio de la urna?
El concejo municipal de Bogotá ordenó como una de las celebraciones del primer centenario de nuestra Independencia, el 20 de Julio de 1910, la colocación en una urna metálica, con la siguiente inscripción: "Urna centenaria para abrirla el 20 de julio del año 2010" y dice en su inscripción que "contiene documentos, publicaciones, vistas fotográficas relativos al primer centenario".
¿Hallaron instrucciones precisas de nuestros concejales hace 100 años?
Sí. El acta respectiva fue registrada en la Notaria Segunda de Bogotá y la encontramos en el Archivo General de la Nación. El acta: "Se adjunta el inventario de lo que contiene la urna". Pero no se halló.
¿Quiénes firman el acta?
El alcalde, don Manuel María Mallarino; el presidente del Concejo, don Mariano Tovar; todos los concejales y el notario segundo, don Julio Pinzón Escobar.
¿Quién era el Presidente?
Carlos E. Restrepo , quien gobernó de 1910 a 1914. Bajo su gobierno fue fundado EL TIEMPO. A él le entregaron una de las llaves de la urna.
¿Dónde ha estado la urna durante estos 100 años?
Estuvo en el Concejo de Bogotá hasta 1968 cuando fue trasladada al museo de desarrollo urbano de la ciudad, donde es hoy el Instituto Caro y Cuervo. Más tarde estuvo en el Planetario. Luego la colocaron en el Museo de Bogotá, donde está hoy y que fue la última residencia del virrey Juan Sámano. La ocupó hasta cuando huyo a Cartagena, como consecuencia de la revuelta patriota.
¿Y quién la va a abrir?
El acta dice que se debe abrir en sesión del Consejo en pleno en presencia de "la mayor autoridad eclesiástica", que sería el cardenal, del "primer mandatario de Bogotá", que sería el alcalde, y del "primer magistrado de la Nación", que sería el Presidente.
¿Ustedes no han usado rayos X para observar el interior?
El material metálico los rechaza.
¿Y cómo se va a abrir?
Los concejales de hace 100 años dejaron tres llaves. Una, la entregaron a la Presidencia de la República; otra, al Arzobispo de Bogotá y la tercera fue depositada en la Notaría Segunda. Ninguna aparece hoy. Hemos tocado todas las puertas y no hay rastro alguno. Entramos en contacto con los fabricantes de la urna, la empresa francesa Fisher, cuyo sello aparece en la urna. Parecería, inclusive, que fue fabricada especialmente para este primer centenario y para conservar seguro su contenido, porque en ese entonces no existía representación de ellos en Colombia.
¿Ellos saben cómo abrirla?
Traerán sus técnicos, para no destruirla. La idea es que ellos estudien muy bien como se podrá manipular lo que hay ahí. No sabemos en qué estado se encuentra su contenido. Supongo que habrá que manipularlo con guantes, máscaras y trajes de protección. No cualquier persona puede tocar eso. Habrá que someter todo inmediatamente a todo un proceso de limpieza y restauración, para poder mostrarle al público lo que se encontró. Por ahora, sólo se puede soñar con lo que puede contener esa urna porque es algo absolutamente incierto.
¿Hay muestras de que alguien intentó alguna vez abrirla?
La urna tiene una barra al frente, para usarla como palanca, colocada mucho después de su instalación. Parecería que intentaron abrirla. No lo lograron.
¿Se tiene seguridad absoluta de que la urna no ha sido abierta?
Es muy difícil que la hubieran abierto por las condiciones de seguridad que tiene. No se ve forzada ni maltratada. Parecería que todos quienes conocieron de sus existencia respetaron la voluntad de nuestros antepasados: sólo abrirla el 20 de julio de 2010.
Como las llaves para abrirla no existen, ¿las fabricará la Fisher?
No. Ellos dicen que llaves como las que se usaban en esa época ya no es posible fabricarlas. Están estudiando la manera de abrirla. Pero nosotros queremos que no solamente se abra esta urna sino cerrar una nueva urna en el bicentenario. La Embajada de Francia nos han dicho que tiene interés en que sea ojalá una urna moderna elaborada por los mismos fabricantes de la urna del centenario.
¿Para abrirla en el año 2110?
Exactamente. En el Tricentenario. En la Secretaría de cultura y en el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, queremos abrir un concurso donde la gente diga que cree que debe contener la urna, pensando en la generación de ese año. Ojalá podamos coordinar con EL TIEMPO ese concurso, para iniciarlo al comenzar el año y para afinar qué contendría la urna que dejaremos para los colombianos del año 2110. Nos parece que, adicionalmente, podríamos abrir con EL TIEMPO un concurso para que los niños pinten cómo se imaginan la Bogotá del 2110. Podemos, inclusive, abrir una exposición, con los trabajos que lleguen.