El lunes Santo del año 2003, un grupo de soldados participaba en una operación de búsqueda de los tres militares norteamericanos secuestrados por las Farc. En la zona, en La Macarena, se habían realizado ya varios combates con la guerrilla.
Hallaron lo que parecía haber sido un gran campamento de las Farc y comenzó en sus alrededores la búsqueda de armas que habrían podido ser enterradas.
De pronto, un grupo de 5 soldados descubrió una caleta sepultada. La extrajeron, la abrieron y brotó el dinero.
La historia es bien conocida. Todos los soldados que descubrieron las guacas están hoy libres. El Tribunal superior Militar anuló el juicio, reconociendo que fue violado el debido proceso por desconocer derechos fundamentales de los soldados y ordenó reiniciarlo.
El siguiente es el primer reportaje que se realiza con uno de los llamados "soldados de la guaca". Se omite su identidad, por razones de seguridad. Su relato es el primer testimonio auténtico y directo de lo que realmente ocurrió.
Cómo hallaron las caletas?
Estabamos en la vereda Las Morras, llegando a La Macarena, entre Meta y Caquetá, cuando descubrimos un gran campamento. Pero no había nadie ni nada. Comenzamos a buscar armas enterradas, escarbando con machetes.
Un par de días después del hallazgo del campamento, uno de mis compañeros me dijo que me daba un regalo: ¡Era un pequeño fajo de billetes! Quedé asombrado y pregunté qué significaba. Me contó que él y otros 4 muchachos habían descubierto una caleta llena de dinero.
¿Ustedes eran cuántos en total?